Esteban Fernández: “TÚ LO QUE TIENES QUE HACER ES…”
Por Esteban Fernández
3 de octubre de 2017
Los consejos son magníficos siempre y cuando vayan acompañados por la cooperación económica, física y moral del consejero. Pero eso casi nunca pasa.
Cuando las personas están jodidas les llueven los consejos. De lejos y fuera del agua, es extremadamente fácil aconsejar.
Preséntele el grave dilema que le acongoja a todo el que usted conozca y verá que a miles de millas de distancia encuentra 50 personas que en pocas palabras -y cero acciones- resuelven su problema.
La cosa puede ser gravísima y usted puede indicarle a todos sus conocidos: “Mira, chico, ya tengo cerca de 77 años, estoy enfermo, mi mujer se murió hace seis meses, mis hijos viven en Alabama y no sé de ellos hace muchos años, mi retiro no me alcanza para nada”
Antes de lo que canta un gallo tiene 15 respuestas resolviendo su situación: “Muchacho, vete a Walmart, ahí están dándole trabajo a personas de la tercera edad y discapacitados”.
Pero la mayoría se convierte en auditores públicos que son capaces hasta de pedirle una lista de sus gastos Y NO PARA PAGARLOS ELLOS sino para reducirlos. Para hacer presupuestos sobran los expertos, de lejos y sin meterse las manos en los bolsillos ni tocar sus chequeras.
Y dicen cosas como: “Compadre tus gastos por conducto de la electricidad son exorbitantes, apaga todas las luces y no utilices el aire acondicionado”.
Si te enfermas y lo cuentas, los “especialistas en materias médicas” nunca pagan las medicinas sino que te indican tonterías como: “Come mucha malanga, soléate, trata de caminar lo más posible, evita alterarte, no fumes”.
Cuando usted esté metido en un atolladero las siete palabras que mas escuchará son “TU LO QUE TIENES QUE HACER ES…” Difícil que usted oiga a nadie decirle: “Mira, mi hermano ESTO ES LO QUE YO VOY A HACER POR TI INMEDIATAMENTE”.
Y el lío no tiene que ser económico, sino de toda índole, los orientadores en la distancia son tajantes: “Bota a esa mujer que no te conviene”, “Dale 20 cintazos a tu malcriado hijo”, “A los 18 años ya es hora que ese muchacho se vaya para el carajo”, “Deja ese trabajo” y “Eso que te está pasando me ha pasado -y mucho peor- a mi mil veces”, “Tu problema no es ese, sino que eres muy débil de carácter”.
Dígame la verdad: ¿Usted nunca ha tenido ganas de decirle a cada uno de los “consejeros económicos, médicos y sentimentales”: “Métete las lecciones por donde mejor te quepan, hazme un cheque de cinco mil dólares, dame albergue en tu casa, y logra que en el último cuarto de tu hogar ya esté Jennifer López esperándome desnuda en la cama?”
Dicen que “Los que no oyen consejos no llegan a viejos” lo malo es que después de viejos siguen abrumándonos con sugerencias, advertencias y sermones. Siempre y cuando no se afecten ellos con las decisiones de los aconsejados.
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