Carlos Espinosa Domínguez: Cuatro bohemios de maravillosas voces que se hacían llamar The Mamas and The Papas. Una influencia mayor que sus éxitos
Una influencia mayor que sus éxitos
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Un doble disco compacto celebra los 50 años de la salida de su primer tema de aquellos cuatro bohemios de maravillosas voces que se hacían llamar The Mamas and the Papas
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Por Carlos Espinosa Domínguez
Misisipi
01/04/2016
Para rastrear los inicios del grupo, hay que ir un poco más atrás, cuando sus cuatro integrantes aún no se habían conocido. John Phillips (1935) estaba activo en la escena musical del Greenwich Village de Nueva York, a donde llegó en 1957. Cantaba doo-woop, rock y folk. En 1962, cuando aún formaba parte del trío folk The Journeymen, conoció a una bellísima joven aspirante a modelo llamada Michelle Gillian (1944). Se enamoraron y pronto él dejó a su primera esposa para casarse con ella. El trío se disolvió por diferencias artísticas y Phillips decidió crear otro, The New Journeymen. Además de Michelle, a ese nuevo proyecto se unió Denny Doherty (1941), quien había pertenecido a The Mugwumps, junto con dos de los futuros miembros de Lovin Spoonful.
Fue Doherty el que sugirió a Cass Elliott (1941), quien desde 1963 pertenecía al grupo de folk The Big 3. En 1964, ese trío se había metamorfoseado en cuarteto, Cass Elliott and the Big 3. Este grupo, a su vez, dio lugar a The Mugwumps, uno de cuyos integrantes era precisamente Doherty. Se mantuvieron unidos hasta finales de 1964, cuando empezaron a desintegrarse. Fue entonces cuando él se unió a The New Journeymen y sugirió a Cass Elliott. Al principio, Phillips se resistió a que ésta se les incorporase, debido a su sobrepeso (250 libras), pero tras escucharla su talento lo terminó por convencer: cantaba como un ángel.
Con el fin de encontrarse a sí mismos, viajaron a las Islas Vírgenes. Allí cambiaron impresiones, ensayaron y acordaron irse a Los Angeles. Barry McGuire, un amigo de Phillips, consiguió que en Dunhill Records les hicieran una prueba y como resultado de ello, los contrataron. En agradecimiento a McGuire, hicieron los coros para su primer álbum y Phillips además le dio una de sus mejores composiciones, “California Dreamin”. El cantante la grabó, pero al final optó por no incluirla en su disco. Seguramente se dio cuenta de que aquellas voces eran demasiado poderosas e iban a robarle protagonismo.
Lou Adler, productor de Dunhill Records, pensó que el grupo merecía tener su propio disco y los convenció para que grabasen aquel tema. Los había oído cantar y se quedó fascinado. Años después, comentó: “Pienso que así debe haberse sentido George Martin cuando escuchó a los Beatles”. Al día siguiente, tenía preparado el contrato. Entre las exigencias del cuarteto, estaban $1.500 como adelanto y un automóvil.
Ya desde el inicio se puso de manifiesto el importante peso que Phillips tenía en el grupo. A él corresponde la revolucionaria idea de su composición: dos hombres y dos mujeres. Como entonces se destacó, fue la primera agrupación fully sexually integrated que logró llegar al número 1 de las listas de venta. Hasta entonces, ninguna otra con un formato equilibrado de miembros de ambos sexos había alcanzado tal honor. Los únicos antecedentes eran The Platters, The Fleetwood (no confundir con Fleetwood Mac, que son posteriores) y Ruby and the Romantics. Pero en los tres había un componente de un sexo completado por varios del opuesto. Hoy eso puede parecer una tontería, pero en aquel momento no lo fue. Lo prueba el hecho de que en los años siguientes aparecieron varios cuartetos mixtos que imitaron esa composición. Volviendo a Phillips, la mayor parte del repertorio del grupo, incluyendo sus más importantes éxitos, llevan su firma como compositor.
Una canción que no gustaba a nadie
Inicialmente, pensaron llamarse The Magic Circle. Pero un día, tras ver un reportaje en la televisión y mientras fumaban marihuana, se les ocurrió el que finalmente adoptaron: The Mamas and the Papas. En febrero de 1966 apareció su primer álbum: If You Can Believe Your Eyes and Ears. Incluía 12 temas y meses después escaló al número 1 del Billboard Hot 100. En la cubierta aparecían los cuatro en una bañera y Michelle estaba encima de los otros tres. El primer single que lanzaron fue “Go Where You Wanna Go”, uno de los varios temas semi autobiográficos que interpretaron (en Cuba se popularizó la versión del dúo español Los HH).
El disco no fue a ninguna parte. Lou Adler se dio cuenta de su error y permitió que The 5th Dimension lo grabara algunos meses después (su versión, por cierto, es muy buena). Además optó por sustituir aquella canción por “California Dreamin”. Pero editarla tomó cierto tiempo, y al quedarse sin single promocional y dado que los oyentes querían escuchar más de aquel nuevo cuarteto, las emisoras de radio empezaron a pinchar “Monday, Monday”. De tal forma, que cuando al fin “California Dreamin” salió la demanda por el otro era mucho mayor. Ante eso, Lou Adler aceleró la salida del tercer single, cortando de raíz la carrera del anterior. Resultado: “California Dreamin” solo llegó al puesto 4, mientras que “Monday, Monday” se lanzó imparable al número 1 y el primer día vendió 50 mil copias.
“California Dreamin” fue grabada el 4 de noviembre de 1965, en los mismos estudios donde los Beach Boys grabaron su álbum Pet Sounds. Curiosamente, entonces a nadie le gustaba esa canción. La afinada mezcla de voces femeninas y masculinas fue una de las claves de su éxito. Las chicas hacen coro a Phillips y Doherty, a la manera de los grupos sureños de góspel, pero con una cohesión que hasta entonces raramente se había escuchado. A eso se unieron también la propia composición, los arreglos de Phillips y las contribuciones de algunos de los mejores instrumentistas de Los Angeles: Hal Blaine (batería), Larry Knechtel (teclado), Joe Osborne (bajo). El single debutó el 8 de enero de 1966 en el Billboard Hot 100, donde permaneció durante 17 semanas.
Phillips compuso “California Dreamin” en 1963. Entonces residía en Nueva York y esa frase le venía una y otra vez a la mente. Una noche se sentó a escribir la canción, cuya letra expresa la nostalgia por el clima cálido de California que el narrador siente una fría noche invernal: “All the leaves are brown/ And the sky is gray/ I’ve been for a walk/ On a winter’s day/ I’d be safe and warm/ If I was in L.A./ California dreamin/ On such a winter’s day”.
A Michelle le gustaba visitar las iglesias. Un día fue con Phillips a la catedral de Saint Patrick, aunque este prefirió quedarse afuera. Eso le inspiró parte de la letra: “Stopped into a church/ I passed along the way/ Well, I got down on my knee/ And pretend to pray”. Según él mismo comentó en una ocasión, odiaba esos versos, pues le traían a la memoria unos recuerdos de infancia que para él eran poco gratos: a los siete años, fue enviado a una escuela militar presbiteriana, donde pasó una etapa triste y solitaria. Sin embargo, no logró encontrar unos versos mejores y los dejó. La prestigiosa revista Rolling Stone hizo una selección de las 500 mejores canciones de todos los tiempos y “California Dreamin” ocupa el puesto 89. Aquel tema devino además un emblema del mito de California y del inicio de la naciente era de la contracultura.
Respecto a “Monday, Monday”, conviene decir que fue el tema maldito del primer álbum del grupo. Solo Phillips creía en aquella canción. Los otros tres miembros e incluso Lou Adler estaban opuestos a que se incluyese. A Michelle y Cass les parecía el peor tema que habían escuchado y Doherty la calificó como “una jodida canción sobre un día de la semana”. Fue por eso la última que grabaron. Pero paradójicamente, fue aquella que les reportó su único número 1 en el Billboard Hot 100. De acuerdo a Phillips, la compuso en unos 20 minutos.
En marzo de 1967, el cuarteto obtuvo con ese tema el Grammy en la categoría de mejor interpretación de dúo o grupo vocal. Para algunos críticos, la mejor versión es la que The Mamas and the Papas cantaron en vivo en el Monterey Rock Festival (1967). Quedó registrada en un filme, pero no está recogida en ningún disco. “Monday, Monday” ha sido cantada, entre otros, por Petula Clark, Neil Diamond, Sérgio Mendes, Marianne Faithful, Herp Alpert, The Cowsills, Dionne Warwick, The 5th Dimension y Wilson Phillips, pero ninguno de esos artistas ha conseguido superar a la de sus creadores.
Grupo puntero y, a la vez, vendedor
En mayo de 1966, If You Can Believe Your Eyes and Ears llegó al primer puesto. Aquel primer álbum causó una verdadera sensación. Dejó boquiabiertos a los aficionados e hizo que al cuarteto le surgieran imitadores a montones. Algunos críticos comentaron que con grabaciones como esas, el rock definitivamente llegaba a la mayoría de edad. The Mamas and the Papas se convirtió así en un grupo puntero y, a la vez, vendedor. Por otro lado, sus temas pasaron a ser la banda sonora del naciente movimiento de los hippies. De hecho y al igual que estos, sus integrantes se vestían con ropas coloridas y proyectaban una imagen de pequeña comuna. Incluso al inicio vivían todos en una misma casa, que se hallaba en Flores Street. Sus canciones además rebosaban optimismo y hablaban de una era de libertad y posibilidades.
En el mundo del pop y el rock, no son muchas las agrupaciones que han tenido éxito en la creación de un nuevo estilo vocal. Eso lo lograron los Beatles, los Beach Boys, los Jordanaires, los Everly Brothers. También lo consiguió The Mamas and the Papas. Sus cuatro integrantes crearon un sonido propio, definido por la excelente combinación de las voces y las hermosas y sofisticadas armonías. A eso se sumaban unas composiciones brillantes, unos arreglos accesibles y al mismo tiempo sofisticados, una producción esmerada. No sorprende, por tanto, que la revista Life proclamara al cuarteto como el grupo de música pop más inventivo y como el primer sonido vocal realmente nuevo desde la irrupción de los Beatles.
Y a propósito de estos últimos, los sonidos del folk-rock iniciaban desde California la reconquista musical para poner fin a la British invasion. Junto con el célebre cuarteto inglés, agrupaciones como los Rolling Stones, The Dave Clark Five, The Hollies, The Kinks, The Who, The Yardbirds dominaban en las listas de Estados Unidos. The Mamas and the Papas tipifica la nueva oleada de grupos que formularon la respuesta a la invasión británica. Lo hicieron con una magnífica mezcla de música folk norteamericana y de los nuevos sonidos del pop y el rock. Con esos elementos forjaron un sonido verdaderamente original. Su contribución, junto a la de otros artistas, sirvió para anunciar que algo especial y maravilloso estaba sucediendo en California.
El cuarteto tuvo a su favor el contar entre sus miembros con un compositor tan talentoso como Phillips. Con excepción de unos pocos títulos, la mayor parte del repertorio es suyo, aunque algunos en coautoría. Escribió tres con Doherty (“Got a Feeling”, “I saw Her Again Last Nigth”, “For the Love of Ivy”), tres con Michelle (“California Dreamin”, “Creeque Alley”, “Free Advice”) y uno con Cass, Doherty y Michelle (“Even if I Could”). Asimismo a él pertenece también una canción emblemática de esos años, “San Francisco (Be Sure to Wear Flowers in Your Hair)”, que popularizó Scott McKenzie, compañero suyo en The Journeymen. La letra capta el espíritu del flower-power de los 60 y se convirtió en himno del movimiento hippie. Mackenzie poseía una voz hermosa y tersa, que resultaba perfecta para expresar esa visión lírica de aquellos años.
Pero aparte de nutrirse del magnífico y extenso catálogo de Phillips, el cuarteto también acudió inteligentemente al repertorio de la época dorada de los grupos, Incorporaron así temas popularizados por Martha Reeves and the Vandellas (“Dancing in the Street”), The Shireless (“Dedicated to the One I Love”), Ben E. King (“Spanish Harlem”), The Temptations (“My Girl”), e incluso se remontaron a los años 30 para rescatar “Dream a Little Dream of Me”. Entre esas versiones hay unas más logradas que otras, pero The Mamas and the Papas les imprimió a todas el sello inconfundible de su estilo interpretativo. Dos de ellas ilustran las cotas de excelencia a las que podían llegar cuando acertaban.
Una es “Twist and Shout” (1967), una composición de 1967 perteneciente a Phil Medley y Bert Berns, que estrenaron The Top Notes. Después la han cantado artistas como The Isley Brothers, The Tremeloes, The Who, Ike and Tina Turner, Bruce Springsteen y los Beatles. En las voces de The Mamas and the Papas, ese tema se despoja por completo de twist y de gritos y se transforma en un tema de un lirismo y una belleza sencillamente sublimes.
Desintegración en la cúspide de su fama
La otra perla indiscutible es “Dedicated to the One I Love”, single con el cual alcanzaron un merecido número 2 en las listas de ventas. Frankie Valli, Ella Fitzgerald y Doris Doy, son algunos de los artistas que han cantado esa composición. Ninguno, sin embargo, ha superado la antológica versión de The Mamas and the Papas. El mejor elogio que se puede hacer es que suena como si Phillips ha hubiera escrita para el cuarteto. Se inicia con la frágil voz de Michelle, a la cual de inmediato se unen las de sus tres compañeros, con esa maravillosa armonía que fue su sello distintivo. Es en esa interpretación donde realmente se disfruta la hermosa y sencilla poesía de la letra: “Each night before you go to bed my baby/ Whisper a little prayer for me my baby/ And tell all the stars above/ This is dedicated to the one I love”.
“California Dreamin”, “Monday, Monday”, “Dedicated to One I Love”, “I Saw Her Again Last Night”, iniciaron una racha de éxitos que estaba sustentada en la notable calidad de las composiciones de Phillips y en el maravilloso acople vocal de los cuatro. A lo largo de 1966 y 1967 la mantuvieron con nuevos hits, pertenecientes a los álbumes The Mamas and the Papas (1966) y Deliver (1967). Phillpis tuvo además un papel destacado en la organización del Monterey Pop Festival, primera manifestación de la cultura hippie y canto de cisne del cuarteto. El matrimonio de Michelle y Phillips se hundió y eso afectó al grupo. Sus miembros además tuvieron problemas con las drogas y Mama Cass se sentía descontenta porque creía que sus compañeros no la respetaban. Cuando ya habían entrado en esa crisis, editaron Farewell to the First Golden Era (1968), un recopilatorio con sus éxitos.
The Mamas and the Papas se desintegró en la cúspide de su fama y sus integrantes pasaron a emprender carreras por separado. Pero como cuarteto, aún le debían un álbum a Lou Adler y en 1971 se reunieron para grabar People Like Us. El disco no tuvo buena aceptación (no pasó del número 84). No les sirvió de renovado impulso y entonces vino la separación definitiva.
La primera que se estrenó como solista fue Mama Cass, quien además fue la que tuvo una mejor trayectoria. En 1968 lanzó Dream a Little Dream of Me. Su primer single fue el tema que le da título al álbum y en él Mama Cass suena grandiosa (llegó al número 12 del Billboard). En la grabación contó con la colaboración de sus otros compañeros, y por eso apareció como “featuring Mama Cass with The Mamas and the Papas”. Editó después varios discos más, el último de los cuales fue Don’t Call Me Mama Anymore (1973). Asimismo lanzó uno con el ex Traffic Dave Mason. Cass consiguió su mayor triunfo en el Palladium de Londres, el 29 de julio de 1974. Pero esa misma noche murió en su hotel, a consecuencia de un ataque al corazón. Solo tenía 32 años. Hoy es considerada un icono femenino de la era y una de las grandes divas del pop.
Phillips sostuvo una larga batalla contra las drogas, algo que documentó en su autobiografía Papa John:An Autobiography (of the Mamas and the Papas): A Music Legend’s Shattering Journey Though Sex, Drugs, and Rock ‘n' Roll (1986). En 1969 grabó The Wolf King of L.A., trabajo con el cual tuvo cierto éxito. Y después optó por dedicarse a la composición, la producción y el cine. Volvió a los escenarios en 1982, cuando, junto con Doherty, intentó relanzar a The Mamas and the Papas, aprovechando una de las tantas olas de nostalgia del público norteamericano. Pero ya no estaban ni Mama Cass ni Michelle y el resultado fue definitivamente decepcionante. Phillips falleció de un infarto en 2001, a los 65 años.
El menos afortunado de todos fue Doherty, a quien la andadura en solitario le fue mal. Murió en 2007, cuando tenía 66 años. En cuanto a Michelle, también probó suerte como solista y en 1977 sacó el álbum Victim of Romance, que pasó con más pena que gloria. Eso la llevó a concentrarse en la actuación en cine y televisión, faceta en la que le ha ido moderadamente bien. También plasmó sus recuerdos sobre el cuarteto en un libro, California Dreamin’: The True Story of the Mamas and the Papas The Music, the Madness, the Magic that was (1986). De los cuatro, es la única sobreviviente.
La trayectoria de The Mamas and the Papas fue corta. Apenas llegó a tres años. Pero a sus cuatro miembros les bastaron para desarrollar una intensa carrera. Su paso por las listas de ventas fue fugaz, pero muchos de esos temas han logrado perdurar y algunos han devenido verdaderos himnos. Dejaron una influencia que ha sido mayor el número de sus éxitos.
Cuando pongo fin a estas líneas, las hojas de los árboles están secas y el cielo es gris. Escribo después de haber vuelto de dar un paseo en este día invernal, como si me hubiese propuesto reproducir los inolvidables versos de “California Dreamin”.
© cubaencuentro.com
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Published on Oct 29, 2013
00:00 Califórnia Dreamin'
02:42 Dedicated To The One I Love
05:43 I Call Your Name
08:21 Twelve Thirty (Young Girls Are Coming To The Canyon)
11:49 Creeque Alley
15:42 Dancing In The Street
19:32 For The Love Of Ivy
23:16 Go Where You Wanna Go
25:46 My Girl
29:22 Look Through My Window
31:32 Words of Love
34:50 Twist and Shout
37:45 I Saw Her Again
41:00 Dream A Little Dream Of Me
44:16 Trip, Stumble and Fall
46:56 Monday, Monday
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