Nota del Autor del Blog
Antes de la Revolución, en 1958, Cuba tenía 14 cárceles, existiendo una sola de ella con régimen de mayor rigor, el Presidio Modelo situado en Isla de Pinos, y un Reformatorio de Menores : El Reformatorio de Menores de Torrens. Cuba tenía aproximadamente en ese año 6 200 000 habitantes.
España tiene actualmente, según un canal televisivo español, 100 000 presos y una población de 44 millones de habitantes; de esos datos podemos inferirm teniendo en cuenta los 100 000 presos que tiene Cuba, que Cuba tiene exactamente 4 veces más presos por habitantes que España, pues la población cubana actual es de 11 000 000 de habitantes aproximadamente.
Recuerdo que en el 2003 ó en el 2004, Fidel Castro cuestionó la calidad de la Educación cubana ( en una entrevista que le dio a un periodista extranjero) por la alta población penal que tiene el país y la juventud de la misma; No dio cifras, los cubanos sabemos que esa cifra al igual que el número de cárceles en Cuba son secretos de Estado; esas cifras se conocen por las Pastorales Penitenciarias de la Iglesia Católica cubana y por la Comisión de Reconciliación Nacional que preside Elizardo Sanchez Santa Cruz. Por cierto, en esa entrevista también habló del racismo solapado que hay en el país, otro de los tabues que hay en Cuba y del cual solamente puede hablar Fidel Castro por los medios de información oficialistas.
En http://www.cosodecu.org/new_page_3.htm hay una una relación de las
más de 200 cárceles cubanas, sus nombres y su localizacones. Algunas pocas de esas se han
cerrado, la inmensa mayoría siguen activas. *****************************************
200 cárceles, un solo dueño
Desde Cuba por Tania Díaz Castro
LA HABANA, Cuba - Miércoles 11 de enero de 2006 (
CUBANET) -
El periódico Granma, órgano del Partido Comunista de Cuba publicó una extensa información sobre nuevos modelos de prisión alemanas y francesas, parcialmente privadas. Hace saber el diario, entre otras cosas, que Alemania tiene un total de 80 mil presos, con una población de 83 millones de personas.
( <-- ubicación de los diferentes tipos de establecimientos penitenciarios en Cuba ) Cualquier cubano que sepa que su país, con más de 11 millones de habitantes tiene una población penal que asciende a 100 mil, y que los presos políticos suman más de 300, la mayor cifra dentro del mundo occidental, reconocida por Amnistía Internacional, leerá con sorpresa la opinión de un periodista de Granma sobre la privatización de prisiones en países europeos. ¿Es que no sabe el colega que los presos políticos cubanos durante 47 años de revolución siempre tuvieron un dueño? ¿Tampoco sabe que desde hace tiempo la Cruz Roja Internacional no ha podido visitar ninguna prisión cubana? ¿Será acaso que el gobierno de la Isla no desea que los inspectores extranjeros vean las malas condiciones de los penales, más de 200 en todo el país? Casualmente, yo cumplía un año de prisión política en manto Negro, establecimiento penitenciario habanero, cuando fue visitado, en 1989, por la Cruz Roja Internacional. Recuerdo perfectamente que dos meses antes la prisión fue pintada y remodelada en medio de grandes limpiezas. Incluso se notó una mejoría en la comida y en el trato de las militares, sólo porque estaba por llegar la Cruz Roja, cuyos funcionarios no pudieron hablar en privado con las reclusas. Jamás supo ese organismo, como pude comprobar después, que las presas, para calentar el agua del baño en el invierno, tenían que hacer fogatas con los libros de la biblioteca del penal; que la mayoría era adicta a las píldoras con propósitos estimulantes o alucinógenos; que hasta hacía muy poco se mantenía la práctica de los castigos en celdas tapiadas, donde se enloquecieron varias mujeres jóvenes con las que pude conversar. El gobierno cubano conoce el número de personas encarceladas en nuestro país, por delitos comunes y políticos. Sin embargo, jamás ha brindado esa información a la prensa nacional. Autoriza publicar lo del cualquier otro país pero jamás lo que acontece en el nuestro. Organizaciones de derechos humanos, como la que preside el opositor pacífico Elizardo Sánchez Santa Cruz, han realizado un meritorio trabajo con el propósito de conocer la cifra exacta de presos, y las condiciones de las cárceles cubanas, información que el régimen oculta sistemáticamente. Libros como Contra toda esperanza, de Armando Valladares; Veinte años y cuarenta días, de Jorge Valls; Rehenes de Castro, de Ernesto Díaz Rodríguez; Cómo llegó la noche, de Hubert Matos, y muchos otros, son terribles testimonios de la vida de los prisioneros del gobernante cubano. Como dijo José González Llorente, autor de Voces tras las rejas, el propósito es "provocar indignación, quitarle la paz, irritarlo, hincarle la conciencia y despertarle su vergüenza" al que lea Voces tras las rejas, obra con opiniones y relatos de ex prisioneros políticos, como Ricardo Bofill y Alberto Muller.
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