viernes, septiembre 11, 2020

Huérfanos de masacre en Angola reclaman la verdad. Agostinho Neto onvocó a secciones leales del ejército y apoyado por tropas cubanas comenzó la masacre

 
Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

Tropas cubanas también llevaron a cabo una masacre en la Etiopía del corrupto y genocida (contra el pueblo eritreo) Coronel  Megistu Haile Mariam, cuando dispararon  en un palacio contra militares etiopes que  no estaban de acuerdo con  la política que llevaba Megistu.

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Tomado de https://www.cubaencuentro.com/

Huérfanos de masacre en Angola reclaman la verdad

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Neto convocó a secciones leales del ejército y apoyado por tropas cubanas comenzó la masacre

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Por Agencias

Madrid

10/09/2020

João Ernesto Van Dunem tenía 3 meses cuando sus padres desaparecieron.

Una masacre sucedida en Angola no mucho después de la independencia del país, hace poco más de cuatro décadas, ha permanecido bajo un manto de secretismo y miedo. Pero varios de los afectados se están uniendo para exigir respuestas y hablaron, algunos por primera vez en público, con Mary Harper de la BBC.

“Mis padres fueron vistos por última vez entrando en el Ministerio de Defensa, tomados de la mano”.

Eso fue hace más de 40 años, cuando João Ernesto Van Dunem era un bebé de 3 meses. Nunca volvió a ver a su madre y a su padre.

No sabe dónde ni cómo los mataron. No sabe dónde fueron enterrados.

Junto con otros jóvenes angoleños, sus padres, José Van Dunem (27) y Sita Valles (26), habían acusado a la élite gobernante de priorizar la riqueza personal y el poder sobre el bien del país.

José Van Dunem, que era un alto funcionario militar, y Nito Alves, un miembro del comité central del Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA), que había sido ministro del gobierno, encabezaron las críticas desde dentro. Esto llevó a su expulsión.

Hay muchas versiones de lo que sucedió después.

Las autoridades acusaron a los que calificaron de “separatistas” de realizar un intento de golpe de Estado el 27 de mayo de 1977.

Los miembros del grupo dijeron que no hicieron tal cosa. Habían organizado una manifestación masiva y una toma de control de la estación de radio para llamar a la gente a las calles de la capital, Luanda, con el fin de presionar al presidente António Agostinho Neto para que saneara su gobierno.

El resultado fue un baño de sangre.

Neto convocó a secciones leales del ejército, apoyado por tropas cubanas, y comenzó la masacre.

Miles, incluidos muchos de los jóvenes intelectuales y activistas, fueron encarcelados, torturados y asesinados.

Los que tenían autoridad en ese momento, incluido el ministro de Defensa, general Henrique Teles Carreira, conocido como Iko Carreira, dijeron que fueron 300.

Amnistía Internacional calcula que 30.000 murieron en la purga. Otros aseguran fueron hasta 90.000.

“El 27 de mayo, se decapitó el pensamiento progresista en el país”, dice João Ernesto Van Dunem, ahora economista de la Universidad Católica de Angola.

“Soy escéptico de que las autoridades de Angola digan la verdad o velen por que se haga justicia”, agrega.

En mayo de 2017, cuatro décadas después de la desaparición de sus padres, 24 de los hijos ahora adultos, incluido Van Dunem, escribieron una carta abierta al entonces presidente José Eduardo dos Santos, exigiendo respuestas. No la obtuvieron.

En enero de 2018, crearon una asociación de huérfanos, llamada M27.

La “M” es por “mayo”, el mes del incidente que provocó los asesinatos, y también es por “memoria”.

Los miembros del M27 tienen una serie de demandas clave, que dicen que restaurará la dignidad de los muertos y los verán como víctimas, no como villanos.

Quieren recuperar los restos de sus padres y emitir certificados de defunción

Demandan una lista de todas las personas que fueron asesinadas

Piden que se construya un monumento para honrarlos. Y quieren que se diga la verdad.

“Imagina lo que 40 años de silencio pueden hacer en tu mente. El asesinato de mi padre creó este enorme abismo entre mi patria y yo”, dice Henda Vieira Lopes, también miembro del M27, que trabaja como psicólogo en Lisboa, la capital de Portugal.

“Durante mucho tiempo no quise volver a Angola porque temía sentirme como un huérfano en una tierra extraña”, afirma.

El padre de Vieira Lopes, Elisiário dos Passos Vieira Lopes, trabajaba en un hospital en la provincia oriental de Moxico. Dice que todo el personal fue ejecutado.

“Fue una cacería de brujas, como un incendio en la sabana, descontrolado”, describe.

Silencio, dolor y misterio

Algunos miembros del M27 dicen que una de las razones por las que han decidido romper el silencio después de todos estos años es porque ahora ellos tienen sus propios hijos.

“Mi hijo de 7 años ha comenzado a hacer preguntas sobre sus abuelos”, cuenta Van Dunem.

“¿Dónde están? ¿Por qué murieron? Nuestro objetivo es evitar que esta pesada carga de preguntas sin resolver se pase a la siguiente generación”, asegura.

Muchos familiares adultos mayores de los asesinados y que sobrevivieron a la purga no quieren hablar de lo sucedido.

“Nací el 15 de mayo de 1977, 12 días antes de que comenzaran las masacres”, detalla Vania Mendes, gerente de proyectos en Suecia.

“Las fuerzas de seguridad llegaron a nuestra casa en la ciudad oriental de Luena y se llevaron a mi padre a rastras y nunca más lo volvimos a ver con vida”, cuenta.

“Crecí sin saber nada de lo que pasó. La familia nunca me habló de eso. Fue muy difícil crecer en un ambiente de silencio, dolor y misterio”, describe Vania Mendes.

“Mi madre todavía tiene mucho miedo y rabia hacia Angola. Estuvo de luto durante años, vistiendo de negro hasta que tuve 7 u 8 años”, añade.

“No se trata de venganza”

En 1977, Afonso Carlos António fue encarcelado durante 16 meses.

Ahora trabaja para el Ministerio de Cultura de Angola.

Después de 43 años, finalmente decidió romper el silencio.

“No estoy contento con la forma en que los creadores de opinión dicen que los sobrevivientes del 27 de mayo están traumatizados y quieren venganza”, dice.

“No se trata de eso en absoluto. Se trata de honor y verdad, y de una Angola mejor. Para lograr la reconciliación, la verdad tiene que salir a la luz. Sólo entonces podremos sanar”, opina.

António no quiere entrar en detalles sobre lo que le pasó en la cárcel.

“A diferencia de otros presos políticos, no fui torturado físicamente. Fui torturado psicológica y emocionalmente”, describe.

En septiembre de 2017, Angola tuvo un nuevo presidente, João Lourenço, que puso fin a los 38 años en el poder de Dos Santos. Con él vino cierto grado de cambio.

En abril de 2019, Lourenço estableció una comisión para investigar todos los actos de violencia política desde la independencia en 1975, incluida la guerra civil de 27 años con los rebeldes de Unita, que terminó en 2002, y los eventos de 1977.

“Queremos creer que el gobierno está actuando de buena fe, pero somos escépticos”, asegura António.

“No hubo discusiones con los sobrevivientes antes de que se creara la comisión, su marco de tiempo es demasiado corto y los diferentes períodos de violencia se han diluido al agruparlos todos”, enumera.

La comisión, que funcionará hasta finales de julio de 2021, insiste en que está prestando “especial atención” a los hechos del 27 de mayo y que ha establecido un mecanismo para la emisión de certificados de defunción.

“Lo que está haciendo M27 es crucial en términos de buscar justicia para la prometedora generación joven que fue tan cruelmente quebrada”, dice Ricardo Soares de Oliveira, un experto en Angola de la Universidad de Oxford.

“No soy del todo desconfiado con la comisión de Lourenço. No cambiará todo, pero al menos abre una puerta a un debate que antes era imposible”, asegura.

Pero el miedo permanece.

“Finalmente, descubrí que comparto una historia similar con otros”, dice Mendes.

“Ya no estoy sola. Pero el 27 de mayo sigue siendo un tema tabú. Cuando intento hablar de ello con mi familia en Angola me dicen que pare. Dicen que es demasiado peligroso”, detalla.

Vieira Lopes dice que esos sentimientos se comparten: “Mi madre no quería que yo firmara la carta abierta a Dos Santos”.

“Otros huérfanos no querían firmarla porque temían que pudiera traer represalias. Algunos dijeron que firmar la carta era como poner un blanco en mi espalda”, describe.

La madre de Vieira Lopes tiene motivos para tener miedo. Durante el mandato de dos Santos, se arrestó a personas por participar en manifestaciones en memoria de los fallecidos en 1977.

Un niño de 17 años, que comparte el nombre con Nito Alves, fue detenido en régimen de aislamiento en 2013 después de participar en una pequeña protesta contra el gobierno.

El propósito de M27 es político, pero también muy personal.

“Si no sabes dónde están enterrados sus padres y no tienes sus certificados de defunción, no puede llorarlos”, explica Vieira Lopes.

“Nuestros antepasados no han descansado, y si no se les permite descansar, Angola tampoco”, concluye.

© cubaencuentro.com

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Nota del Bloguista

No quiero ser mal pensado, pero entonces la muerte de Neto en Moscú en 1979 mientras era operado de cáncer, le vino de perilla a la antigua URSS para salir de Neto, si es verdad lo que se plantea en este artículo ...

En Wikipedia se encuentra esto sobre Nito Alves.

http://en.wikipedia.org/wiki/Nito_Alves

Nito Alves

Nito Alves (1945 [1] - 1977) fue el Ministro del Interior de Angola desde la independencia, 11 de noviembre de 1975, hasta que el presidente Agostinho Neto abolió el cargo en octubre de 1976. Un miembro de la línea dura del Movimiento Popular para la Liberación de Angola, Alves es mejor conocido por su fallido golpe de Estado contra Neto. [2]

Alves se opuso a la política exterior de Neto de no alineamiento, el socialismo evolutivo, y multiracialism. Alves favoreci'o relaciones más estrechas con la Unión Soviética, a la que deseaba conceder bases militares en Angola. Representó al Movimiento Popular para la Liberación de Angola en el 25 Congreso del Partido Comunista soviético en febrero de 1977.

El 21 de mayo el MPLA lo expulsó del Partido. Él y sus partidarios irrumpieron en una cárcel, liberando a otros partidarios, y tomó el control de la estación de radio en Luanda, en un intento de golpe. Las fuerzas leales al Neto, tomaron de nuevo la radio y detuvieron a los implicados en el intento de golpe de Estado. Mientras combatientes cubanos ayudaron activamente a Neto, Alves abandonó el golpe de Estado, Alves afirmó que la Unión Soviética apoyó el golpe de Estado. Mercenarios británicos en la prisión de Luanda se negaron a participar.

La Base de poder de Alves se centra en Malange. Después del fallido golpe de Estado, el MPLA realizó una purga destinada a eliminar el sectarismo en el partido que mató a miles. [2] [3]

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Golpe frustrado



Por Aleaga Pesant

LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) - Durante 1977, el ejército de ocupación cubano en Angola afrontó la guerra irregular impuesta por los patriotas. En un territorio de más de un millón de kilómetros cuadrados, cada día las acciones cobraban más fuerza y organización. El 27 de mayo de 1977, una facción pro soviética del Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA), intentó tomar el poder mediante un golpe de estado. Los soldados cubanos intervinieron una vez más, pero ahora por ignorancia.

Encabezaba la sedición contra el Presidente Agostino Neto, Nito Alves, la más influyente de las figuras del Gobierno. Le acompañaban otros líderes de las fuerzas armadas y el MPLA. Para los sediciosos, Alves era más radical y fue el principal conductor de la guerra anticolonialista. Además, expulsó y derrotó al FNLA de Luanda, antes de la proclamación de la independencia, y fue el ideólogo de la organización de comités populares.

La URSS consideraba que Neto no era confiable, y que una vez consolidado en el gobierno se acercaría a Occidente y pactaría con el jefe de UNITA, Jonas Savimbi, y razonaban que para enfrentar a ese líder carismático era necesario un hombre fuerte como Alves. Los verdaderos propósitos del golpe quedaron enmascarados con el fingido descontento de esta facción por la influencia en el gobierno de los intelectuales mestizos, como Paulo Jorge, Lucio Lara, Iko Careiras y otros.

El día del golpe, las tropas sublevadas tomaron las principales unidades militares de Luanda, así como las estaciones de radio, y hubieran logrado sus propósitos si no hubiesen intervenido las tropas cubanas encabezadas por el Coronel Moracén, acantonadas en las afueras de la capital, y ajenas a los planes soviéticos.

( Fidel Castro y Agustino Neto )

Los conspiradores estimaron que los cubanos permanecerían neutrales. Supusieron erróneamente que Moscú había coordinado con los aliados el desarrollo de los acontecimientos. Sin embargo, al tomar a las tropas cubanas por sorpresa, estas decidieron proteger a Neto y sofocar la revuelta.

Dispersas en la geografía angolana, las tropas cubanas, desde Chibemba y Matala al sur, y Cabinda al norte, disponían de pocas fuerzas en la capital. Se acantonaban fundamentalmente en el regimiento de tanques de Viana y Cacuaco, la unidad de recepción de los cubanos, a 20 kilómetros del centro de la ciudad.

El asalto fue feroz, aunque la desmoralización propia del MPLA, se impuso también en los golpistas. Los tanques cubanos cercaron y cañonearon Luanda, incluyendo la emisora nacional de Angola.

Nito Alves se refugió en la misión militar soviética, donde permaneció escondido hasta el mes de julio en que fue detectado por la inteligencia cubana. Las conversaciones entre la Habana y Moscú condujeron a la entrega del líder rebelde, fusilado inmediatamente. El intento de eliminar políticamente a Agostino Neto no terminó ahí, pero a diferencia del 27 de mayo, la próxima vez los soviéticos tendrían informados a los cubanos.
aleagapesant@yahoo.es

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COMENTARIO DEJADO:

Jorge A. Pomar ha dejado un nuevo comentario en su entrada "ANGOLA Y CUBA: Golpe de Estado frustrado a Agostin...":

Impecable análisis, Julio Antonio. Y muy bien observado el equívoco: pese al consenso entre ambos países, en aquella flagrante injerencia de La Habana y Moscú en asuntos internos de la nación africana hubo una manifiesta falta de coordinación.

Curiosamente, parangonable en sentido inverso a otros dos engorrosos cruces entre la metrópoli soviética y su ladino satélite caribeño.

El primer desenchuche, anterior, tuvo lugar en torno al disenso ruso-cubano acerca de aventura del Che en Bolivia. El segundo, posterior, se da en Granada donde, para berrinche de Fidel, el fugitivo coronel Tortoló y sus 24 compañeros, a quienes él ya había dado oficialmente por inmolados, aparecen de pronto refugiados en la Embajada de la URSS.

A la postre, sin romper abiertamente con los cubanos, cuyas tropas necesitaba para derrotar al popular Sawimbi, el sucesor de Neto, José Eduardo dos Santos acabaría imponiendo hábilmente, contra la voluntad de La Habana, una tercera opción entre la del frustrado ex ministro del Interior Nito Alves y la del difunto líder del MPLA Agostinho Neto.

A saber, un capitalismo neoliberal populista e ideológicamente equidistante con presidencia vitalicia. Volviendo atrás, vale recordar que no en balde más adelante Agostinho Neto, molesto con la prepotencia proconsular del jefe de la Misión Cubana Jorge Risquet --en la práctica solía suplantar al presidente sin siquiera consultarle-- emplazaría por carta a La Habana a relevar ipso facto al facultoso veterano del PSP, truene al que Fidel accedió enseguida de buen o mal grado.

Probablemente entre los intelectuales orgánicos cuya influencia incordiaba tanto a Nito Alves figuraban también al menos dos muy destacados de ascendencia a los cuales traduje para la Editorial Arte y Literatura: José Luandino Vieira, autor de "Nós, os do Makulusu"; y Artur Carlos Maurício Pestana, alias "Pepetela", autor de Yaka y "O Cão e os Calus". Excelentes relatos los tres desde el punto de vista estético, por cierto...

Saludos,

El Abicú, ex soldado de fortuna en Angola desde fines del 75 hasta mediados del 76.
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 (Che Guevara en 1964 en Brazaville. Algunas personas opinan que el primero a la derecha es Nito Alves. Foto y comentario del bloguista de Baracutey Cubano)

Raul Castro, the US and the massacre in Angola in May 1977

Article by South African communist Paul Trewhela on the 27 maio 1977 massacre in Angola.

Published 18 December 2014.

In my article, "The Angolan massacre of 27 May 1977: A grim portent for South Africa" (27 August 2014),

I asked the question: "When is a massacre not a massacre?"

My answer was: "When truthful reporting of it is suppressed for nearly 40 years, as with the Nitista massacre in and around Luanda in Angola on 27 May 1977, when as many as 25,000 urban people - mainly, but not exclusively, poor black township dwellers - are reported to have been murdered en masse by the ruling MPLA party, assisted by Cuban military and security forces."

I can think of another answer: "When the massacre was carried out to a great extent by Cuban forces under the orders of Raul Castro, the current president of Cuba, then Cuba's minister of armed forces, and the brother of El Commandante Fidel."

Raul Castro has a case to answer to the people of Angola, a case of mass murder, as does Angola's MPLA government - still a one-party dictatorship which carries primary responsibility for the massacre - and its president, Jose Eduardo dos Santos, who has been in power for...35 years. (The president's daughter, Isabel, is considered by Forbesmagazine to be "the richest woman in Africa" and "Africa's first woman billionaire").

General Rafael Moracen Limonta was given orders by Raul Castro in the mid-1970s to command a special unit of Cuban elite troops in Angola to ensure the safety of the country's then president, Agostinho Neto. Much later Moracen told an interviewer that Raul Castro instructed him he "ought to be on alert because at any time there could be an attempted coup d'état."

He added: "And actually, things really did turn out as the general of the army, Raul Castro, had predicted."

These reminiscences by General Moracen appear in the study by Lara Pawson, In the Name of the People: Angola's Forgotten Massacre (IB Tauris, London, 2014), the only book in nearly 40 years to do honest research into the massacre of thousands of mainly black members and supporters of the MPLA who were critical of the policies of the Neto government. (p.241)

An astonishing and very relevant document is available online, separately, which carries Raul Castro's report to his brother, Fidel, the head of government, written and dated 14 June 1977, less than three weeks after the massacre.

Written in Spanish, the scanned document is posted on the website of the History and Public Policy Program of the Woodrow Wilson International Center for Scholars, in Washington DC. It comes from the Secret Bureau of the 2nd Secretary of the Communist Party of Cuba, and was secured for public examination by Piero Gleijeses, professor of American foreign policy at the School of Advanced International Studies at John Hopkins University.

Gleijeses has had extraordinary access to the archives of the Cuban Communist Party, and is an enthusiastic exponent of its history.

He gives an English translation of part of the document in his book, published at the end of last year, Visions of Freedom: Havana, Washington, Pretoria, and the Struggle for Southern Africa, 1975-1991 (University of North Carolina Press, 2013).

Professor Gleijeses reports that Raul Castro arrived in Angola from Cuba one week after the massacre, which Gleijeses describes - in the common phrase of the MPLA regime and of nearly all subsequent historical accounts - as a "failed coup".

Castro writes:

"From the moment we arrived in Luanda we were told of the mood of hostility towards Soviet officials, diplomats and security officers in Luanda among the top leaders of the MPLA. We already knew about Risquet's conversation with Neto, in which the latter had recalled with some bitterness that ‘the Soviets have been wrong about us several times; at one time... they refused us all aid'....

"Even before the coup, the Angolan leadership had been keen to deny the Nitistas' accusation that it had been anti-Soviet.... At the same time, our military mission became aware that Soviet military interpreters had openly expressed support for Nito [Alves] and Bakalov [a leading plotter]. I gave instructions to investigate whether these had been isolated, personal views or whether they reflected a common opinion among the Soviet military in Luanda.

"As is clearly indicated in another report..., while the nuances may vary, the common assessment was that Nito, Bakaloff and the other plotters ‘are friends of the Soviet Union.'

"Some of the Soviets are actively partisan, others say they are neutral. There is also the case of Colonel Grishin...who hid one of the rebels in his car and helped him escape. Knowing the Soviets, and above all their military, it is clear that behaviour and attitudes like this, even if they are spontaneous and reflect the personal views of an individual, must be explained, in the final analysis, by the fact that these individuals know that their views are consistent with those of their superiors."

(Gleijeses, pp.75-76)

At the same time, the only attention to the massacre provided by Professor Gleijeses himself - in a book of more than 600 pages - are the following three sentences:

The revolt had been defeated almost without bloodshed, and the aftermath might have been less harsh, had the leaders of the coup not murdered, before fleeing, seven high-ranking loyalists whom they had captured earlier in the day. ...[After] the murders were discovered a wave of repression engulfed the country. ‘This remains one of the most grim pages in the history of independent Angola,' a biographer sympathetic to Agostinho Neto wrote in 2005.

(Gleijeses, p.74)

No inquiry. Nothing more. With five words - "harsh", "wave of repression", "grim" - Gleijeses evaded the difficult and painful task which Lara Pawson set herself to explore, in her study published in London five months later, a book with the most profound ramifications for Angola, South Africa and Namibia.

Huge difficulties remain before there is a fully adequate historical understanding of the conflict between Angolans in Luanda and surrounding regions in May 1977, and its consequences.

Here are some of the questions which need greatly more intensive research of the kind Lara Pawson has begun to provide:

* Did the leaders of the opposition to the Neto government within the MPLA, such as Nito Alves, actually plan a "coup"? Or were their intentions different? (Lara Pawson cites some interviews claiming a coup was not intended).

* How much actual support from the Soviet Union or its functionaries, as Raul Castro reported, did Nito Alves and his colleagues actually have? If so, what were the objectives of these Soviet personnel, and how did these objectives differ from those of the government of Cuba?

* How extensive was the resentment among poor black Angolans in and around Luanda - the principal supporters of the Alves grouping, and overwhelmingly the victims of the massacre - concerning the ethnic composition of the Neto government, in which people of mixed race (mesticos) and whites had a relatively high profile? And, to what degree was this resentment reflected in demands for a more statist economic programme? (Lara Pawson cites a redacted CIA report published in December 1978 which described the dissidents as wanting a "black dominated, more nationalist, and possibly more leftist state", with a "more radical, black nationalist and pro-Soviet line" led by "members of a black-power faction." p.231)

* What was the actual course of events that led to the murder of "seven high-ranking loyalists" in Sambizanga township on 27 May 1977, as Professor Gleijeses reports, and most histories - including Lara Pawson's - report also?

* How many perceived dissidents were actually killed? Who were they, where were they killed, where are they buried, who killed them, what was the exact role of Cuban forces in the slaughter? Any number of questions follow. There is a very long way to go before Angola has anything like its own Truth and Reconciliation process, which - whatever its inadequacies - remains a moral base line for Angola as a fellow member with South Africa in the Southern African Development Community. (At present Angola remains a massacre state, not a constitutional state).

* Lara Pawson reports US ambassador Don McHenry, who was deputy US representative to the United Nations from 1979 to 1981, and then permanent representative from 1979 to 1981, as having told her in a telephone conversation that "senior US figures" (as she describes them) were in Luanda on 27 May 1977. She cites Ambassador McHenry as saying: "Our presence was not a secret. ...We were there for several days. We spoke with Lopo de Nascimento [the prime minister]. ...It shows you how pragmatic they - the MPLA - were." (Pawson, p.232)

Questions follow: How exactly did these "senior US figures" report the massacre and its related events to their government? Why was the massacre not made public by them? What was the significance for them of the "pragmatism" of the Neto government, which carried out the massacre? Why should officials of the US government have concealed this massacre?

* What is the significance of the fact in the "topsy-turvy Cold War world" in Angola, as Lara Pawson reports, that at the time of the massacre "Cuban soldiers using Soviet weapons were deployed to protect Cabgoc's Cabinda base..."? (Pawson, pp.165-66) Cabgoc, as she explains, was the "US-owned Cabinda Gulf Oil Company", which had resumed oil production in Angola's north-east Cabinda enclave under the MPLA government in mid-1976, and continued production under Cuban guard throughout and after the massacre in May 1977.

Given the announcement on Wednesday by US President Barack Obama and Cuban President Raul Castro of improved diplomatic relations between the two countries, these are only some of the murky questions which need clarification, over the bones of the Angolan dead..
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Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

En otro artículo, La otra cara de la intervencion cubana en Africa,   Orlando Freire Santana escribe sobre Megistu Haile Mariam:
... un tirano que asesinó a 200 mil personas y provocó el desplazamiento de 750 mil de sus compatriotas..
Sin embargo: 

Condecoraciones

Mengistu Haile Mariam recibió varias condecoraciones:
 
 Orden de José Martí de la República de Cuba.15​
 Medalla de Oro Frédéric Joliot-Curie del Consejo Mundial de la Paz, en 1978.16​
 Orden de Playa Girón de la República de Cuba en 1978 por «su valerosa lucha contra el imperialismo y la reacción, su promoción de medidas radicales en beneficio del pueblo y sus extraordinarias contribuciones a la victoria de África contra todas las formas de opresión».17​
 Orden de la Revolución de Octubre de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas en 1980.18​

El tirano Raúl Castro, El difunto tirano  Fidel Castro y el genocida, ladrón y cobarde  Mengistu Haile Mariam quién huyó robándose muchos millones de dólares.

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Tomado de https://www.cubanet.org/

Cuba fue un simple peón soviético en Etiopía

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Más de un centenar de jóvenes cubanos perdieron sus vidas en esa irresponsable aventura
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Por Orlando Freire Santana
Enero 15, 2018

LA HABANA, Cuba.- En 1977 se agudizó el conflicto armado en la región del Ogadén, específicamente en la frontera entre Etiopía y Somalia. El enfrentamiento pudo haber sido contemplado como un suceso local entre dos naciones tercermundistas que no despertara el interés de las superpotencias.

Sin embargo, la Unión Soviética ya estaba convencida de que el teniente coronel etíope Mengistu Haile Mariam era su hombre en esa región del Cuerno Africano, y por tanto no vaciló un instante en tomar partido a favor de Etiopía.

En efecto, tras la caída del emperador Haile Selassie en 1974, Mengistu se las arregló para convertirse en el hombre fuerte de Etiopía después de eliminar físicamente a todo aquel que se le opusiera. En 1984 proclamó el marxismo-leninismo como ideología oficial del Estado, y asumió la secretaría general del Partido de los Trabajadores de Etiopía. Tres años más tarde, en 1987, se convirtió en presidente del país.

Pero los soviéticos solo enviaron asesores militares y armamento, y le encomendaron a Fidel Castro que pusiera los combatientes. Así, en el propio año 1977 alrededor de 17mil soldados cubanos llegaron a Etiopía para apoyar a Mengistu y combatir en contra de los somalíes, quienes hasta ese momento también habían sido aliados de La Habana.

Mas no solo se involucrarían los cubanos en la guerra contra Somalia. También se verían envueltos en el otro frente donde actuaban las tropas de Mengistu: la lucha contra el Frente de Liberación del Pueblo de Eritrea. Este territorio, que hasta ese momento era una provincia de Etiopía, peleaba encarnizadamente por obtener su independencia; una independencia que le negaba el régimen de Mengistu. En ese contexto a los cubanos les tocaría jugar un triste papel: de autotitulados campeones de la solidaridad con los pueblos que luchaban por su liberación nacional en otras partes del mundo, habían ido a África a oponerse a las ansias independentistas de los eritreos.

Con la desideologización de la política exterior soviética implementada por Mijail Gorbachov, y más marcadamente con la desaparición de ese estado multinacional en 1991, Mengistu perdió el apoyo de Moscú, y a Cuba no le quedó más remedio que dar por terminadas sus aventuras militares en África.
De inmediato el régimen de Mengistu, al que muchos calificaban como el “terror rojo”, fue barrido por el pueblo etíope, y el déspota debió huir precipitadamente rumbo a Zimbabue con tal de escapar a la justicia. Una ocasión aprovechada también por Eritrea para obtener su independencia.

Los años que siguieron a la caída de Mengistu fueron de escasos contactos entre Cuba y los nuevos gobernantes etíopes. Al margen de algunos jóvenes de esa nación que estudiaban en Cuba, y alguna que otra brigada médica de la isla que prestaba servicios en ese país del Cuerno Africano, las relaciones entre ambos países transitaron por un perfil muy bajo.

Un ejemplo de lo anterior lo tenemos si analizamos el intercambio comercial entre las dos naciones. El monto de esas transacciones ha sido tan bajo que no aparece especificado en las cifras que reporta la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI). Esa ha sido la tónica de las relaciones cubano-etíopes, no obstante cualquier otra imagen que se pretenda mostrar, sobre todo a raíz de la visita que por estos días ha realizado a Cuba el mandatario de esa nación africana, Mulatu Teshome Wirtu.

Es lógico suponer que buena parte del espectro político etíope se resista a un acercamiento a un país que secundó a un gobernante que torturó, asesinó y obligó al desplazamiento de miles de personas.

Por nuestra parte, nunca podremos perdonarle al castrismo que sacrificara las vidas de más de un centenar de jóvenes cubanos en aras de apoyar a un genocida.
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 Tomado de https://elpais.com/

Condenado por genocidio en Etiopía el dictador Mengistu Haile

 Agencias
Addis Abeba
 13 DIC 2006

El dictador etíope Mengistu Haile Mariam que gobernó el país con mano de hierro desde 1974 a 1991, fue declarado ayer culpable de genocidio por un tribunal etíope, tras ser juzgado en rebeldía en un proceso que se ha prolongado 12 años. Se trata de uno de los pocos casos en que un dictador africano es juzgado en su propio país, pese a la incomparecencia de Mengistu, quien vive exiliado en Zimbabue bajo la protección del presidente de este país, Robert Mugabe.

El proceso contra el dictador marxista comenzó tres años después de ser apartado del poder en 1991. Mengistu está acusado junto a otros 69 de sus antiguos colaboradores por su supuesta implicación en la muerte de cerca de 2.000 personas durante la llamada campaña del Terror Rojo, entre 1977 y 1978. Mengistu accedió al poder en 1974, mediante un golpe de Estado militar contra el último emperador de Etiopía, Haile Selassie.

60 fusilados

Selassie fue estrangulado en su propio lecho y su cadáver enterrado bajo los mosaicos de un baño en el palacio real. Hasta 60 funcionarios, ministros y miembros de la familia real etíope fueron, a su vez, fusilados públicamente.

El juicio comenzó en 1994, pero su seguimiento se retrasó por las exigencias de las dos partes. Además, la muerte de cientos de testigos ha dificultado el trabajo de los fiscales y los abogados defensores. El dictador y otros 32 dirigentes han sido juzgados en ausencia y otros 37 han comparecido ante los tribunales desde que comenzó el juicio. Los tribunales etíopes llevan condenadas a 1.018 personas desde 1994 por participar en el Terror Rojo. Otras 6.426 siguen pendientes de juicio, pero más de 3.000 -incluido Mengistu- viven en el exilio.

Mengistu se mantuvo en el poder gracias al apoyo económico y militar de la Unión Soviética, pero en 1991, tras la caída del régimen marxista del Kremlin y ante el avance de grupos rebeldes liderados por el hoy primer ministro etíope, Meles Zenawi, huyó a Zimbabue, donde el Gobierno de Mugabe le concedió asilo político.

El próximo día 28, cuando la Defensa presentará su alegato final antes de que los jueces dicten sentencia, la cual se prevé será la pena de muerte para la mayoría de ellos.

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1 Comments:

At 1:56 p. m., Anonymous Realpolitik said...

Siento informarles que estas vidas negras perdidas no importan, porque lo que importa no es la vida ni la justicia ni la verdad, sino la política. El asunto es todo un asco miserable y ruin, pero se trata de un cuento muy viejo que no sorprende a nadie.

 

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