jueves, abril 09, 2020

Dr. Alberto Roteta Dorado: CUBA, EXCELENTE “CALDO DE CULTIVO” PARA LA EXPANSIÓN DEL CORONAVIRUS


CUBA, EXCELENTE “CALDO DE CULTIVO” PARA LA EXPANSIÓN DEL CORONAVIRUS

Por Dr. Alberto Roteta Dorado.
9 de abril de 2020

Santa Cruz de Tenerife. España.- Desde que la infección originada por el SARS-CoV-2, nueva modalidad vírica perteneciente a la familia de los Coronaviridae, se lograra expandir por todo el planeta, con la rara excepción de un reducido número de países – en los que no puede asegurarse del todo que no llegue el gran mal, o que ya esté entre algunos de sus moradores y sean asintomáticos por ahora–, hasta el presente (9 de abril de 2020), la terrible pandemia se ha llevado a más de 89.000 personas en el mundo, mientras el número de casos contagiados se incrementa cada día a pesar de cierto optimismo patente que algunos medios de prensa se encargan de promover, siendo al día de hoy el número de contagiados superior al millón y medio de casos. Estos dos elementos, esto es, casos contagiados y total de fallecidos, demuestran el grado de agresividad y virulencia de la nueva modalidad vírica; así como su poder expansivo incontrolable hasta el presente. 

De esta enorme cantidad de casos contagiados, la mayoría se encuentra en Estados Unidos de América, país que de la noche a la mañana se convirtió en el nuevo epicentro de la pandemia con más de 432.000 casos, sin desestimar jamás a Europa, cuya totalidad es de 751.544; siendo los países con más casos notificados: España (152.474), Italia (139.422), Alemania (103.228) y Francia (82.048). El país con mayor número de fallecidos es Italia (17.669) seguido de España (15.238) y Francia (10.869). 

Pero como ya afirmé antes, ninguna región, ni nación escapa del coronavirus. En América Latina muestran cifras alarmantes países como Brasil, Chile, Ecuador, México y Perú; mientras que en las islas caribeñas, por el momento, la situación es menos preocupante dado el número insignificante de casos. No obstante, en Cuba, la mayor de las Antillas, se va experimentando un incremento sucesivo de casos nuevos, y a pesar de que aún la cifra – al menos la que se está ofreciendo al mundo, y suponiendo que fuera la cierta– no resulta significativa si se compara con otros países, se debe considerar el posible futuro comportamiento de la infección por coronavirus en esta nación dadas sus peculiaridades sociopolíticas, así como el enorme atraso económico en que se haya como resultado de un régimen comunista que la ha saqueado por más de 60 años.   

Los primeros 3 casos de coronavirus confirmados en Cuba fueron reportados el 11 de marzo. Se trataba de tres turistas italianos. Al día siguiente, 12 de marzo, se informó un cuarto caso, en esta ocasión un cubano. El 19 de marzo las autoridades cubanas confirmaron 5 nuevos casos, 4 extranjeros y una cubana residente en Italia, por lo que la cifra se elevó en ocho días a 16 casos. Al siguiente día, esto es, el 20 de marzo, se informó de 5 nuevos casos.

La cifra total de casos contagiados el día 21 de marzo fue de 25. El 22 de marzo reportaron 10 nuevos casos, con lo cual, la cifra total de casos contagiados el día 22 de marzo es de 35, lo que representa un incremento de 19 casos, solo que esta vez la cifra asciende solo en tres días y no en ocho. 

En los siguientes días se siguió informando de la positividad de personas hasta alcanzar el 29 de marzo, la cifra de 139 contagiados, lo que representa un incremento de 110 casos en solo una semana. Hasta ese momento Cuba siguió el patrón general de su contexto geográfico al ser comparado con el resto de las pequeñas islas caribeñas, independientemente de ser mayor territorio el archipiélago cubano.  

De haber continuado con ese ritmo relativamente insidioso las cosas no fueran preocupantes para Cuba; pero esto ha cambiado en los últimos días, lamentablemente para mal, en los que, el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) ha estado informando un progresivo incremento de casos contagiados, con lo cual, hasta el presente ya se acumula un total de 515 casos confirmados. 

El viernes, 3 de abril, el MINSAP reportó 36 nuevos casos, lo que elevó la cifra total a 269. Ya para ese día se informó de la existencia de 3.421 ingresados, de los que 1.518 eran sospechosos; sin embargo a pesar de ese elevado número de sospechosos luego se ha estado reportando cifras relativamente bajas respecto a este dato de la incidencia de sospechosos. 


Hasta hoy, 9 de abril, luego de 29 días de informarse de los primeros casos, existe un número importante de personas en los centros de aislamientos y vigilancia: para vigilancia clínico-epidemiológica más de 1. 700; más de 200 en vigilancia, y más de 1.000 sospechosos, llegando a confirmarse la positividad de 515 casos, mientras siguen en vigilancia desde la Atención Primaria de Salud alrededor de 9.000. El total de fallecidos se incrementó a 15

El 28 de marzo se había diagnosticado un total de 119 casos con coronavirus y solo había 3 fallecidos. En solo doce días se ha cuadruplicado el total de casos hasta alcanzar la cifra de 515, y de 15 fallecidos, lo que representa que, de continuar con este ritmo de crecimiento, hacia el final de abril la cifra de contagiados podrá superar los 1.000 casos y los de fallecidos aproximarse a los 50


ALGUNAS PARTICULARIDADES DE LA PANDEMIA EN CUBA.

* A diferencia de lo que muchos siguen afirmando, sin fundamento, ni conocimiento de causa, la infección por el SARS-CoV-2 afecta a todos los humanos por igual, independientemente de la edad, el sexo y las condicionantes socioeconómicas (lo mismo se ha llevado a artistas, intelectuales, enfermeros y médicos, millonarios, desposeídos, toxicómanos, desnutridos, marginados, etc.). En Cuba, específicamente, el pico máximo se encuentra en aquellos que tienen entre 50 y 55 años, y no precisamente en ancianos, siendo seguido por el grupo de edades de 45 a 49 años, y de manera general más de la mitad de los diagnosticados se encuentra entre los 25 y 59 años. 

* A pesar de que a nivel mundial los niños y adolescentes han resultado menos vulnerables a la infección por coronavirus, en Cuba se registran un número importante de casos, siendo hasta el 9 de abril, 64 los confirmados en edades entre los 56 días, el menor, y los 18 años, los mayores, lo que representa un 12.42% de la totalidad de casos, cifra que resulta bien preocupante, independientemente de la evolución satisfactoria que hasta el presente han tenido. Téngase presente que las autoridades políticas castristas se empeñaron en prolongar el cierre de las escuelas, aun cuando ya había varios casos positivos en el país.

*Igualmente el régimen de La Habana demoró intencionalmente y con alevosía el cierre de fronteras, con lo que le confirió un mayor lugar al turismo, que ya estaba en quiebra, antes que a la salud humana. De igual modo, las autoridades sanitarias esperaron demasiado para la puesta en marcha de un sistema de confinamiento, lo que en última instancia ha logrado detener, no sin demasiado esfuerzo, el curso de la pandemia en naciones de Europa y Asia.

*Por otra parte la dinámica social de Cuba tiene un comportamiento que la hace demasiado sui generis. Hay que estar en la calle y no confinados, de lo contrario no tienes que comer. Salir a la búsqueda de alimentos, los que normalmente no existen en los desiertos mercados de la Cuba socialista, es una necesidad y un principio de supervivencia. 

* La atenuación de la magnitud del problema hace que se pierda el sentido de la percepción de riesgo. Cuando se hace referencia a las personas graves y críticas, así como a los fallecidos, se insiste demasiado en las enfermedades de base (diabetes, hipertensión, asma bronquial, etc.) y en los factores de riesgo (obesidad, hábito de fumar, sedentarismo) de cada caso. El coronavirus provoca la muerte por una insuficiencia respiratoria aguda, irreversible en muchas ocasiones, independientemente a cualquier condición subyacente, de ahí que mueren muchos jóvenes y personas aparentemente sanas y sin factores de riesgo. 

LO SOCIAL Y LO POLÍTICO, EL VERDADERO DESENCADENANTE DE LA CRISIS SANITARIA QUE SE AVECINA. 

Resulta inevitable no hacer mención a las condiciones socioeconómicas de la mayor de las Antillas. Los cubanos están más preocupados por otras cosas que por el coronavirus. ¿Qué les preocupa? 

1. La escasez de alimentos, algo que en realidad es un problema crónico, pero agudizado y llevado a grado extremo en los últimos años. Esto hace que la idea de la cuarentena  –lo único que en realidad puede frenar el curso natural de la curva epidemiológica en ascenso– pase a un segundo plano de importancia toda vez que, es necesario comer para sobrevivir, que es al final lo que hacen los llamados cubanos de a pie. En Cuba se lleva una vida de supervivencia de manera contínua, y lo que más golpea al pueblo cubano es la falta de alimentos. 

2. ¿De qué aislamiento vamos a hablar cuando se hacen extensas colas en las que de modo reiterado tienen lugar discusiones, amenazas y reyertas? De modo que no hay labor de pesquisas que valga, ni aislar en categoría de ingresados a miles de personas, si lo principal, esto es, el aislamiento, resulta imposible toda vez que hay que salir a buscar lo poco que se oferta para la subsistencia a la que hice referencia. 

3. Falta de agua, jabón, detergentes, desinfectantes, etc. Recordemos que hay sitios de la propia capital del país a los que solo llega una ínfima cantidad de agua cada determinado cantidad de días, y en las zonas mejor favorecidas solo llega de manera directa unas tres o cuatro horas cada día, lo que, sin duda, ha conducido a un gradual deterioro de las condiciones higiénico-sanitarias del país, lo que ha repercutido negativamente en los últimos años en los que Cuba se ha visto azotada por grandes brotes de enfermedades como el dengue, zika, y el cólera, enfermedad que se diseminó por toda la isla con una vertiginosa rapidez. 

No obstante –y ojalá no sea así porque sería demasiado duro para los cubanos–, el ritmo pudiera acelerarse con un incremento mucho mayor de casos cada día, como lamentablemente ha ocurrido en Brasil, Chile y Ecuador, naciones que ocupan los primeros lugares en América Latina. 

Por ahora, estar atentos a ver el comportamiento de la COVID-19 en una isla sumida en la pobreza, la miseria, la represión, la desesperación y la incertidumbre, en la que sus habitantes tienen que violar obligatoriamente su confinamiento porque de lo contrario morirían por inanición y no por coronavirus.  

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