domingo, octubre 16, 2016

video sobre el levantamiento húngaro de 1956 contra del imperialismo soviético

Nota del Blogguista de Baracutey Cubano 

La expresión ¨focas amaestradas ¨ que Raúl Roa García les dijo a los comunistas aparecen en el casi desaparecido libro titulado En Pie y fue a raíz de la invasión de Hungria por la tropas soviéticas para aplastar la sublevación húngara de 1956 y motivada por la posición que tomaron los comunistas cubanos ante ella. Roa Garcia se subiría a la carroza castro comunista en 1959 y ocuparía la responsabilidad de Canciller. Hago notar que Raúl Roa en su juventud perteneció a una organización de izquierda llamada Ala Izquierda Estudiantil, la cual estaba en contra  del stalinismo aunque tenía raíces marxistas y se diferenciaba del Partido Comunista cubano creado en 1925, que era defensor del stalinismo. Raúl Roa  en los años 50 deL pasado siglo XX,siendo ¨de izquierdas¨,  era Decano de la facultad de letras de la Universidad de La Habana

Fidel Castro también en ese año escribió un artículo en contra de dicha invasión a Hungría por las tropas rusas; años después, en 1968, apoyaría la invasión a Checoslovaquia. Fidel en 1979 se callaría ante la invasión soviética a Afganistán, país no alineado, pese a Cuba ocupar la presidencia del Movimiento de los Países No Alineados.
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Uploaded on Oct 14, 2016
Emilio Campmany y Ricardo Artola analizan los detalles de la revolución húngara contra el régimen soviético en 1956.

El levantamiento húngaro de 1956 contra el régimen soviético


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La actitud de Occidente fue "miserable y mezquina"

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Entrevista con Ricardo Martín, coautor de Luchadores por la libertad.
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Por Mario Noya
LD Libros
2016-10-16

Ricardo Martín de la Guardia es uno de los autores de Luchadores por la libertad (editorial Actas), un libro indispensable para quien quiera saber más de la revolución húngara de 1956, "el mayor desafío contra [su] hegemonía" que hubo afrontar la URSS en la Europa comunista; una revolución patriótica, de liberación nacional, sofocada a sangre y fuego por el imperialismo soviético, cuyo "monstruoso crimen" –denunciarían un Aron, un Camus, un Madariaga– dejó al comunismo "al margen de la Humanidad". De nuevo.

De la imprescindible rebelión húngara de 1956, precursora de las que en 1989-91 consiguieron echar abajo el Muro de Berlín y el Imperio soviético junto con sus satélites europeos, se sabe poco por la enésima traición de los intelectuales de la izquierda siniestra, que hablan y no paran de la dignidad de los de abajo pero no hacen más que jalear a los que desde muy arriba los ofenden y humillan ("Se creó un relato, un argumentario según el cual estos insurrectos, estos revolucionarios eran grupos muy pequeños, muy minoritarios y prácticamente comprados por Occidente y vendidos al capitalismo"); así como por la actitud "verdaderamente miserable y mezquina de Occidente", que desde altavoces legendarios como Radio Europa Libre jaleó y festejó a los heroicos freedom fighters húngaros para finalmente desentenderse de ellos, dejarlos en la estacada en unas circunstancias tremendas.

"Estaban convencidos, pensaban que realmente Occidente, Europa Occidental, EEUU, el mundo libre les iba a apoyar, en una lucha valiente, abierta, en contra del totalitarismo comunista. Habían estado escuchando y leyendo (...) la propaganda occidental al respecto y hasta el último momento (...) estaban convencidos de que esa ayuda occidental iba a llegar", afirma el profesor Martín, que añade:

    Una parte importante, sin duda, de esos más de 2.500 patriotas húngaros que van a morir (...) en esos meses de lucha, al margen de la [posterior] represión, (...) debe recaer sobre la conciencia de las autoridades políticas de la Europa del momento.

A juicio del notable historiador de la Universidad de Valladolid, la tragedia húngara del 56 (y la revuelta de Poznan del mismo año) "muestra como nada en Europa, después de la división de Alemania, (...) que el statu quo de la Guerra Fría se imponía por encima de todo, y que EEUU y el mundo occidental (...) no iban a ir más allá en la lucha contra el mundo soviético". Hasta que, después de tantos años de implacable opresión, de socialismo ominoso, Ronald Reagan mandó a parar y librar la batalla contra el Imperio del Mal. Le secundaron la Dama de Hierro y el santo Papa polaco. Los vituperaron a modo por ello. No en los países liberados, desde luego.

Pero esa es otra historia. La de la insurrección húngara de 1956 la tienen minuciosamente documentada en este Luchadores por la libertad por el que entrevisté esta semana en LD Libros al profesor Martín. Aquí les dejo el audio.