Esteban Fernández Roig: sobre costumbres cubanas: LAS VISITAS
Tomado de https://www.facebook.com/
LAS VISITAS
Por Esteban Fernández Roig
12 de mato, 2025
En Cuba, en mi hogar, cuando llegaba de improviso una visita, se apagaba el televisor inmediatamente.
Si la visita había sido anunciada y se esperaba entonces ya era recibida con el televisor apagado.
Pero, aquí la movida es diferente: Hace años fui a visitar una buena amiga, que hacía 40 años no veía, y -durante la hora que estuve allí- ella no se perdió ni un segundo de ver “María la del barrio” con Thalía.
Allá en Güines -hasta cuando una tía nos visitaba- mi madre me hacía correr a la bodega de Márquez para que le trajera café Pilón y la contra de azúcar.
Durante un cumpleaños mío mi madre separó un trozo grande del “cake” y me dijo “Esto no lo toques, es para las visitas”…
Habían vasos, platos, utensilios y hasta toallas, que yo sabía no podía usar y que eran reservadas para las visitas.
Habían visitas que llegaban “a pegar la gorra” cerca de las doce del día, papi invariablemente se reía y le decía a mi madre: “Ana llegó un “paracaidista” échale más agua a la sopa”…
Había un dicho muy popular -que escuché 20 veces a la hora de almuerzo- que decía : “No te preocupes, Estebita, que donde come uno comen tres”…
Hasta cuando llegó el televisor a mi casa, y sala se llenaba de televidentes - algunos hasta desconocidos- mi madre los seguía considerando “visita” y se pasaba las tardes y hasta las once de la noche sirviéndoles limonadas, vasos de agua y café.
Todavía mi madre tenía la cortesía de decirme: “Estebita siéntate en el suelo con los demás niño, tú sabes que los sillones son para las visitas”…
Pero, es justo decir que las visitas reciprocaban siendo súper respetuosas, nadie pasaba de la sala y el comedor, nadie entraba en nuestros dormitorios, y jamás nadie abría el refrigerador y se servía un vaso de refresco.
Una vez llegó de visita el Primer Ministro Manuel Antonio de Varona y todo en mi casa era nuevo de paquete para recibir al distinguido visitante, hasta el papel higiénico me parecía que era mas bonito y de mejor calidad. El famoso político sólo estuvo media hora de visita y no entró al baño…
Mis padres, mi hermano y yo estábamos muy serios y apesadumbrados porque “Tony”nos hizo el desaire no utilizar nuestra inmaculada taza del inodoro.
Etiquetas: antaño, costumbres, costumbrismo, cuba, cubanas, Esteban Fernández, Güines, humor, las visitas, pegar la gorra, Tony Varona
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