sábado, diciembre 24, 2016

Cuba. La recogida del Hotel Capri en 1968 y la maldad del tirano Fidel Castro y de su régimen. Más de 1000 detenciones se efectuaron en aquella operación castrista

Nota del Bloguista de Baracutey Cubano


En el discurso de Fidel Castro   del 28 de septiembre de 1968 que aparece en el sitio  oficial de discursos de Fidel Castro de la tiranía Castrista no aparece ninguna mención a fusilamientos, pese a que es un discurso de mentiras, exageraciones, manipulaciones, amenazas y advertencias.  Debajo del artículo de Manolo Pozo  pego un largo fragmento de ese discurso  en que se habla de la recogida del en los alrededores del Hotel Capri, la heladería Coppelia, etc.

Esa noche, contrario a mi costumbre, yo no fui a La Rampa (muy pocas veces  estuve por los alrededores del Hotel Capri y del Club 21); al siguiente día de la recogida vi que algunas personas de la beca en que yo  vivía  se asombraban de verme lo cual me parecía extraño pues en la calle algunas personas creían que yo era un hippie  (algunos hippies que se reunían frente a la antigua Funeraria Caballero) cuando realmente yo era sólo un aficionado a la música rock  y a la vestimenta de los rockeros,  pero mi presencia  y comportamiento en la beca era sólo la de un estudiante desaplicado que le gustaba la vida nocturna, las fiestas, el cine y la natación.  La sensación extraña de ver la sorpresa  en algunas caras  en el comedor de la beca a la hora del desayuno terminó cuando una persona conocida se me acercó  y ne preguntó que cómo  era que yo estaba ahí y no me había pasado nada. Yo le pregunte ¿ De qué?  y entonces me habló de la recogida que hubo en ¨el Capri¨la noche anterior. Comprendí que me había ¨salvado en tablita¨ ...
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La Fatidica noche del 25 de Septiembre de 1968 donde mas de mil jovenes fueron brutalmente encarcelados por desafectos a la revolucion

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Para leer las otras partes de La recogida del Hotel Capri hacer click en los siguientes enlaces o links:




LA RECOGIDA DEL CAPRI (2da parte).

Por Manolo Pozo.
29-11-2016

En agosto de 1968 las tropas del Pacto de Varsovia invadieron Chescolovaquia, la información nos llegó a través de la radio extranjera, ya que las emisoras castristas nada informaron al respecto.

La Voz de América y la BBC de Londres entre otras estaciones de onda corta nos servían a los cubanos más audaces y con deseo de vivir informados de lo que pasaba en el mundo, y en este caso la intervención de la Unión Soviética en aquel satélite comunista. Se hablaba de una incursión militar realizada por las tropas de los cinco países socialistas del Pacto de Varsovia en la noche del 20 al 21 de agosto de 1968, lidereados por Moscú, en la que invadieron la Republica Socialista de Chescolovaquia por lo avanzado que estaban en aquel país algunas reformas sociales y de liberalización iniciadas mayormente por la juventud praguense. En la intervención participaron tropas de las repúblicas de Polonia, Hungría y Bulgaria. Tengo entendido que Alemania y Rumania no llegaron a intervenir en aquella ocupación, aún perteneciendo al mencionado bloque comunista. En aquel asalto sangriento al pueblo chescolovaco participaron más de 500,000, soldados que dejaron cientos de heridos y más de cien muertos, todo para terminar radicalmente con las reformas que el pueblo de Chescolovaquia había iniciado y que terminó en la conocida Primavera de Praga.

Nunca nos imáginamos lo que nos provocarían aquellos sucesos de 1968, en Europa del Este.

Los que permanecíamos en nuestra concha extravagante -criticados y maldecidos por el resto de la ciudadanía- e importándonos muy poco o nada la maldita tarea revolucionaria ya estábamos llegando a los límites de nuestros paseos ordinarios por las calles de la Rampa. Ya a la altura de septiembre haciendo trillo en el malecón, desde el Maine hasta la Puntilla el pequeño movimiento fue visible y frecuente en la nocturnidad del área. El hotel Capri y sus calles aledañas era otro punto de referencia preferido por muchos, por la calle 21 hasta la calle O (Nacional y Monseñor). En este año mi asistencia escolar y la de muchos era fatal. A estas alturas todavía me costaba dejarme crecer el pelo, ni mis padres ni la escuela me lo permitían, aunque ya varios jóvenes lucían su melena hasta el cuello. Recuerdo a mis amigos Carlos Andú y Angelito Butterfly, solo dos de los primeros peludos desobedientes de entonces. No existían desórdenes groseros ni causas que nos hicieran delicuentes, por lo regular no había problemas de alcohol y drogas, la música y un estilo de vida era suficiente para inculparnos. El régimen incrementó controles y fichajes. Los CDR hacían su parte y nosotros la nuestra, no haciéndole caso a nadie.

(Hotel Capri)

El 25 de septiembre de 1968, sucedió lo que se venía venir. Hasta ese día y en conexión con los hechos de Praga las cosas empeoraban, la persecusión aumentaba y las detenciones eran frecuentes en cada esquina de la zona. Los más "afocantes" pagaban rápido las consecuencias, los cuarteles de policía en ocasiones no admitían más detenidos por lo que eran comunes los hacinamientos en estaciones como la de Zapata y C, en el Vedado y otra que habilitaron donde había una escuela en 23 y 2, también en el barrio. Al lado del Pabellón Cuba instalaron un local del MININT, de donde salían los represores del área en su misión de hostigamiento. Ya los conocíamos, algunos con el tiempo se hicieron veteranos cazando jóvenes peludos y muchachitas en mimifaldas a los que detenían sin razones, solo por las apariencias que a Castro y sus discípulos se le hacían perturbadoras y antisociales. Y sonó la recogida.

En la tarde del 25 entrando la noche, salí rumbo a la zona con Felo Carvajal y Jorgito Crespo Brunet (el francés), mis amigos de correrías, ambos se criaron conmigo en el barrio y ese día, primero fuimos al parque del Carmelo de calzada y desde ahí andando llegamos hasta la Rampa (se caminaba mucho en ese tiempo), la intensión era llegar al Capri, pero como siempre "marcamos" primero en Coppelia. Le dimos la vuelta a la heladería y por la calle L, bajamos hasta 21. Después de rebasar el restaurante La Roca (calle 21 esquina a M), vimos un desbarajuste que avanzaba sobre nosotros y salimos corriendo de regreso, no conectamos de inmediato con lo que sucedía, asumimos que se tiró la policía, pero no nos imaginamos la magnitud represiva.

En la estampida se unieron dos amigos de Marianao, Bacteria y Cosme el Colorado, ellos estaban cerca del Pabellón Cuba cuando vieron dos carros civiles parquear frente al Club 21 (restaurante) y acercarse a un grupo que hacía media en la esquina del hotel; cuando vieron otro movimiento policiaco cerca se desprendieron en dirección a nuestra ubicación y fueron los primeros que nos hicieron saber parte de lo que pasaba. El área se puso fea, los silbatos de los "monos" sonaban en todas direcciones, sobre todo hacia Coppelia y el Capri. Llegamos hasta la esquina de L nuevamente y bajamos por esa calle, diferentes grupos íban y venían..., evidentemente se trataba de un cerco que cubría toda la zona.

La recogida del Capri no se desarrolló solamente durante esa noche y en esa área.

Efectivamente ese día cientos fueron apresados y llevados a diferentes centros de detención de la ciudad, pero la operación continuó en los barrios habaneros. En la zona de la Rampa durante algún tiempo se estableció una especie de "toque de queda" que manifestaba la intensión de la dictadura de acabar definitivamente con la exteriorización de un grupo que ya no era inadvertido por los ciudadanos de la capital. Tres días después de la recogida , el día de los CDR (28 de septiembre), el tirano mencionó en su discurso a los "vagos y delincuentes antisociales, influenciados por el imperialismo y enemigos de la revolución"; Publicamente dijo que "merecían ser fusilados por lo que la revolución del pueblo no iba a permitir esa conducta"... Envió un mensaje de coerción a nuestros padres y de nuevo los CDR y las escuelas actuaron intimidando, citando a algunas familias y advirtiéndoles de las cosecuencias.

Más de 1000 detenciones se efectuaron en aquella operación castrista.

Algunos solo estuvimos detenidos horas. Otros días, meses y años. Hubo varios intentos de suicidios en los centros de detenciones a donde llevaron a los considerdos adultos y conocidos. La cárcel de mujeres y las prisiones para hombres recibieron a cientos de muchachos inocentes castigados en aquella redada. Hay historias de muertos, crímenes evidentes del régimen. La recogida del Capri no fue un suceso de detenciones y persecución ideológica solamente, además fue el aviso de la doctrina Fidelista para quienes ligeramente se les opusiera, sin importar edad y género. El alerta revolucionario por pensar diferente, vestirse diferente, bailar y caminar diferente. Una amenaza para los que seguimos siendo quienes fuimos no obstante los peligros rabiosos del comunismo cubano.
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Fragmento del discurso de Fidel Castro pronunciado el 28 de septiembre de 1968 en el VIII aniversario de la fundación de los Comité de Defensa de la Revolución, organización creada e implementada en Cuba por un asesor de la Unión Soviética.


A este pueblo no lo puede asustar nada, ¡nada:  No lo asustaron los yankis cuando estaban amenazando con lanzar bombas atómicas sobre este país.  ¡Nadie se asustó aquí!  ¿Qué puede haber que asuste a este pueblo?  (APLAUSOS.)

Han utilizado un campo, el de la ideología, y en las formas más sutiles.

Y así, por ejemplo, algo que está también en la mente de ustedes.

En nuestra capital, en los últimos meses, dio por presentarse un cierto “fenomenito” extraño (EXCLAMACIONES), entre grupos de jovenzuelos y algunos no tan jovenzuelos, resultado de toda una serie de factores —a veces ciertamente traumas, a veces familiares de personas que se van, a veces muchachos descarriados por descuido de las propias familias y en muchas ocasiones por influencia negativa de determinadas personas sobre ellos— que van inculcándoles ciertas ideas, ciertas actividades.

Y así se venían observando grupos, algunos cientos de jovenzuelos en varios grupos, influidos entre otras cosas por la propaganda imperialista, que les dio por comenzar a hacer pública ostentación de sus desvergüenzas.

Así, por ejemplo, les dio por empezar a vivir de una manera extravagante, reunirse en determinadas calles de la ciudad, en la zona de la Rampa, frente al hotel Capri, y allí ¿a qué creen ustedes que se dedicaban?  Algunos se dedicaban a corromper muchachas de 14 y 15 años y a promover la prostitución en niñas prácticamente de 14, 15 y 16 años, sirviendo de enlace con extranjeros de tránsito por Cuba, con marineros de embarcaciones de países capitalistas que se hospedaban por esa zona.  Y esos elementos llegaban a la audacia de andar comerciando prácticamente con esa gente y vendiéndoles prácticamente niñas, en el pleno corazón de una capital revolucionaria de un país que ha erradicado la repugnante lacra social de la prostitución, en virtud de la cual decenas de miles de mujeres eran explotadas y eran conducidas a la vida más dolorosa y más indigna, cosas —desde luego— naturales de una sociedad capitalista.

La Revolución realizó ingentes esfuerzos, erradicó la prostitución.  Y he ahí un camino ideológico, donde surgen esas manifestaciones con la tendencia de revivir esas lacras, de vender mujeres —y no mujeres, ¡de vender niñas a extranjeros de tránsito en este país!  Andar buscando el problema de los cigarritos americanos de los marineros, a llevar sus radiecitos de pila para mantener ostentosamente su condición de aficionados a la propaganda imperialista, realizar hurtos y actos delictivos de distinto tipo, romper teléfonos —los teléfonos que son gratis, del pueblo, y que no rompían cuando eran de un monopolio yanki—, meterse en las escuelas a destruir el material, a destruir banderas cubanas, a destruir retratos del Che (EXCLAMACIONES).  Y cosas por el estilo, haciendo ostentación de sus extravagancias.

Y hablo de extravagancias, porque la Revolución no ha sido exigente, no ha estado imponiéndole cosas a nadie, respeta al máximo el fuero de las personas, no está contra el progreso en ningún sentido.  Pero, desde luego, ese no es el caso.  Actividades francamente delictivas, actividades no tolerables, y que no sé en virtud de qué, en su osadía, llegaban a la ostentación, al extremo de reunirse de una manera abierta en esos sitios, con evidente disgusto e inconformidad de nuestro pueblo, de nuestros trabajadores.

Conversando nosotros con estudiantes universitarios, conversando con obreros, en más de una ocasión lo planteaban, porque veían con indignación esas actividades mientras el pueblo se dedica al trabajo.

¿Y qué creían?  ¿Que vivimos en un régimen liberal burgués?  ¡No! De liberales no tenemos ni un “pelo.  ¡Somos revolucionarios!  ¡Somos socialistas!  ¡Somos colectivistas!  ¡Somos comunistas!  (APLAUSOS.)

¿Y qué querían?  ¿Introducir aquí una versión revivida de Praga?  (EXCLAMACIONES.)  ¿Prostitución ambulante?  ¿”Tuzex” y todo?  ¿Venta de mujeres?  ¿Parasitismo?  ¿Reblandecimiento ideológico de este pueblo cuya juventud se bate en el estudio, se bate preparándose para la lucha; cuya juventud siempre, en todo instante de sacrificio, ha estado presente derramando su sangre y dándolo todo?  ¿En un pueblo que se forja un espíritu de hierro, una voluntad de hierro?  ¿En un pueblo que tiene que estar preparado para la lucha siempre y durante muchos años?  ¿Qué creían?  ¿Que nos iban a introducir estas porquerías en el país y lo íbamos a permitir?  (EXCLAMACIONES DE:  “¡No!”)

¿Hasta cuándo se estarán equivocando con la Revolución?

Y, desde luego, los compañeros de la Revolución estaban estudiando el caso, y siempre hay que tener su poquito de paciencia, no impacientarse porque hasta que las cosas no se hacen evidentes...

El compañero Ministro de Educación trató, con métodos persuasivos con algunos de esos jovenzuelos, de aconsejarlos.  Muy bien, muy bien.  Pero, desde luego, solo los consejos no iba a ser.  Si a la persuasión no entienden, entonces tendrán que entender otro tipo de procedimiento (EXCLAMACIONES).  Y sencillamente, como la Revolución no podía permitir eso bajo ningún concepto, les echó el guante a todos (EXCLAMACIONES), y a los que sea necesario, de los que participen descaradamente en esas actividades.  ¡Y no lo permitirá la Revolución!  Y a esos jovenzuelos los educará o los reeducará; tratará los casos como debe tratarlos, pero los reeducará sobre todo con el trabajo, que es la forma magistral de educación.

Muchos padres a veces tienen la desgracia por sus descuidos de que un hijo se les descarríe.  Creemos que esto llamará también la atención de los padres acerca de su deber para con los hijos, acerca del problema de que no puede haber un muchacho de vago y un muchacho que no estudie.  Al igual que ahora se está discutiendo en los centros de trabajo la ley sobre las medidas en relación a los obreros de vanguardia y a la remuneración íntegra en caso de enfermedad, de muerte, de la misma manera en los meses venideros discutiremos la ley de enseñanza obligatoria hasta preuniversitario (EXCLAMACIONES Y APLAUSOS).  De manera que los seis grados, la secundaria básica y los tres años correspondientes a la enseñanza media superior, obligatorio por ley.  Y la enseñanza militar la recibirán muchachos y muchachas a nivel de la enseñanza media superior (EXCLAMACIONES y APLAUSOS).

Y desde luego esos mismos jóvenes irán progresivamente, a la vez que estudian, recibiendo su instrucción militar e irán realizando la tarea en cuanto a la defensa que realizan los jóvenes que son llamados al Servicio.

Quedará la Ley del Servicio para ir llamando en el futuro a aquellos que estando en una edad entre 15 a veintitantos años no han estudiado.  De manera que en el futuro todo joven que por ejemplo tenga 16 años, 14 años, y no esté realizando los estudios correspondientes, entonces esos serán llamados al servicio, en el futuro.  Todavía la Ley tiene que satisfacer algunas necesidades.  Pero ya tenemos muchas unidades militares servidas por los estudiantes de los institutos tecnológicos y que son magníficas unidades militares, magníficos jóvenes que asimilan la técnica militar moderna con una gran facilidad.

De manera que en el futuro nuestro ejército será un ejército de cuadros.  Los especialistas menores, que también participarán en las actividades productivas, operadores de tanques, una parte del año en instrucción, otra parte del año trabajando en grúas, en buldóceres, en maquinarias complicadas.  Los choferes, un tiempo de instrucción, otro tiempo participando en la producción igual que otro trabajador, y los cuadros de mando oficiales altamente calificados, y el resto del ejército, todo el pueblo.

Y las unidades permanentes, los servicios de artillería, infantería, servidos por los estudiantes de los tecnológicos.  Así será en el futuro.

Irá permaneciendo el Servicio para el reclutamiento de aquellos jóvenes que no estudiaron, y que haya de alguna manera que influir en ellos para hacerlos ciudadanos útiles, para hacerlos estudiar y hacerlos marchar a tono con la colectividad.  Téngase presente la Columna Juvenil, cuántas decenas de miles de jóvenes fue necesario enviar a Camagüey.  ¡Téngase presente que queremos que todo el mundo estudie, todo el mundo!  Pierde toda la sociedad cada vez que un niño se queda sin estudiar, cada vez que un joven se queda sin estudiar; ese será una carga para la sociedad.

En el futuro nadie sin una serie de conocimientos elementales estará apto, sobre todo los que hoy son jóvenes, para entender, vivir y producir el día de mañana en una sociedad altamente tecnificada.  Desde luego, no podemos pedirle a todo el mundo ahora que estudie.  Ahora, va pasando la generación, irá siendo sustituida por una nueva generación, y no se concibe verdaderamente un joven en el futuro que no tenga todos los estudios que deba poseer y que pueda recibir.  Quedarán exceptuadas solamente aquellas personas que por alguna razón mental estén incapacitadas para determinados estudios.

De manera que el estudio será obligatorio para todo niño y todo joven.  La enseñanza militar parte de su instrucción, de todo un pueblo que tiene que aprender a usar las armas, aprenderlo bien.  Y la Revolución concentrará el esfuerzo en el desarrollo de la educación al máximo.

(Escuela en el campo abandonada en los años 2000; en resumen ni viviendas ni escuelas y la  prostitución de hombres y mujeres en unos niveles cómo NUNCA los hubo en Cuba,  pues la dictadura Castrista eliminó los valores cívicos y morales tradicionales del pueblo cubano para desarrollar los ¨valores¨de su Revolución. Fotos y comentarios del bloguista de Baracutey Cubano)

En ocasiones hemos planteado la necesidad del esfuerzo en favor de la construcción de viviendas porque es un problema presionante.  Sin embargo, debemos decir que estamos llegando a la conclusión de que es todavía mucho más importante que el acero, que el cemento y los recursos de que disponemos los dediquemos en primer lugar a la construcción de escuelas, más escuelas y seminternados del tipo del de Boca de Jaruco, secundarias para becados, institutos tecnológicos, preuniversitarios.  Porque la presión en pro de las becas, las demandas de becas son cada vez mayores y resultan muy difíciles de satisfacer.

Hay ya 110 000 estudiantes en 6to grado y unos 360 000 en primer grado, y aproximadamente 1 440 000 en la primaria.  Enorme, gigantesca masa de niños y de jóvenes estudiando.  Llegan a 6to grado y en infinidad de sitios no hay una secundaria, no hay un instituto tecnológico, o donde hay una secundaria no está el preuniversitario o el instituto tecnológico.  ¿Y qué hacer?  ¿Ha de perder el país toda esa juventud?  ¿Ha de perder el país la oportunidad de que esos jóvenes estudien?  ¿Han de quedarse esos jóvenes sin oportunidad para estudiar porque el país no tenga instalaciones suficientes?  Creemos por esto, y nuestro pueblo estará de acuerdo, que 500 escuelas sirven hoy más al presente y más aun al futuro del país que 10 000 casas.  Creemos ciertamente que es así (APLAUSOS).  Si resolver el problema de las viviendas nos puede llevar algunos años más, no podemos pensar lo mismo con relación a las escuelas.  No alcanzan los recursos para hacerlo todo.  No quiere decir que se dejen de construir casas, ¡no!  Quiere decir que nosotros nos inclinamos a la idea de darles prioridad a las construcciones de escuelas e institutos tecnológicos que a las construcciones de casas, por considerar ese frente o esa necesidad más urgente, más perentoria y más decisiva para el futuro de nuestro país.

De todas maneras tardaremos todavía muchos años en resolver de manera total el problema de la vivienda.  No podemos decir:  vamos a esperar tantos años para resolver todas las escuelas secundarias que hacen falta y todos los institutos tecnológicos que hacen falta.  Y creemos que este punto de vista contará, sin duda de ninguna clase, con la comprensión y con el apoyo de todo el pueblo (APLAUSOS).

Hay una enorme masa —resultado del esfuerzo de estos años— de niños estudiando, que habrán de transformar este país.  Hemos calculado que dentro de 12 años el número de técnicos de nivel medio de nuestro país será no menor de 800 000.  Algunos dirán:  ¿Y todo el mundo se va a hacer técnico?  Sí, todo el mundo tendrá que hacerse técnico, porque no habrá una sola actividad en los años futuros que no requiera preparación sólida.  Y se requiere para todo:  para usar un fertilizante, para usar un herbicida, para usar cualquier máquina.  Y cada día el hombre participará menos físicamente en la producción y en el trabajo, y serán las máquinas las que hagan fundamentalmente el trabajo físico.  Y una sociedad para dominar las máquinas debe estar mentalmente preparada para ello.

Nuestra juventud, nuestros estudiantes están dando prueba de un magnífico espíritu revolucionario, de una magnífica conciencia; se incorpora a las actividades de todo tipo y está contribuyendo a resolver muchos de los problemas.  Esa es realmente la representación de nuestra juventud.

Estas son las ideas, estas son las perspectivas del futuro.  De manera que también en esto se conozcan bien las reglas del juego:  cuáles son las ideas revolucionarias, cuáles son las ideas contrarrevolucionarias, cuáles son las acciones del enemigo en el campo ideológico.  Y estar atentos, en dondequiera que asome la cabeza la contrarrevolución, disfrazada de lo que sea, salirle al paso y combatirla (APLAUSOS).

Y repetimos:  ¡De liberalismo, nada!  ¡De reblandecimiento, nada!  Un pueblo revolucionario, un pueblo organizado, un pueblo combativo, un pueblo fuerte, porque esas son las virtudes que se necesitan en estos años.  Y todo lo demás es puro ilusionismo, sería subestimar la tarea, subestimar al enemigo, subestimar la importancia histórica de estos años, subestimar la lucha que tenemos por delante.