martes, abril 21, 2020

Zoé Valdés presenta su novela Pájaro lindo de la madrugá hoy martes 21 de abril de 2020. a las 19h. que son las 7:00 PM hora de París que corresponde a la 1:00 PM en la hora de Cuba, Miami y New York




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Fulgencio Batista llega en ferrocarril. Cuba (1943)


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Por Juan Abreu
11 de marzo de 2020

A estas alturas de nuestra historia, el cubano que crea que el régimen de Fulgencio Batista no era mejor (incluso considerando sus asesinatos extrajudiciales en tiempos de guerra) que el impuesto en Cuba por la Revolución de Fidel Castro, cualquiera que piense que Batista como persona no era mejor que Fidel o Raúl Castro, es idiota. Basta considerar lo que hubieran hecho los Castro con Batista si este asalta a tiros un cuartel en una Cuba gobernada por los Castro. No hay comparación posible entre la humanidad del gobierno de Batista (el elegido democráticamente por los cubanos, o el producto del cuartelazo, ambos) y la dictadura totalitaria, esclavista, envilecedora y criminal de los Castro.

Que la escritora Zoé Valdés haya convertido a Batista en personaje central de una de sus novelas no sólo constituye un acto de arrojo moral, también un importante paso para despejar la maraña de mentiras e invenciones que es la versión castrista de la Historia de Cuba. Desde el primer día: ¡20.000 muertos! Uno de los protagonistas más calumniados de esa Historia falseada y trucada es Fulgencio Batista. ¡Y sus casquitos! Soldados, por cierto, que eran ejemplos de decencia y pundonor comparados con los sicarios de las fuerzas represivas castristas: Ejército, Policía o miembros de organizaciones paramilitares como las Brigadas de Respuesta Rápida.

La novela de Valdés acomete una tarea fundamental para las nuevas generaciones de cubanos, cuyos cerebros han sido y son meticulosamente infectados por el castrismo. Lo hace en el más puro, gozoso, estilo Valdés, y además provista de una enorme cantidad de información de primera mano.

No se me ocurre nada más necesario y saludable para el panorama moral de la literatura cubana de hoy que una novela que humaniza, es decir hace real otra vez, a Fulgencio Batista.
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Tomado de https://www.radiotelevisionmarti.com/

"Pájaro lindo de la madrugá": una novela de Zoé Valdés sobre Fulgencio Batista

Por Armando de Armas
Abril 21, 2020

La novelística supera a la historigrafía

Así como es posible afirmar que en la novelística europea del siglo XIX se aprende más de historia y economía que de todos los áridos estudios dedicados al respecto, podríamos decir otro tanto de la novela Pájaro lindo de la madrugá de la escritora cubana exiliada en París Zoé Valdés y del periodo histórico que va de 1934 a 1959 en Cuba.

En unos casos por estar la historiografía cubana de ese periodo preñada de un enrevesamiento de citas constantes, como de quien teme responsabilizarse con lo planteado y pone en boca de otro sus presunciones, y en otros por sus apasionados posicionamientos en los bandos de batistianos y antibatistianos. Sean estos castristas o anticastristas porque, va de suyo, castristas y anticastristas han competido, casi combatido, por ver quiénes resultan más antibatistianos.

Del mismo modo que podemos saber más de la personalidad de Napoleón y de su inconmensurable fracaso militar en las níveas estepas rusas mediante la lectura de La guerra y la paz, del León Tolstói, que mediante la lectura de los múltiples tratados escritos con el fin de explicar al personaje en su derrota eslava, podemos así mismo saber más de la personalidad de Batista en su devenir y derrota, a través de la lectura del libro de Valdés que a través de la lectura de los sesgados y sesudos, nunca sosegados, análisis que se han hecho y se hacen sobre el hombre fuerte, su obra, sus circunstancias y el posterior advenimiento de la noche en la isla.

Esa simplonería de que sin Batista no hay Fidel

Como también queda claro en la novela la falsedad de esa simplonería de que sin Batista no hay Fidel. Fíjense que dicen Fidel y no Castro, lo cual obviamente supone una cercanía y hasta una familiaridad con el nefasto. Porque lo cierto es que sólo suele llamarse por el nombre a alguien con quien se ha sido afín o se ha compartido cierta relación. Eso del apellido sería para los extraños o los enemigos, así a Batista no le dicen Fulgencio. Y es que muchos de los más duros anticastristas fueron primero castristas.

Miami misma fue primero castrista y después, sólo mucho después, anticastrista. Así, la familia Díaz-Balart estuvo por treinta años al menos exiliada de Miami, exilio dentro del mismo exilio. Porque Miami era dominada no ya por el odio a Batista sino más bien por el odio a todo lo que en algún sentido se supusiera próximo a Batista. En realidad Miami sentía más odio por Batista que por Castro, aún cuando ya era al fin, anticastrista; porque al ser humano le resulta más fácil odiar que reconocer los errores que lo han llevado a la derrota y la desgracia.

Pero la verdad acá es que sin el embargo de armas al general Batista por parte del Gobierno estadounidense de Eisenhower y sin la apuesta a todo trance y hasta en trance del Departamento de Estado a favor del hombre de la Sierra -ver si no el libro El Cuarto Piso del embajador estadounidense de la época en Cuba, Earl E.T. Smith- no habría Fidel Castro en el poder en la isla ni de lejos. De modo que más les vale que proclamasen que sin Gobierno americano no hay Fidel, o Castro si es que prefieren enmendar la funesta familiaridad.

Bastista sería a lo sumo un socialdemócrata radical

En el libro queda claro por demás que no era Batista ese obcecado ogro de la derecha cubana sino que era a lo sumo un socialdemócrata radical, y que aún menos era el típico dictador inculto que ha campeado por sus respetos e irrespetos al sur del Río Bravo, ¡veintidós ministros comunistas hubo en su Gobierno! (el de 1940), página 31, creció como un lector empedernido, anhelando leer siempre todavía más. Su adolescencia fue la de un muchacho apresurado con un libro debajo el brazo, contento de poseer libros manoseados y releídos… A la luz de una vela o la de un quinqué leía lo más que podía… Prefería la historia y la geografía a andar correteando o mataperreando con el resto de los adolescentes del pueblo, página 63.

Batista se supo asesorar en su Gobierno de personas de gran valía intelectual. La novela recoge como tras el 10 de marzo de 1952 el militar disuelve el Senado y la Cámara de Representantes para sustituirlos por un Consejo Consultivo integrado por 80 miembros que serían lo más granado de los gremios nacionales -donde por cierto a lo que más importancia se le daba era a la educación y a la cultura-, en que descollaban figuras del pensamiento, las artes, la literatura y el periodismo a la altura de Gastón Baquero, José Manuel Carbonell, Ramón Vasconcelos, Rafael Sténger y Alicia Alonso. Un tipo de asamblea corporativa que ha mostrado su eficacia como modelo de Gobierno en el mundo occidental y que, por cierto, acorde con los cambios epocales que se avecinan pudiera estar de regreso ante la degradación de las democracias liberales en los últimos tiempos.

Una novela que se va construyendo de versiones encontradas

Pájaro lindo de la madrugá -cuyo título es el de una canción del compositor José Curbelo dedicada al general- no es tampoco un canto ditirámbico a Batista sino que se va construyendo de versiones encontradas de personajes que le conocieron, como los protagonistas octogenarios, Elbio y Arsenio, quien ha viajado a la isla desde su exilio para junto al amigo reconstruir la historia, con objeto de contribuir a la tesis que escribe su nieta Ada. De manera que de su lectura va emergiendo como desde un ocultamiento tras tapias y tapices el hombre que durante décadas marcó los destinos de Cuba en sus luces y en sus sombras; cosa que el lector alerta agradecerá. "Entonces estás de acuerdo conmigo en que lo que he leído constituye un ejemplo de lo que precisamente divulgaría una imagen desleal de la verdad, acerca del personaje tan controversial que es Batista. En cierto modo debido a la chicharronería que se vende como estilo de pensamiento y ahí se manifiesta"; dice Elbio en la página 48 a su amigo.

El general que hablaba con una muñeca

Tampoco el libro es una acumulación de áridos datos históricos sino que se adentra en el Batista íntimo, el niño pobre, el obrero, el hombre que de la nada se levanta para regir sobre un país, despreciado por la alta clase, amado y abandonado por las masas, traicionado por todos; especialmente por sus generales. Intimidad acerca de la que uno se queda con deseos de saber más, pero que se manifiesta como un logro fundamental de la novela al final de la vida del general cuando la autora lo pone a dialogar en la soledad de su destierro con una muñeca llamada Yeya. Muñeca que uno imagina apertrechada con la carga mágica de los numens de lo mayomberos del oriente cubano o de alguna otra de las reglas religiosas arribadas a la isla con la trata negrera. Reglas que han regido -para bien y mal- la metafísica de la historia nacional. Aquel hombre fuerte que hablaba de tú a tú con los que mandaban en el mundo, tiene ahora como confidente de confianza a una muñeca, imagen de los vaivenes de la vida, de la vanidad de vanidades del Eclesiastés que lejos de mostrar al personaje en su debilidad lo muestra en su hombradía; en la tragedia de su hombradía.

Pájaro lindo de la madrugá se enmarca entre los libros que aun en minoría cuentan no obstante la versión otra, la valiente, la de los vencidos, la de los malditos, la de los malos que en la historia de Cuba y en todas las historias son al final los que manifiestan el imprescindible pacto con la sombra cuando la luz del mediodía mata en los potreros y encandila en la mente.




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Nota del Bloguista de Baracutey Cubano
Una muy breve iconografía de la vida política de Fulgencio Batista y Zaldívar

Batista cuando niño ciando servía de ¨aguatero¨ en los campos de caña donde cortaba caña su padre Belisario, ex mambí de la tropa del General  José Maceo


Batista de retranquero de los trenes; ya había trabajado de niño en los campos de caña



Foto de Batista posiblemente después de alistarse en el ejército o poco antes de hacerlo; ya se observa su pulcritud en el vestir que lo acompañó toda su vida

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Batista en septiembre de 1933. En la foto más grande aparece entre  Ramón Grau y  Antonio Guiteras,
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Batista con dos de sus hijos con Elisa Godínez

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Batista con José Eleuterio Pedraza, su amigo personal y mano derecha en aquellos años 30 del siglo XX

Batista, el hombre fuerte en los años 30s y en ocasiones el poder detrás de la Presidencia


Batista con el Presidente Federico Laredo Brú


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Batista con su primera esposa Elisa Godínez y con dos de sus tres hijos

El Presidente constitucional Fulgencio Batista en 1942; época cuando fue elogiado por el Presidente mejicano Lázaro Cárdenas y al que el poeta comunista Pablo Neruda le dedicó versos apologéticos y palabras lisonjeras

************Batista en el Exilio en Daytona Beah, EE.UU., durante una Parada en su honor. Batista se fue al Exilio después que Ramón Grau San Martín alcanzó la Presidencia en 1944

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Batista al dar el Golpe del 10 de Marzo de 1952. Batista había regresado a Cuba después que el Presidente Carlos Prío Socarrás lo había invitado a que entrara a Cuba, pues Batista había sido el Senador que más votos había obtenido pese a estar en el Exilio y no haber podido hacer una camapaña electoral en igualdad de condiciones. Prío tenía el lema de ser un Presidente Cordial.

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Batista en la conferencia de prensa que dió después del ataque al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953.
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Mitín político a favor de Batista con vistas a las elecciones presidenciales de 1954 en las cuales la Oposición política se fue al retraimiento.

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Una foto interesante, ya que en ella aparece Batista junto a Kid Chocolate, Kid Gavilán y el esgrimista Ramón Fonts; todos grandes atletas cubanos a nivel mundial.


Batista  jugando con su hijo ¿Roberto?


Batista junto a su esposa Marta repartiendo juguetes el Día de Reyes en la Beneficiencia



Foto parcial del acto de desagravio a Batista por el asalto al Palacio Presidencial el 13 de marzo de 1957



Carta de desagravio de Marta Rojas, entonces fanática batistiana y después fanática Castrista, donde felicita y adula a Batista después del asalto al Palacio Presidencial el 13 de marzo de 1957; esa carta explica el porqué Marta Rojas fue la primera periodista en entrar al Moncada después del ataque el 26 de julio de 1953 y en estar presente en los juicios de los asaltantes al Moncada: Marta Rojas era de ¨confianza¨por ser una admiradora de Batista. Por cierto, hubo un gigantesco acto frente al Palacio Presidencial donde participaron decenas de miles de habaneros en desagravio a Batista. Hubo millones de ¨Marta Rojas¨ que se convirtieron, al menos aparentemente, a admiradores de Fidel Castro el 1 de enero de 1959
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Batista en la construcción de la Plaza  Cívica José Martí con todo su complejo de edificios  gubernamentales que la rodea


Batista inaugurando el túnel de la bahía de La Habana en 1958

Batista dando información y analizando la situación política cubana en cuanto a la oposición armada y la ofensiva de las fuerzas armadas

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Batista en República Dominicana en 1959 durante su Exilio



Batista en el Exilio cuando se reunió  con parte de la familia que  formó con su esposa Marta Fernández Miranda de Batista

Batista en España, país donde murió. Se dice, no recuerdo donde lo leí, que el día que él murió llegaba a España el hoy fusilado Coronel de Tropas Especiales Antonio ¨Tony ¨de La Guardia para secuestrar o matar a Batista, por encargo de Fidel Castro, algo nada descabellado si sabemos que el asesinato de Somoza en Paraguay se planeó y se ensayó en Cuba en los polígonos y campamentos de Tropas Especiales.
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Una controvertida novela sobre Batista intenta deshilvanar la historia… 61 años después


Zoe Valdés afirma que su novela “Pájaro lindo de la madrugá” está dedicada “a esa Cuba decente de antaño”. CORTESÍA/TANIA ASSAF

Por Daniel Fernández
Miami
2 de abril de 2020 

“La historia la cuentan siempre los vencedores, nunca los vencidos”, dice uno de los personajes de Pájaro lindo de la madrugá, la nueva novela de Zoe Valdés sobre Fulgencio Batista y Zaldívar, último presidente de Cuba. Para unos fue un dictador, para otros, un gran líder; pero no se puede discutir que, aunque controvertido y polémico, es una de las figuras más trascendentes de la historia cubana y del continente.

Después de 61 años de comunismo aún perduran los restos del esplendor económico y cultural al que llegó el país bajo Batista pero esta no es una novela para justificar al presidente que tuvo que abandonar el país al verse traicionado por su propio ejército y por los norteamericanos, lo que dio paso a los guerrilleros de Castro. No se disimulan sus culpas al compararlo con el descalabro político, económico y social en que cayó el país después.

En este contexto, uno de los protagonistas aclara: “Batista no necesita ninguna justicia. Batista está ahí con su historia, para todo el que quiera saber de ella, y enterarse de quién fue”.

Entonces, ¿por qué esta obra? La propia autora nos responde desde su hogar en París: “En 1992, estaba revisando algunas notas en mis Diarios, y descubrí que hacía referencia a mi abuela y a sus anécdotas sobre Batista. Mi abuela era muy batistiana porque había sido muy antimachadista. En mis diarios yo ponía la letra B, para evitar que se supiera de quién hablaba. Entonces, mientras revisaba esos cuadernos de mis diarios me dije, ‘voy a averiguar más sobre Batista, voy a conocer más de lo que me contaba mi abuela’. Fui a la Biblioteca Nacional, en Cuba, y […] Encontré tanta información que nos habían escamoteado ese mismo día, que me dije: ‘Aquí hay una novela’. […] La idea no me abandonó nunca”.

A través del encuentro de dos personajes casi centenarios, Elbio y Arsenio, que vivieron de cerca la historia de las últimas décadas de república, y que, aclara Valdés, son la combinación de varias personalidades que ella entrevistara, la novela va deshilvanando las malas costuras de una historia escamoteada a partir de 1959. Uno de los aspectos más tergiversados es la figura de Batista. De origen campesino, hijo de mambí y criolla, su biografía es el paradigma del “self made man”, alguien que supo encumbrarse con su constante esfuerzo desde lo más humilde hasta lo más alto y que, aun con sus defectos, supo dejar un legado de creatividad, prosperidad y desarrollo en un país con una larga tradición de corrupción y pandillerismo en el poder.

Arsenio llega de Miami, donde su nieta Ada (especie de cameo a lo Hitchcock de la autora, confiesa Valdés) confecciona una tesis sobre el último presidente, para que su amigo de siempre, Elbio, que se ha quedado en la isla padeciendo todas las consecuencias en su natal Veguita (donde también nació Batista), le cuente su versión de los hechos para la tesis de Ada. Los protagonistas repasan una y otra vez la historia y también entrevistan a otros personajes que darán su opinión. El espectro va desde los fervientes batistianos, como la abuela de Ada, hasta Esmelinda, que no le perdona el “golpe de estado” de 1952 al “Hombre”, porque con él “le sirvieron en bandeja de oro el pretexto perfecto” a Castro para darse a conocer con su asalto al Cuartel Moncada en 1953. Valdés y algunos de sus personajes consideran ese llamado golpe de estado un cuartelazo, “donde no hubo ni un solo muerto”.

Valdés revela que invirtió muchas décadas en investigar esta parte tan sepultada de la historia de Cuba, y aclara que lo hizo sin becas ni apoyo financiero. Aunque sí reconoce que muchos la ayudaron proporcionándole información y también las personalidades que le concedieron entrevistas, como Santiago Rey Pernas, senador de la república, que la pone en contacto con la familia Batista.

“En Los Ángeles encontré a Aurelio de la Vega, que había pertenecido a un núcleo de artistas, periodistas e intelectuales que aconsejaba bastante a Batista en relación a la cultura. […] Aurelio de la Vega me abrió mucho las entendederas hacia el personaje tan preocupado por la cultura y cultivado que fue Batista”, agrega Valdés.

Valdés entrevistó a miembros de la familia de Batista, especialmente sus hijos, quienes le aportaron la visión de hombre de familia. En la novela también se encuentra Beno, el apodo que la madre del futuro presidente le adjudicó desde niño al joven que se inició en las rudas labores del cañaveral, primero como aguador y luego como machetero. Batista desempeñó numerosas labores humildes antes de entrar en el ejército. Lector voraz, su formación autodidacta y su carisma lo van encumbrando hasta que en 1933 protagoniza la llamada Revolución de los Sargentos, inicio de su carrera política.

Esa es una de las mayores sorpresas que aporta este libro al lector, la de presentar a Batista como un revolucionario preocupado por los humildes, porque era humilde su origen. Mucho averiguó Valdés sobre Batista, su época y sus logros. La novela está colmada de datos, también hay anécdotas, leyendas, chismes. Los amantes de la historia se darán banquete y para todo cubano este es un libro imprescindible que además cuenta con iluminadoras notas al pie de página y una cronología que va de 1868 a 2019.

“No todo se ha dicho, y ojalá se diga mucho más”, agrega Valdés. “Batista merece que se le sitúe en la posición que le corresponde, como uno de los grandes hombres de Cuba. Esperemos que además de esta novela, y de las biografías anteriores, surjan numerosos proyectos e ideas sobre el tema”.

La conversación de Elbio y Arsenio se desarrolla en distintos escenarios de la isla y está pespunteada con lugares y situaciones de la Cuba actual, como un hombre que asesina a una mujer en plena calle, y un coito en el boulevard de San Rafael coreado por los transeúntes y filmado con teléfonos en videos que habrían de hacerse virales en las redes sociales. La novela cierra con la muerte de Fidel Castro y su sepelio en 2016.

Hacia el final de Pájaro lindo de la madrugá uno de los personajes se muestra optimista con respecto al futuro de Cuba; la autora aclara que no coincide con esa opinión pero: “El origen de ese lado tan optimista del personaje en cuestión corresponde precisamente a Rubén (Papo) Batista y a la familia Batista en general […] A ellos les debía ese punto de vista, aunque no sea el mío. A ellos y a su decencia, como también […] a esa Cuba decente de antaño, a los que, como habrás leído, también va dedicada la novela”.

Nota: El lanzamiento en Miami de esta novela con la presencia de la autora ha quedado suspendido hasta nuevo aviso. En el blog de Zoe Valdés, ‘Libertad, verdad y vida’ se pueden ver entrevistas que sirvieron de base a la novela: https://zoevaldes.net/author/zoevaldes/

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1 Comments:

At 3:07 p. m., Blogger Angel Riguero said...

Sra. Zoe Valdes........su libro Pajaro lindo de la madruga....perece ser la mas completa
obra sobre Fulgencio Batista.....asi parece demostrarlo esta publicacion suya en Baracutey
Cubano.......independiente de todo sentir politico sobre los equivocados golpes de Estado...
.....quiero adquirir su libro, ya que Batista gustenos a no, es un eslabom en la cadena
de la Historia de Cuba.....y no podemos negar sus aciertos asi como la canallesca actitud del
Dpt. de Estado de los EUA....a Guillermo Montenegro (Wieland) y el 4to piso. de Earl T.
Smith...........voy a chequear en Amazon para adquirir el libro.....le deseo estimada
compatriota un solido exito con su libro........y por ende me viene a la mente......Pajaro
lindo de la Madruga...sun. Sun, Sun, Sunsunbabae.....etc......con Roberto Faz y el conjuntp Casino. alla porlos 1950's.
Cuidese muco y siga las reglas indicada por los "expertos" en salud...y roguemos al
Todopoderoso se apiade de nosotroa y salgamos pronto de esta inesperada pesadilla
fabricada en China....y que nuestro EUA surga como el Ave Fenix...de entre las cenizas...
....ALELUYA !!

 

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