lunes, abril 09, 2018

.LA CUMBRE DE LA HIPOCRESÍA. Alfredo M. Cepero sobre la VIII Cumbre de las Américas en Lima, Perú, 2018


LA CUMBRE DE LA HIPOCRESÍA.

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El títere del país ocupado es rechazado por dictador mientras el titiritero del país ocupante es recibido como demócrata. Esta contradicción metafísica paraliza y descalifica a la Cumbre de Lima.
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Por Alfredo M. Cepero
Director de www.lanuevanacion.com
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Dentro de unos pocos días, entre el 13 y el 14 de abril de 2018, seremos testigos de otra cumbre de la hipocresía como las que se llevan cabo con frecuencia inaudita por los rufianes que dicen representar la democracia en nuestro continente. Esta VIII Cumbre de las Américas fue convocada por el recién creado Grupo de Lima, integrado por Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Perú.

Dicho grupo fue creado ante la imposibilidad de aprobar resoluciones sobre Venezuela en la Organización de Estados Americanos (OEA) por el bloqueo de los países caribeños. Estas isletas con pretensiones de países dieron el tiro de gracia a una OEA ya debilitada por la corrupción en la década de 1970. Así me lo dijo por aquella época el maestro de periodistas Guillermo Martínez Márquez. Y yo digo hoy que, como hijas abortivas de la "pérfida Albión", se venden al mejor postor. Así lo hicieron desde que Hugo Chávez les compró el voto para paralizar a la OEA y lo siguen haciendo ahora con Nicolás Maduro.

Sin embargo, a pesar de sus pretendidos aires de integridad institucional y de su ostentosa fidelidad a los principios de la democracia, este Grupo de Lima adolece de vicios muy similares a los de la Organización de Estados Americanos. La Venezuela de Nicolás Maduro es una dictadura indigna de participar en un foro de democracias como las que se reunirán en Lima. La tiranía encabezada por Raúl Castro, la más longeva de América y madre del terrorismo en el continente por casi seis décadas, será recibida en Lima como una flamante democracia. El títere del país ocupado es rechazado por dictador mientras el titiritero del país ocupante es recibido como demócrata. Esta contradicción metafísica paraliza y descalifica a la Cumbre de Lima.

Porque la ocupación militar de Venezuela es un hecho de conocimiento público, reconocido hasta por los propios venezolanos que matan a sus compatriotas y hambrean a su pueblo para financiar a sus amos cubanos. Chávez le entregó en "bandeja de plata" a Fidel Castro lo que el dinosaurio cubano no pudo lograr por la fuerza de las armas. Maduro le garantiza a Raúl Castro los recursos que el asno ensangrentado necesita para mantenerse como amo absoluto de Cuba y de Venezuela.

Pero el férreo control de Venezuela por la tiranía cubana no se limita al aspecto militar. En el país se encuentran más de 50,000 cubanos en áreas que se extienden a la seguridad, la salud, la educación, los deportes, y las comunicaciones. Todos desempeñan una doble función, la ostensible de su profesión pública y la secreta de espionaje y delación de los inconformes. Esa seguridad, quizás el aspecto más vital para la supervivencia de la dictadura, fue diseñada por el siniestro Ramiro Valdés y es controlada actualmente por sus testaferros en Venezuela.

Allí no se mueve nadie. Quien lo dude que se lo pregunte a cualquier militar que haya expresado rechazo a la ocupación de su patria por los esbirros cubanos. Para más seguridad, el Fuerte Tiuna no es mandado por militares venezolanos sino por dos generales, cuatro coroneles, cinco tenientes coroneles y 25 oficiales subalternos, los cuales dirigen ocho batallones cubanos. ¡Ah y los sicarios que asesinan a mansalva a jóvenes desarmados en las calles de Caracas son miembros de la mortífera Red Avispa del Ministerio del Interior de Cuba!

Pero no quiero apartarme del tema central de este trabajo que es la hipocresía de tantos gobernantes miserables en América. En su totalidad, sin una sola excepción, todos les han hecho carantoñas a los Castro en el curso de esta horrible pesadilla del pueblo cubano. El caso más reciente y quizás el más chocante por la ideología conservadora profesada por el personaje, fue el del actual presidente Chile, Sebastián Piñera.

En enero de 2013, fue celebrada en Santiago de Chile la Cumbre de la CELAC-Unión Europea, una organización integrada por una mayoría de gobiernos democráticos. El tirano Raúl Castro fue recibido con honores y elegido Presidente de la CELAC. Sebastián Piñera desempeñaba por esa época su primer período como presidente del país y, en vez de defender sus principios democráticos, se sumó a aquella caravana de la indignidad. Llenó la copa cuando se reunió durante 50 minutos en privado con el tirano cubano sin ofrecer declaraciones ni justificaciones a la prensa.

Por su parte, Mario Vargas Llosa, un constante y verdadero aliado de la causa por la libertad de Cuba lo increpó. En declaraciones  formuladas el 12 de abril de 2013 al periódico El Mostrador, Vargas Llosa calificó de "patética' la conducta de Piñera. Y agregó: "La conclusión es muy triste; los países latinoamericanos que padecen dictadores sólo pueden contar consigo mismos porque los gobiernos democráticos los abandonan a su suerte y a veces les dan puñaladas por la espalda".

En esta Cumbre de Lima la pantomima es la misma. Venezuela está de moda y Cuba sigue relegada al olvido. Los cobardes que temieron la maldad de Fidel Castro e ignoran el infierno de su hermano buscan notoriedad atacando a Nicolás Maduro. El grito de los opositores cubanos pidiendo la exclusión de su tirano es ignorado por estos farsantes. Las cancillerías latinoamericanas siguen sordas y mudas a nuestra tragedia.

Irónicamente, una voz solitaria hace sonar la alarma. El líder venezolano Antonio Ledezma se opone a que Raul Castro sea invitado. Pero Ledezma es una voz en el desierto dentro de la oposición venezolana. Los demás no se han percatado o desean ignorar la estrecha relación de ambos regímenes para la supervivencia o para la desaparición. Cualquiera diría que, después de tantos fracasos y sufrimientos, los venezolanos ya se habrían dado cuenta de que sin Raúl Castro desaparecería Nicolás Maduro y viceversa. Son dos fichas que se sujetan una a la otra dentro de un dominó diabólico que están destinadas a caer al mismo tiempo. Sus opositores debemos cerrar filas.

Por desgracia, la lucha contra el totalitarismo en América se remonta bien atrás en nuestro pasado. Nos liberamos del yugo español pero conservamos sus vicios autoritarios. Los veinte años entre 1940 y 1960 vieron pasar muchos dictadores que usaron espadas y uniformes militares para oprimir a sus pueblos.

Sin embargo, en esa época hubo una excepción y una estrella polar de la democracia que se llamó José Figueres. El hombre que disolvió las fuerzas armadas en Costa Rica. Cuando le pidieron su fórmula para consolidar la democracia en su país contestó con su característico estilo tajante: "Les concedí licencia permanente a todos los generales".  

Este fue el mismo Figueres que declaró públicamente haber conspirado para derrocar a las dictaduras de Trujillo, Perez Jiménez, Somoza y Batista. El mismo que le envió armas a la Sierra Maestra a Fidel Castro para que derrocara a Fulgencio Batista. El mismo que, cuando Fidel Castro mostró su garra comunista, le advirtió que no se alejara de Estados Unidos.

Salió expulsado de Cuba y nunca reanudó sus relaciones con el tirano que había ayudado a robarse el poder. Porque aunque Figueres no presidia una potencia militar ni gobernaba un pais con grandes riquezas materiales contaba con el arsenal de su carácter y el arma de sus principios. Esos gigantes de la democracia ya no existen en América y ahora predomina la ley de sálvese cada cual por sí mismo.

Concluyo con un consejo que recibí una vez de un ilustre economista y consagrado patriota cubano. Se llamó Antonio Jorge y me dijo: "Nadie ha sido solidario con nosotros en nuestra hora de dolor que es cuando se conoce a los verdaderos amigos. Cuando nos llegue la libertad, que llegará, debemos contar solamente con nuestros recursos y confiar únicamente en nosotros mismos. No más derroche en embajadas ni peroratas inútiles en corruptos organismos internacionales. Muchos consulados para vender nuestros productos y comprar los que necesitemos. Una Cuba preparada a negociar con el mundo para beneficio del pueblo cubano". No creo que pueda añadir una mejor enseñanza.
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