miércoles, enero 04, 2017

Nora Gámez Torres donde muestra que el gobierno de Barack H. Obama exagera descomunalmente las cifras de comercio con Cuba

 Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

Desde años  antes del supuesto deshielo  entre EE.UU. y la tiranía Castrista comenzado oficialmente el 17 de diciembre de 2014 ya  el comercio superaba ampliamente el comercio entre esas partes después del deshielo. La terrible situación económica de la colonia Castrista que es Venezuela  y la estrategia de la tiranía de  no comprar alimentos  a EE.UU. para presionar a que  se levantara el Embargo  y  con ello  los círculos financieros norteamericanos  le abrieran líneas de crédito a la tiranía Castrista para con ese dinero le comprara a compañías norteamericanas. Los acreedores de los círculos financieros siempre van a cobrar pues por las leyes de EE.UU. el gobierno (es decir el pueblo trabajador norteamericano mediante  los impuestos) les indemnizaría la pérdida sufrida por la tiranía no pagarle el crédito otorgado,  mientras que las compañías norteamericanas  estarían contentas de haber vendido. ¿ Quién se perjudicaría?: El pueblo norteamericano ya que no vería revertido hacia él  lo pagado en los taxes o impuestos ...

 Una digresión: en  años  recientes Cuba  importó aproximadamente el 80% de los alimentos que consume y en el año 2005 EE.UU.  fue el mayor proveedor de alimentos. La dictadura totalitaria de los Castro  no publica las  cifras de importaciones de alimentos desde EE.UU.: para seguir culpando al embargo norteamericano de todas las  desgracias de Cuba...

 Veamos algunas cifras antes del deshilo  y verán que sólo en el año 2013 casi DUPLICÓ  lo que exportó EE.UU. a Cuba EN LOS DOS AÑOS DEL SUPUESTO DESHIELO.

 
Contradicen cifras de la Casa Blanca sobre comercio entre EEUU y Cuba


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El gobierno de Obama exagera las cifras de comercio con Cuba

Por Nora Gámez Torres
ngameztorres@elnuevoherald.com

La Casa Blanca se ha referido a un potencial de $6,000 millones en comercio con Cuba, pero la realidad es que las compañías estadounidenses apenas exportaron mercancías por cerca de $380 millones a la isla desde el inicio del deshielo, en diciembre del 2014.

A principios de año, la secretaria de Comercio Penny Pritzker declaró que el departamento que dirige había otorgado 490 licencias a compañías interesadas en hacer negocios con Cuba por un valor de $4,300 millone s de dólares. Más recientemente, el vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest dijo que, desde diciembre del 2014, cuando se anunció la nueva política hacia Cuba, “se había iniciado comercio por más de $6,000 millones entre Cuba y Estados Unidos, lo que obviamente ha tenido un importante beneficio económico aquí en los Estados Unidos”.

“Aunque puede haber licencias por el total de ese valor...de ninguna manera el valor de esas licencias equivale a la actividad económica real” con Cuba, considera John Kavulich, presidente del U.S.-Cuba Trade and Economic Council, una organización que monitorea las relaciones comerciales con la isla desde su fundación en 1994.

Según Kavulich, para “aliviar el papeleo”, la Administración de George W. Bush permitió a las empresas solicitar licencias con valor en dólares que no necesariamente equivalen al monto real de las operaciones sino a las “aspiraciones”.

De este modo, una empresa estadounidense interesada en exportar alimentos a Cuba podría basar la solicitud de su licencia en promesas de la compañía estatal importadora Alimport, pero no en el monto real de la compra, lo cual ahorraría, además, volver a solicitar una nueva licencia, explica el experto.

Kavulich, quien recopila sistemáticamente las cifras de las exportaciones a Cuba, calcula que entre diciembre del 2014 y octubre del 2016, las exportaciones a la isla de productos agrícolas y médicos apenas llegaron a $370,663,863, una cifra muy inferior a los $6,000 millones mencionados por la Casa Blanca. De hecho, todo lo exportado a la isla desde el 2001 está por debajo de esa cifra.

Según las cifras oficiales de la Oficina del Censo de Estados Unidos, las exportaciones a Cuba en los últimos dos años alcanzaron los $380 millones.

Un funcionario del Departamento de Comercio confirmó al Nuevo Herald que las cifras citadas por Pritzker y Earnest se corresponden con los montos de las licencias especiales expedidas o con operaciones autorizadas gracias a excepciones en las sanciones a Cuba, y que no necesariamente se corresponden con las exportaciones reales.

Algunas veces las compañías obtienen las licencias cuando todavía están ultimando detalles. El acuerdo puede que no sea por esa cantidad o puede que se descarrile por el camino”, aclaró el funcionario.

La economía cubana, cuyo Producto Interno Bruto decreció en 0.9 por ciento en 2016 y entró en recesión por primera vez desde 1993, tampoco podría absorber semejante volumen de exportaciones provenientes de Estados Unidos, por lo que los exportadores tendrían que buscar modos de financiar las ventas. Desde que el presidente Barack Obama anunció su nueva política de acercamiento a Cuba, las exportaciones a la isla –principalmente de alimentos como pollo, soya y maíz– decrecieron, contrario a la lógica de unas mejores relaciones entre ambos países.

“Cuando la Administración Obama saca estos números sin explicar su trasfondo, la percepción es: a) que hay una enorme cantidad de actividad entre Estados Unidos y Cuba; b) que Cuba gasta todo ese dinero con empresas estadounidenses; y c) cuando los números no se corresponden con la realidad, la percepción es que Cuba le ha dicho ‘no’ a todas esas oportunidades cuando no ha sido así”, comentó Kavulich.

“Lo hacen porque quieren exagerar y demostrar cuánto progreso se ha alcanzado, pero mentir para hacer marketing no es una buena estrategia, especialmente para un gobierno”, opinó.

“Cuando la Administración Obama saca estos números sin explicar su trasfondo, la percepción es: a) que hay una enorme cantidad de actividad entre Estados Unidos y Cuba; b) que Cuba gasta todo ese dinero con empresas estadounidenses; y c) cuando los números no se corresponden con la realidad, la percepción es que Cuba le ha dicho ‘no’ a todas esas oportunidades cuando no ha sido así”, comentó Kavulich.

“Lo hacen porque quieren exagerar y demostrar cuánto progreso se ha alcanzado, pero mentir para hacer marketing no es una buena estrategia, especialmente para un gobierno”, opinó.

Nora Gámez Torres: @ngameztorres