sábado, enero 14, 2017

Junta Editorial de El Nuevo Herald: El Presidente Barack Obama debe abrir la puerta a los cubanos varados

Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

Tengo la opinión que Obama no hará nada por revertir estas órdenes ejecutivas. 

Pero también tengo la opinión que Donald Trump autorizará, quizás  en diferentes momentos,  la entrada del personal de la salud que escaparon de sus  trabajos esclavos en las misiones de colaboración en otros países y hasta quizás reestablezca el Programa Especial para dicho personal.

Tengo, además, la opinión que los cubanos que salieron de Cuba con fecha igual o anterior del 12 de enero de 2017  ya fuera en balsas, botes o a través de otros países  serán, más tarde o más temparno,   inspeccionados y admitidos en los EE.UU. ; la situación actual no es tan grave como cuando el Presidente Bill Clinton y la Fiscal General Janet Reno afirmaron categoricamente que los balseros del éxodo de 1994 no entrarían a  los EE.UU.   DE LO DEMÁS NO ME ATREVO A ESPECULAR EN ESTE MOMENTO ...

Lo mejor que he oido; hacer click para ir y ver el video:

Actriz Zajarís Fernandez: los cubanos nos hemos ganado esto
 
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Junta Editorial: EN NUESTRA OPINIÓN: Obama debe abrir la puerta a los cubanos varados


El jueves se anunció la orden ejecutiva que quita a los cubanos que llegan a nuestras costas o cruzan nuestras fronteras el permiso de entrada automático en nuestro país y la oportunidad de hacerse residentes al cabo de un año. Esta orden ha dejado a miles de cubanos varados en su viaje hacia la frontera mexicana, en el estrecho de la Florida y hasta en el Aeropuerto Internacional de Miami.

Algunas familias quedaron separadas a última hora porque algunos eran procesados en la Patrulla Fronteriza antes de que la orden del Presidente entrara en vigor, el jueves por la tarde, mientras otros esperaban en la fila –algunos desde muy temprano en la mañana– y se les denegó el privilegio de entrar en Estados Unidos. Esas personas ahora están atrapadas en un limbo. Si regresan a Cuba, no los van a tratar amablemente, y no pueden quedarse en Centroamérica o en México mucho tiempo sin afrontar la deportación.

El Presidente puede ayudar. Obama puede modificar su orden para permitir que todo el que pueda probar que salió de Cuba el 12 de enero o antes sea acogido en Estados Unidos bajo las viejas reglas de pies secos.

Es justo, ya que no se les avisó que esto ocurriría cuando iniciaron su largo viaje desde Cuba.

Estos cubanos no tienen vuelta atrás. Apostaron su futuro a la promesa norteamericana, como tantos otros de muchos países.

Al mismo tiempo hay que tener presente el caso de los médicos cubanos que han desertado de sus misiones en el extranjero. Al eliminar el Programa de Parole para Profesionales Médicos Cubanos, que daba facilidades a los profesionales de la salud cubanos en otros países para recibir la visa norteamericana, estos médicos han quedado en un limbo. A ellos también se les debe extender una mano generosa y darles entrada en Estados Unidos.

Las juntas editoriales de el Nuevo Herald y del Miami Herald, que siempre han apoyado una reforma migratoria que proteja a todos los inmigrantes, están buscando una pequeña ventana de oportunidad para los cubanos a quienes les han cerrado la puerta. Hay razones para ayudar a esos cubanos, del mismo modo que los centroamericanos y los haitianos recibieron una ayuda limitada mediante una protección temporal (TPS) por haber sufrido desastres naturales o guerras en sus países.

Esta es la oportunidad del presidente Obama de terminar su mandato con un gesto humanitario. Puede enmendar su orden presidencial y permitir a los cubanos que puedan demostrar que habían salido de Cuba el 12 de enero o antes, que terminen su viaje y reciban un permiso de trabajo a su llegada a Estados Unidos.

Y si Obama no lo hace, entonces esperamos que el presidente electo Donald Trump muestre compasión y enmiende la orden cuando llegue a la Casa Blanca.

Esa concesión es justa y humanitaria, y digna del espíritu norteamericano.

Una vez que hayan llegado los que ahora están en tránsito, se puede cerrar la puerta y empezar la difícil tarea de realizar una auténtica reforma de inmigración que siga prometiendo las oportunidades del sueño norteamericano.

Los cubanos varados en su camino hacia Estados Unidos deben tener la oportunidad de terminar su viaje.