lunes, mayo 01, 2023

Alberto Roteta Dorado: UN INUSUAL PRIMERO DE MAYO EN CUBA

 UN INUSUAL PRIMERO DE MAYO EN CUBA

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Un acto del primero de mayo en la contextualidad actual, independientemente de las técnicas persuasivas y las engañosas estrategias del régimen comunista de la isla, hubiera tenido una pobre participación.

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Por: Dr. Alberto Roteta Dorado.

1  de mayo,2023

Santa Cruz de Tenerife. España.- El hecho de que un acto político multitudinario se suspenda no necesariamente es sinónimo de una crisis; sin embargo, tratándose de una supresión – ellos lo han tratado como una modificación o un reajuste organizativo en sí– en la Cuba comunista de los castro, es prácticamente lo mismo, esto es: eliminación del desfile del primero de mayo igual a profunda crisis sociopolítica, algo que el régimen de La Habana se resiste a aceptar. En su lugar, una justificación hasta cierto punto creíble, toda vez que la crisis del combustible, entre otras tantas crisis, es una realidad innegable. 

Hace solo unos días se anunciaba la necesidad de que varias universidades asumieran los estudios de manera virtual. La causa, una vez más, la crisis con el combustible. La Orquesta Sinfónica Nacional también tuvo que suspender una de sus presentaciones en la sala Covarrubias – una de las pocas que permanece en activo– del Teatro Nacional de Cuba. Estos dos ejemplos, uno dentro del ámbito de la enseñanza o la docencia, y el otro dentro de la cultura, esa que jamás se podía afectar, aún en las peores circunstancias, según las palabras del dictador Fidel Castro*, demuestran la triste realidad de la isla caribeña: una profunda crisis, no solo si de combustible se trata; sino en todo sentido. La carencia de alimentos de primera necesidad, de medicamentos, de medios de transporte, entre otras tantas cosas, demuestra hasta donde se ha llegado con la implementación de un sistema de carácter socialista, y lo peor, resistirse a cualquier cambio radical – en su lugar revisan, repasan, disponen de “nuevos” métodos, reorganizan y conceptualizan una y otra vez, pero siempre “lloviendo sobre mojado”–.  

No obstante, ya todos sabemos de lo que son capaces los comunistas castristas cuando se ven cerca de su total aniquilación. Sus estrategias utilizadas por más de seis décadas son bien conocidas. El engaño y la manipulación podrían ser puestos en evidencia en las actuales circunstancias, independientemente de la realidad de la crisis del combustible. Esto es lo que muchos estamos tratando de descifrar tras el enigma justificativo del régimen de La Habana respecto a la cuasi eliminación de la tradicional marcha multitudinaria de los trabajadores este primero de mayo. Resulta muy llamativo que un acto de la importancia del primero de mayo, día mundial de los trabajadores, acontecimiento que el castrismo ha utilizado desde siempre para demostrar, mediante las “reafirmaciones revolucionarias” – utilizando el desgastado lenguaje de los comunistas cubanos– lo que ellos siguen considerando logros de su revolución.   

Dos posibles hipótesis podrían justificar la decisión tomada por el Partido Comunista de Cuba, PCC, para modificar el considerado magno acto. La primera: una escasa participación del pueblo cubano. Si bien las multitudes no han sido capaces de asumir una actitud de no cooperación con el sistema impuesto por el dictador F. Castro, resulta llamativo y también demasiado significativo, los avances patentes en los últimos tiempos. El porcentaje de participación en los más recientes “comicios electorales” – el peor en la historia de Cuba posterior a 1959**– es un ejemplo en este sentido. Por desgracia, no podemos afirmar de modo categórico que se trate de una verdadera toma de conciencia; sino de un estado de descontento generalizado ante la profunda crisis económica que enfrentan desde hace décadas, aunque de manera muy particular en los últimos cinco años. 

El régimen teme hacer, una vez más, el ridículo. Atrás quedaron los viejos tiempos del delirante comandante que permanecía durante más de seis horas hablando tonterías ante millones de cubanos. Del fanatismo fidelista se pasó a la decepción, al desencanto, a la inseguridad, a la incertidumbre y a la frustración. Un acto del primero de mayo en la contextualidad actual, independientemente de las técnicas persuasivas y las engañosas estrategias del régimen comunista de la isla, hubiera tenido una pobre participación. Las masas proletarias, para las que se supone que se convoque a esta tradicional tenida, están hartas de tanta miseria y de tanto engaño, hartas de tanto sacrificio y de tanto esfuerzo para nada.    

La segunda hipótesis en relación con la modificación del acto por el primero de mayo es la posibilidad de que tengan lugar acciones de protesta en diferentes lugares de la isla. Ya han tenido la experiencia de los sucesos del 11 de julio del 2021 en los que miles de cubanos salieron espontáneamente a las calles, en varios puntos del territorio nacional, para protestar contra el régimen dictatorial de Díaz-Canel, hechos no vistos desde décadas atrás. Ya se sabe demasiado acerca de la brutal represión que la dictadura de Cuba ejerce contra todos aquellos que se opongan a los cánones establecidos, y no solo contra los que se oponen abiertamente, sino contra aquellos que solo tengan un modo de pensar diferente, aunque no lo manifiesten mediante acciones. Una amplia y sofisticada red de agentes encubiertos por doquier controla a todos en la gran prisión caribeña. 

Aún así, el temor a nuevos levantamientos pacíficos estará siempre presente en el pensamiento de las autoridades políticas de Cuba; de ahí que no se puede descartar como posible causa de esta inusual suspensión de la tradicional marcha de los trabajadores el temor a nuevos levantamientos. Las difíciles condiciones actuales desde el punto de vista económico son peores que en el 2021, cuando tuvieron lugar los sucesos del 11 de julio, los que, lamentablemente, terminaron con el brutal enfrentamiento de la policía política, junto a miles de agentes encubiertos, una vez que la orden de ataque estuvo dada por parte del sanguinario presidente Miguel Díaz Canel.      

Así las cosas, este primero de mayo habrá una simulación en la que participarán los designados por el gobierno de la isla, centenares de agentes encubiertos en la espera de cualquier acontecimiento inusual, aquellos que aún siguen fieles a su revolución, cual corderos amaestrados e hipnotizados por el devastador efecto del daño antropológico***, y también aquellos que permanecen con aquel temor que describió el escritor cubano Virgilio Piñera en los terribles años iniciales de la llamada revolución cubana ante las amenazas de Fidel Castro a los intelectuales. Ya lo ha anticipado Ulises Guilarte, Secretario General de la CTC, cuando expresó que se mantiene su conmemoración “en condiciones de racionalidad y austeridad”.

De cualquier manera, ya sea una escasa participación del pueblo cubano (primera hipótesis), o se trate de la posibilidad de que tengan lugar acciones de protesta en diferentes lugares de la isla (segunda hipótesis), lo más importante es la suspensión del desfile, lo que presupone una derrota más para el anquilosado régimen cubano. 

La idea de la falta de combustible resulta absurda. Ellos tienen sus reservas destinadas para tales menesteres. En otras circunstancias hubieran acudido a sus depósitos secretos. Ahora las cosas son bien diferentes. Hay hambre, falta la electricidad durante largas horas y no hay medicinas e insumos; un caldo de cultivo muy favorecedor para que ocurra un nuevo estallido social.   

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*“La cultura es lo primero que hay que salvar” (…) “La cultura es espada y escudo de la nación” (VI Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, 1998)

** “Cuba registra la participación más baja en unas elecciones a las que solo se presentó el partido del hasta ahora presidente”, este es el titular de la radio y televisión española donde se difundió la escasa participación de los últimos comicios en Cuba. El 75,92% de los más de 8,1 millones de cubanos llamados a las urnas. Esta tasa de participación es casi diez puntos porcentuales menor a la de las parlamentarias de 2018, proceso que renovó el Parlamento que eligió al actual presidente, Miguel Díaz-Canel, quien sucedió a Raúl Castro (2008-2018). La participación en las elecciones parlamentarias en Cuba era históricamente alta. Entre 1976 y 2013 quedó por encima del 90 % y sólo en 2018 cayó por primera vez por debajo de esa barrera, hasta el 85,65 %.

*** Consúltese el escrito del autor EL DAÑO ANTROPOLÓGICO COMO FENÓMENO PSICOSOCIAL EN CUBA en Forofilo.net


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