jueves, septiembre 10, 2020

Cuba: Eusebio Leal vs. Lola Domínguez. Janisset Rivero: Lola es la heredera de una Cuba profunda, desconocida, casi invisible para los historiadores y cubanólogos

 
Tomado de https://www.diariolasamericas.com/

Cuba: Eusebio Leal vs. Lola Domínguez

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Lola es la heredera de una Cuba profunda, desconocida, casi invisible para los historiadores y cubanólogos

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Por Janisset Rivero *

09 de septiembre de 2020  

Hace sólo unos días murió en Cuba una cubana poco conocida pero de profunda relevancia. Su nombre era María Dolores Domínguez. Dedicó su vida a educar a los jóvenes en la fe y los valores cristianos como catequista de la Iglesia Católica de Pinar del Río. Lola, como la llamaban sus amigos y familiares, sufrió el encarcelamiento político de su padre y luego su suicidio, heridas que marcaron su vida, la de su madre y hermanos.

A pesar del dolor y la discriminación que sufrió su familia por ser católicos, campesinos y tener un padre preso político, su finca ubicada en el poblado montañoso El Brujo, fue el refugio de los jóvenes católicos, y su talento dio forma y profundidad a la búsqueda espiritual de decenas de niños y adultos de su comunidad. Lola Domínguez era austera y cristalina, sencilla y de poco hablar. Cada domingo, ella y su hermana caminaban 25 kilómetros para asistir a Misa en la ciudad de Candelaria. Su historia, contada con imágenes y con el sonido de los pájaros y la naturaleza desbordante de El Brujo, fue captada en el documental “25 Kms” producido en Cuba por el cineasta cubano Jeffrey Puente.

Casi el mismo día del fallecimiento de Lola Domínguez, murió el historiador de La Habana, Eusebio Leal. Figura archiconocida en la isla por ser el artífice de la restauración de algunas manzanas de La Habana Vieja, reconocidas internacionalmente como patrimonio de la humanidad. Leal buscaba recursos para arreglar fachadas y edificios históricos, promovía esta obra a través de un programa de la televisión cubana y trajo al corazón de la capital de Cuba comunista, algunos trazos del mundo capitalista a través de tiendas dolarizadas, que por supuesto ningún cubano de a pie podía disfrutar.

Un querido amigo que conoció a Lola desde muy joven y que al conocer su muerte escribió sobre ella, fue cuestionado por no haber dedicado unas líneas a Leal. Este incidente me impulsó a escribir estas líneas reflexionando sobre este hecho con humildad.

No intento comparar la vida de dos personas tan fundamentalmente disímiles. La campesina de la loma, con el intelectual de la ciudad. Son dos experiencias existenciales muy diferentes. Sin embargo, a la luz de lo que ha acontecido en la Isla de Cuba en los últimos 61 años, vale la pena reflexionar.

Lola es la heredera de una Cuba profunda, desconocida, casi invisible para los historiadores y cubanólogos. Es la Cuba de la semilla, de la fe, de la libertad interior a pesar de las condiciones adversas de ostracismo, represión e injusticia que han sufrido los que han decidido pensar y vivir de forma independiente de los designios del Estado comunista. Lola trabajó para encender en el pensamiento y el corazón de los jóvenes la esperanza intangible de Cristo Resucitado. Le importaba la piel de adentro, los sentimientos y valores que se desarrollaban en el interior de sus discípulos, el amor y la lealtad a la fe de los que ella era ejemplo vivo.

Leal fue servidor del régimen que destruyó la esperanza de la nación cubana. Se dedicó a repellar y maquillar fachadas de edificios destruidos por la falta de mantenimiento y sobre todo por la falta de recursos en un país donde la iniciativa privada es penada por la ley. La Habana Vieja se derrumba porque no hay libertad para renovar y crear y crecer. El Estado lo controla todo. Leal se dedicó a adecentar ciertos espacios para que los turistas que visitan La Habana no sintieran que llegaban a una ciudad bombardeada, agujereada de sueños reprendidos. Para darle un poco de normalidad a la anormalidad que los cubanos han sido obligados a vivir durante seis décadas.

Cuando pienso en el legado de humanidad de Lola, la guajira sencilla que se entregó a la misión de la Iglesia secuestrada, y el legado de albañilería de Leal, intelectual que sirvió a un régimen represor y corrupto, prefiero el primero.

No habrá pintura ni renovación arquitectónica que le pueda devolver el alma a La Habana Vieja. Su alma estaba en la alegría y espíritu emprendedor de los cubanos, barridos por el sistema comunista. En cambio, para aquellos que recibieron el catecismo del amor de Lola, siempre quedará esa semilla, y sus frutos serán duraderos.

Yo también hubiera escrito sobre Lola.

* Janisset Rivero es una escritora cubana exiliada.


Radio Televisión Martí

Mayo 29, 2020

Pantalla Indiscreta | "25 Km' y "Milagros"





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1 Comments:

At 12:42 a. m., Blogger Unknown said...

Janisset, mil gracias por su escrito , has descrito a Lola tal cual fue como tb lo hizo Dagoberto, no hay comparacion alguna ni un porque no haber escrito acerca del historiador Eusebio Leal , simplemente lo que no nace no crece , Lola con su ejemplo e humidad supo ocupar el corazon de todos los que la conocieron y aun los que no tuvieron esa dicha , tenia un corazon que no le cabia en el pecho , se que Diosito esta feliz de tenerla a su lado disfrutando de ese marravilloso lugar que el le regalo , nuevamente mil gracias por ese lindo gesto que usted tuvo, Dios te bendiga.

 

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