Hoy Miércoles de Cemiza algunos de los Poemas sin Nombre de Dulce María Loynaz y por ser hoy también Día de San Valentín un breve apunte sobre su amor de telenovela con Pablo Álvarez de Caña
POEMA CVII
Ayúdame, Señor, a ser lo que Tú has querido que sea.
O déjame saber que no lo has querido…
POEMA LXXXIX
Para mí, Señor, no es necesario el Miércoles de Ceniza, porque ni un solo día de la semana me olvido de que fui barro en tu mano.
Y lo único que realmente necesito es que no lo olvides Tú…
POEMA LXXXXVII
Señor, no des a mis cantos el triste destino de Abisag…
Déjalos que se pierdan o se quemen en su propia llama, pero no los condenes sin fruto y sin amor a calentar huesos fríos de nadie.
POEMA XCVII
Señor mío: Tú me diste estos ojos; dime dónde he de volverlos en esta noche larga, que ha de durar más que mis ojos.
Rey jurado de mi primera fe: Tú me diste estas manos; dime qué han de tomar o dejar en un peregrinaje sin sentido para mis sentidos, donde todo me falta y todo me sobra.
Dulzura de mi ardua dulzura: Tú me diste esta voz en el desierto; dime cuál es la palabra digna de remontar el gran silencio.
Soplo de mi barro: Tú me diste estos pies… Dime por qué hiciste tantos caminos si Tú sólo eres el Camino, y la Verdad, y la Vida.
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Nota del Bloguista de Baracutey Cubano
Dado qu hoy es también el Día de San Valentín o Día de los Enamorados (no me gusta añadir: y de la Amistad) varias fotos de un amor verdadero. En la primera foto aparece Dulce María Loynaz (se llamaba Mercedes, igual que su madre, y ella expresó en una ocasión que no sabía de dónde había salido tanta dulzura) donde se le ve pletórica de felicidad porque, al fín !, se casaba con el amor de toda su vida, ya que desde que era adolescente había estado enamorada del canario Pablo Álvarez de Caña, el cual era de una clase social muy diferente a la de ella, pues había sido hasta vendedor de carbón vegetal. Ya casados y años después, posterior a la imposición de la Revolución secuestrada por el castrismo, Pablo Álvarez de Caña se va de Cuba pero Dulce María se queda en Cuba porque, según expresó: la hija de un General mambí (Enrique Loynaz del Castillo, autor del Himno Invasor) no se va de su patria. Pasa el tiempo y Pablo en EE.UU. enferma de cáncer y desea ir a morir a Cuba al lado de su amor, pero en aquellos años estaba casi totalmente prohibido que regresaran aquellos cubanos que habían partido de Cuba después de 1959 buscando libertad. Un día Dulce María cuando va a buscar el normado litro de leche, que le correspondía como adulta mayor, se encuentra con Nydia Sarabia y le empieza hablar de la situación de Pablo; Nydia se sensibiliza con la situación y habla con Celia Sánchez Manduley, la cual consigue la autorización para qie Pablo regrese a Cuba, el cual regresa y fallece junto a su esposa, quien lo había ayudado mucho a redactar, antes de la Robolución, su página de Crónica Social en el muy importante y conservador Diario de la Marina.
Dulce María y Pablo el día de su boda
Dulce María y Pablo
Etiquetas: amistad, amor, boda, cuba, cubana, Día de los Enamorados, Dulce María Loynaz, Enrique Loynaz, Miércoles de ceniza, Revolución, San Valentín, telenovela
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