Santiago Cárdenas: RAÚL CASTRO: EL PRIMER SECUESTRADOR DE UN AVIÓN DESDE LOS EEUU
Foto de 4 de los 5 secuestradores. El del extremo izquierdo vive o vivía hasta hace un tiempo en Miami (fotos de archivos y el Nuevo Herald. Pie de fotos de Nuevo Acción)
Por Santiago Cárdenas
En primicia-Especial para Nuevo Acción
25 de octubre de 2016
Tres meses después que el secuestro de unos 50 norteamericanos en el II Frente Oriental Frank País (ver Nuevo Acción, octubre 17 y 18/2016) quedara impune, un Viscount de Cubana de Aviación despegaba el primero de noviembre de 1958 de Miami rumbo a Varadero con cinco militantes del Movimiento 26 de Julio mezclados entre los pasajeros, listos para forzar a la tripulación a un cambio de rumbo.
La censura que actualmente impera en la gran prensa de los EEUU. no permite conocer los detalles de este horrible secuestro de inocentes que narro a continuación. El avión fue desviado hacia el territorio rebelde de la Sierra de Cristal con el objetivo de desestabilizar a Batista, obtener atención mundial y entregar a los alzados un pequeño alijo de armas escondido en el fuselaje del avión. No queda claro si aterrizaría en un pequeño aeropuerto construido ad hoc en las serranía—esto es lo que parece más probable ya que Raúl se ufanaba de haber creado una “fuerza aérea rebelde” con aviones y pistas de aterrizaj—o si el aeropuerto del Central Preston (actualmente Guatemala) en uso en aquél entonces, sería el sitio indicado para el aterrizaje, dada la relativa cercanía a la comandancia de Raúl en la Pata de la Mesa
Al agotarse la gasolina, luego de interminables horas volando en círculos en las penumbras, el avión amarizó desastrosamente en la Bahía de Nipe. Hubo catorce muertos y seis sobrevivientes de los cuales tres de ellos viven en Miami. Me reservo los nombres por motivos obvios.
Cincuenta años después, dos de ellos se encontraron en una misa de recordación en la iglesia de San Brendan en el suroeste de Miami. El tercero, que ha sido persistentemente sospechoso de haber sido uno de los secuestradores, luego de subir a la Sierra y ayudar a los rebeldes regresó a EEUU. ha hecho aquí su vida a bajo perfil, negando todas las acusaciones y guardando silencio ominoso.
Los detalles de los hechos fueron distorsionados o guardados con sumo cuidado por el gobierno de Batista; también por los Castros; y por los corresponsales estadounidenses que en escaso número viajaron a Cuba para cubrir la noticia. Los recortes de la prensa de aquellos tiempos han sido mal tratados o minimizados y la épica de la narrativa popular ha sido silenciada por la autocensura de los propios testigos, como pude comprobar personalmente en el mismo batey del central Preston donde yo viví a escasos seis años de los acontecimientos. Hay algunas fotos deslucidas de ocasión de pescadores en las cercanías de Cayo Saetía recogiendo los cadáveres.(Foto DE LA IZQUIERDA)
Recientemente se escribió un libro en español :”Vuelo 495″, acerca de la tragedia, con poca divulgación en Latino América y escasa resonancia en el exilio. Nadie abrió una pesquisa oficial; tampoco hubo un intento de llevar los hechos ante los tribunales ni en Cuba , ni en los EEUU.
Años después, en los sesentas y setentas, en las secuelas, y con la inspiración de este atraco diecinueve aviones estadounidenses fueron desviados de su ruta, por diferentes motivos, hacia el aeropuerto de Boyeros en la Habana con el consiguiente riesgo mortal para miles de personas. La historia de estos plagios está ligada a la historia de la involución cubana. El prolegómeno aconteció el 9 de abril de 1958 como parte de la fracasada huelga general contra Batista. Ese día un avión cubano fua a parar a Mérida, México.
Nueve días antes de los sucesos aquí relatados hubo un “ensayo”: un DC3 aterrizó en el sur, en las cercanías de la Sierra Maestra, en un oscuro incidente típico de las escaramuzas fidelianas de la época.
Los secuestros de aviones se generalizaron en todo el mundo, especialmente en ambas direcciones, Habana – Miami -Habana, en el año de 1959. Entonces la contrarevolución le devolvió la moneda con creces a los hermanos Castros con secuestros “a la inversa”. Un curioso y raro paréntesis de aproximadamente nueve años silenció el aire del estrecho de la Florida hasta que el despelote— secuestros a granel—volvieron a inundar las primeras páginas en todo el mundo desde 1968 una década después de lo aquí comentado. Esto duró aproximadamente un quinquenio.
La comunidad internacional, las Naciones Unidas y muy especialmente los EEUU. guardaron silencio, o miraron para el otro lado ante las tendencias genocidas de Raúl Castro desde la guerrilla en 1958. Las causas de esta repetitiva actitud hasta nuestros días está pendiente de elucidar; pero se acentúa con la censura de prensa establecida en los EEUU.
No me aventuraré por los caminos de la especulación. Quiero terminar con lo que escribí en mis dos artículos precedentes en relación con estos violentos atracos contra inocentes. Aquellos polvos trajeron estos lodos.
Nota de la dirección de Nuevo Acción: En nuestros archivos aparecen distintos artículos y reportajes—fotos incluida—sobre este horrendo hecho.
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