Venezuela: Un chavismo en crisis y dividido
Por Jorge Hernández Fonseca
1 de Abril de 2017
Los acontecimientos se precipitaron en Venezuela cuando el tribunal supremo chavista dictaminó --de un plumazo-- la disolución de una de las tres principales Instituciones del Estado.
En la Venezuela de hoy se observan tres focos de poder. El foco de Nicolás Maduro, detrás del cual está Cuba; el foco del general Vladimir Padrino, Ministro de las Fuerzas Armadas, que es fiel de la balanza; y el foco del vicepresidente Tareck Aissami, asociado al terrorismo islámico. Diosdado Cabello, un anterior foco remanente de poder, ha pasado a un segundo plano después del choque con Padrino por oponerse a la elección del Congreso opositor y por la acusación formal de EUA de ser un capo narco, jefe del “Cartel de los Soles” dentro del ejército.
La orden para que el tribunal supremo chavista emitiera el veredicto que formalizó el autogolpe no pudo haber provenido de Padrino, a cuyo mando responde supuestamente la fiscal general que hizo sonar las alarmas. No debe haber provenido de Aissami, porque su poder es externo. Hay entonces dos posibilidades: la orden provino de Maduro-Cuba, o procedió de Cabello, con el poco poder que le resta, intentando hacer un pulso con Padrino --y quizá habiendo coordinado con Maduro-- para un resurgir de entre sus propias cenizas. Analicemos.
El índice de la relación entre la fiscal general y Padrino proviene de la actuación del jefe militar durante la crisis, lo que hace suponer que el ministro de defensa dio voz a la fiscal general, con vistas a que Maduro convocara la reunión en la que impuso la marcha atrás del tribunal supremo, reunión en la que no participó dicha fiscal general. La posibilidad de que fuera Cabello con su poder remanente quien diera la orden, proviene del historial delictivo del presidente del tribunal supremo que creó la crisis y su relación histórica con Cabello en el mundo del hampa.
Sin embargo, imaginar que fue desde Cuba que se dio la orden a Maduro para la jugada fallida tiene varios indicios: Raúl y sus generales nunca han visto con buenos ojos la presencia de una asamblea opositora electa democráticamente. La posposición de las elecciones regionales de Diciembre pasado se supone parte de la estrategia cubana para Venezuela y el auto-golpe contra el Congreso era el colofón de esa estrategia, que cerraría el cerco dictatorial pro Cuba.
Así, siendo Maduro --cumpliendo órdenes desde la Habana-- el promotor del autogolpe, queda claro que ha sido presionado por Padrino para eliminar sus efectos, lo cual pone sobre el tapete la división del chavismo. Asumiendo la relación expuesta entre el ministro de las fuerzas armadas con la fiscal general, es de suponer que otros sectores internos venezolanos hayan hecho pacto de alianza y que existan entonces dos grande bandos dentro de la Venezuela chavista: el bando pro cubano de Maduro --minoritario-- y el bando nacionalista de Padrino, ambos sin querer abortar la “revolución bolivariana”, pero uno queriendo liberarse de Cuba.
Todavía no está claro cuál será el futuro del Parlamento opositor, y este será el indicador del futuro inmediato de Venezuela: si se permite al Congreso opositor trabajar según reza la Constitución y se convocan las elecciones regionales pospuestas, habrá un futuro democrático. Si simplemente se regresa a la posición anterior, la lucha democrática deberá tener otros lances, pero contando ahora con la certeza de la fractura interna de un chavismo en crisis.
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