Roberto Álvarez Quiñones: El golpe de Estado de Fidel que abrió el camino al totalitarismo en Cuba. Dimas Castellanos sobre aciertos y desaciertos correspondientes a la muy breve Presidencia de Manuel Urrutia Lleó
Tomado de https://diariodecuba.com/
El golpe de Estado de Fidel que abrió el camino al totalitarismo en Cuba
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'Desde el 1 de enero hasta la mitad de febrero de 1959, Manuel Urrutia como presidente de la República fue la única persona en Cuba que ostentó legalmente mayor jerarquía oficial que Fidel Castro.'
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Por Roberto Álvarez Quiñones
Miami
13 febrero 2024
Hoy se cumplen 65 años del golpe de Estado "invisible" que le propinó Fidel Castro al presidente provisional de Cuba, Manuel Urrutia, el 13 de febrero de 1959, con el cual se inició ya oficialmente la dictadura castrista.
Desde la Sierra Maestra Fidel había prometido por Radio Rebelde (la planta emisora que tenía en su confortable comandancia de La Plata) que al triunfar la revolución se convocarían elecciones en un plazo no mayor de 18 meses, para "refundar una república democrática basada en la Constitución de 1940".
Y se comprometió a designar como presidente provisional de la República en esos 18 meses a Manuel Urrutia Lleó, el magistrado que defendió la causa de los asaltantes del cuartel Moncada en 1953.
El 1 de enero de 1959, sin disparar un tiro, Castro I entró a sombrerazos en Santiago de Cuba. El coronel José Rego Rubido, jefe militar de esa ciudad, se había rendido horas antes con todas sus tropas y armamento, y accedió a que las fuerzas rebeldes entraran jubilosas a ocupar la ciudad. Ya Fulgencio Batista se había ido del país.
En la noche de ese Día de Año Nuevo, ante una multitud concentrada frente al Ayuntamiento de Santiago de Cuba, el comandante en jefe (que apenas combatió en los dos años de guerra) lanzó su discurso de la "victoria". Reiteró su promesa de convocar elecciones. Al final del acto, el magistrado Urrutia prestó el juramento de toma de posesión como presidente provisional de la República.
Castro I le "insinuó" que lo nombrara a él "comandante en jefe de las Fuerzas de Mar, Aire y Tierra de la República". Estaba reeditando la historia del posmachadato, cuando Fulgencio Batista fue el "hombre fuerte" de Cuba por encima de seis presidentes civiles desde 1933 a 1940.
Para que el nuevo Gobierno fuera aceptado por Washington y la comunidad internacional, y consciente de la arraigada cultura política anticomunista vigente en Cuba, Fidel había decidido poner de presidente a un abogado anticomunista, Urrutia, y como primer ministro a otro abogado anticomunista, José Miró Cardona, presidente del Colegio de Abogados de La Habana y asesor jurídico de importantes empresas estadounidenses en la Isla.
Pero desde el Hotel Habana Hilton, donde fijó primeramente su residencia en la suite 2324, y luego en su residencia privada en Cojímar, era Fidel quien decidía lo que debía hacer "la revolución", no importaba si el presidente Urrutia estaba de acuerdo o no.
Urrutia, única persona que tuvo poder para darle órdenes a Fidel
Y algo muy importante poco abordado históricamente, desde el 1 de enero hasta la mitad de febrero de 1959, Urrutia como presidente de la República fue la única persona en Cuba que ostentó legalmente mayor jerarquía oficial, real, que Fidel Castro. Durante 44 días rigió la Constitución de 1940 y el presidente de la República podía darle órdenes a Fidel, una atribución que Osvaldo Dorticós, ni nadie más, tuvo nunca después.
Claro, Urrutia seguramente nunca se atrevió a darle ninguna orden a Fidel, y si lo hizo alguna vez el comandante debió reírse de él en su cara.
Pero que el presidente tuviera legalmente más poder ejecutivo que él era inaceptable para Fidel, no solo por su cósmica egolatría, sino porque era un obstáculo para su proyecto "revolucionario": la posterior sovietización de Cuba.
Por eso el 13 de febrero de 1959 Urrutia de hecho fue derrocado por un golpe de Estado furtivo, pianísimo. Ese día, aunque con fecha 7 de febrero, salió en la Gaceta Oficial de Cuba la "Ley Fundamental de la República de Cuba", redactada por Castro I con la ayuda técnica de Dorticós y otros "revolucionarios", con la cual se modificó arbitrariamente la Constitución de 1940 y se convirtió en jefe de Gobierno a la figura del primer ministro, por encima del presidente de la República. También se le arrebató al Congreso la función de poder legislativo, que pasó al Consejo de Ministros.
Con el golpe quedó despejado el camino hacia el totalitarismo
Obviamente, tres días después, el 16 de febrero, Fidel tomó posesión como primer ministro, en sustitución de Miró Cardona, pero ahora ya como jefe del Gobierno Provisional Revolucionario.
Se dio entonces otro fenómeno poco analizado históricamente. Del 13 al 16 de febrero de 1959 fue Miró Cardona legalmente jefe de el "número uno" de Cuba, por encima de Castro I, pues como premier en esos tres días, Miró fue jefe del Poder Ejecutivo… y de Fidel Castro.
Sin duda, con la Ley Fundamental el camino quedó despejado para marchar hacia el comunismo. Claro, Fidel siguió mintiendo. Al tomar posesión como premier declaró que lo hacía "provisionalmente, por un deber patriótico", y aseguró: "Yo no soy un aspirante a presidente de la República… no me importa ningún cargo público, no me interesa el poder".
Tan poquito le interesaba que acababa de convertir al presidente de Cuba en un cero a la izquierda, en figura solo protocolar subordinada a él. Urrutia quedó para "el figurao" político y diplomático, para firmar las leyes que redactaban Fidel y su gente, y para recibir las cartas credenciales de los nuevos embajadores, pues técnicamente era el jefe de Estado. Recuerdo bien que muchos lo llamaban "cuchara", porque "ni pincha, ni corta".
"Que quede bien claro que nosotros no somos comunistas"
Pero Castro I todavía no se podía quitar la máscara de demócrata. En abril de 1959, de visita en EEUU, en el Club de Prensa de Nueva York el premier cubano dijo: "Que quede bien claro que nosotros no somos comunistas. Que quede bien claro". Y en Washington les dijo a los periodistas: "Yo no estoy de acuerdo con el comunismo. Cuba no nacionalizará ni expropiará propiedades privadas extranjeras y buscará, por el contrario, inversiones adicionales".
De regreso, ya en La Habana, en una entrevista concedida al periodista José Ignacio Rasco, Fidel le aseguró: "No soy comunista por tres razones, y te lo digo para tu tranquilidad espiritual. Primero, porque el comunismo es la dictadura de una sola clase y yo he luchado toda mi vida contra las dictaduras y no voy a caer en una dictadura del proletariado. La segunda razón, porque el comunismo significa odio y luchas de clases y yo estoy en contra completamente de esa filosofía. Y la tercera porque el comunismo lucha contra Dios y la Iglesia…"
Pero tres meses después el "anticomunista" Fidel acusó al presidente Urrutia de "traición a la Patria" por criticar precisamente la influencia creciente de los comunistas en las esferas del poder político e institucional del país. El 13 de julio Urrutia hizo esa denuncia en una entrevista de prensa que concedió en Palacio, en la que también insinuó la necesidad de convocar elecciones libres.
Fidel Castro le echó "las masas" a Urrutia
Fidel se indignó y el 17 de julio renunció como primer ministro del Gobierno. Pero por la noche de ese mismo día, en la TV acusó de "traición" al presidente Urrutia y le echó "las masas" encima para que renunciara. Todavía estaba él ante las cámaras de TV cuando se supo que Urrutia había renunciado. No solo renunció, temiendo que lo podían fusilar por "traición a la Patria", huyó de Palacio y se refugió en la Embajada de Venezuela.
El colmo fue que en esa misma comparecencia televisiva del 17 de julio Fidel expresó: "Creo que los comunistas le hacen un daño terrible a Cuba y declaro aquí a plena responsabilidad (…) lo que he dicho siempre, que rechazo el apoyo de los comunistas y creo que los verdaderos revolucionarios cubanos deben rechazarlo abiertamente". Jamás otro gobernante en la historia mintió tan groseramente a su pueblo.
Ese mismo día (17 de julio), tarde en la noche, Fidel nombró a Osvaldo Dorticós como nuevo presidente, o sea, su pelele jefe de Estado.
Si con el golpe de Estado de febrero de 1959 se inició formalmente la dictadura de Fidel Castro, creo que el 17 de julio se afianzó, ya químicamente pura, sin obstáculos políticos o burocráticos.
Veamos los primeros resultados. En mayo de 1960 el ya monarca absoluto lanzó la consigna de "¿Elecciones para qué?". Cinco meses después estatizó y sovietizó toda la economía cubana. Y seis meses más tarde, el 16 de abril de 1961, declaró formalmente lo que todos sabían, el carácter comunista y totalitario de la "revolución". Hasta el día de hoy.
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Nota del Bloguista de Baracutey Cubano
Tomado de https://diariodecuba.com/
Aciertos y desaciertos: Manuel Urrutia
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'No fue electo por el pueblo, sino designado y subordinado a los revolucionarios que tomaron el poder. Las medidas implementadas durante su mandato sentaron las bases del totalitarismo.'
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(Ernesto Guevara, Manuel Urrutia y Camilo Cienfuegos. Todas las fotos y con sus comentarios fueron añadidos por el Bloguista de Baracutey Cubano)
Por Dimas Castellanos
La Habana
21 Febrero 2021
Manuel Urrutia Lleó (Yaguajay, 1901- Nueva York, 1981). Magistrado de la Audiencia de Santiago de Cuba. Emitió un voto absolutorio en la Causa 67 de 1956, a favor de los participantes en la expedición del yate Granma y el alzamiento del 30 de noviembre en Santiago de Cuba. Propuesto por el Movimiento 26 de Julio (M-26-7) para presidente provisional de la República, cargo al que juró en la noche del 1 de enero de 1959. Se opuso al rumbo totalitario que tomó la Revolución. Renunció en julio de 1959, salió al exilio en abril de 1963 y participó en actividades contrarias al totalitarismo cubano. Escribió libros y fue profesor de Español. Falleció en julio de 1981 en el Hospital Saint John de Nueva York.
El contexto de su nombramiento
A propuesta de Frank País, Fidel Castro se reunió en la Sierra Maestra con Raúl Chibás, presidente del Partido del Pueblo Cubano Ortodoxo (PPCO) y Felipe Pazos, expresidente del Banco Nacional de Cuba, para tratar la situación política nacional y la conformación de un Gobierno provisional. La reunión duró dos días y al concluir, el 12 de junio de 1957, se suscribió el "Manifiesto al Pueblo de Cuba". Según Luis M. Buch, Pazos dejó entrever su aspiración a ser el presidente provisional de la República, pero Fidel, "después de los primeros tanteos, consideró muy difícil vencer sus escrúpulos personales ante el temor de que en ese caso interpretasen su viaje a la Sierra como movido por un interés personal..."; razón por la cual no fue propuesto para esa responsabilidad (Gobierno Revolucionario cubano: génesis y primeros pasos, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1999).
(En la Sierra Maestra de 1957 el político Raúl Chibás, el economista Felipe Pazos y el futuro tirano Fidel Castro. Detrás el Dr. Julio Martínez Páez, eminente doctor en medicina especializado en cirugía ortopédica, quién poseía el grado de Comandante)
Chibás y Pazos viajaron a EEUU en octubre de 1957. Allí suscribieron, con las asociaciones cívicas cubanas en el exilio, incluyendo a dos representantes del M-26-7, el "Acuerdo de la Junta de Liberación de Cuba" (Pacto de Miami), en el que se declaraba "la aspiración a la conformación de un Gobierno constitucional, legal y democrático, en el que el pueblo de Cuba pueda expresar sus aspiraciones". Para ese Gobierno se propuso a Felipe Pazos como presidente provisional.
En diciembre de 1957, en respuesta al Pacto de Miami, Fidel planteó que "lo importante no era la unidad en sí, sino la base sobre la cual se sustentaba la misma". Cinco meses después, en mayo de 1958, en la reunión de Altos de Mompié —en la que Fidel fue nombrado comandante en jefe de todas las fuerzas revolucionarias—, Urrutia fue ratificado como candidato presidencial por el M-26-7. Luego, en julio de 1958, en Venezuela se creó el Frente Cívico Revolucionario (Pacto de Caracas), donde el M-26-7 logró que se aprobara a Manuel Urrutia, en lugar de Felipe Pazos, que había sido propuesto por el Pacto de Miami. Finalmente, el 1 de enero de 1959, en Santiago de Cuba, Urrutia prestó juramento y habló al pueblo en funciones de presidente de la República.
(Al centro Manuel Urrutia Lleó presidiendo el juicio de los implicados en el levantamiento del 30 de noviembre de 1956 en Santiago de Cuba y de los expedicionarios sobrevivientes del yate Granma. Urrutia. Posteriormente, estando Batista en el Poder, Urrutia partió voluntariamente al exilio y nunca se le dejó de enviar su salario como magistrado)
El Gabinete y las primeras disposiciones
El 2 de enero de 1959, declinando una responsabilidad que constitucionalmente le correspondía por su condición de presidente, Urrutia designó a Fidel Castro comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, y por recomendación de Fidel, al coronel Rego Rubido como jefe del Estado Mayor del Ejército.
Al día siguiente comenzó a integrar su Gabinete, con figuras procedentes de los movimientos cívicos y revolucionarios. Entre los primeros, Ángel Fernández, en Justicia; Julio Martínez Páez, en Salubridad; Humberto Sorí Marín, en Agricultura; Luis Orlando Rodríguez, Gobernación; Manuel Ray Rivero, Obras Públicas; Rufo López Fresquet, en Hacienda; Elena Mederos, en Bienestar Social; Roberto Agramonte, ministro de Estado; y José Miró Cardona, primer ministro, este último propuesto por Fidel por considerarlo "como un bálsamo para la burguesía".
Entre los segundos, Luis M. Buch, ministro de la Presidencia y secretario del Consejo de Ministros; Faustino Pérez, ministro de Recuperación de Bienes Malversados; Armando Hart, en Educación; Raúl Cepero Bonilla, en Comercio; Manuel Fernández García, en Trabajo; Enrique Oltuski, en Comunicaciones; Augusto Martínez Sánchez en Defensa; Regino Boti, encargado del Consejo Nacional de Economía; Julio Camacho Aguilera, en la Corporación Nacional de Transporte; y Osvaldo Dorticós, encargado de la Ponencia y Estudio de las Leyes Revolucionarias.
Las leyes dictadas
El 7 de febrero se sustituyó la Constitución de 1940, la cual —según Fidel Castro en el juicio por el asalto al cuartel Moncada— debía ser restablecida como “la verdadera y suprema ley del Estado, en tanto el pueblo decidiese modificarla o cambiarla”. Sin embargo, en lugar de restablecerse plenamente fue sustituida por unos estatutos constitucionales conocidos como Ley Fundamental del Estado Cubano.
El Congreso fue disuelto y los mandatos de gobernantes, alcaldes y concejales extinguidos. Las figuras del Gobierno anterior fueron cesanteadas, y las organizaciones e instituciones y organizaciones disueltas. Se implementó un programa para cerrar todos los prostíbulos, casinos y loterías. Se intervino la Cuban Telephone Company. Entre otras leyes dictadas, la de mayor impacto fue la Reforma Agraria, de mayo de 1959, cuyo antecedente estaba en la Ley 3 de la Sierra Maestra, la cual había concedido a los colonos, arrendatarios, aparceros o precaristas, la propiedad de hasta dos caballerías, previa indemnización a la parte afectada. El autor de esta Ley de la Sierra Maestra, Humberto Sorí Marín, había asegurado que "dentro de los cánones precisos de la Constitución de 1940, no habría una sola confiscación".
Fidel, al presentar al Gabinete el nuevo proyecto de Ley —elaborado por Antonio Núñez Jiménez—, aceptó que fuera examinado por una comisión presidida por Sorí Marín, pero las enmiendas realizadas no se tomaron en cuenta. Finalmente, la Ley se firmó el 17 de mayo de 1959 en el Pico Turquino, con tal prisa que ese mismo día, en el avión que los conducía, Fidel, leyendo y releyendo el texto, añadió el tema de las cooperativas. Mediante un decreto presidencial que acompañó a la Ley se creó el Instituto Nacional de Reforma Agraria con Fidel como director ejecutivo, lo que generó una dualidad de poderes: el real, en manos de Fidel, y el nominal, depositado en Urrutia.
Al poner en práctica la Ley, se aconsejó a los jefes agrarios que cuando se dispusieran a intervenir una finca, "la Ley debe llegar después de la intervención y agregó que a la hora de decidir cuántas caballerías le dejan a un latifundista, puede que tengan el criterio de dejarle 100 como marca la Ley, si están bien cultivadas, pero mejor dejarle 50."
Los conflictos
Resultado de la heterogeneidad de las diversas fuerzas políticas que participaron en la lucha insurreccional, surgieron fuertes contradicciones. Una de ellas fue la ocupación militar por el Directorio Revolucionario, el 1 de enero de 1959, del Palacio Presidencial, la Universidad de La Habana, la base aérea de San Antonio de los Baños y el Capitolio Nacional. El Che, que ya estaba en La Habana, viajó a Camagüey el día 5 de enero para informárselo a Fidel. El conflicto se pudo negociar, y el día 6 de enero el Directorio entregó el Palacio a Camilo Cienfuegos y Machado Ventura, quienes asumieron la dirección del edificio.
Según Luis M. Buch, José Miró Cardona tenía contradicciones con Urrutia, por esa razón varios ministros provenientes del M-26-7 le plantearon a Fidel que ocupara el premierato. Para aceptarlo, Fidel puso como condición: “tener el control directo de la política general, sin menoscabo de las facultades que, conforme a la Ley Fundamental, le correspondían al presidente de la República”.
El 13 de febrero de 1959 el Consejo de Ministros procedió a analizar la exigencia de Fidel y se acordó cambiar la redacción del artículo 146 de la Ley Fundamental, quedando así: “Corresponderá al primer ministro dirigir la política general del Gobierno, despachar con el presidente de la República los asuntos administrativos, y acompañado de los ministros, los propios de los respectivos departamentos”. Al respecto Buch comenta que no es lo mismo "representar" que "dirigir". En virtud de este cambio, el jefe de la Fuerzas de Tierra, Mar y Aire y primer ministro se convirtió, en jefe político del Gobierno. Miró Cardona presentó la renuncia y Fidel, al ocupar el cargo, anunció un programa de gobierno que "lograría para el pueblo un nivel de vida superior al de cualquier otra nación" y, en paralelo a las primeras medidas de beneficio popular, se concentró la propiedad en manos del Estado y se desmontó la sociedad civil existente.
El 21 de enero de 1959, el primer ministro afirmó: "ni me inmiscuyo, ni me inmiscuiré en los problemas de la Presidencia de la República". Sin embargo, el 6 de febrero, en un discurso público, hizo señalamientos críticos al Gobierno. Urrutia, que lo escuchó por la radio, se presentó al Consejo de Ministros y dijo: "Yo creo que cuando Fidel está hablando del Gobierno se está refiriendo a mí", a lo que Enrique Oltuski respondió: "A mí me parece que no es contra usted, sino contra el Gobierno en general".
En julio Fidel "renunció" al premierato. Al día siguiente acusó a Urrutia de obstaculizar la aprobación de leyes revolucionarias en el programa televisivo Ante la prensa, donde dijo: "La razón de la renuncia es una razón de orden interno (…) obedece a la imposibilidad por mi parte de continuar ejerciendo el cargo en las actuales circunstancias, dadas las dificultades con el señor presidente de la República". Ante la presión, Urrutia presentó la renuncia y en su lugar se designó a Osvaldo Dorticós Torrado. El 26 de julio, en el sexto aniversario del asalto al Cuartel Moncada, Fidel reasumió el cargo con plena autoridad para juzgar, legislar y gobernar.
A manera de conclusión
La gran lección de nuestra historia política, magnificada durante el Gobierno de Urrutia, es la importancia vital de la soberanía popular: el pueblo tiene que participar activamente, elegir libremente y exigir a los elegidos: algo imposible en un sistema totalitario.
Urrutia no fue electo por el pueblo, sino designado y subordinado a los revolucionarios que tomaron el poder. Aunque no fuera su voluntad, las medidas implementadas durante su mandato sentaron las bases del totalitarismo. Su acierto, infructuoso, se limitó a intentar frenarlo. El hecho fue que la Constitución de 1940, por la que se había derramado tanta sangre, fue sustituida de forma definitiva. Su restitución había identificado a los que se opusieron al golpe de Estado de 1952. Con ella se justificaron las acciones armadas como el asalto al cuartel Moncada, el desembarco del Granma y la lucha guerrillera. Y el propio Urrutia, en su condición de magistrado, se basó en ella para emitir el voto absolutorio a favor de los acusados por esos hechos.
La sustitución de la Carta Magna de 1940 por la Ley Fundamental del Estado Cubano sentó las bases del poder político, económico, cultural y social que se institucionalizó en 1976 y perdura hasta hoy. Ese fue su gran desacierto, que por su impacto negativo, arroja sombras sobre cualquier acierto de su Gobierno.
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Fidel Castro on Face the Nation in 1959
(En el minuto 13 Fidel Castro promete elecciones en 18 meses, ni más, ni menosm pues necesita reorganizar el país)
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Fidel Castro se había opuesto, después de que sus delegados lo había aceptado, al Pacto de Miami porque no lo nombraba como el jefe militar de ese pacto de lucha antibatistiana.El posterior Pacto de Caracas sí lo nombraba, entre otros acuerdos, en ese cargo, al igual que el retorno a la Constitución de 1940 ( que nunca se cumplió), el llamado a elecciones en un breve espacio de tiempo ( también incumplido después del triunfo, pues Fidel lanzaría la consigna: ¨ ¿Elecciones para qué ? ¨) y de Urrutia como Presidente Presidencial, se desembarazaría aproximadamente en menos de 7 meses.
Tomado de http://www.autentico.org/oa09042.php
PACTO DE CARACAS
20 de Julio 1958
Desde el golpe artero del 10 de marzo, que rompió el proceso democrático de la nación, el pueblo de Cuba se ha enfrentado con heroísmo y decisión a las fuerzas de la tiranía. Todas las formas de lucha se han utilizado en estos seis cruentos años y todos los sectores de la vida cubana se han opuesto con patriotismo a la dictadura de Fulgencio Batista. El pueblo de Cuba ha demostrado que su amor por la libertad es inquebrantable, derramando a raudales la sangre de sus mejores hijos, en su afán de ser libre.
Desde los días lejanos de las manifestaciones estudiantiles, en que cayeron los primeros mártires de esta lucha, hasta recientes combates, como el de Santo Domingo en la Sierra Maestra, en que la tiranía sufrió la más aplastante de sus derrotas, al dejar en el campo de batalla un reguero de muertos, prisioneros y heridos y gran cantidad de armas y parque, mucha sangre se ha derramado y múltiples esfuerzos se han realizado en aras de la libertad de la patria esclavizada. Huelgas obreras, tres grandes conspiraciones militares, valientes protestas de todas las instituciones cívicas del país se han unido a heroicas acciones de Santiago, Matanzas, La Habana, Cienfuegos y Sagua la Grande. En las ciudades, el sabotaje, el atentado y múltiples formas de lucha revolucionaria han probado el espíritu indomable de una generación fiel a las estrofas inmortales del himno bayamés de que «morir por la patria es vivir».
El proceso insurreccional se ha extendido a todo el país. En las regiones montañosas de Cuba se han abierto nuevos frentes de batalla, y en las llanuras, guerrillas y columnas hostigan constantemente al enemigo. Actualmente, en la Sierra Maestra, miles y miles de soldados, en la más grande ofensiva intentaba por Batista, se estrellan contra el coraje de los combatientes revolucionarios que defienden palmo a palmo, hasta la última gota de sangre, los territorios libres de Cuba. En la zona de Oriente, librando grandes combates fuerzas de la Columna numero seis Frank País dominan la tercera parte de la provincia. En las llanuras de Oriente, la columna número dos se bate desde Manzanillo hasta la región camagüeyana de Nuevitas. En las villas, el frente del núcleos auténticos y del 26 de Julio. En Cienfuegos y Yaguajay, guerrillas revolucionarias luchan y se mueven intensamente. Pequeñas guerrillas operan en Matanzas y en Pinar del Río. En cada rincón de Cuba, una lucha a muerte se libra entre la libertad y la tiranía, mientras en el extranjero numerosos exilados y emigrados se esfuerzan por liberar a la patria oprimida.
Conscientes de que la coordinación de los esfuerzos humanos, de los recursos bélicos, de las fuerzas cívicas, de los sectores políticos y revolucionarios de todos los núcleos oposicionistas, civiles, militares, obreros, estudiantes, profesionales, económicos y populares, pueden derrocar a la Dictadura en un esfuerzo supremo, los firmantes de este documento unimos nuestro aporte, al adoptar un acuerdo en favor de un gran frente cívico revolucionario de lucha, de todos los sectores, para que codo con codo, aportando cada uno su patriotismo y sus esfuerzos, unidos arrojemos del poder a la Dictadura criminal de Fulgencio Batista y devolvamos a Cuba la paz ansiada y el encauzamiento democrático que conduzcan a nuestro pueblo al desarrollo de su libertad, de su riqueza y de su progreso. Todos estamos de acuerdo en la necesidad de unirnos, y el pueblo así lo demanda.
Tres puntos son los pilares de esta unión de las fuerzas oposicionistas cubanas:
Primero: Estrategia común de lucha para derrocar la tiranía mediante la insurrección armada, reforzando en un plazo mínimo todos los frentes de combate, armando a los miles de cubanos que están dispuestos a combatir por la libertad. Movilización popular de todas las fuerzas obreras, cívicas, profesionales, económicas, para culminar el esfuerzo cívico en una gran huelga general, y el bélico en una acción armada conjuntamente con todo el país. De este empeño común, Cuba surgirá libre y se evitará nueva y dolorosa efusión de sangre de las mejores reservas de la patria La victoria será posible siempre, pero más tardía, de no coordinarse las actividades de las fuerzas oposicionistas.
Segundo: Conducir al país, a la caída del tirano mediante un breve gobierno provisional, a su normalidad, encauzándola por el procedimiento constitucional y democrático.
Tercero: Programa mínimo de gobierno que garantice el castigo de los culpables, los derechos de los trabajadores, el orden, la paz, la libertad, el cumplimiento de los compromisos internacionales y el progreso económico, social e institucional del pueblo cubano.
Al pedirle al Gobierno de los Estados Unidos que cese toda ayuda bélica y de cualquier orden al dictador, reafirmamos nuestra postura de defensa de la soberanía nacional y la tradición civilista y republicana de Cuba.
A los militares decimos que ha llegado el instante de que nieguen su apoyo a la tiranía; que confiamos en ellos, que sabemos que hay hombres dignos en las fuerzas armadas y que si en el pasado centenares de oficiales, clases y soldados han pagado con la vida, la prisión, el destierro o el retiro su amor a la libertad y su oposición a la tiranía, muchos quedan en esa actitud. Esta no es una guerra contra los institutos armados de la República, sino contra Batista, único obstáculo a la paz, que desean, anhelan y necesitan todos los cubanos, civiles y militares. A los obreros, a los estudiantes, a los profesionales, a los comerciantes e industriales, como a los colonos, hacendados y campesinos, a los cubanos de todas las religiones, ideologías o razas, pedimos que se unan a este esfuerzo libertador, que derrocará a la infame tiranía que durante años ha regado con sangre el suelo de la patria, segando sus mejores reservas humanas, arruinando su economía, perturbando hasta sus cimientos todas las instituciones cubanas, al interrumpir el proceso democrático y constitucional del país, al que ha conducido a esta cruenta guerra civil que finalizará con el triunfo de la revolución por el esfuerzo unido de todos. Ha llegado la hora de que la inteligencia, el patriotismo, el valor y el civismo de sus hombres y mujeres salve a la patria oprimida con la decisión de todos los que sentimos muy en lo hondo el destino histórico de nuestra nación, su derecho a ser libre y a constituir en la comunidad democrática, como forma esencial de la vida, el porvenir hermoso a que tiene derecho por su Historia y por las inmensas posibilidades que le dan sus riquezas naturales y la capacidad indudable de sus hijos. Exhortamos a todas las fuerzas revolucionarias, cívicas y políticas del país a que suscriban esta declaración de unidad, y posteriormente, tan pronto las circunstancias lo permitan, celebraremos una reunión de delegados de todos los sectores, sin exclusión alguna, para discutir y aprobar las bases de la Unidad.
Territorio Libre de Cuba,
Caracas, Venezuela
Fidel Castro, Movimiento 26 de Julio; Carlos Prío Socarrás, Organización Auténtica; E. Rodríguez Loeche, Directorio Revolucionario; David Salvador, Orlando Blanco, Pascasio Lineras, Lauro Blanco, José M. Aguilera, Ángel Cofiño, Unidad Obrera; Manuel A. de Varona, Partido Cubano Revolucionario (A); Lincoln Rodón, Partido Demócrata; José Puente y Omar Fernández, Federación de Estudiantes de la Universidad; capitán Gabino Rodríguez Villaverde, ex oficial del ejército; Justo Carrillo Hernández, Grupo Montecristi; Angel María Santos Buch, Movimiento de Resistencia Cívica, y doctor José Miró Cardona, coordinador secretario general.
Etiquetas: Caracas, cuba, cubana, fidel castro, gobierno, golpe de estado, Manuel Urrutia, Miami, pacto, primer, Revolución, revolucionario, totalitarismo, totatlitario, triunfo
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