sábado, junio 09, 2018

Setenta años del relevante músico Paquito D’Rivera: “Me duele Cuba. No pierdo la esperanza de verla soberana, y caminar por Marianao, donde nací en La Habana, sin miedo y sin encono”

Tomado de https://www.cubaencuentro.com/

Setenta años de Paquito D’Rivera

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Paquito D’Rivera: “Me duele Cuba. No pierdo la esperanza de verla soberana, y caminar por Marianao, donde nací en La Habana, sin miedo y sin encono”
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Por Carlos Olivares Baró
Ciudad de México
08/06/2018

Los cubanos tenemos a un genio en la extensa familia de músicos virtuosos por todo el orbe: Francisco de Jesús Rivera Figueras (Marianao, La Habana, 4 de junio de 1948): Paquito D’Rivera cumplió, el 4 de junio pasado, 70 años de vida con su pasión bisaxual (clarinete y sax alto) como premisa, un humor desbordado y la nostalgia de La Habana.

Uno de los grandes temperamentos musicales de los últimos 50 años en América. Cuando hablamos de Paquito D’Rivera rápidamente lo asociamos al latin jazz y quizás, algunos se refieran a la ejecución del Adagio de Mozart a finales de los años 70 como saxofonista del ensamble que revolucionó al jazz afrocubano, Irakere, fundado por Chucho Valdés en 1973.

Pero, Paquito D’Rivera es mucho más que eso. Amante de la música cubana, brasileña, venezolana, jazz y música de concierto, ha hecho evidente su preferencia por el formato de cámara, y ha compuesto pequeñas obras maestras para ensambles reducidos: “Habanera”, “Alborada y son”, “Lecuonerías”, “Wapango”, “Preludio y Merengue”, “Dizziness”, “Brussels in the rain”… / ¿Jazz o clásico? Quien escuche cualquiera de esas composiciones entrará a un cosmos de ecléctica sonoridad: concordancia barroca, prosodias tradicionales cubanas, bossanova, bebop, trazos neoclásicos… “De niño yo no distinguía el jazz de la música clásica, hasta que escuché un día a mi padre decir que sólo había dos tipos de música: la buena y la mala”, ha dicho el compositor de “To Brenda with Love”.

(Paquito D’Rivera)

Primeros estudios con su padre, el saxofonista y director de orquesta Tito Rivera, y más tarde en el Conservatorio Municipal de La Habana. A los 10 años debuta en el Teatro Nacional de Cuba ejecutando el ConciertoNo. 2 para clarinete y orquesta, de Carl María von Weber (1786 - 1826), con la Orquesta Sinfónica de La Habana bajo batuta de Gonzalo Roig (1890 - 1970). 1963, coincide con su amigo Chucho Valdés, en el Teatro Musical de La Habana. Fundador en 1967 de la Orquesta Cubana de Música Moderna de Armando Romeu, antecedente directo de Irakere del cual también es integrante iniciador.

Decide fincar residencia en Nueva York en 1980 y forma Havana New York Ensemble (Daniel Ponce, Fareed Haque, Danilo Pérez, Claudio Roditi, Michel Camilo, Hilton Ruiz…). Grabación de PaquitoBlowin’ (CBS, 1981), el primer fonograma estadunidense del hijo ilustre de Marianao: inicio de una corrida internacional que lo ubica como una figura clave del jazz y la música de concierto.

Su inaugural placa como líder absoluto en el que logra convocar a instrumentistas de primera fila del jazz latino de Nueva York: Jorge Dalto (piano), Hilton Ruiz (piano), Eddie Gómez (contrabajo), Rusell Blake (bajo fender), Ignacio Berroa (batería, percusión), Daniel Ponce (conga, bongó), Mario Rivera (flauta) y Jerry González (percusión), es hoy un fonograma muy valorado por coleccionistas.

El hombre que arribó a los 70 años el pasado lunes 4 de junio, Paquito D’Rivera, es una referencia obligada de la música clásica, jazz y popular en latinoamericana y buena parte del mundo. Uno de los grandes músicos cubanos de los últimos 50 años. Estilo lúdico que lo mismo mezcla los sugestivos colores de Olivier Messiaen con las frondas de un danzón-cha o los columpios del bandoneón con las orlas rítmicas del son montuno. Tenemos el privilegio de un Paquito cubano y universal que cuando ejecuta boleros, temas afrocubanos, piezas de jazz clásico, tangos, valses venezolanos, wapangos, habaneras o una guajira, nos abrasa el alma: la nostalgia se hace festiva y el dolor se ausenta.

Más de 50 álbumes grabados, 12 premios Grammy, varios doctorados en universidades de América, Medalla Nacional de las Artes de Estados Unidos… “Cambio todos esos reconocimientos por el premio del aplauso del público cubano en un concierto mío en La Habana cuando mi Cuba sea democrática”, ha dicho el saxofonista-clarinetista fundador de Irakere.

CUBAENCUENTRO le preguntó por correo electrónico:

¿Paquito, qué se siente al cumplir 70 años?

Nada. La alegría de estar con los míos. El tiempo pasa y me asombra, me alegra haber vivido siete décadas. Parece que la cosa “pica y se extiende”, como en un buen partido de béisbol y el bateador pega un doblete de hit y llega hasta la segunda base. Pobre de ustedes que tendrán que soportarme unos años más. Me duele Cuba. No pierdo la esperanza de verla soberana, y caminar por Marianao, donde nací en La Habana, sin miedo y sin encono.