martes, julio 17, 2018

Armando de Armas: El Zar no sólo fue asesinado en este día hace 100 años, sino que sus hijas fueron violadas y asesinadas ante él por los comunistas que mandan aún en Cuba y otros lares. 100 años después los rusos piensan que la muerte del Zar fue un "crimen monstruoso"

Tomado de https://www.martinoticias.com


100 años después los rusos piensan que la muerte del Zar fue un "crimen monstruoso"

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El Zar no sólo fue ultimado en este día hace 100 años, sino que sus hijas fueron asesinadas ante él por representantes de un sistema que aún perdura en Cuba, Venezuela, Bolivia, China, Vietnam, Laos y Cambodia.
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El Zar no sólo fue asesinado en este día hace 100 años, sino que sus hijas fueron violadas y asesinadas ante él por los comunistas que mandan aún en Cuba y otros lares.

Por Armando de Armas
julio 16, 2018


Cien años después la mayoría de los rusos considera que el asesinato de los zares por parte de los comunistas, cuyo centenario se recuerda mañana, fue un "crimen monstruoso", según los resultados de una encuesta divulgados hoy y realizada por el Centro Ruso de Estudios de la Opinión Publica.

El Zar no sólo fue ultimado en este día hace 100 años, sino que sus hijas fueron asesinadas ante él por los representantes de un sistema (comunista) que aún perdura en Cuba, Venezuela, Bolivia, China, Vietnam, Laos y Cambodia, y que por demás pretenden tomar el poder en España, como ya lo intentaron en 1936, de la mano de Podemos y el PSOE.

El 57 % de los encuestados opina que el asesinato del último zar de Rusia, Nicolás II, y su familia, perpetrado por los bolcheviques el 17 de julio de 1918 en la ciudad de Yekaterimburgo, fue un "crimen monstruoso y sin justificación alguna".

 (El Zar, Nicolás II, la zarina, sus cuatro hijas y Alexander, el único varón.)

Según el 27 % de los participantes en el sondeo, Nicolás II merecía ser castigado, pero no de esa manera.

Y sólo el 3 % consideró que el fusilamiento del zar y su familia fue "un justo castigo por los errores del emperador".

De acuerdo con la encuesta, la figura del Nicolás II suscita las simpatías del 43 % de los rusos, mientras que el 22 % la evaluó de manera negativa.

"El relato soviético acerca que el fusilamiento del zar y su familia por los bolcheviques (...) fue necesario y el justo castigo por los errores y crímenes de la dinastía Románov ha perdido todo viso de credibilidad", dijo el director del VTSIOM, Valeri Fiódorov, al comentar los resultados del sondeo.

La noche del 16 al 17 de julio de 1918 el sótano de la casa Ipatiev, en la ciudad siberiana de Ekaterinburgo, fue escenario de una tragedia que, como todos los crímenes de la izquierda, no ha contado con la suficiente solidaridad en los estamentos mediáticos y políticos del mundo occidental para quienes parece que todos los muertos son iguales pero unos son más iguales que otros.

El emperador Nicolás II de Rusia, su esposa, Alejandra, y sus hijos, Alexei, Olga, Tatiana, María y Anastasia, fueron asesinados por sus carceleros comunistas junto al doctor que cuidaba del Zarévich hemofílico, Eugene Botkin, Alexei Trupp, ayuda de cámara, la doncella Ana Demídova, e Ivan Kharinotov, el cocinero.

Asegura José Luis Sampedro Escolar en el diario español ABC que estos asesinatos representan una gota de sangre en el inmenso océano que produjeron los comunistas durante todo el siglo XX con la práctica del exterminio de clasce que, siguiendo el ejemplo del Terror francés revolucionario, en el antiguo imperio de los zares y en todo lugar donde actuaron: en el resto de Europa (Katyn, Budapest, Praga, …) y en todo el orbe, desde China y Camboya a Cuba, sin olvidar tantos otros pueblos masacrados, como el etíope o el angoleño. España, desgraciadamente, también puede exhibir una ejecutoria de miles de víctimas de esta ideología de muerte, comenzada años antes del inicio de la contienda de 1936 y finalizada en 2010, con el último crimen mortal de la banda terrorista ETA, cuya víctima fue, curiosamente, un agente de policía francés.
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Nota del Bloguista de Baracutey Cubano
 La masacre de la familia del Zar Nicolás Romanov es una gran mancha de Lenin pero no la más grande:la más grande es la Revolución de Octubre de 1917. La masacre del Zar y su familia es una gran mancha ni siquiera viéndola como una venganza por el fusilamiento de su hermano, pues su hermano estaba involucrado en un complot para matar al Zar; además, Lenin asesinó a mujeres, niñas y niños que no tuvieron absolutamente  nada que ver con la muerte de su hermano. Lenin tenia miedo (recordemos que Lenin estuvo en el exilio en los momentos de más peligro;  León Trosky fue el que se ocupó de estar en Rusia conspirando in situs)   y quería sembrar, aún más, el terror bolchevique; Fidel y Raul Castro también sembraron el terror  al triunfo de la Revolución durante décadas con los  fusilamientos y largas condenas de cárcel. En los años finales de la década del 70 o principios de la década de los 80 del pasado siglo XX se publicó la novela Diamantes para la dictadura del proletariado, de Yulian Semionov, el autor del bestseller 17 instantes de una primavera, y en el se narra la masacre de la familia Romanov y otras personas. Semionov posteriormente  fue un activista prodemocracia. Yo le pregunté en esos años a un amigo mio que estaba haciendo el doctorado en Moscú si la gente en la URSS hablaba de ese asesinato y me dijo que nadie hablaba y que eso no le interesaba a nadie... años después la realidad lo desmintió con la cobertura y la gran muchedumbre que acompañó el  entierro de lo que quedaba de los restos de la familia Romanov. En Cuba pasará lo mism con muchos hechos del período Castrista.

(Olga, Tatiana, María y Anastasia Romanov)

El tirano a tiempo parcial Fidel Castro Ruz no puede hablar que el   régimen político impuesto por Lenin y cómplices  haya sido producto de un golpe de estado, al frente de una minoría de simpatizantes porque eso mismo hizo él al darle dos  golpes de Estado a las fuerzas revolucionarias que  combatieron al régimen encabezado por Fulgencio Batista: el primero de esos golpes  fue a las propias fuerzas del Movimiento 26 de Julio, (M-26-7) que combatían clandestinamiente en los pueblos y ciudades (las cuales no estaban subordinadas a él); eso ocurrió en la reunión de Altos de Mompié cuando le echó la culpa del fracaso de la Huelga de Abril de 1958, a la cual él había llamado en el  Manifiesto de la Sierra Maestra de marzo de 1958 y después  no la respaldó fuertemente cuando ella se produjo; René Ramos Latour ¨Daniel¨ se había opuesto a esa huelga propuesta por Fidel porque no habían armas pero Faustino Pérez (el otro firmante junto a Fidel del manifiesto antes citado) expresó que las armas las traerí una expedición (la expedición de ¨El Corojo¨) pero esa expedición fracasó. El otro golpe de Estado se empezó a ejecutar  después del triunfo revolucionario y fue contra  las otras fuerzas antibatistianas que se habían unido en el Pacto de Caracas de 1958;  ese golpe empezó a fraguarse más aceleradamente  en la casa de descanso del Che Guevara en el reparto de Tarará cuando el Che  tenía una crisis de asma (uno de los contados presentes fue Osvaldo Sánchez, un alto operativo de la KGB en Cuba)   y se acabó de ejecutar desde las oficinas del INRA (Instituto Nacional de la Reforma Agraria). 
Lenin y sus bolcheviques  le dieron un golpe de Estado (realmente Lenin estuvo disfrazado, temeroso  y escondido  en el Smolny y el golpe fue ejecutado por León Trosky)  al gobierno socialdemócrata de Kerenski; Fidel y Raul Castro se lo dieron a las fuerzas revolucionarias antibatistianas.
 
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Los Romanov en 1917

 El asesinato de los Romanov


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Tomado de http://es.rbth.com

El destino de los asesinos del último zar

Por Yan Shenkman,
Rusia Hoy
15 de julio de 2013


 (El sótano de la casa de Ipatiev trás la ejecución de la familia Romanov. Fuente: Archivo)

En 1918 los bolcheviques fusilaron a los once miembros de la familia Romanov. Los principales implicados en aquel pelotón de ejecución ostentaron una posición respetable dentro de la sociedad soviética.
A día de hoy, 95 años después del asesinato de la familia real rusa, no se sabe a ciencia cierta cuántos asesinos estuvieron involucrados en el regicidio. Según una versión, fueron ocho los implicados en el regicidio. Conforme a otra, el número se eleva a once, tantos como víctimas de la matanza.
Los que desempeñaron un papel más relevante en el pelotón de ejecución fueron Yákov Yurovski y Medvédev-Kudrin.
Según Yurovski, él disparó mortalmente contra el zar. La participación de este, que era judío, en el regicidio permitió afirmar después a los nacionalistas que “a nuestra padrecito el zar lo mataron los ‘inorodtsy’ (habitantes no rusos durante el zarismo)”. En realidad, los ‘inorodtsy’ eran sólo dos: él y el fusilero letón Tselms, cuya participación en el asesinato no está definitivamente probada.
(Yákov Mijáilovich Yurovski en 1918)
Yurovski, de profesión joyero, se propuso encontrar los diamantes de la familia real en la noche de la ejecución. Y, en efecto, los encontró: después de registrar los cadáveres descubrieron que entre la ropa de las hijas del zar habían cosido abundantes joyas (pesaban más de ocho kilos).
Yurovski entregó todos los objetos de valor al comandante del Kremlin de Moscú. Los primeros bolcheviques eran gente bastante desinteresada en el plano material, pero de una crueldad infinita.
En la hoja de servicios de Yurovski, figuran los cargos de presidente de la Cheká provincial de los Urales, Jefe del Tesoro del Estado Soviético (Gosjran) y director del Museo Politécnico de Moscú. Todos ellos eran puestos de muy alto rango y de importancia estratégica en los primeros años del gobierno soviético.
(Yákov Mijáilovich Yurovski años más tarde)
Murió en el hospital del Kremlin cuando ser atendido allí era un privilegio reservado a muy pocos, especialmente destacados funcionarios del Estado. El diagnóstico: una úlcera péptica. Según testigos presenciales, su agonía fue dolorosa.
Una cuestión de orgullo y la redacción de las memorias  
Algunos de los asesinos del zar eran amigos entre sí y se veían a menudo. Yurovski, Goloschekin y Medvédev, todos ellos participantes en la ejecución, a veces rememoraban el crimen mientras tomaban una taza de té.
Les gustaba hablar especialmente de quién había sido el primero en disparar aquella noche. Una vez, Yurovski llegó al encuentro con aire triunfal. Había recibido un libro publicado en Occidente, donde, blanco sobre negro, se leía que él era el asesino de Nicolás II. Estaba pletórico de felicidad.
Mijaíl Aleksándrovich Medvédev-Kudrin (1891-1964) también ocupó cargos de relevancia después de la revolución. Durante un tiempo fue ayudante del jefe de la 1ª Sección Especial del NKVD de la URSS.
En 1930, se dedicó a dar charlas sobre el regicidio en los institutos superiores provinciales. A finales de la década de 1950 se le asignó una pensión personal de 4.500 rublos, una cifra alta para la época. En un encuentro con estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad Estatal de Moscú (MGU) rememoró con sumo placer cómo, en 1918, él y sus compañeros bolcheviques ahorraron cartuchos y remataron con bayonetas a los enemigos de la clase trabajadora.
Medvédev alcanzó el rango de coronel. Antes de morir dejó escritas unas memorias detalladas sobre el asesinato de la familia real rusa. El manuscrito, titulado “Torbellinos hostiles”, estaba dirigido al entonces dirigente de la URSS, Nikita Jruschov, pero nunca se publicó.
(Mijaíl Aleksándrovich Medvédev-Kudrin) 
En esas memorias impugna el papel dirigente de Yurovski y se atribuye el mérito principal en la aniquilación de la familia del zar. Medvédev fue enterrado con honores militares en el cementerio de Novodévichi, la necrópolis más prestigiosa de Rusia. En su testamento, Medvédev legó la pistola Browning con que mató a Nicolás II a Nikita Jruschov.
Después de la muerte de Medvédev, su hijo convenció al de Nikulin para que grabaran sus testimonios sobre los acontecimientos de la noche del regicidio en un estudio de radio.
Se cree que Nikulin fue un mero testigo que identificó los cadáveres de los miembros de la familia Romanov. No obstante, su hijo declaró al respecto: “Me acuerdo de que, en 1936, cuando yo todavía era pequeño, Yákov Mijáilovich Yurovski vino a vernos y escribió algo… Recuerdo que estaba precisando algunos datos con mi padre, a veces, por lo que recuerdo, discutían… Sobre quién fue el primero en disparar contra Nicolás II… Mi padre decía que era él quien había disparado primero, pero Yurovski lo rebatía, afirmaba que había sido él…”.
Otro miembro del pelotón de ejecución, Radzinski, grabó sus recuerdos en un magnetófono: “Un hombre bajó al agua con cuerdas y sacó los cadáveres. El primero que sacaron fue el de Nicolás. El agua estaba tan fría que los rostros de los cadáveres estaban sonrojados, como si estuvieran vivos… El camión se atascó en un lodazal, y a duras penas avanzábamos… Y de pronto tuvimos una idea y actuamos en consecuencia… Decidimos que no encontraríamos un lugar mejor… Excavamos en el lodazal… sumergimos los cadáveres en ácido sulfúrico… Los desfiguramos… Cerca había una vía férrea… Llevamos las traviesas podridas para camuflar la tumba. Enterramos en el lodazal sólo a algunos de los ejecutados, a los otros los quemamos… Quemamos el cadáver de Nicolás, me acuerdo… Y el de Botkin también… Y creo que el de Alexis…”.
A principios de la década de 1980, a Yuri Andrópov, entonces jefe del KGB, le gustaba escuchar algunas tardes los testimonios de los regicidas. Según se dice, estas grabaciones se conservan todavía hoy en los archivos del Comité para la Seguridad del Estado.
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Tomado de http://www.alerta360.org/

 El Terror Rojo

"Los rusos son demasiado amables, carecen de la habilidad de aplicar determinados métodos de terror revolucionario".
V. I. Lenin
("Lenin: Vida y Legado". Dmitri Volkogonov. [HarperCollins, 1994], pág. 203)

"La burguesía hoy es una clase en caída... Estamos forzados a arrancarla, a cortarla. El Terror Rojo es una arma utilizada contra una clase, condenada a la destrucción, que no desea perecer... El Terror Rojo acelera la destrucción de la burguesía".
León Trotsky
("Terrorismo y Comunismo: Una respuesta a Karl Kautsky". [New Park Publications, 1975], pág. 83)

"...lleven a cabo un terror masivo sin piedad contra kulaks, sacerdotes y Guardias Blancos; los elementos poco confiables deben ser encerrados en un campo de concentración fuera de la ciudad".
V. I. Lenin
("La Cheka: Policía Política de Lenin". George Leggett. [Clarendon Press, 1981], pág. 103) 

"Estamos haciendo lo que hizo Lenin. No pueden construir el socialismo sin el Terror Rojo".
Asrat Destu. Comisario político del Ejército Etíope.
("El archivo Mitrokhin II: La KGB y el Mundo". Christopher Andrew y Vasili Mitrokhin. [Penguin, 2006], págs. 467-8)

"La dictadura es un gobierno basado directamente en la fuerza y sin restricciones de ninguna ley. La dictadura revolucionaria del proletariado es un gobierno ganado y mantenido por el uso de la violencia por el proletariado contra la burguesía, gobierno que no tiene restricciones de ninguna ley".
V. I. Lenin
("La Revolución Proletaria y el Renegado Kautsky". [Foreign Languages Press, 1972], pág. 11)

"Seguramente ustedes no imaginan que obtendremos la victoria sin aplicar el más cruel terror revolucionario".
V. I. Lenin
("La Cheka: Policía Política de Lenin". George Leggett. [Clarendon Press, 1981], pág. 57)

"No podemos esperar llegar a ningún lado a menos que recurramos al terrorismo: los especuladores deben ser fusilados en el acto. Es más, los bandidos deben ser tratados con la misma firmeza: deben ser fusilados en el acto".
V. I. Lenin
(“Reunión del Presídium del Soviet de Petrogrado con delegados de Organizaciones de Suministro Alimenticio”. Obras completas, Vol. 26, pág. 501)

"El Terror Rojo es el exterminio de enemigos de la revolución en base a su afiliación de clase o a su papel pre-revolucionario".
Feliks Dzerzhinsky
("La Cheka: Policía Política de Lenin". George Leggett. [Clarendon Press, 1981], pág. 114)

"Ni un sólo problema de lucha de clases jamás ha sido resuelto en la historia excepto por la violencia... La lucha de clases no asumió esta forma accidentalmente. Es la forma en que las clases explotadas toman todos los medios de poder en sus propias manos para destruir completamente a sus enemigos de clase, la burguesía...".
V. I. Lenin
(“Informe sobre las actividades del Consejo de Comisarios Populares”. Obras completas, Vol. 26, págs. 459-61)

"En no más de un mes de tiempo el terror asumirá formas muy violentas, tras el ejemplo de la gran Revolución Francesa; la guillotina... estará lista para nuestros enemigos... esa notable invención de la Revolución Francesa que acorta al hombre por una cabeza".
León Trotsky
("La Cheka: Policía Política de Lenin". George Leggett. [Clarendon Press, 1981], pág.  54)

"El uso de rifles, revólveres, bombas, cuchillos, manoplas, garrotes, trapos empapados en kerosene para iniciar incendios... alambres de púas, clavos (contra la caballería)... o ácidos para arrojar sobre la policía... El asesinato de espías, policías, gendarmes, volar estaciones policiales... debe comenzar en cualquier momento".
V. I. Lenin
(“Tareas de los contingentes del Ejército Revolucionario”. Obras completas, Vol. 9, pág. 420)

"Nosotros no tenemos compasión y no pedimos compasión de ustedes. Cuando llegue nuestro turno, no pondremos excusas para el terror".
Karl Marx
(“Supresión del Neue Rheinische Zeitung”. Neue Rheinische Zeitung, 19 de mayo, 1849