Alberto Roteta Dorado sobre El 10 de Octubre de 1868 , un día y una fecha patriótica, El Grito de Yara, olvidados para los cubanos que residen en Cuba producto del ninguneo Castrista
Por Dr. Alberto Roteta Dorado
10 de octubre de 2018
Santa Cruz de Tenerife. España.- Las dictaduras, independientemente de los efectos negativos que ejercen sobre las libertades de los hombres, ya sea en el orden individual o en el colectivo, son capaces –al menos cuando son verdaderas dictaduras y no simples gobiernos transitorios que ejercen cierto poderío más allá de lo asimilable y comprensible por el promedio de los hombres– de degradar a aquellos que bajo sus órdenes estrictas han de pasar una parte de su vida.
De los regímenes dictatoriales de la actualidad, el de Cuba, sin duda, es uno de los más representativos, cuyos líderes han burlado las leyes, concepciones, y preceptos, amén de haber traspasado los límites de lo permisible desde cualquier ángulo que se pueda analizar.
Hay dictaduras de las que apenas tenemos conocimiento, principalmente las del continente africano, cuyos gobernantes han permanecido en el poder por muchos años, pero no más de los que estuvo Fidel Castro, quien pasó su trono al propio hermano sin que jamás se supiera acerca de posibles candidatos a la presidencia del país. De modo que el paradigma cubano – porque también lo nefasto y lo diabólico puede ser un paradigma, aunque en estos casos personificando la maldad– es un modelo único e irrepetible en la historia de los sistemas totalitarios y dictatoriales del hemisferio occidental en nuestros tiempos, y su modus operandi uno de los más siniestros de la historia.
Para que las multitudes permanecieran en la ignorancia el régimen cubano aplicó un sistema de educación elemental y básico basado en la masificación de la enseñanza, es decir, ofrecer instrucción a todos por igual, lo que lleva implícito la gratuidad educacional. Siendo esta modalidad la instaurada para adoctrinar a los desposeídos, los menos instruidos, y los totalmente iletrados; aunque se pretenda mostrar al mundo una imagen diferente.
Esto condujo al fenómeno de la degradación de sus habitantes, algo que resulta patente como en pocas naciones del mundo. Los comunistas cubanos se encargaron de tergiversar de manera general la enseñanza; pero de modo muy particular la enseñanza de la historia patria, y de presentar determinados acontecimientos con un inmerecido protagonismo cuando se les comparara con otros sucesos de verdadero carácter trascendental.
En este sentido, el 10 de octubre, el histórico día considerado como punto de partida para el inicio de la contienda de 1868, guerra que se extendió durante una década sin resultados favorecedores concretos, ha sido borrado de la historia nacional en estos duros tiempos.
En su lugar el dictador Fidel Castro se encargó de sobredimensionar el 26 de julio, fecha, según el, considerada el día de la rebeldía nacional, con cuyo calificativo quedó desplazado el verdadero día de la rebeldía de los cubanos, en el que un valeroso hombre de posición acomodada y de profesión abogado, liberó a un grupo de esclavos africanos de sus propiedades en el ingenio La Demajagua, en el oriente de Cuba.
Me refiero a Carlos Manuel de Céspedes, el mayor general del Ejército Libertador de Cuba y primer presidente de la República de Cuba en Armas, a quien los cubanos antes de 1959 y durante los primeros años de la llamada revolución cubana consideraban como el Padre de la Patria, figura venerada por su sabiduría, su valentía y su elocuencia.
Pero como ya dije antes, las dictaduras tienen ese poder para que aquellos que viven bajo su dominación se degraden desde todo punto de vista, tal y como expresó el colosal político y escritor cubano José Martí: “los pueblos que no creen en la perpetuación y universal sentido, en el sacerdocio y glorioso ascenso de la vida humana, se desmigajan como un mendrugo roído de ratones”.
De ahí que a los cubanos actuales, al menos para la mayoría, la verdadera historia patria, carece de significado, y lo peor, no les interesa conocerla, ni tienen inclinaciones intelectuales y espirituales de ningún tipo, esto es, permanecen en un estado de estatismo mental inducido, condición generada de manera progresiva a partir del adoctrinamiento sostenido, lo que genera una incapacidad de tipo analítica que se mezcla con los sentimientos de sumisión y servilismo.
Esto ha ocasionado una marcada desmotivación por parte de las llamadas nuevas generaciones respecto a la necesidad de rescatar el conocimiento más genuino de la historia de Cuba, el que debe ser presentado libre de predisposiciones y conceptualizaciones comunistas, y narrando aquellos sucesos que marcaron y definieron nuestro verdadero nacionalismo y nuestra autenticidad emancipadora, aspectos bien distantes de la desfachatez actual, la inmoralidad y la incultura generalizada que predomina en el pueblo cubano.
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Rosa Leonor Whitmarsh, Simposio ¡La Demajagua vive!: Recordando el Grito de Yara
Ponencia de Rosa Leonor Whitmarsh en el Simposio ¡La Demajagua vive!: Recordando el Grito de Yara; celebrado el Jueves, Jueves, 8 de Octubre 2015 en West Dade Regional Library de Miami. Moderador: Julio M. Shiling, Director de Patria de Martí y escritor. Panelistas: Pedro de Céspedes,Historiador e investigador Rosa Leonor Whitmarsh ...
Etiquetas: 10 de octubre, carlos manuel de céspedes, cuba, grito de yara
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