lunes, febrero 06, 2023

Cuba: Lo que no se dice sobre la construcción de la Plaza Cívica de la República de Cuba, Plaza Cívica José Martí o Plaza de la Revolución



Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

Muchos más detalles sobre la construcción  de los diferentes edificios que rodean la Plaza Cívica José Martí (que la dictadura la rebautizó como Plaza de la Revolución)  pueden leerse y ver en la página de Facebook titulada Habana Cimarrona,  de Ivo Basterrechea  

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Tomado de https://www.facebook.com/

Construcción de la Plaza Cívica de la República de Cuba, o Plaza de la Revolución. Parte V.

Por Ivo Basterrechea

10 de febrero,2023

Toda la estructura de la torre está revestida con losas de mármol gris siboney, extraídas de las canteras cercanas a El Abra en la Isla de Pinos, lugar donde Martí inició el destierro en su adolescencia.

La escultura de Martí en posición sedante ubicada al noreste del Memorial fue esculpida al pie del Monumento por Juan José Sicre, entre el 15 de octubre de 1956 y el 15 de agosto de 1958 durante el gobierno de Fulgencio Batista, estaba formada por 52 piezas de mármol, y una altura de 18 metros. La cabeza fue tallada en un bloque de 3 x 2 x 2 metros y un peso aproximado de 18 toneladas. En la escultura se ubican 6 pilares representando a cada una de las 6 provincias que existían en aquel entonces, cada uno en su interior dispone de un reflector que ilumina la imagen del Apóstol de manera apropiada para hacerla resaltar durante la noche.

El conjunto del Memorial cuenta a su vez con cinco postes ornamentales de 30 metros de altura, construidos en acero por la compañía americana Mayer Machine, INC, que se levantan mediante un elemento tubular compuesto por 21 rolos y secciones transversales que varían desde 660 mm hasta 150 mm. Cada poste en su parte superior posee una corona donde se alojan varias luminarias, y su extremo lo remata un gorro frigio que representa la libertad. El acceso a los postes se realiza por medio de 47 peldaños de sección cuadrada colocados a ambos lados y espaciados a 400 mm.

Fuente.

1. La Habana. Apuntes históricos por Emilio Roig de Leuchsenring. Segunda edición. Tomo II. 1963.

2. Arquitectura. Revista mensual. Año VII. No. 67. La Habana, febrero 1939.

3. Arquitectura. Revista mensual. Año X. No. 105. La Habana, abril 1942

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Tomado de https://www.facebook.com

Construcción de la Plaza Cívica de la República de Cuba, o Plaza de la Revolución. Parte IV.

Por Ivo Basterrechea

9 de febrero,2023

A finales de 1958 el gobierno del presidente Fulgencio Batista había erigido el obelisco y la estatua de Martí, pero faltaban las áreas circundantes y la tribuna. El monumento a José Martí lo conforman, un basamento en estrella de cinco puntas con un diámetro de 38.80 metros y una torre central alcanzando los 100.14 metros de altura.

Inicialmente el basamento alojaría la biblioteca martiana, cuyas salas ocuparían las cinco puntas de la estrella; mientras el Museo se situaría en el área central en un radio de 20 metros, cuyo límite lo forma una columnata de 25 columnas circulares enchapadas en oro. Al centro del Museo y por consiguiente de todo el basamento, se encuentra el núcleo central de la torre en forma de prisma regular con base en estrella de 5 puntas y un radio de 14.30 metros. El techo del basamento forma a su vez la terraza inferior del memorial permitiendo el acceso de los visitantes.

La torre piramidal truncada se levanta desde la terraza inferior formándola 22 bloques o escalones similares, cuyas alturas y bases van decreciendo con la altura. El último escalón tiene un radio de 8.30 metros y una altura de 94.34 metros hasta la parte superior del cimiento. Sobresaliendo del último escalón de la pirámide continúa una estructura de 4.00 metros de diámetro y 5.80 metros de altura formando una estrella regular de 10 puntas. El centro de la torre lo constituye un hueco circular de 5.24 metros de diámetro en forma de conducto que aloja la caja del elevador, y una escalera helicoidal de 525 escalones.

En la parte superior del Monumento están las cinco galerías de observación, que constituyen un excelente mirador a 142 metros de altura sobre el nivel del mar donde se aprecian algunas de las mejores vistas de La Habana. Continuará…/

Fuente.

1. La Habana. Apuntes históricos por Emilio Roig de Leuchsenring. Segunda edición. Tomo II. 1963.

2. Arquitectura. Revista mensual. Año VII. No. 67. La Habana, febrero 1939.

3. Arquitectura. Revista mensual. Año X. No. 105. La Habana, abril 1942.

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Tomado de https://www.facebook.com/

Construcción de la Plaza Cívica de la República de Cuba, o Plaza de la Revolución. Parte III.

Por Ivo Basterrechea

8 de febrero,2023

Al presidente Fulgencio Batista le faltó tiempo en 1944 para llevar adelante el propósito de la Plaza Cívica de la República, pero en los últimos meses de la primera administración convencidos de que no podrían realizarlo ––sacado ya a concurso el monumento a Martí–– se firmó un decreto congelando el precio por unidad, sobre la base de $5.00 la vara al cuadrado (0.836 metros cuadrados), del área que ocuparía la plaza en momentos en que abundaban los terrenos, su valor era reducido, y la urbanización escasa. Al cesar el gobierno constitucional 1940 - 1944, el gobierno del Dr. Ramón Grau San Martín no demoraría mucho en derogar aquellas disposiciones que impedían la especulación y aseguraban la realización del proyecto en toda su magnitud.

Al confirmarse que se levantarían en la zona grandes edificios públicos empezó la puja y personas interesadas ––algunas bien relacionadas con las esferas oficiales––, corredores y propietarios, se lanzaron a especular, alcanzando el precio gradualmente hasta $75.00 la vara. Como consecuencia, en marzo de 1952, la inmensa área original disponible se había reducido a una tercera parte, por culpa de la corrupción de los gobiernos auténticos de los doctores Ramón Grau San Martín y de Carlos Prío Socarrás.

Al fin la construcción se inició en 1953. El resultado final fue la combinación del proyecto de Labatut, Otero y Varela con la escultura en posición sedante de Juan José Sicre. El proyecto en su conjunto abarcaba un área aproximada de 500,000 metros cuadrados, y comprendía 2 plazas, la superior donde se instaló el Palacio de Justicia y el Monumento al Apóstol; y la inferior donde se encuentra el Tribunal de Cuentas y el Palacio de Comunicaciones. La plaza inferior contaría además con grandes áreas de parqueo y un vistoso paseo peatonal que comunicaría la zona aledaña al Castillo del Príncipe con el Memorial, y cuyo eje central lo constituía un espejo de agua en forma de estanque que permitiría con el reflejo de la torre, exaltar la majestuosidad de la obra.

Fuente.

1. La Habana. Apuntes históricos por Emilio Roig de Leuchsenring. Segunda edición. Tomo II. 1963.

2. Arquitectura. Revista mensual. Año VII. No. 67. La Habana, febrero 1939.

3. Arquitectura. Revista mensual. Año X. No. 105. La Habana, abril 1942.

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Construcción de la Plaza Cívica de la República de Cuba, o Plaza de la Revolución. Parte II.

Por Ivo Basterrechea

6 de febrero,2023

Cuando al presidente Fulgencio Batista le presentaron el busto de José Martí, fue un busto desnudo, y aceptó la concepción artística que había presentado el escultor Juan José Sicre, no obstante estimar personalmente que, “hubiera preferido a un Martí ataviado con la indumentaria corriente que usaba”. En ningún momento se refirió al manto romano porque a pesar de eso, según refiere con exactitud el diario Avance, Batista pidió, “que no se interpretasen sus conceptos como una crítica, sino como la impresión personalísima del hombre de pueblo, anticipo desde luego, que por mi parte, la obra queda aceptada”, de acuerdo a los “Apuntes” del Historiador de La Habana, Emilio Roig de Leuchsenrig.

El historiador, oportunamente “colgándose” del comentario de Fulgencio Batista, se permitió aclarar, al leer un párrafo del propio Martí — en su ensayo sobre Cecilio Acosta — donde, al pintar a este apóstol de la libertad y la democracia — autorretrato, según muchos “martistas”, de su propio pensamiento y actuación — expresaba que era digno de vestir la toga o el manto romano. Tal perece que el escultor Sicre, antes de montar el busto de Martí en la plaza, tomó la sugerencia del historiador Emilio Roig de Leuchsenrig, y “vistió” al Apóstol con una toga romana.

Bajo la presidencia constitucional de Fulgencio Batista, en los años 1941 y 1942, que desde 1937 había impulsado la idea del Monumento a Martí, se habían dictado decretos sobre la expropiación de terrenos para la Plaza Cívica, lo que se consideraba como de utilidad pública.

“Durante el gobierno del Dr. Ramón Grau San Martín (1944-1948), absolutamente nada se hizo en cuanto a la Plaza Cívica y al Monumento a Martí, y hasta en esos mismos terrenos, pretendió construir el Hospital Nacional para destejer todo lo relacionado con el proyecto hasta entonces, y crear nuevos proyectos de plaza y monumento, por la muy mezquina razón ––seguía asegurando el Historiador de La Habana, Emilio Roig de Leuchsenrig –– que como en 1937, Fulgencio Batista había sido el primer propulsor de aquel monumento, su sucesor y enemigo no daría un paso por llevar éste adelante; sin apreciar la distancia inmensurable que los separaba a ambos de aquel a quien se trataba de honrar”.

El gobierno del Dr. Carlos Prío Socarrás desmontó la Ermita de los catalanes, y el gobierno de Fulgencio Batista comenzó la construcción del monumento y la Plaza Cívica de la República José Martí en 1953. Continuará…/

Fuente.

1. La Habana. Apuntes históricos por Emilio Roig de Leuchsenring. Segunda edición. Tomo II. 1963.

2. Arquitectura. Revista mensual. Año VII. No. 67. La Habana, febrero 1939.

3. Arquitectura. Revista mensual. Año X. No. 105. La Habana, abril 1942.

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Tomado de https://www.facebook.com

Por Ivo Basterrechea

5 de febrero,2023

Construcción de la Plaza Cívica de la República de Cuba, o Plaza de la Revolución. Parte I.

Un ingeniero cubano Raúl Otero, desde 1905 en su tesis de grado de Arquitectura señalaba como centro de La Habana, un interesante edificio de estilo algo morisco, y de aspecto más militar que religioso, por cierto no terminado, dedicado al culto católico bajo el nombre de Ermita de Nuestra Señora de Monserrat, construido por la colonia catalana en Cuba, conociéndose como la Ermita de los catalanes.

El urbanista Camilo García de Castro, en 1916 también puso en relieve la excepcional importancia del lugar, y seis años más tarde en 1922, el ingeniero Enrique J. Montoulie de la Torre, y el arquitecto Pedro Martínez Inclán propusieron la creación de un gran parque, siempre considerándolo como el gran centro de la urbe futura.

El gobierno del general mambí Gerardo Machado, para organizar y planificar el embellecimiento de La Habana en el año 1926, según las mejores normas urbanísticas de la época, contrató al gran urbanista francés Jean Claude Nicolas Forestier que junto a varios colaboradores arquitectos cubanos entre ellos Enrique Varela, el propio Raúl Otero, más el francés Jean Labatut, entregó un plan en el que figuraba como centro geométrico del entonces Término Municipal de La Habana la colina de la Ermita de los Catalanes, que debería convertirse en Centro Cívico.

Así las cosas, el coronel Fulgencio Batista, jefe del Ejército Constitucional, el 21 de mayo de 1937, con motivo de las efemérides patrióticas del 19 y 20 de mayo en el discurso pronunciado en el almuerzo de despedida a los miles de niños campesinos de las Escuelas Rurales Cívico Militares que visitaban La Habana bajo el Premio de la Flor Martiana, expresó "su inconformidad con la pequeñez, la insignificancia de la estatua del Parque Central de esta ciudad, como símbolo de recuerdo al Apóstol de nuestras libertades: José Martí”, agregando que, "mientras otros patriotas, con muchos merecimientos, desde luego, poseían hermosos monumentos inmarcesibles, el cerebro de la revolución redentora, uno de los hombres más grandes de América, sólo tenía para perpetuar su memoria, una estatuilla insignificante sobre un pedestal menguado”. Se refería al monumento de Martí en el Parque Central de la Habana. Continuará…/

Fuente.

1. La Habana. Apuntes históricos por Emilio Roig de Leuchsenring. Segunda edición. Tomo II. 1963.

2. Arquitectura. Revista mensual. Año VII. No. 67. La Habana, febrero 1939.

3. Arquitectura. Revista mensual. Año X. No. 105. La Habana, abril 1942. 

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Plaza Cívica José Martí en construcción:


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Tomado de https://www.facebook.com/

Por Ivo Basterrechea

4 de febrero,2023

Desmontaje de la Ermita de los catalanes para construir el Monumento a José Martí.

El martes 4 de diciembre de 1951, un grupo de obreros especializados en la construcción y restauración de edificios, bajo las instrucciones del señor Luis Casero Guillén, ministro de Obras Públicas del gobierno de Carlos Prío Socarrás, pone de manifiesto su buen gusto y cuidado marcando convenientemente cada piedra que desmontan de la vieja Ermita de los Catalanes, sede de las grandes fiestas catalanas en honor de La Moreneta y adorada Virgen de Montserrat, y que durante muchos años la “Colla de San Mus“(*), “El Centre Català”, La Sociedad de Beneficencia Catalana” y otras instituciones, celebraron allí sus tradicionales romerías para mantener las costumbres del pueblo catalán en las soberbias ceremonias religiosas a las que seguían las típicas fiestas populares.

Varias lápidas de mármol, señalaban fechas y acontecimientos. Una lápida insertaba los nombres de la Junta Directiva en 1886, seguido de: reinado de Alfonso XIII –– Bajo la regencia de su augusta madre Doña María Cristina –– Gobernando la Isla el Excelentísimo don Sabas Marín y González –– El Obispo de la Diócesis S. I, el señor don José Gener, cubriendo los demás cargos de la mesa, Antonio Jover, Celestino Blanch, Antonio Barcella, Augusto Blanch y el doctor Pedro Muntadas, y los nombres de 25 vocales.

Como dicha Ermita estaba enclavada en los terrenos donde se había proyectado el Memorial José Martí en la “Plaza Cívica”, el ministerio de Obras Públicas, siguiendo los trámites legales de expropiación, adquirió los terrenos llegando a un acuerdo económico, pudiendo los interesados llevarse lo que estimaran conveniente de la iglesia.

Al desmontarse cuidadosamente la Ermita, se eliminaba uno de los obstáculos más difíciles, pudiendo el Ministerio de Obras Publicas, acelerar los trabajos de construcción de la Plaza Cívica José Martí, pero no fue así. El 10 de marzo de 1952, mediante el golpe de Estado, Fulgencio Batista llegaba al poder y asumía la responsabilidad de construir la Plaza Cívica de la República de Cuba, ya aprobada desde su anterior gobierno constitucional.

(*) Casino de la "Colla de Sant Mus" en La Habana, creado por la colonia catalana e inaugurado a fines de 1884.

Fuente.

1. Diario de la Marina. Año CXIX. No. 288. La Habana, miércoles, 5 de diciembre de 1951. Pág. 15.

2. La historia casi olvidada de la Ermita de los Catalanes en La Habana. Andrés Parra, 23 de junio del 2021. https://www.cubacute.com/.../la-historia-casi-olvidada.../

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Tomado de https://diariodecuba.com/

Un memorial para José Martí en La Habana

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Planeado originalmente como homenaje a la figura del apóstol de la independencia de Cuba, el monumento ha terminando vinculado a otras figuras después de 1959.

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Por Yaneli Leal

La Habana

05 febrero 2023

Tiene José Martí en el corazón de La Habana un memorial, el más grande monumento que se le haya dedicado en la Isla; sin embargo, esta obra icónica suele percibirse más relacionada a la figura de Fidel Castro y a la múltiples manifestaciones allí organizadas por su gobierno. Este sitio guarda con fuerza la memoria de los discursos del líder de la Revolución, y así se describe a los visitantes extranjeros, quienes suelen buscar en la Plaza de la Revolución el espíritu del movimiento comunista.

El Memorial de Martí que preside esta plaza, está rodeado además de importantes edificios de gobierno que representan el núcleo de dirección del país, lo que contribuye a reforzar su vínculo con el pasado reciente, a pesar de haber sido el conjunto urbano, incluyendo los inmuebles y el memorial, un proyecto atesorado desde la década de 1930, y en su mayoría ejecutado en la de 1950.

En aquella época se pretendía dotar a la ciudad de un nuevo centro cívico, teniendo en cuenta el continuo crecimiento de la capital y el hecho de que los principales edificios de gobierno se recluían en La Habana Vieja y sus proximidades. De este modo, se aprovechaba un amplio y céntrico espacio urbanizable, donde se podían incluir modernos edificios con distintas funciones públicas.

El conjunto, llamado entonces Plaza de la República o Plaza Cívica, estaría presidido por un remarcable monumento al apóstol de la independencia, considerando que no era suficiente con la escultura realizada por José Villalta en 1905, emplazada por suscripción popular en el Parque Central, donde aún permanece. De este modo, la idea del memorial surgida en 1933, se enlazó con la del nuevo centro cívico en 1937.

Ese año se creó por decreto presidencial la Comisión Pro-Monumento a Martí, que en lo adelante se encargó de la recaudación de los fondos para la obra, así como de los diferentes concursos realizados para la definición del proyecto arquitectónico. Existieron varios certámenes en 1938, 1939 y 1943, sin que se llegara a una conclusión definitiva. Se presentaron varios proyectos de importantes arquitectos cubanos. La mayoría propuso un monumento tipo torre, aunque también existieron diseños como el del arquitecto Aquiles Maza y el escultor Juan José Sicre a manera de templo griego.

De los proyectos presentados derivó la construcción de un inmueble para la Biblioteca Nacional que también constituía un homenaje a José Martí, por lo cual lleva su nombre. La obra fue diseñada por el prestigioso estudio de arquitectura de Evelio Govantes y Félix Cabarrocas.

Finalmente, en 1952 el proyecto del Memorial volvió a tomar fuerza en la víspera del centenario de José Martí y obtuvo todo el apoyo del presidente Batista. A mediados de este año los detalles fueron presentados por su secretario de Obras Públicas, el arquitecto Enrique Luis Varela. El diseño definitivo se conformó por el obelisco en forma de estrella con que Varela había ganado el tercer lugar del certamen de 1943, y la escultura que Sicre había concebido para el monumento diseñado por Aquiles Maza.

Con esta estructura vertical se pretendía que el Memorial obtuviera todo el protagonismo entre el conjunto de edificios públicos que se construía en derredor, a la par que se hacía visible desde muchos puntos de la capital, constituyendo un importante referente urbano. En total, su cima alcanza los 142 metros sobre el nivel del mar, altura aprovechada por un mirador allí dispuesto desde donde puede observarse La Habana hasta a 50 kilómetros de distancia. Tiene además grabado en su pavimento la distancia a la que se encuentra de distintas ciudades emblemáticas del mundo.

El Memorial está compuesto de un basamento con forma de estrella de cinco puntas que se pensaba ocupara una biblioteca y un museo martiano. Con este propósito su interior fue decorado con 89 frases de Martí laminadas en oro. Sobre la base se eleva la torre estrellada como símbolo de independencia, en cuyo centro se desplaza el ascensor que comunica con el mirador de la última planta. Revestida completamente de mármol gris de la Isla de la Juventud, su estructura de hormigón y acero de 94,34 m de altura, está calculada para resistir vientos de hasta 280 km/h. Fue completamente construida entre 1953 y 1958.

Entre 1956 y 1958 se talló la escultura exterior de 18 metros de alto que, de manera simbólica, también empleó mármol blanco de unas canteras próximas a la finca El Abra, en la Isla de la Juventud, donde Martí inició su destierro. Las 52 piezas que la componen fueron talladas al pie de la torre.

Al triunfo de la Revolución solo faltaba la terminación de las áreas circundantes y de la tribuna, finalizadas en 1961. Entonces se desechó la temática martiana y se inauguró como Museo de la Revolución. Los edificios situados alrededor de la Plaza Cívica, en lo adelante llamada Plaza de la Revolución, también cambiaron su uso. Teniendo en cuenta las funciones definitivas, el Palacio de Justicia, destinado al Tribunal Supremo y a la Fiscalía General, pasó a ser la sede del Consejo de Ministros, del Consejo de Estado y del Comité Central del Partido Comunista; el Palacio Municipal pasó a ser la sede del Ministerio de las Fuerzas Armadas; el edificio de la Lotería Nacional, la del Ministerio de Economía y Planificación; el Palacio de Comunicaciones, la del Ministerio de Informática y Comunicaciones; y la Contraloría, la del Ministerio del Interior. Solo mantuvieron su uso original la Biblioteca Nacional y el Teatro Nacional.

En 1974, el Museo de la Revolución fue trasladado al antiguo Palacio Presidencial, sede que aún ocupa, y la torre martiana fue cerrada al público durante 20 años. En 1996, finalmente se reinauguró como Memorial José Martí. Sin embargo, los fuertes vínculos que durante medio siglo ha tenido este espacio con el Gobierno revolucionario, tanto como escenario de numerosas manifestaciones y actos políticos como por la cercanía de las principales instituciones de poder, mantienen su significado asociado a la Revolución y a sus líderes, símbolo que refuerza en la plaza las imágenes del Ernesto "Che" Guevara y Camilo Cienfuegos.

Tal vez con el tiempo pueda Martí recuperar el protagonismo que se concibió tuviera en el proyecto fundacional del monumento y de la plaza. Tal vez entonces deje de ser esa figura bajo la cual se amparan otros, y sirva para recordar su valor excepcional como figura histórica, y que su memorial sea símbolo del respeto y admiración que durante más de un siglo le han tenido los cubanos.

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Algunos de los proyectos presentados en los diferentes concursos:





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