martes, septiembre 21, 2021

Emilio Morales: El conglomerado o grupo militar de empresas GAESA de la dictadura Castrista no maneja un negocio de remesas a Cuba, sino uno de lavado de capital

 
Tomado de https://diariodecuba.com/

GAESA no maneja un negocio de remesas a Cuba, sino uno de lavado de capital

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Con el dinero de los emigrados, el conglomerado dirigido por Luis Alberto López-Callejas construye hoteles y crea activos inmobiliarios. Pero hay mucho más.

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Por Emilio Morales

Miami

20 Sep 2021

Dos semanas después de haber sido entregadas las recomendaciones a la administración Biden por parte de la Comisión creada por el Gobierno norteamericano para estudiar e implementar el envío de remesas a Cuba sin que pasen por las manos de los militares, nada ha trascendido hasta el momento.

Mientras tanto, GAE S.A (GAESA) sigue teniendo trancado el envío de remesas desde EEUU. A pesar de que a finales de 2021 el Banco Central de Cuba autorizó a la entidad financiera no bancaria RED S.A a tramitar los envíos, ninguna compañía de EEUU ha sido contactada por esta empresa.

Como es sabido, las remesas a Cuba siempre han sido controladas por los militares cubanos. Desde su autorización en 1993, fueron controladas por la CORPORACION CIMEX S.A, compañía creada por la inteligencia cubana en Panamá en 1978, registrada oficialmente en 1979. Como parte de CIMEX fueron creadas también años más tarde, también en Panamá, las compañías FINANCIERA CIMEX S.A (1984) y American International Services S.A (1988).

A partir de 1993, estas tres empresas comenzaron a manejar el negocio de los envíos de remesas a la Isla. Por entonces, como solución a la crisis generada por la caída del campo socialista y la URSS, el dictador Fidel Castro dolarizaba la economía, un paso concebido principalmente a expensas del exilio cubano.

Todas estas compañías nacidas en Panamá, y otras creadas en diferentes paraísos fiscales, se hicieron con el objetivo de burlar el embargo de EEUU. Una de las empresas más connotadas fue HAVANATUR S.A, la cual se encargaría de manejar los viajes a Cuba de los exiliados procedentes de EEUU. Esta compañía también era parte de CIMEX S.A. Con esta red se completaba el paquete financiero más jugoso que logró engendrar el régimen cubano en 62 años de revolución: remesas + viajes de los emigrados de EEUU a Cuba. Al calor de esta mágica fórmula surgió también el jugoso mercado de las mulas.

Este negocio incluso ha dejado mayores dividendos que los obtenidos por Castro y su tropa después que se robaran todas las industrias del país en los primeros años de la revolución, a partir de las nacionalizaciones y confiscaciones sin compensación alguna de todas las empresas extranjeras y grandes compañías que operaban en la isla en aquel entonces.

Hasta hace 18 meses, antes de la pandemia, este fabuloso paquete (remesas + viajes de los emigrados de EEUU a Cuba + mercado minorista dolarizado) creado a partir de la migración y la división de la familia, generaba un estimado de ocho billones de dólares anuales.

Fidel Castro convirtió al exilio cubano una fuente inagotable de capital

Desde 1993, la emigración cubana jugaría un rol clave como una de las principales fuentes de financiamiento del régimen cubano. Para lograrlo, se creó un mercado dolarizado en la Isla, manejado por CIMEX S.A principalmente a través de sus cadenas de tiendas nacidas al calor de esta estrategia de dolarización, cuya fuente de financiamiento principal era y sigue siendo el exilio.

Hasta la actualidad, 49.127 millones de dólares en efectivo, en concepto de remesas, han sido captados por esta red de empresas, hoy en manos del general Luis Alberto López-Callejas. Ningún otro rubro de la economía cubana ha tenido tan altos dividendos en 62 años de economía comunista. Este multimillonario capital ha sido enrutado por esa maquinaria casi perfecta de captar dólares a costa de los emigrados cubanos. Si a esto le sumamos lo que ha generado el negocio de los viajes y las mulas, la cifra rondaría unos 120.000 millones dólares, un capital superior al que recibió el régimen de la URSS hasta su desaparición. Aun con este capital, demás del recibido de la URSS y más adelante de Venezuela, la economía cubana sigue siendo una de las más atrasadas del planeta. Sin duda, es un modelo parásito e irreformable.

El negocio de las remesas se perfeccionó y creció en la medida que aumentaba la emigración y también el mercado dolarizado en la Isla. Era una relación de crecimiento directa: mientras más emigraban los cubanos, más crecían las cadenas de tiendas en divisas, tanto las de CIMEX como las de GAESA (TRD Caribe era la cadena principal), al igual que los viajes, lo cuales seguían la misma tendencia de crecimiento que experimentaban las remesas y la emigración hacia EEUU.

Hasta 2006, las remesas fueron controladas por el grupo de Fidel Castro (CIMEX S.A). A partir de la enfermedad del dictador, GAESA toma control de CIMEX y Luis Alberto López-Callejas pasa a administrar el cofre favorito: el de las remesas.

Para ello, López-Callejas puso al frente de CIMEX S.A al coronel Héctor Oroza Basutil, su mano derecha en GAESA. Dicho coronel tomaría control directo no solo de CIMEX, sino de toda la red de empresas de Panamá, tal y como consta en los registros públicos de dicho país, empresas de las cuales él es el directivo principal. Esto significó para GAESA disponer de una acaudalada e inagotable fuente de financiamiento para lavar capital.

La mágica fórmula de López-Callejas para lavar el capital de las remesas

Una de las formas más efectivas ha sido usar gran parte del capital obtenido para lavar dinero construyendo hoteles y creando activos inmobiliarios a nombre de otra de las empresas del pulpo GAESA: Gaviota S.A. Con la adquisición del negocio de las remesas, GAESA ya no necesitaría la inversión extranjera para la construcción de hoteles: la generosidad el exilio sería la nueva fuente de financiamiento.

Gracias a esto, Gaviota S.A cuenta hoy con 110 hoteles, siendo la empresa líder en América Latina con más de 40.000 habitaciones. Ningún grupo financiero en el mundo maneja la economía de un país como lo hace esta organización que hoy controla Cuba, dirigida por el general Luis Alberto López-Callejas, quien no solo domina el ejército, el aparato represivo y el Partido Comunista, sino también la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM), casi todo el mercado minorista dolarizado, el turismo, las remesas, negocios de minería y hasta del 27% de las acciones de ETECSA.

Para poner un ejemplo gráfico de cómo se lava el capital de las remesas y se convierte en activos inmobiliarios, solo basta ver las estadísticas de construcción de hoteles correspondientes al período 2017-2019, en el cual fueron construidos 57 nuevos alojamientos, de ellos 25 cinco estrellas y 32 cuatro estrellas. Ver Figura 2. 

Esto significó un incremento de 15.984 nuevas habitaciones. Ver Figura 3.

En el período de 2015 a 2020, se invirtieron 17.614,2 millones de dólares. Curiosamente, en un período en el que la ocupación hotelera fue de tan solo 46.3% (2015), con una tendencia decreciente en los años siguientes, que alcanzó un bajo 14.7% en 2020, en plena pandemia, siendo el año de mayor inversión, con 4.139 millones de dólares. Lo que muestran los números es algo totalmente irracional en un contexto donde primaba una crisis económica extremadamente difícil y el asedio del Covid-19, que hizo colapsar el sistema de salud, sin recursos, alimentos ni medios para enfrentar la pandemia.


Como parte de los mecanismos para captar más dólares, este grupo en el poder implementó una nueva forma de dolarizar la economía a partir de la apertura de tiendas en divisas, en la cuales solo se puede comprar usando tarjetas magnéticas. La nueva estrategia comenzó con la venta de electrodomésticos, con el objetivo de contrarrestar la fuerte e imparable competencia que representaban las mulas, las cuales traían esos equipos desde el exterior. Más adelante, esta dolarización fue extendida por todo el país y abarcó desde alimentos hasta productos de higiene y del hogar.

La novedosa dolarización incluiría más tarde la prohibición del depósito físico en dólares en estas tarjetas magnéticas, llamadas MLC, obligando a los usuarios a utilizar otras divisas en efectivo para recargarlas. GAESA daba así otra mordida por el canje de moneda, pues a los efectos de los depósitos, esta tarjeta MLC son en dólares. De esta forma, solo era permitido cargar las tarjetas en dólares desde el exterior a través de transferencias bancarias.

Así, los cubanos solo pueden usar estas tarjetas magnéticas en Cuba para comprar en las tiendas de GAESA, donde los productos cuestan un mínimo 240% más del precio al que son comprados en el exterior. [VÍDEO: Análisis sobre Remesas a Cuba - YouTube]. Si alguien quiere extraer dinero en un cajero automático, solo recibirá pesos a una tasa de 1 USD x 25 CUP. Estas tarjetas no sirven en ninguna otra parte del mundo.

De esta forma, los dólares que los emigrados envían a sus parientes en Cuba quedan en una cuenta bancaria en un tercer país, recibiendo quienes residen en la Isla una moneda devaluada o un dólar electrónico que solo puede ser usado en las tiendas que pertenecen a GAESA.

Bajo este esquema, GAESA ha perfeccionado la forma de incrementar su principal fuente de financiamiento y, dicho sea de paso, sofisticado aun más su negocio de lavado de capital para construir hoteles y desarrollar otros negocios. Esto ocurre en medio de un escenario de crisis donde la industria turística está literalmente muerta y el país necesitado de recursos financieros para adquirir alimentos, medicamentos y otros insumos para combatir la pandemia.

Conclusiones

Las remesas a Cuba constituyen la principal fuente financiera de un multimillonario negocio de lavado de capital que se esconde tras decretos y leyes implementadas a conveniencia, manejadas por una red de empresas constituidas en paraísos fiscales que no son auditadas por la Contraloría General de la República y por ninguna otra institución civil del Estado cubano.

Ningún país del mundo tiene una estructura empresarial de este tipo, manejada por una organización que lucra con el dinero que no le pertenece. En América Latina las remesas son manejadas por bancos estatales, bancos privados, empresas remedadoras privadas y hasta cooperativas con total transparencia y supervisión. El modelo cubano para el control y manejo de las remesas no se parece en nada a los modelos que existen en la región; es una caja negra en manos de una organización criminal.

El 90% de los casi 50.000 millones de dólares en efectivo que desde 1993 se han enrutado de una manera u otra por esta red de empresas, ha salido de EEUU de manos de los emigrados cubanos.

Hoy, el general Luis Alberto López-Callejas, director ejecutivo de GAESA, sancionado por los departamentos de Estado y del Tesoro, continúa ejecutando y sofisticando impunemente este multimillonario negocio de lavado de capital sin ningún tipo de consecuencias. Esta impunidad ocurre en medio de una crisis que ha hecho colapsar el país, en un escenario donde ha ocurrido un levantamiento popular como consecuencia de la propia crisis generada por la incompetencia del Gobierno en el manejo de la economía.

A lo anterior hay que sumar que este robo descarado ocurre en medio de una pandemia donde todos los días cientos de cubanos mueren por falta de medicamentos, oxígeno y vacunas efectivas. Las imágenes de los hospitales colapsados, los muertos apilados y los entierros en fosas comunes son dantescas. La desesperación que muestran las personas infestadas por encontrar asistencia nos muestra una población desamparada y desprotegida por un Gobierno controlado por la mafia dedicada a lavar el capital en vez de asistir a su pueblo.

Si la justicia de EEUU tiene hoy una orden de extradición contra Alex Saab por lavado de capital, por todos los oscuros negocios que ha hecho en complicidad con el régimen de Nicolas Maduro, ¿qué diferencia hay entre este sujeto y Luis Alberto López-Callejas?

Ante tanta ignominia, impunidad y evidencias, es hora de que la Administración Biden se ponga a trabajar y haga cumplir la ley a quien la quiebra a solo 90 millas de sus costas.


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