miércoles, marzo 23, 2016

Esteban Fernández: DOS FALLOS MÁS: “RAMÓN” Y “ENRIQUITO”


DOS FALLOS MÁS: “RAMÓN” Y “ENRIQUITO”

Por Esteban Fernández
Marzo 22 de 2016

¿Se acuerdan que les hablé de mi metedura de pata con el ex presidente Carlos Prío Socarrás en mi artículo “Mi Socio Carlitos”? Y les dije que ese no era mi único fallo en el teléfono, hoy les voy a contar dos anécdotas más al respecto.

Era una época en que “La Voz de Cuba” y la “Agrupación Abdala” iban a realizar un acto en conjunto. Traíamos de Miami al magnífico cantante Oscar de Fontana y de orador venía Gustavo Marín. Yo tenía que hablar con el joven Ramón que era uno de los pilares de “Abdala” en California para ponernos de acuerdo en varios pormenores, no tenía su número de teléfono y pensé que Arnoldo Varona lo tenía.

Llamo a Varona y le digo: “Arnoldo ¿tú tienes el número de Ramón?” Y Varona enseguida me dijo: “Claro que sí, aquí te va”. Colgamos y sin pensarlo dos veces llamé a “Ramón”.

Me  salió una señora y le dije con toda confianza: “Oiga, póngame ahí a Ramón que tengo que hablar con él”. La mujer me respondió un poco sorprendida con mi familiaridad: “Ramón está muy cansado, no se siente bien, está durmiendo en este momento”. Y yo en el colmo de los atrevimientos le digo: “¿Qué hace Ramón dormido a esta hora? Señora, despiértelo y dígale que necesito verlo urgentemente, que lo espero dentro de una hora en el local del RECE para ultimar los detalles del acto”. La señora me dijo: “Muy bien, yo le daré su recado inmediatamente”

Me  bañé y me fui para el local del RECE en la Pico y la Hoover en Los Ángeles. Allí fueron llegando varios compatriotas, entre ellos un desconocido que me dijo: “¿Usted es Esteban Fernández? Mi esposa me despertó y me dijo que usted deseaba verme urgentemente relacionado con un acto cubano o algo parecido”. Y a mí se me cayó la cara de vergüenza.

Y aquí les va otro “mistake”. Alguien me dice: “Enriquito Bin está organizando una fiesta de despedida de año en casa de su hermano Manolín, me dijo que te avisara. Agarro mi libreta de teléfonos, busco rápidamente  a “Enrique” en la “E” y lo llamo.

Y le digo: “Oye, Enriquito, es Estebita” Y me responde contento: “Hola, Estebita ¿cómo estás?” Me sorprendió que me llamara “Estebita” porque Enriquito Bin siempre me llama “Esteban de Jesús” porque “el de Jesús” es algo que tengo en común con los seis Bin, pero yo seguí hablando “Oye Enriquito ¿a qué hora van ustedes a comenzar la fiesta?”  Y Enriquito sobresaltado me contestó: “Bueno, yo creo que como a las ocho de la noche”. Y le dije: “Bueno, pues no hablemos más del asunto, antes de las ocho mi esposa y yo estaremos ahí, y vamos a llevar a las dos niñas” Le sentí la voz un poco entrecortada cuando  Enriquito me dijo: “Está bien, vengan para acá, pero por favor permíteme avisarle y pedirle permiso al señor William”

Entonces le dije extremadamente preocupado: “Oye ¿con qué Enriquito yo estoy hablando y quién es William?” Y me dijo: “Bueno, William Henning es el ex capitán del Segundo Frente del Escambray dueño de la casa donde yo vivo temporalmente y yo soy tu ex compañero de trabajo Enrique Pérez de la William E. Wright

Y le supliqué: “Chico, perdóname, yo creía que estaba hablando con el doctor Enrique Bin” Y todavía Enrique Pérez fue tan buena gente que se rió y me dijo: “No, no te preocupes, y si no localizas a Bin estoy seguro que aquí serán bienvenidos”.