Nota del Bloguista de Baracutey Cubano
En política y en no pocas ocasiones influye más la percepción que la realidad. En política, como en la vida personal y de un pueblo, hay que aprender mucho de las experiencias pasadas. En política eleccionaria, lo ocurrido en el escenario del pasado reciente adquiere una particular importancia.
Es penoso y patético que personas con cierto prestigio político y/o profesional defiendan por ser empleados de la campaña política de un precandidato republicano a un candidato que no podrá enfrentar victoriosamente, en caso de que ese sea elegido en las primarias para representar al Partido Republicano, a la(s) persona(s) que tendrá como rivales en las elecciones generales de noviembre de 2016. El Partido Republicano tiene una gran ventaja y debe aprovecharla: conoce que su rival del Partido Demócrata será muy probablemente Hillary R. Clinton en caso de que no sea encausada, desechada o renuncie a ser candidata (algo que pudiera encubrirse mediante una enfermedad o accidente, supuesta o no) por los resultados, o supuestos resultados, de las investigación que llevan a cabo el FBI u otra agencia, organización, grupo privado, etc.
Analicemos que pasó en la elecciones del 2008 y 2012.
En las elecciones para seleccionar a la persona que representaria al Candidato del Partido Demócrata para las elecciones presidenciales del 2008, se observó que Hillary y Obama se tiraron a la ¨yugular¨ pero (con telepromter o sin telepromter) el verbo y la elocuencia de Barack Hussein Obama venció a una Hillary que en verbo y elocuencia fue muy superior a los que años después mostraron en sus debates por la Presidencia y la Vicepresidenciaen en el 2012 los republicanos Mick Romney y Paul Ryan, pese a que este último se enfrentó al actual Vicepresidente Biden. quién no fue nada extraordinario en ese único debate, salvo en lo que algunas personas llaman bufonadas. En los debates por la Presidencia en el año 2008 Obama utilizó la estrataegia de hablarle al pueblo norteamericano como si su rival republicano fuera George W. Bush y no John McCain, al cual identificaba falsamente como un seguidor incondicional y permanente de las políticas de George Bush a la vez que callaba que McCain fue partidario del trabajo bipartidista en la solución de problemas importante para el país. La estrategia de Barack H. Obama resultó la adecuada y alcanzó la Presidencia. Esa estrategia en manos de Hillay ante un hermano de George W. Bush sería probablemente exitosa, pues aunque la correcta valoración de la Presidencia de George W. Bush ha tenido su fruto, todavía falta camino y tiempo por recorrer para que se llegue a una total y justa valoración, aunque la prepotente y desacertada política de Barack H. Obama (sobre todo en cuanto a Política Exterior, en la que Hillary fue la titular) ha ayudado a que ya se reconozca en cierta medida el valor positivo que tuvo la Presidencia de George W. Bush.
Por otra parte, NO BASTA un buen expediente para salir elegido Presidente de los EE.UU, el ejemplo lo tenemos muy cerca: Mick Romney había desempeñado una buena labor como gobernador en un estado incuestionablemente demócrata, pues supo trabajar con ambos partidos; Romney es un exitoso empresario que sabe la teoría y la práctica de los negocios, lo cual era un buen aval para sacar al país de la problemática situación económica en que se encontraba y que todavía no se ha rebasado debido a la muy lenta recuperación, la más lenta quizás de toda la historia reciente de los EE.UU.; Romney era hijo de inmigrante (parte de sus ancestros había emigrado a México debido a su religión mormona) y desde el punto de vista personal no había cometido ninguna de las llamadas ¨ locuras de juventud¨: sexo desenfrenado, alcohol, drogas, etc.. Mick Romney estaba muy claro en que la Guerra Fría no había acabado y que sólo habían aparecido o aparecerían nuevos contrincantes y que la guerra ya se estaba calentando; Romney sabía de la necesidad de incrementar el poderío de las fuerzas armadas norteamericanas, la cual se vió comprobada poco después por los retos a EE.UU. de la Rusia de Vladimir Putin en Ucrania y en Siria (reto comenzado en Georgia de manera oportunista cuando la administración de George W. Bush estaba enfrascada en la guerra de Iraq y en Afganistán), la construcción del collar de bases militares chinas en islotes que han sido ampliados para que China reclame descaradamente su ¨soberanía¨ sobre esos disputados islotes y sobre los límites de las 12 millas para así controlar una estratégica zona marítima; la creación del Estado Islámico o ISIS y su ofensiva y conquista de grandes territorios y ciudades, etc.. Es decir: Mick Romney tenía casi todas las características favorables para ser la persona que dirigiera los destinos de esta gran nación y, sin embargo, lo venció la palabrería de Barack H. Obama con el gran apoyo de la prensa liberal (en el sentido norteamericano y no en el sentido europeo) norteamericana entre otros factores.
Según las características personales del rival político y su ¨expediente¨, el Partido Republicano debe seleccionar al precandidato que mejor lo pueda derrotar. El Partido Republicano tiene esa ventaja.
Los EE.UU., la cultura occidental y el mundo en general, están en un momento decisivo. Hay que saber elegir y dejar a un lado todo aquello que vaya en contra de esta gran nación, incluyendo las simpatías y las ambiciones personales de ocupar un puesto de trabajo en la nueva administración. Dejemos a un lado los orígenes étnicos y el partidismo. Pensemos en que sería nefasto y estúpido traer a este país las causas por las que un día salimos de nuestras patrias y de las de nuestros ancestros. No le dejemos esa maldita herencia a los que nos sucederán en esta tierra y hogar de los valiente y hombres libres.
******************
Tomado de
http://www.diariodecuba.com
Marco Rubio y Ted Cruz salen reforzados del cuarto debate republicano
********
Si yo soy candidato, los demócratas serán el partido del pasado y nosotros el del siglo XXI', dice el senador cubanoamericano por Florida.
********
Por Agencias
Washington
11 Nov 2015
Los aspirantes hispanos del Partido Republicano a la Casa Blanca en 2016 Marco Rubio y Ted Cruz salieron reforzados este martes del cuarto debate de primarias, una conversación más sustancial que las anteriores y en la que hubo menos ataques personales, reporta EFE.
Rubio revalidó su título de favorito en los debates, una habilidad a la que debe en buena medida su ascenso en las encuestas hasta la tercera posición, con el 11,8% de los apoyos, según la media de Real Clear Politics, que se utiliza como referencia en Estados Unidos.
El joven legislador cubanoamericano se mantuvo fiel a la estrategia que le funcionó en anteriores debates: ofrecer respuestas muy articuladas, evitar el cuerpo a cuerpo con otros candidatos y aprovechar toda ocasión para colocar sus mensajes de campaña.
El senador se abstuvo de arremeter en ningún momento contra su otrora mentor y ahora rival, el exgobernador de Florida Jeb Bush, a pesar de que este lo atacó abiertamente en el último debate y de que han trascendido recientemente los planes de su campaña para pasar a la ofensiva contra Rubio.
Lo que sí hizo su equipo fue publicar pocas horas antes del debate un vídeo sobre lo que opinaba Bush antes de los ataques a Rubio, unas imágenes en las que el político se prodiga en halagos e incluso llega a decir que el joven legislador sería un gran presidente del país.
(Senador Marco Rubio)
Para sorpresa de muchos, Bush no siguió por la línea de los ataques a Rubio pese a la frustración que vive su campaña al contemplar cómo el que fuera su pupilo ahora le arrebata el puesto de favorito del aparato del partido, el "establishment" republicano.
El hijo y hermano de expresidentes mostró una vez más que los debates no son su fuerte y evidenció su debilidad al comenzar pidiendo hasta en dos ocasiones que por favor le dejaran hablar porque en el anterior debate solo tuvo cuatro minutos. Fue el que menos participó.
Este martes Bush volvió a quedar entre los últimos, con nueve minutos y 50 segundos de participación, solo por delante del neurocirujano Ben Carson, con 28 segundos menos, según los cálculos del diario Politico.
Carson, segundo en las encuestas, tuvo menos protagonismo del esperado ya que ninguno de sus compañeros buscó ponerlo en evidencia por las últimas polémicas surgidas en torno a él, entre ellas la acusación de mentir en su biografía sobre una beca de la Academia Militar de West Point.
El magnate Donald Trump, se mostró más enérgico que en el anterior debate, pero quedó claro que queda muy lejos ya el tiempo en que dominaba la escena y marcaba los ritmos. Sus frases eran las de siempre.
Con mucho menos revuelo está remontando en las encuestas el senador cubanoamericano por Texas Ted Cruz, que este martes repitió por segunda ocasión una buena actuación en el debate tras colocarse cuarto en la carrera republicana con un 9,6%, muy cerca de Rubio (11,8%).
Muchas voces apuntan ya a una estrategia efectiva de Cruz para emerger como candidato del ala más conservadora y competir con un Rubio, al que todos dan ya por el nuevo favorito del aparato del partido, un sector más moderado.
Los dos senadores avanzan como alternativas a Trump y Carson, dos candidatos sin experiencia política
que, de conseguir la nominación, tendrían que competir con gran probabilidad con la demócrata Hillary Clinton, que lleva más de tres décadas en la vida pública.
(Senador Ted Cruz)
Rubio, en el mejor momento de su campaña, volvió a demostrar que sabe convertir un ataque en oportunidad al pronunciar una de las frases más ovacionadas de la noche cuando el senador Rand Paul cuestionó su conservadurismo por apoyar más gasto militar en Estados Unidos.
"No podemos tener economía si no tenemos seguridad. Estoy seguro de que el mundo es un lugar más seguro y mejor cuando Estados Unidos es la potencia militar más fuerte", se defendió Rubio, unas palabras que tuvieron gran acogida tanto en el plató como en las redes sociales.
Ese fue uno de los escasos enfrentamientos que tuvo el debate del martes, mucho más estructurado y controlado por los moderadores, y en el que los candidatos se ciñeron a la agenda económica marcada por los organizadores, Fox Business y el periódico The Wall Street Journal.
Contribuyó a la fluidez de la conversación que este fue el debate con menos candidatos, solo los ocho mejor situados en los sondeos, frente a los diez u once de ocasiones anteriores.
Los dos aspirantes más rezagados de esa lista, el gobernador de Ohio, John Kasich, y la exconsejera delegada de Hewlett-Packard Carly Fiorina, tuvieron un papel muy discreto sin ningún momento de gloria.
Rubio terminó su actuación con una frase muy celebrada que con toda probabilidad volverá a oírse en esta campaña: "Si yo soy candidato (frente a Clinton), ellos serán el partido del pasado y nosotros el del siglo XXI".
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home