domingo, agosto 18, 2019

¿Quienes fueron los primeros polizones cubanos aéreos en Miami?: Tres jóvenes cubanos llegaron en condición de polizontes a Miami, procedentes de La Habana, el 30 de noviembre de 1960 en el vuelo 802 de Cubana de Aviación


¿Quienes son los primeros polizones en Miami?


María López junto a su esposo, el capitán de aviación, Carlos López Valdés. Cortesía María Lopez.

Por Luis Felipe Rojas
agosto 17, 2019

Tres jóvenes cubanos llegaron en condición de polizontes a Miami, procedentes de La Habana, el 30 de noviembre de 1960 en el vuelo 802 de Cubana de Aviación, lo que los convierte en los primeros en huir clandestinamente de Cuba en ese medio de transporte.

Aunque su fuga fue espectacular y recibió cobertura de la prensa miamense de entonces, poco se sabe de ellos. En algunas listas de la prensa de Miami, ni siquiera aparecen.

A propósito de la llegada de otro cubano, Yunier García Duarte, el pasado jueves al Aeropuerto Internacional de Miami en el compartimento de carga de un avión, Radio Televisión Martí sostuvo una conversación con la señora María López, viuda de Carlos López Valdés, uno de aquellos intrépidos hombres que escaparon de la recién estrenada dictadura cubana.

Junto a Carlos López Valdés, entonces de 29 años de edad, llegaron José Antonio Rodríguez del Río, de 21 años, y Enrique Henríquez, según relató María a esta redacción.

En un recorte del periódico El Mundo (Miami) de aquella época aparece la descripción del suceso, bajo el título: “Huyen de Cuba en el fuselaje de un avión”.


(Recorte de artículo del periódico El Mundo (Miami) que recoge la entrada de López y sus dos amigos como polizones en vuelo La Habana-Miami. Cortesía María López.)

“(…) se introdujeron en el compartimiento de las instalaciones del aparato, por debajo del fuselaje, junto a las alas, en Rancho Boyeros, y estuvieron escondidos en dicho lugar por espacio de 9 horas y media, hasta que llegaron al aeropuerto de Miami, donde salieron y solicitaron asilo en los Estados Unidos”, reseña El Mundo.

María López, que acaba de perder a su esposo hace unos días luego de una larga enfermedad, publicó el recorte en su sitio de Facebook con el siguiente comentario: “Lo que hicieron los ‘pilgrims’ del exilio histórico y heroico…”.

Según María, Carlos venía preparando la fuga luego de pasar seis meses de encierro en la cárcel habanera de La Cabaña, acusado de atentar contra las instalaciones de la Compañía Cubana de Aviación (CCA), para la que trabajaba.

“Hubo quien se hizo el loco, el de la vista gorda y él se escabulló dentro del aeropuerto y lo metió en el avión”, recuerda.

Una anécdota interesante, cuenta la mujer, es que “uno de ellos roncaba y roncaba, y en aquella situación lo tenían que estar despertando, esto fue como a las 11:00 de la noche, y al otro día por la mañana oye que no vendrían a Miami”.

Escucharon entre la tripulación “y los milicianos que estaban allí” que la nave no vendría a Miami sino para Oriente, lo que supondría décadas de cárcel cuando no un seguro fusilamiento, pero finalmente escucharon de una contraorden, venida acaso de una equivocación, y luego de mucha espera aterrizaron en la Ciudad del Sol.

Al llegar no se entregaron a las autoridades federales, rememora María. “En vez de entregarse a Inmigración, van a ver a un tío mío que era periodista, y le empiezan a contar lo que pasaba y en eso lo llaman [las autoridades] y le dicen que han dado orden de tirar a matar porque se han colado tres polizones en Miami, [procedentes de] un avión de La Habana y él les dice ‘no, aguanta, los tengo aquí, se están entregando porque están muy nerviosos y ellos están dispuestos a… [entregarse]”, relató.


Para María, que quedó en Cuba a cargo de los dos hijos del matrimonio, vino lo peor. Cinco meses después López formó parte de los expedicionarios que atacaron Cuba en la Brigada de Asalto 2506 por Bahía de Cochinos, y como parte de la recogida de supuestos simpatizantes fue a dar a los calabozos de la Unidad Policial de Santiago de las Vegas, y luego “al Palacio de los Deportes y de ahí a “El Príncipe”, un periplo de 10 días de encierro e interrogatorios.

La mujer, comenta, llegó meses después a Miami y solo por medio de algunos amigos y conversaciones en encuentros de veteranos ha escuchado de las posteriores incursiones de su esposo, -que llegó a Capitán de aviación de los Estados Unidos- a territorio cubano como parte de los Teams de infiltración.

“Carlos nunca hablaba, yo me entero de cosas que ha hecho por comentarios cuando hemos estado en reuniones, no era un tipo alardoso”, concluye.


(Reconocimientos a Carlos López por su trabajo en Estados Unidos.)