Jorge Luis González Suárez desde Cuba: “¡Aló, Aló!”: la voz que inauguró la televisión cubana. El fundador de la televisión cubana fue el español Gaspar Pumarejo Such quien llegó a Cuba con 8 años
Tomado de https://www.cubanet.org/
“¡Aló, Aló!”: la voz que inauguró la televisión cubana
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El fundador de la televisión cubana fue el español Gaspar Pumarejo Such, nacido en Santander el 8 de noviembre de 1913.
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Por Jorge Luis González Suárez
Noviembre 5, 2025
LA HABANA.- Hace 75 años, a las 9:30 de la mañana del 24 de octubre de 1950, apareció en las pantallas de los pocos televisores que había en Cuba la imagen de una cajetilla de cigarros Competidora Gaditana, acompañada de un jingle compuesto por Ñico Saquito. Así nació la televisión cubana.
Luego de que un sacerdote de la Iglesia del Carmen bendijera los estudios, a las 12 del mediodía se realizó la inauguración oficial, con un control remoto desde el Palacio Presidencial y las palabras del presidente Carlos Prío Socarrás.
Desde días antes, los habaneros habían observado con curiosidad los televisores colocados en las vidrieras de algunas tiendas, donde se mostraba el patrón de pruebas y se pedía al público que informara cómo se recibía la señal.
Dejó ese empleo para ingresar en Radio Salas. Aunque aspiraba a ser locutor, debutó como cantante de tangos. Más tarde destacó con el periódico radial La Palabra, reconocido por su original saludo: “¡Aló, aló!”. Posteriormente pasó a la emisora CMQ, entonces ubicada en la esquina de Monte y Prado y propiedad de Miguel Gabriel y Ángel Cambó, quienes vendieron la empresa a los hermanos Mestre en 1943.
En CMQ, Pumarejo fue nombrado director de programación. Fue idea suya la creación de Radio Reloj, que comenzó a funcionar el 1.º de julio de 1947. Ese mismo año renunció al cargo por discrepancias con los propietarios, que no lo habían incluido en el consejo de dirección.
Gracias a su experiencia y contactos en el medio, fundó Unión Radio (CMCF) e intentó organizar un sistema cooperativo entre emisoras para retransmitir programas. Aunque el proyecto fracasó, Pumarejo fijó entonces su meta en un nuevo horizonte: la televisión.
En una competencia directa con los Mestre, creó Unión Radio Televisión. Envió un grupo de colaboradores a Estados Unidos para observar cómo se producían los programas, adquirir experiencia e importar el equipamiento, principalmente cámaras RCA, compañía con la que mantenía estrechos vínculos.
Para construir los primeros estudios de televisión, utilizó la residencia de sus suegros y la suya propia, en Mazón No. 52, esquina a San Miguel, donde hoy radica el Canal Educativo. El patio y el jardín los convirtió en el “Estudio al Aire Libre”, y aprovechó la cocina para crear el emblemático programa Cocina al Minuto, conducido por Nitza Villapol.
Al inicio contaba solo con tres cámaras, que se desmontaban y trasladaban a los lugares donde se realizaban otros programas. Con el tiempo incorporó más equipamiento y estableció nuevos estudios en el edificio Ámbar Motors y, posteriormente, el mayor de todos en Prado, entre Trocadero y Colón, en La Habana Vieja.
El 1.º de marzo de 1958, Pumarejo fundó el Canal 12, el primero en transmitir a color, instalado en espacios del entonces hotel Habana Hilton.
A pesar de no disponer de los recursos financieros de su competidor principal, Goar Mestre, Pumarejo logró sacar adelante proyectos ambiciosos gracias a su talento para los negocios, su amplia cultura, carisma personal y voz radiofónica inconfundible (aunque con leves problemas de dicción). Su energía y poder de convicción lo convertían en una figura magnética.
Una muestra de su popularidad fue el éxito del “Choripán”, un producto que Pumarejo anunciaba y degustaba ante las cámaras. Aunque era de baja calidad, se vendía masivamente. Por ello se ganó el apodo de El Hombre del Choripán, y el trío de Artie Valdés incluso le dedicó una guaracha titulada “Pumarejo me va a arruinar”.
Entre los muchos programas que creó destacan Hogar Club —con premios que llegaban hasta casas para los suscriptores—, El Club de los Niños, Escuela de Televisión, Reina por un Día, Noche Tropical, La Pregunta de los 64 000 pesos, El Gran Teatro del Sábado, Música Selecta, Media Hora de España, además de espacios humorísticos y circenses.
Una anécdota curiosa ilustra su sentido del espectáculo: en una transmisión en vivo, el cantante chileno Lucho Gatica, contratado por Pumarejo, se mostró abatido. Al preguntarle, explicó que había ocurrido un terremoto en Chile y no tenía noticias de su madre. Pumarejo le dijo que no se preocupara, que tenía una sorpresa. Acto seguido, se abrió una puerta lateral del estudio y apareció la madre de Gatica. Ambos se fundieron en un emotivo abrazo que conmovió al público.
En 1960, tras la intervención de los medios por el régimen castrista, Pumarejo partió al exilio. Primero se estableció en Miami y luego en Puerto Rico, donde continuó trabajando como locutor y presentador televisivo hasta su muerte en 1969.
En la década de 1970, cuando asistí a un curso de camarógrafo de televisión —que no llegué a concluir—, pude presenciar cómo se realizaban las transmisiones en vivo. Por eso puedo imaginar cómo debieron ser en los tiempos de Pumarejo y afirmar que, con los limitados recursos tecnológicos de entonces, lograban verdaderas maravillas.
A pesar de contar hoy con tecnología avanzada y más canales, la televisión cubana, excesivamente politizada y aburrida, ha perdido la capacidad de atrapar al público. Son muchos los que prefieren no malgastar tiempo —ni electricidad, cuando la hay— frente a una programación que ya no entusiasma a nadie.
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DE LOS ARCHIVOS DEL BLOG BARACUTEY CUBANO
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Tomado de https://www.cubaencuentro.com/
Los primeros años
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Apuntes sobre la televisión en Cuba
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Por Juan Cueto-Roig
Miami
13/06/2023
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una televisión en que se ofrecen
Yerma y La muerte de un viajante
en el espacio de una semana.
(Revista Bohemia)
Es legendaria la rivalidad que existió siempre entre los tres magnates de la radiodifusión cubana: Goar Mestre, Amado Trinidad y Gaspar Pumarejo.
Amado Trinidad, un guajiro millonario de Las Villas, era el dueño de la estación de radio RHC Cadena Azul, cuya programación dominó por un tiempo las ondas hertzianas en toda la Isla y a quien los artistas de entonces debieron el incremento de sus salarios a cifras nunca antes vistas, en algunos casos quintuplicando lo que ganaban en otras estaciones. La hegemonía que alcanzaron sus rivales y los reveses económicos y de índole personal, hicieron que Amado Trinidad pusiera fin a su vida ahorcándose de un árbol en su finca de Guanajay, en agosto de 1955.
Quedaron entonces Mestre y Pumarejo para emprender la ardua tarea de llevar la televisión a Cuba. La construcción del edificio Radiocentro en la calle 23 entre L y M en el Vedado consolidó la prominencia de los hermanos Mestre en la radio y posteriormente en la televisión cubana.
“Ni en los Estados Unidos —reportó Variety el 17 de marzo de 1948— existe nada semejante a Radiocentro, con la sola excepción de Radio City en Nueva York”.
Escribe Mirta Muñiz en “Así nació la televisión en Cuba”:
“Mientras Goar Mestre, formado en la Universidad de Yale, fabricaba un edificio, el de Radiocentro, concebido como un complejo de cine, radio y televisión, con una galería de tiendas, al estilo de Radio City de Nueva York; Pumarejo improvisaba unos estudios de televisión, en su propia casa de Mazón 52, esquina a San Miguel. Para allí me trasladé yo. Trabajaba en los bajos, con la familia aún viviendo en los altos.
Lo primero por el Canal 4 (aparte de las pruebas en nuestro ‘estudio’, en realidad el comedor de la casa de Pumarejo) fue una cajetilla de cigarros Competidora Gaditana con un jingle de Ñico Saquito, y la inauguración contó con el primer control remoto en TV desde el Palacio Presidencial, con las palabras del entonces Presidente de la República, Carlos Prío.
Por la noche transmitimos una gran fiesta en los jardines de la casa, a la cual asistieron estrellas mexicanas, como Pedro Armendáriz; y cubanas, como Carmen Montejo y Raquel Revuelta y, por supuesto, Gaspar Pumarejo en primer plano, ya famoso como locutor de radio. Que por cierto era gago, pero al decirle: ‘Vamos al aire’, inmediatamente dejaba de gaguear”.
El 24 de octubre de 1950 el presidente de la nación, Carlos Prío Socarrás, inaugura oficialmente las emisiones del primer canal cubano: Unión Radio Televisión, Canal 4, propiedad de Gaspar Pumarejo.
El 18 de diciembre de 1950, dos meses después de que saliera al aire la estación de Pumarejo, CMQ-TV transmite un juego de pelota desde el estadio del Cerro.
El 12 de marzo de 1951 La Habana se llena de corresponsales de Newsweek, Variety, Radio Daily y Sponsor para la fastuosa inauguración de CMQ-TV, Canal 6.
Cuba TV / CMQ TV (1950) Cuba
Desde comienzos de la década del 50 ya eran frecuentes las transmisiones de ballet en nuestro país. La televisión mexicana, pionera también junto con Brasil y Cuba en la industria televisiva en América Latina, tuvo que esperar hasta 1958 para presentar un espectáculo de este tipo.
El primero de octubre de 1952, a la 1:30 p. m., CMQ-TV (Canal 6) inicia un programa diario, de lunes a sábado, llamado La Novela en Televisión, con el estreno de la primera novela televisiva en Hispanoamérica, “Senderos de amor”, escrita y dirigida por Mario Barral y protagonizada por Adela Escartín y Armando Bianchi. Pasarían años (hasta junio de 1958) para que México estrenara su primera telenovela de continuidad, “Senderos Prohibidos”, de la mexicana Fernanda Villeli, que se transmitía tres veces por semana.
El 12 de noviembre de 1955 (¡A sólo cinco de la inauguración de la televisión en Cuba!), en el programa Gran Teatro del Sábado de CMQ TV (Canal 6), se transmitió Otelo, de William Shakespeare, con Enrique Santisteban en el papel principal, bajo la dirección de Antonio Vázquez Gallo. El programa (en vivo y en directo) duró 3 horas y 45 minutos.
En la última quincena de diciembre de 1955 Telemundo (Canal 2) fue el primer canal cubano en transmitir íntegramente los cuatro actos de La Bohème, con Ana Menéndez en el papel de Mimí, lo que constituyó una primicia en Iberoamérica.
El 15 de septiembre de 1956 CMQ TV (Canal 6) transmitió la ópera Madama Butterfly, con María Teresa Carrillo en el papel de Cio Cio San.
El 20 de julio de 1957 se presentó Macbeth, de William Shakespeare, en el programa Gran Teatro del Sábado, con Raquel Revuelta y Manolo Coego. Adaptación y dirección: Antonio Vázquez Gallo.
(En 1964 en el programa televisivo Teatro ICR se volvió a presentar Macbeth, interpretado esta vez por Raquel Revuelta y Enrique Santisteban.)
El 7 de septiembre de 1957 los televidentes cubanos pudieron presenciar otra gran obra, la tragedia griega Medea, de Eurípides, con Raquel Revuelta y Manolo Coego, también bajo la dirección de Antonio Vázquez Gallo.
El 10 de octubre de 1957 Pumarejo inaugura las emisiones cromáticas de televisión.
El 19 de marzo de 1958 se inauguró en Cuba una estación comercial de televisión en colores, la primera en un país fuera de EEUU.
Calidad a pesar del comercialismo
Si bien el nuevo medio publicitario fue desde el comienzo primordialmente comercial, es preciso señalar que siempre hubo en sus programaciones espacios culturales, lo cual es aún más meritorio si se tiene en cuenta que el principal objetivo de los patrocinadores era (como es lógico) captar la atención de las mayorías. Por eso es altamente encomiable que tanto los propietarios de las estaciones televisivas como los directores de programas y los anunciantes se preocuparan de hacer llegar al público zarzuelas, música clásica, óperas y grandes obras del teatro universal.
Consagradas figuras del mundo artístico, tanto internacionales como del país, se presentaban semanalmente en programas como El Álbum Phillips, El Cabaret Regalías, que después se llamó El Casino de la Alegría, Jueves de Partagás y otros. Nombres como Nat King Cole, Josephine Baker y Edith Piaf, dan una idea de las personalidades que desfilaron por las pantallas caseras, desde los albores de nuestra televisión. En febrero de 1955, en una presentación especial de El Cabaret Regalías, Alicia Alonso, ya reputada prima ballerina del American Ballet Theatre, bailó una versión coreográfica de la Sinfonía Clásica de Prokófiev. Y por muchos años, de lunes a viernes, a la hora de almuerzo, hubo un programa de música de cámara, en el que participaban solistas de la Orquesta Filarmónica de La Habana.
Así se expresó Francisco Pita Rodríguez (Pacopé) en su columna de Prensa Libre celebrando las obras presentadas por la firma Bacardí-Hatuey en el programa Gran Teatro del Sábado de CMQ-TV durante el año 1957:
“Una lista que aún hoy en día nos asombra: Yerma, Corona de Sombras, Macbeth, Gianni Schicchi, Bodas de Sangre, El teléfono, Doña Rosita la soltera. La Médium, Nuestra Natacha, Cavalleria Rusticana, Edipo Rex, la Rebambaramba, Porgy and Bess.
¿Cuándo y dónde la televisión ha servido para llevar al último rincón de un país, en un espectáculo donde no se escatiman recursos de índole alguna, el teatro de primerísima calidad, la ópera, la tragedia griega, el ballet, bajo el patrocinio de una firma industrial sin que se piense en el rating y sólo en la cultura del pueblo?”.
Y parodiando la pregunta que se hace Pita Rodríguez, ¿cuándo y dónde una cantante y una actriz han podido decir?
“En menos de seis meses canté seis zarzuelas distintas en CMQ-TV”.
(Blanca Varela)
“Durante mis años en la televisión, en los programas Un romance cada jueves, Gran Teatro del Sábado y Teatro ICR, interpreté todos los grandes papeles a que puede aspirar una actriz. Y algunos en más de una ocasión, como Yerma, La visita de la vieja dama, Doña Bárbara, por citar sólo tres”.
(Raquel Revuelta)
(Entre 1953 y 1957, Raquel Revuelta protagonizó en la televisión alrededor de 78 obras de la dramaturgia universal, tan complejas y trascendentes como Macbeth y Medea.)
Así se expresa Carmelina Rey en su ensayo “A dónde va la televisión cubana” (La Habana, 1959):
“Al hablar de programas dramáticos, tenemos que inclinarnos ante «El Gran Teatro del Sábado», presentado por CMQ-TV. Hemos visto en este espacio las más dignas presentaciones de obras universales. Basta recordar la inolvidable versión de Yerma y una muy lograda presentación de la muy difícil Medea”.
Y así recuerda aquella época Consuelito Vidal, la conocida locutora, animadora y actriz, en una entrevista de 1999:
“Éramos los segundos en el continente, muy lejos venía la televisión mexicana o brasileña. Ahora [se refiere a la época castrista] no sé si estamos en el lugar 18 o 21. A veces digo, sin maldad, que la puerta del arte, antes, era muy bajita y estrecha; ahora es demasiado alta y excesivamente ancha…se valoraba y respetaba mucho el talento”.
Obras consultadas
Radio and Television in Cuba. The pre-Castro Era
(Michael B. Salwen) Iowa State University Press/Ames, 1994
Así nació la televisión en Cuba
(Mirta Muñiz) Entrevista en la Internet
El rey de la Tv: Goar Mestre y la historia de la televisión
(Pablo Sirvén) Clarín Aguilar, Buenos Aires, 1996
A dónde va la televisión cubana
(Carmelina Rey) La Habana, 1959
Entrevista a Consuelito Vidal
CubaNet, 1999, Entrevista M. De Motas
Revistas y periódicos de la época
© cubaencuentro.com
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Tomado de http://www.diariodecuba.com
60 años de TV cubana. De Pumarejo a Castro
Por Armando López
|Miami
Hace 60 años se inauguró la televisión en la Isla. Tres nombres, Gaspar Pumarejo, Goar Mestre y Fidel Castro, han marcado su destino.
La televisión en Cuba está marcada por tres hombres: Gaspar Pumarejo, Goar Mestre y Fidel Castro. Los dos primeros la crearon. El último la usó para alimentar su
mito. Le puso un ejército de censores y la convirtió en la más politizada y aburrida del continente.(Gaspar Pumarejo, 1950)
Las primeras emisiones de televisión las había efectuado la BBC en Inglaterra, en 1927. En 1930 la siguieron la CBS y la NBC en Estados Unidos. El 30 de abril de 1939, una televisión casi de juguete transmitiría la inauguración de la Exposición Universal de Nueva York. Pero en 1949, la población estadounidense ya disfrutaba en la pequeña pantalla del show del comiquísimo Jack Benny.
Pumarejo y Mestre, canal 4 y canal 6
Lo que enfrente se inventaba, en Cuba se gozaba. Las emisoras de radio se pusieron de lleno para el nuevo invento. Hacía un año que la pujante CMQ radio, de los hermanos Mestre, había trasladado sus estudios de Monte y Prado hasta el edificio de Radiocentro, en 23 y L, en el Vedado habanero, un complejo de radio y estudios de televisión unido a un teatro-cine para más de dos mil personas, tiendas y restaurantes, a la manera del Radio City newyorkino.
No sospechaba Goar Mestre que el animador Gaspar Pumarejo se le adelantaría en lanzar la señal de televisión en Cuba. El 24 de octubre de 1950, desde el patio de su casa, en Mazón 52,
esquina a San Miguel, en La Habana, el carismático Pumarejo inauguraba con su canal 4 la historia de la televisión en Cuba.(Goar Mestre)
Lo primero en verse en las pantallas de 17 pulgadas de unos pocos televisores, fue una cajetilla de cigarros Competidora Gaditana, acompañada de una guaracha de Ñico Saquito, seguida de una transmisión en remoto, desde el Palacio Presidencial, con las palabras de Carlos Prío, y una gran fiesta, para mil invitados, en los jardines de la casa de Pumarejo, a la cual asistieron estrellas mexicanas como Pedro Armendáriz y cubanas como Carmen Montejo y Raquel Revuelta.
El 18 de diciembre saldría al aire el Canal 6, de Goar Mestre, CMQ Televisión, con un programa dramático escrito por Marcos Behemaras y protagonizado por Alejandro Lugo. La fuerte competencia entre Mestre y Pumarejo contribuyó a que un lustro más tarde, Cuba exportara técnicos de televisión y libretos de telenovelas a todo el continente, y a que La Habana se convirtiera en capital de la música popular. Nat King Cole vendría a grabar con la orquesta de Armando Romeu. Edith Piaff, Frankie Laine, Johnny Ray, Pedro Vargas, Katyna Ranieri, las estrellas de la música internacional colmarían Montmartre, Tropicana y Sans Souci, gracias a la televisión.
Una filosofía, una fiesta
"CMQ era una filosofía —cuenta Antonio Diéguez, quien fuera director del estelar programa musical Casino de la Alegría—. Directores, camarógrafos, actores, músicos, coreógrafos y bailarines, teníamos un gran amor por lo que hacíamos. Y es que los hermanos Mestre respetaban a los creadores. No censuraban nada. Y tenían la sabiduría de tener a tres publicitarias que producían programas para ellos: Siboney, Crusellas y Sabatés".
A los 17 años, Diéguez trabajaba en la publicitaria Siboney, que producía el 35 por ciento de la programación de CMQ Televisión, como el súper musical Casino de la Alegría, el humorístico Garrido y Piñero y el dramático La Novela de las Diez. Fue en Siboney que El Chino Diéguez (como todos le decían) comenzó a dirigir televisión. Por ahí anda un viejo kinescopio del Benny Moré, con los atriles de su banda anunciando el refresco Jupiña; fue su pr
imer programa La Fiesta de las 7 Menos Cinco, en 1956. Un año después, ya Diéguez dirigía el estelar Casino de la Alegría, donde se presentaban las estrellas internacionales que visitaban la Isla.( 'El Chino' Diéguez)
Pero Pumarejo no se quedaba atrás. Creó Hogar Club, organización que agrupó a cientos de miles de amas de casa, rifaba autos, casas… En 1957, este genio de la publicidad realizó en el estadio del Cerro el Festival 50 años de música cubana, reencuentro de los artistas cubanos residentes en el extranjero, junto a boricuas como Tito Puente y Tito Rodríguez, y el bolerista chileno Lucho Gatica… Pumarejo mandó a buscar desde Francia a Humberto Cobo, Rudy Castell, Antonio Picallo, Raúl Zequeira... De España trajo a Antonio Machín, Raúl del Castillo, Zenaida Manfugás... Desde Turquía a Mariano Barreto. De México a Gilberto Urquiza, Everardo Ordaz ... Desde EE UU vinieron Mario Bauzá, René Touzet, Vicentico Valdés, Gilberto Valdés y Machito.
En 1958, Cuba contaba con 25 transmisores de televisión con una potencia de 150,5 kw instalados en La Habana, Matanzas, Santa Clara, Ciego de Ávila, Camagüey, Holguín y Santiago de Cuba. Tres cadenas nacionales con 7 transmisores cada una. CMQ Televisión, Unión Radio Televisión y Telemundo. Los 4 transmisores restantes estaban instalados en La Habana (3) y en Camagüey.
La publicidad en Cuba era la mejor de América Latina. En las agencias trabajaban afamados escritores como Carballido Rey, Marcos Behemaras, Iris Dávila, directores de televisión como Roberto Garriga, Ernesto Casas y Caiñas Sierra, diseñadores como René Portocarrero y Raúl Martínez. Se publicitaban no sólo productos cubanos, también de México, Puerto Rico y Colombia. Se llegó a crear una escuela de publicidad.
"Garrido y Piñero, Celia Cruz y Consuelito Vidal eran contratados por Siboney —dice Diéguez—. Lo sé porque yo era un mocoso y les llevaba los cheques. Rita Montaner, Álvarez Guedes y Minín Bujones era
contratados por Crusellas. ¿Qué ponía CMQ? Los estudios y los técnicos. Aunque también tenía artistas y nueve directores contratados. Había una estrecha colaboración entre CMQ y las publicitarias. Joaquín Condal, que cobraba por CMQ, producía para una publicitaria el estelar Jueves de Partagás".Llegó el Comandante y mandó a parar
(Fidel Castro)
Pero el 6 de agosto de 1960, el régimen nacionalizó la Cuban Telephone Company y todas las plantas de radio y televisión pasarían a integrar el ICR (Instituto Cubano de Radiodifusión), luego ICRT (Instituto Cubano de Radio y Televisión). Desde el primero de enero de 1959, Fidel Castro se haría omnipresente a través de la pequeña pantalla en todos los hogares cubanos. Sus maratónicos discursos ocuparían noches enteras, desplazando al resto de la programación.
"Cuando nacionalizaron la televisión —narra Diéguez—, en el estudio se apareció un abogado llamado Gregorio Ortega, y dijo: 'esto es una intervención política, todo va a seguir igual…'. Pero no fue así. Comenzaría la censura. Un día se enfermó el productor de Viernes de Gala y me llamaron. Al traste mi fin de semana en Varadero. Por suerte, el libreto decía 'campesinos rusos huyen hasta cruzar la frontera' y me dije: ¡Ah, iré a Varadero! Llamé a Ñico Hernández, el interventor de CMQ… puse voz grave y le conté lo de los campesinos rusos. Y sentenció:…'eso no puede ir al aire'. ¡Y a gozar Varadero!"
Con la revolución, lo primero que se afectó en la televisión fue el humorismo, porque la comedia es burla, irreverencia, y Fidel Castro no aceptaba (ni acepta) una caricatura. Los actores cómicos se largaron de la Isla en estampida: Alvarez Guedes, Garrido y Piñero, Leopoldo Fernández con su Tremenda Corte, Lita Romano, Luis Echegollen, Cachucha y Ramón, Lilia Lazo. También escaparon los más famosos cantantes cubanos, como Olga Guillot, Celia Cruz, Fernando Albuerne, Blanca Rosa Gil, La Lupe, La Freddy… Los musicales continuaron, sin estrellas extranjeras, con pocas estrellas cubanas, con mucha autocensura y con el corazón en la boca…
"El 26 de mayo de 1967 estaba dirigiendo Mi Noche Favorita con Rosita Fornés —recuerda Diéguez—, cuando al llegar al estudio, un funcionario con cara de perro me salió al paso y me dijo que yo sobraba en la televisión. ¡Me botaron! Y me ofrecieron la plaza de talabartero. ¿Cómo logré escapar de la Isla? Había nacido en Honduras, de padre cubano que trabajaba para la United Fruit. Me fui con pasaporte hondureño".
La programación continuaría en una monotonía. En los años 80, la gente sólo se entusiasmaba con las películas del sábado, que un radar ruso copiaba de la TV estadounidense. Los estudios seguían siendo los mismos creados por Mestre y Pumarejo. Los programas se hacían con presupuesto mínimo, a no ser que exaltaran la mitología de la revolución y a su máximo líder, como el serial En Silencio Ha Tenido Que Ser (1979), producido por el MININT (Ministerio del Interior) o Algo Más Que Soñar (1984), producido por el MINFAR (Ministerio de las Fuerzas Armadas).
Censura, autocensura, vigilancia
.Como El Chino Diéguez, Eduardo Cáceres Manso, artífice de uno de los programas más populares de la televisión cubana (Para Bailar) y de los festivales de Varadero y el concurso Adolfo Guzmán, casi nació en un estudio de televisión. Comenzó de mozo de limpieza en
los estudios del Focsa, después fue auxiliar de cámara y camarógrafo por once años. Su primer programa como director, Pinelli en Vivo, fue en 1978.(Eduardo Cáceres Manso)
Cáceres Manso, Cachito para todos, nos cuenta de sus avatares en la televisión cubana. "La autocensura me dominaba. Además de que todos los materiales eran editados. Si ponía en el programa algo que al régimen no le convenía, alguien lo paraba. Había tres o cuatro tamices antes de salir al aire. Alrededor siempre había gente vigilándome, podía ser un camarógrafo, un editor, el que limpiaba, cualquiera".
"Si hacía algo fuera de la norma —continúa Cáceres Manso—, sabía que me botaban, que me quedaría sin trabajo. Y sería un gesto improductivo, porque el programa nunca saldría al aire. Cualquier cosa podía ser 'diversionismo'. Grabé por ocho meses Factor C, una producción muy costosa. Y Nivaldo Herrera, presidente del ICRT, la vetó porque Amaury Pérez Vidal tenía puesta al cuello una cadenita… Así era. Los hombres no podían aparecer en televisión con pelo largo, pantalones estrechos, camisas de brillo. Ni una cadenita siquiera…
"En Para Bailar tenía que dar con tres meses de anticipación los posibles ganadores para que los investigaran. Ellos aprobaban si podían ganar o no. Se manipulaban los resultados. Todo se pasaba por la censura. Tenía un despacho constante con un oficial de la seguridad… Me decía 'dale menos participación a un animador' y lo tenía que hacer…"
"Caí preso en 1992, por tráfico de divisas —prosigue Cáceres Manso— y claro, me sacaron de la televisión. Y en el 94 me fui clandestino en un avión para Caracas. Me mandaron un pasaporte con otro nombre y la cara mía como si hubiera entrado en el país… Me caractericé. No me costó mucho trabajo. Llevaba fingiendo muchos años en la televisión cubana".
Isis Rodríguez, coordinadora de estudio con sólo tres años fuera de la Isla, llueve sobre mojado: "En Cuba hay excelentes técnicos, actores, escritores de dramáticos y humorísticos —dice—, ahí tienes al comiquísimo Profesor Mente Pollo, que todo el pueblo sigue identificando en sus locuras, ya sabemos con quién [dibuja en el aire una barba] ¡a medias, claro!, porque los escritores no pueden abordar la realidad. ¡Y pobre del que lo haga! Hay una ejército de asesores revisando cada guión. ¡Y son muy eficaces! El mejor libreto del mundo lo reducen a la nada".
La televisión en Cuba está signada por tres hombres: Gaspar Pumarejo, Goar Mestre y Fidel Castro. Lloren este último y su ejército de censores, el 60 aniversario de la televisión cubana.
Camilo Egaña: Raices y Recuerdos" Prog # 1 Historia de la Televisión en CUBA
Dos de Pepe Forte:
Recordando a RADIOCENTRO - Ven a conocer su historia
Goar Mestre: El Rey de la TV Cubana
ota del Bloguista de Baracutey Cubano
Ernesto de la Fe fue nombrado Ministro de Información por Batista después del 10 de marzo de 1952 y en la foto vemos a Goar Mestre que fue a su nombramiento, según se lee en el pie de foto, a brindarle los servicios de CMQ. ¿Qué pasó después? No lo se.
Señalo que Ernesto de la Fe era uno de los jefes de una de las pandillas políticas de los años 30 y principios de los 50s.; se dice, alegadamente, que Ernesto de la Fe mandó a otros que no eran de su pandilla (se dicen que eran de la UIR) a matar al ex ministro Alejo Cossio del Pino por haberle ¨tirado la tohalla¨ a Mario Salabarría cuando los sucesos de la masacre de Orfila en 1947; pero 15 días antes se dice, también alegadamente, que la pandilla de Ernesto de la Fe había matado a un antiguo machadista, Esa misma fuente dice que el cubano Orlando García Vásquez había sido uno de los que disparó contra Cossio del Pino; García Vásquez llegaría a tener un alto puesto policíal en la Venezuela de Carlos Andrés Pérez en la época de la explosión de un avión de Cubana de Aviación en pleno vuelo que cayó al mar cercano a la isla de Barbados el 6 de octubre de 1876.
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