domingo, abril 16, 2023

Pedro Roig: Bahía de Cochinos: Heroísmo y traición. Video Alas de Libertad, un documental sobre la aviación de la Brigada de Asalto 2506

 Este video largo de YouTube hecho por Wenceslao Cruz describe las conferencias de Pedro Corzo, Jorge "Sheriff" Gutiérrez Izaguirre, Aurelio Pérez Lugones; Johnny López de la Cruz, Tony Calatayud, mi hermano Jorge Luis de Varona y la mía sobre Playa Girón o Bahía de Cochinos. Es una excelente historia oral de los miembros de la Brigada de Asalto 2506. Estamos muy agradecidos a Pedro Corzo por planear esta conferencia histórica.

Saludos,

Frank de Varona

Tomado de https://www.youtube.com/watch?v=6SaOWLyRWRU

Wenceslao Cruz

16 de abril, 2023

Homenaje a los héroes y mártires de Playa Girón



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Radio Televisión Martí

Abril 21, 2017

El 15 de abril de 1961 Bombarderos B-26 de la Fuerza Aérea de la Brigada 2506 llevaron a cabo un ataque sorpresivo a tres aeropuertos de Cuba. “Alas de Libertad”, rinde tributo al sacrificio de los pilotos que dieron todo por la libertad de Cuba durante la Invasión de Playa Girón.

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Tomado de http://www.elnuevoherald.com

Bahía de Cochinos: Heroísmo y traición

Por PEDRO ROIG


Más allá del inmenso poder de su mitología, el desastre militar de Bahía de Cochinos es, en efecto, un vasto tema de controversia histórica alentada por la complejidad de la operación, las numerosas variables tácticas y las fatales decisiones políticas que se impusieron sobre la devoción y el coraje de la Brigada 2506, donde la Patria esclava del marxismo encontró lo que tal vez fue, su ultimo consuelo de redención.

Las raíces de esta operación están en el contexto de la Guerra Fría y el peligro para Estados Unidos de que Castro aceptara, en algún momento, el despliegue de cohetes nucleares soviéticos en la isla (como ocurrió dos años después), cambiando de un golpe la ventaja estratégica de Washington sobre Moscú.

Respondiendo a este enorme peligro para la seguridad nacional, el entonces presidente Eisenhower advirtió: “Esta nación no tolerará el emplazamiento de un satélite de la Unión Soviética a 90 millas de nuestras costas’’.

El 17 de marzo de 1960, el presidente aprobó crear una fuerza de combate formada por exiliados cubanos pero con la condición de que fuera una acción encubierta. La ayuda decisiva de Estados Unidos tenía que ser secreta. Esta premisa resultó fatal porque desde el primer momento limitó el tamaño y equipamiento de la operación. Eisenhower fue muy preciso en su orden cuando señaló: “nuestras manos no pueden aparecer en nada de lo que se haga’’.

La farsa exigía una versión plausible en la que un grupo de exiliados cubanos y norteamericanos que habrían perdido propiedades en Cuba, financiaran la lucha armada para derrocar la tiranía de Fidel Castro. La mentira restó flexibilidad a las exigencias de los armamentos necesarios para cumplir con éxito la misión.

El encubrimiento, que resultó ser una alucinante fantasía, tuvo un impacto muy negativo en el equipamiento y despliegue operacional de la Fuerza Aérea de la Brigada 2506, porque el éxito o fracaso de la invasión dependía del control del espacio aéreo sobre la zona de combate.

En todo momento, se planteó que el factor esencial para la victoria era la supremacía aérea para apoyar los batallones en tierra y proyectar su poder de fuego a los centros vitales de las fuerzas del régimen. Los oficiales de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) encargados del plan fijaron con absoluta claridad la importancia del control aéreo.

En un informe enviado en enero 4, 1961, la CIA advirtió: “Se considera crucial que la Fuerza Aérea cubana, capaz de dar resistencia al desembarco, sea destruida o neutralizada antes de que las tropas lleguen a la playa’’.

Este importante documento, específicamente explica que el control del espacio aéreo sobre el teatro de operaciones era la premisa esencial para el éxito de la invasión. Los oficiales de la CIA no dejaron lugar a la duda. Sin la supremacía aérea, la operación no tendría ninguna posibilidad de prevalecer en el campo de batalla.

Es conveniente señalar que Bahía de Cochinos no fue el primer sitio seleccionado para el desembarco. Inicialmente se escogió la Bahía de Casilda, en Trinidad, situada en el centro-sur de la isla, junto a las montañas del Escambray. De acuerdo con militares veteranos Trinidad era un sitio excelente para el desembarco, muy superior a la Bahía de Cochinos.

En noviembre de 1960, John Kennedy fue electo presidente de Estados Unidos. A los pocos días, Allen Dulles, director de la CIA, le informó sobre los detalles secretos del desembarco planeado para efectuarse por Trinidad. Se puso énfasis en la importancia decisiva de la aviación y de que el éxito dependía del control del espacio aéreo sobre el teatro de operaciones.

El 30 de enero, diez días después de jurar y asumir la presidencia de Estados Unidos, Kennedy asintió a continuar los planes de invasión por Trinidad, pero pocas semanas después, altos funcionarios de su administración presentaron objeciones al plan de acción.

El 11 de febrero de 1961, Arthur Schlesinger, cercano consejero del presidente, advirtió sobre los inconvenientes del desembarco porque era imposible esconder la participación de Estados Unidos en la operación. Cuatro días más tarde, Tomas Mann, el Subsecretario para América Latina, fijó su posición en una carta al secretario de Estado, Dean Rusk, en la que se oponía al desembarco.
Era obvio que los principales consejeros del presidente tenían diferentes opiniones y que la urgencia de eliminar la amenaza de los soviéticos en Cuba había pasado a un segundo plano.

En esta coyuntura, el Secretario de Estado Dean Rusk propuso eliminar el plan de Trinidad dado que la densidad de población hacía muy difícil encubrir la participación de los Estados Unidos en el ataque.

La CIA fue ordenada a buscar un sitio alterno para el desembarco. Cuatro semanas antes del ataque, Bahía de Cochinos fue escogida para implementar el plan. Grave error. El planeamiento y ayuda de Estados Unidos tenía que mantenerse en secreto.

La farsa del encubrimiento continuó siendo el factor dominante que limitó la efectividad y equipamiento militar de la Brigada. Todo tenía que ser de segunda mano, todo menos el heroísmo de los que iban al combate.

Así de un tajo, comenzó el desmantelamiento del plan que tenía como premisa esencial el dominio del aire, aunque dentro de los límites se podían haber dado flexibilidad logística y mejores equipos. Pero ya a los más altos niveles del poder político en Washington se había perdido la visión y el liderazgo necesario para la victoria.

El 4 de abril, reunidos en el Departamento de Estado, el presidente pidió la opinión de sus principales asesores sobre si se debía continuar con la operación. Luego de ofrecer sus puntos de vista, todos estuvieron de acuerdo con ordenar el ataque menos Dean Rusk, que se abstuvo, y el Senador William Fullbright, que se opuso. Ese mismo día Kennedy dio la orden para que las fuerzas de la Brigada 2506 se dispusieran a entrar en acción. La fecha escogida fue el 17 de abril.

Pocos días antes, los grupos de infiltración de la Brigada penetraron clandestinamente para ayudar y coordinar el ataque con la poderosa resistencia interna que operaba activamente a lo largo y ancho de la isla.

Los pilotos, tripulaciones navales, personal de apoyo y los batallones comenzaron a desplegarse hacia sus objetivos. Fue un momento de enorme emoción. Hermanados en el peligro, sentíamos el honor de cumplir juntos un hermoso ideal. Eramos los soldados de la libertad. Pero aun desconocíamos que se nos habían negado las condiciones esenciales del control aéreo, que era el factor decisivo para la victoria.

El 14 de abril, el presidente llamó a Richard Bissel, el oficial de la CIA a cargo de la Invasión, y le preguntó cuántos aviones B-26 participarían en el ataque inicial. Bissel le respondió que todos. Kennedy objetó el número de aviones y le dijo a Bissel: “Bueno, no lo quiero en esa escala, lo quiero mínimo’’. Así el golpe inicial fue reducido de 16 a ocho aviones; además se perdió el factor sorpresa.
Al amanecer del 15 de abril, la disminuida aviación de la Brigada atacó las bases aéreas de San Antonio, Santiago de Cuba y Columbia. El ataque aéreo duró aproximadamente 20 minutos. Al final, Castro podía contar con siete aviones que sobrevivieron al primero y único ataque a sus bases aéreas. Entre estos le quedaron disponibles dos aviones “jet’’ T-33, y dos formidables Seafury considerados entre los mejores aviones caza de la Segunda Guerra Mundial.

El General Rafael del Pino, piloto de la aviación castrista durante esos críticos días (hoy en el exilio), señaló en una entrevista, “nunca entendimos por qué no continuaron los ataques aéreos. De haberlo hecho el 16 y 17, nosotros hubiésemos sucumbido’’.

Los aviones de la Brigada regresaron a sus bases preparados para continuar golpeando los aviones que quedaban de la Fuerza Aérea castrista. Pero justo antes de reanudar las operaciones llegó la orden de Washington cancelando los restantes ataques a las bases aéreas de Castro. Para los pilotos de la Brigada la orden fue devastadora. Ellos tenían conciencia que el control del aire era esencial para la victoria. La pequeña aviación castrista quedaba, como se demostró los días que siguieron, en capacidad de dominar el espacio aéreo sobre la zona del combate.

Es evidente que el presidente Kennedy exhibió una manifiesta ausencia de liderazgo. Su conducta errática, para nosotros, alcanzó el nivel de traición al sacrificio de la Brigada. El 19 de abril, Robert Kennedy envió un mensaje a su hermano pidiéndole tomar acción inmediata para evitar la derrota y el peligro de que los soviéticos instalaran cohetes nucleares en Cuba. Robert Kennedy fue uno de los pocos altos funcionarios de Washington que mantuvo la esencia del peligro ruso en Cuba. En efecto, el fracaso de la invasión aceleró la entrada de los cohetes que casi culmina en una guerra nuclear.

En Bahía de Cochinos, por tres días y noches, la Brigada 2506 hizo derroche de heroísmo. Se peleó en San Blas, en Soplillar, en la Rotonda de Palpite, en Playa Larga, en Girón, y en ocasiones faltos de municiones, la lucha fue cuerpo a cuerpo. Por eso hoy quiero honrar la memoria de mis hermanos caídos en combate y los que fueron asesinados posteriormente en la rastra de la muerte.

Ese ideal de lucha es nuestro mejor testamento a las nuevas generaciones. Abramos nuestros corazones al abrazo fraterno y que nadie dude de que mientras quede en pie un combatiente de la Brigada 2506, jamás abandonaremos la lucha por la libertad de Cuba.

Investigador Asociado del Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos de la Universidad de Miami. Historiador y abogado, es autor de dos libros. Fue director de la Oficina de Transmisiones para Cuba (Radio y Televisión Martí) y es veterano de la Brigada 2506.
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  Respuesta valiente y contundente a Fidel Castro de un prisionero brigadista de la Brigada de Asalto 2506

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La verdad sobre Playa Girón

Parte I



PaRTE II




Parte III

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Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

La mayor parte de los pertrechos militares y de la logística en general de la Brigada de Asalto 2506 no se pudieron desembar en Bahía de Cochinos ya que los barcos que las tenía fueron hundidos o neutralizados por la aviación Castrista. En documentales de la tiranía y en los diarios como¨Revolución¨ mostraron imágenes de armas y municiones de la mencionada Brigada capturados para falsamente mostrar que los brigadistas se rindieron teniendo armas y municiones. En el libro pro Castrista más serio que me he leido sobre la expedición a Bahía de Cochinos que es el libro de Juan Carlos Rodríguez llamado ¨La Batalla Inevitable¨ se expone como ese armamento fue traido por un avión de la brigada que aterrizó a última hora y que por pocos minutos no fue capturado por el avance de las tropas Castristas que ya habían llegado a esa pista. De no haberse desembarcado rápidamente el armamento y el avión levantado vuelo urgentemente, el avión hubiera sido capturado; ese fue el único avión de la brigada que aterrizó durante las acciones bélicas.

El ex piloto Castrista Jacques Lagas (recibió la medalla Héroe de Playa Girón),  quién  murió en un accidente de aviación en Santiago de Chile el 25 de mayo de 1971 narró como en una de sus misiones  bombardeó el poblado de Playa Girón por órdenes de Fidel Castro cinco minutos antes de concluir las hostilidades y que en la prensa en Cuba ese bombardeo fue adjudicado perversa y mentirosamente a la aviación de la Brigada de Asalto 2506.

¿ Cuántas mentiras y cuánta desinformación habremos recibido en estos casi 53 años de dictadura totalitaria Castrista ?. Muy probablemente desde antes del triunfo revolucionario de 1959 ya éramos engañados y desinformados por los que a partir de 1959 se enseñorearon tiránicamente sobre el pueblo cubano.

El testimoniante escribe ¨...caía ya en lo ridículo ¨, yo hubiera escrito: ¨ ... caía ya en lo PERVERSO ...¨
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Testimonio de Jacques Lagas, Héroe de Playa Girón, donde se relata sobre quienes fueron verdaderamente los que ordenaron y bombardearon al pueblo de Playa Girón, Cuba, cuando el desembarco de la Brigada 2506 en abril de 1961

Por Jacques Lagas
Chileno
Capitán del Ejército Rebelde
Piloto de Combate de las FAR cubanas
Héroe de Playa Girón


El 19 de abril de 1961, vuelo mi avión de combate sobre el pueblo de Playa Girón. Había despegado por tercera vez en ese día a las 16:50 horas. Recuerdo las instrucciones que he recibido antes de elevarme: "el enemigo se hace fuerte en el mismo pueblo de Playa Girón, y hay que liquidar esa batalla antes de que caiga la noche; de los contrario pueden reembarcar o recibir respuestos al amparo de la oscuridad".

Llamo a mi bombardero: "mire Cuadrado, tome nota tranquilamente. Vamos a bombardear a 6,000 pies de altura. De sur a norte, con una velocidad de 250 millas por hora; el viento es del norte de 15 nudos. No hay deriva. ¿entendido bien? -Sí Capitán, copiado todo correcto- Recuerde- agrego- o pone las cuatro bombas en el pueblo, o le parto la siquitrilla llegando a la base... Cuadrado, lo que ve directamente adelante y pegado a la costa es Girón. Desde aquí ya se puede apreciar el pueblo, la pista y el camino, ¿ lo ve?- Si jefe.......Por el intercomunicador me llega la voz tensa de Cuadrado: "-cuatro bombas fuera, capitán, Cayeron medio a medio en el pueblo-agrega a media voz, a lo mejoer sintiendo lo que habíamos hecho.

Miro hacia Girón.El pueblo no se ve; está envuelto en una inmensa nube blanca que se eleva a más de dos mil pies de altura. Las cuatro bombas de 500 libras cada una hicieron blanco directo. Son las 17:35 horas del miércoles 19 de abril de 1961. Según supe después el enemigo se rindió incondicionalmente a las 17:40 horas de ese mismo día. Exactamente cinco minutos después del bombardeo.

(Pueblo de Playa Girón bombardeado por Jacques Lagas por orden del alto mando Castrista y que después la prensa oficialista se lo adjudicó a los aviones de la Brigada Expedicionaria y de Asalto 2506; mentira que la incipiente tiranía trató de mantener. Comentario del bloguista de Baracutey Cubano)

El 19 de abril de 1962 y a pesar de que ya estaba curado de espanto, casi me caigo del asiento en la cafetería Marakas, al ver las fotografías de los destrozos que yo había ocasionado en Playa Girón, cuando bombardée dicho pueblo por órden de Fidel, el miércoles 19 de abril de 1961, a las 17:35 horas, como producidos por efectos del "brutal bombardeo del imperialismo yanqui". Aparecían las fotografías acompañadas de grandes titulares de la Revista Verde Olivo, en los periódicos Revolución y Hoy. Miraba atónito, incrédulo y asombrado las fotografías. No podía dar crédito a los que estaba viendo. Engañar y mentir de esa manera caía ya en lo ridículo. Miles de hombres habían sido testigos de aquellos trágicos y sangrientos bombardeos.

De repente vino a mi mente la conversación sostenida con el camarada César Escalante, cuando insinuó insistentemente que cortara la parte de mi libro en la cual yo relataba ese hecho. Ahí estaba por fin el verdadero motivo por el cual mi libro había sido censurado totalmente (Nota de Nuevo Acción: Lagas se refiere a su libro "Memorias de un Capitán Rebelde").

Nuevamente la mentira, el engaño y la burla cruel que se hacía al pueblo de Cuba, al permitir que viudas, huérfanos y adoloridas madres, depositaran ofrendas florales en esos falsos monumentos, productos de nuestras propias bombas y que se atribuían al imperialismo yanqui, para exasperar a los pueblos del mundo. El asco y la repugnancia que tal procedimiento me produjo, se transformó en complejo de culpabilidad y complicidad. Decidí de ese instante, hacer lo inhumanamente posible para abandonar Cuba y contar al mundo LA VERDAD HISTÓRICA. (Publicado en la edición del martes 10 de octubre del 2006)

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