miércoles, octubre 25, 2017

El mesianismo nuclear de Fidel Castro


El mesianismo nuclear de Fidel Castro
25 de octubre de 2017


Caricaturas de Garrincha.

América ha padecido numerosos dictadores. La mayoría fueron brutales y viles con sus pueblos, no obstante, muy pocos pretendieron extender su poder más allá de las fronteras de sus países, entre esas excepciones esta Fidel Castro, que mientras destruía a Cuba,intentó ensanchar su dominio a otras tierras causando también devastación y muerte.

Fidel siempre tuvo una visión mesiánica de sí mismo. Se creyó el salvador de Cuba, después conjeturó serlo de América y por ultimo pensó que el mundo precisaba de sus servicios para progresar y ser feliz, pero como nunca fue tonto, concluyó que necesitaba un aliado, un país poderoso al cual servir,a la vez que se hacía de su propia tajada.

Miró el mapamundi y vio pocas opciones. Estados Unidos no podía ser porque era el enemigo ideal para cualquier faraón disfrazado de nacionalista. La Alemania nazi había sido eliminada 15 años atrás, la única opción viable era Moscú, en consecuencia se declaró vasallo del Kremlin, y le propuso convertirse en procónsul en la desestabilización del continente, un objetivoque ambos compartían.

El régimen insular se convirtió en un gran receptor de armas y pertrechos bélicos, de todo tipo, provenientes de los países del bloque soviético. Funcionarios y militares cubanos viajaron a la URSS y países satélites, para recibir preparación en diferentes disciplinas. El bloque soviético se convirtió en escuela y taller de espías, agentes represores, militares y funcionarios de la administración pública.

El Kremlin, que desde los primeros meses de la Revolución envió a Cuba a decenas de agentes de origen español, remitió a la isla contingentes de instructores rusos en diferentes armas y de técnicos soviéticos en numerosas materias. En pocos meses los puertos cubanos recibían a decenas de buques procedentes del bloque comunista y ciudadanos de esos países se movían por todo el país, en particular en las esferas oficiales, con plena libertad y autoridad.

Pero esta preparación, en particular la militar y de inteligencia, era trasmitida a los que en el continente estaban dispuestos a convertirse en vectores de la Revolución Cubana. Por supuesto que la colaboración no se limitaba al traspaso de conocimiento porque las armas que formaban parte del arsenal del ejército de la República eran entregadas a los subversivos del continente, y sustituidas por las que llegaban de Europa del este.

Según se fue consolidando el régimen en el plano interno, Castro, incursionaba más en la política mundial, haciéndolo con extrema habilidad porque a pesar de que era un fiel servidor de la Unión Soviética, supo establecer mandos tácticos que le permitieron hacerse de una propia clientela política.

La Habana, por su condición de aliado del Kremlin y atendiendo al escudo atómico que éste le ofrecía, decidió asumir un papel activo en la disputa este-oeste facilitando el territorio insular para la construcción de bases con capacidad de ataque nuclear contra Estados Unidos.

Como provocador de oficio, sentó las bases para la crisis nuclear más peligrosa que se haya conocido. El trance lo elevó a instancias públicas sólo reservadas a los máximos dirigentes de las grandes potencias.

En Cuba, se decía con frecuencia que había individuos con un ansia de protagonismo tan extremo que tenían deseos de morirse para despedir su propio duelo y el dictador cubano, en su megalomanía, situó a Cuba en el vértice de una crisis a sabiendas de que sería el primer objetivo a destruir si se desataban los demonios de la guerra.

La megalomanía de Fidel Castro, su ambición de poder y su aspiración de ejercerlo a perpetuidad puso a prueba la estrategia de la Mutua Destrucción Asegurada. Si Fausto transó con el diablo, Fidel negoció con el dueño de las calderas, Nikita Jrushchov, para poder ser el amo del infierno.

El dictador cubano escribió al Jrushchov, “si la segunda variante tiene lugar y los imperialistas invaden Cuba con el objetivo de ocuparla, los peligros de su agresiva política son tan grandes después de esa invasión que la Unión Soviética no debe permitir circunstancias en las que los imperialistas puedan llevar a cabo un primer ataque nuclear contra nosotros”, el ruso se percató de que no estaba negociando con un político sino con un demente capaz de destruir el mundo por lograr su objetivo.

La "Crisis de los Misiles", fue resuelta, porque tanto Washington como Moscú se convencieron del peligro que estaban enfrentando, sin embargo Fidel Castro se opuso a toda solución y demandó abiertamente a la URSS que no retirara los cohetes y que los usara contra Estados Unidos en caso de que Cuba fuese invadida, pero su reclamo fue ignorado, lo que lo dejó en la posición que le correspondía, el de lacayo de un imperio que sabía usar a sus aliados.
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Traducción al idioma inglés de la Carta de Fidel Castro al Premier de la URSS Nikita Sergeyevich Khrushchev (April 15, 1894 – September 11, 1971) en 1962 cuando la Crisis de Octubre o Crisis de los Misiles o Crisis de los Cohetes, sugiriéndole que la URSS diera el primer golpe nuclear. Nikita Sergeyevich Jrushov es otra traducción del nombre del entonces también Primer Secretario del PCUS.




Tomado de http://www.latinamericanstudies.org/

Junio 22, 2002

CARTA DE FIDEL CASTRO A NIKITA S. KHRUSHCHEV

La Habana
Octubre 25, 1962
University of Massachusetts at Boston
PBS
George Washington University
Texto Integro
La Nueva Cuba



La Habana, Octubre 25, 1962

Querido Camarada Krushchev:

Partiendo de un análisis de la situación y de los reportes en nuestra posesión considero que la agresión es casi inminente dentro de las próximas 24 a 72 horas.

Existen dos posibles escenarios: el primero y más probable es un ataque contra ciertos puntos con el limitado objetivo de eliminarlos; el segundo, menos probable aunque posible, es el de una invasión. Yo entiendo que esta variante demandaría el tener que involucrar un gran contingente de fuerzas y es en adición la más repulsiva forma de agresión, lo que podría ser razón que se abstuviesen de hacerlo.

Puede usted estar seguro de que de una manera firme y resoluta resistiremos el ataque no importa su naturaleza.

La moral del pueblo cubano está muy alta y el agresor será confrontado heroicamente.

En este momento quiero hacerle partícipe de mi opinión personal.

Si el segundo escenario es implementado y los imperialistas invaden a Cuba con el objetivo de ocuparla, el peligro que esa política agresiva representa para la humanidad es tan grande que tras tener lugar ese hecho la Unión Soviética no debe nunca permitir circunstancia alguna en que los imperialistas puedan ser los primeros en lanzar un ataque nuclear contra ella.

Le manifiesto lo anterior porque yo creo que la agresividad de los imperialistas es extremadamente peligrosa y que si ellos de hecho llevan a cabo el acto brutal de invadir a Cuba en violación de la ley y la moral internacional, ese sería el momento para eliminar tal peligro de una vez y para siempre a través de un acto de legítima defensa, y aunque se trataría de una solución dura y terrible no hay otra alternativa.

Ha influenciado en mi opinión el ver con cuánta agresividad esta política se está desarrollando. En ver como los imperialistas sin guardar consideración alguna por la opinión pública e ignorando los principios y la ley bloquean los mares, violan nuestro espacio aéreo y prepara una invasión mientras que al mismo tiempo frustran cada posibilidad de conversaciones aun cuando están bien conscientes de la seriedad del problema.

Usted ha sido y continúa siendo un incansable defensor de la paz y comprendo cuán amarga esta hora debe ser cuando el resultado de sus esfuerzos sobrehumanos es tan seriamente amenazado. Sin embargo, hasta el último momento mantendremos la esperanza de que la paz sea salvaguardada y estamos en la disposición de contribuir a ello tanto como podamos. Pero al mismo tiempo estamos listos para confrontar con serenidad una situación que consideramos bien real y bien inminente.

Una vez más le participo la infinita gratitud y reconocimiento de nuestro pueblo al pueblo soviético que ha sido tan generoso y fraternal con nosotros, así com nuestra profunda gratitud y admiración por ustedes en esta gigantesca tarea y la seria responsabilidad delante de ustedes.

Fraternalmente

Fidel Castro


En http://personal.telefonica.terra.es/ escribe Servando González:

( FRAGMENTO)

Por suerte para Cuba, y para la Humanidad toda, Jruschov entendió en toda su gravedad la terrible propuesta que le hizo Castro y actuó en consecuencia. El 27 de octubre Jruschov envió el mensaje al presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, que abrió las puertas a una solución pacífica a la crisis creada tras la instalación de más de 40 cohetes de alcance medio e intermedio dotados de ojivas nucleares y un contingente de 43,000 soldados rusos en suelo cubano. Una vez arregladas las cosas con sus adversarios, el 30 de octubre, Jruschov envió su famosa carta respuesta a Castro, donde le expresó:

“En su cable del 27 de octubre Vd. nos propuso que fuéramos primeros en asestar el golpe nuclear contra el territorio del enemigo. Vd., desde luego, comprende a qué llevaría esto. Esto no sería un simple golpe, sino que el inicio de la guerra mundial termonuclear.

Querido compañero Fidel Castro, considero esta proposición suya como incorrecta, aunque comprendo su motivo.

Hemos vivido el momento más serio, en que pudo desencadenarse la guerra termonuclear mundial. Evidentemente, en tal caso los EE.UU. sufrirían enormes pérdidas, pero la Unión Soviética y todo el campo socialista también sufriría mucho. En lo que se refiere a Cuba, al pueblo cubano, es difícil incluso decir en general en qué eso podría terminar para él. En primer término en el fuego de la guerra se quemaría Cuba...”.

En su carta respuesta del 31 de octubre de 1962 Castro reafirmó que él estaba plenamente consciente de lo que le propuso a Jruschov a espaldas del pueblo cubano. En dicha carta Castro despeja toda posible duda acerca de su monumental falta de escrúpulos y su ilimitada capacidad para el crimen cuando afirma:

“Nosotros sabíamos, no presuma usted que lo ignorábamos, que habríamos de ser exterminados, como insinúa en su carta, caso de estallar la guerra termonuclear...”.

Culpable, en el grado de tentativa, del delito de lesa humanidad de haber conspirado para arrojar la humanidad al holocausto nuclear. Culpable de haber negociado a escondidas con una potencia extranjera el exterminio del pueblo cubano. Ese es el veredicto que emitimos los cubanos al enjuiciar la desvergüenza de entregar la patria a una potencia extranjera, y la villanía de convertir a toda la población cubana, niños, mujeres, civiles y milicianos, en el monumental escudo humano donde Castro se ha refugiado una y otra vez para evitar pagar por los innumerables delitos que ha cometido.

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1 Comments:

At 4:55 a. m., Blogger JULIO CESAR TARRAGO HERNANDEZ(I.B.N.S. 10660) said...

Y la verguenza del mundo es q se fue sin pagar. Como se nos ira el Castro II.

 

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