BARACUTEY CUBANO

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Deuda de Cuba con Venezuela asciende a $ 3 mil millones

Bitácora Cubana, 31 de enero de 2006, Caracas (El Impulso)

El secretario general de Primero Justicia, Gerardo Blyde, sostuvo que el presidente de la República, Hugo Chávez Frías, ha repartido entre varios países más de 16 mil millones de dólares. Blyde dijo que en este reparto, un tercio se le ha concedido a Cuba y citó como ejemplo que en ese país se han construido 150 casas por 2 millones de dólares, y “el proyecto de electrificación de la isla le ha costado a los venezolanos 20 millones de dólares, proyecto de desarrollo endógeno de los asentamientos de Bolívar en el municipio Sandino de Pinar del Río asciende a 5 millones 682 mil dólares”.

Entre otras dádivas, agregó el financiamiento de la Refinería Cienfuegos por 43 millones de dólares, la distribución petrolera enviada diariamente a Cuba a cambio de asesoría deportiva, educativa y los 20 mil médicos cubanos que envían a Venezuela, que le cuestan a los venezolanos mil 764millones de dólares anuales. Dijo que Venezuela cancela doble porque “si estamos pagando los 20 mil médicos cubanos con esta cantidad de ayuda petrolera, díganos, porque adicionalmente a los médicos se les paga 400 dólares anuales, que en muchos casos no se les paga a los médicos venezolanos de los hospitales públicos”. De acuerdo con Gerardo Blyde la deuda acumulada hasta ahora de Cuba a Venezuela es de 3 mil millones de dólares, y el Banco Industrial de Venezuela, ha otorgado 10 millones de dólares para la producción de baldosas, cerámicas y piezas sanitarias, 20 millones de dólares para el financiamiento de la compañía cubana de petróleo y para una planta de lubricantes y aceites un préstamo de 47 millones de dólares.

Blyde respondió al presidente de la República, Hugo Chávez, quien en el programa “Aló, presidente”, del pasado domingo desmintió declaraciones del coordinador nacional de Primero Justicia, Julio Borges, relacionadas con este tema. AD refuerza denunciaJesús Méndez Quijada, secretario General de AD, sostuvo que no existe justificación para que el gobierno “le regale parte de nuestro petróleo a Cuba. Incluso los pacientes enviados a este país por ese intercambio son tratados por cosas muy sencillas, esto es un inmenso fraude al país”. Considera que estos pacientes enviados para Cuba pueden ser “tratados por nuestros profesionales. Mientras se ha estado enviando pacientes venezolanos a Cuba aquí se está operando por las mismas cosas a pacientes de Ecuador o Bolivia”. “La única razón por la cual el gobierno actúa así es porque se excusa con esta situación y seguir regalándole a Cuba petróleo y eso sigue pasando mientras la situación de salud en Venezuela sigue en deterioro”, dijo.

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Caos vial e ingobernabilidad II

Decíamos en anterior artículo que los gobiernos venezolanos en una perfecta gestión improvisatoria de sus tareas de Estado, haciendo caso omiso, y con olímpico desdén, de mecanismos de planificación estratégica y de control de gestión, de doctrinas de seguridad, de la concepción de un Estado moderno y de la aplicación de criterios gerenciales, habían adoptado en la práctica, sin proponérselo, la vieja doctrina fisiocrática del “Laissez faire, laissez passer (dejar hacer, dejar pasar), frase, pronunciada por Gournay”. Así los sucesivos gobiernos desgobernaron a la nación, desentendiéndose de lo que eran sus atribuciones fundamentales: planificar el desarrollo, combatir la pobreza, proporcionar buenos servicios públicos (agua, drenajes, cloacas, electricidad, vialidad, seguridad), incentivar la inversión privada nacional e internacional para de esta manera generar empleo, estimular a los privados para que construyeran viviendas, sembraran, criaran y produjeran bienes y servicios, de manera de asegurar el abastecimiento de productos; generar políticas públicas que a la vez que incentivara la iniciativa privada, la regulara, etc.
Los gobiernos de la era democrática se dedicaron a ser empresarios, controlar precios, controlar las importaciones, limitar el libre flujo de mercancías, manejar al Estado como si de una extensión del partido de turno se tratara, a hacer negocios en claro perjuicio de los intereses de la nación, a cobrar comisiones y a enriquecerse groseramente. En ese desorden dejaron a los actores sociales por su cuenta. Cuando ha debido dársele libertad al sector privado y propiciar la competencia entre sus miembros, se reguló su actividad y la maniataron y corrompieron con negocios fáciles a expensas del Estado. Cuando han debido proporcionar servicios públicos que funcionaran y estimular que otras actividades como comunicaciones, electricidad y viviendas, fueran acometidas por el sector privado, crearon empresas estatales e institutos autónomos clientelares, ineficientes, derrochadores e improductivos.
En este caos el Estado se replegó y los sectores pobres de la población se desbordaron de su cauce. La visión populista de los gobiernos de turno y su incapacidad para brindar soluciones a los problemas básicos de la gente, permitió las invasiones vulnerando el principio constitucional de la propiedad privada, y alentó la proliferación de barrios en toda Venezuela. Uno de los tantos barrios formados al amparo de la desidia de los gobiernos fue el de Gramoven, que con el paso de los años, sus desechos líquidos socavarían las bases del viaducto Caracas – La guaira. Así vemos que una obra fundamental de nuestro desarrollo que marcó hace 51 años un hito de modernidad en al país fue destruida por la acción directa de ciudadanos venezolanos y la indirecta de sus sucesivos gobiernos.
Los venezolanos en el año 98 clamaron por un cambio de este estado de cosas y eligieron un gobierno que prometía enderezar entuertos, pero he aquí que 7 años después colapsó el viaducto y además de la proverbial desidia de los gobiernos anteriores, tenemos mayor mediocridad de los equipos de gobierno, mucho menos capacidad y tecnicismo, más dedicación a la política que al trabajo, adoración a la figura providencial del presidente que a los problemas que cada ministerio debe resolver, muchísimo más corrupción, etc.

<-- ( Foto: Luis Salazar A casi un año de la caída del puente Yumare sobre el río Aroa, los habitantes del municipio Manuel Monge deben pagar las consecuencias de la ineficiencia gubernamental. Arriesgan sus vidas en una canoa sin las medidas de seguridad, a un precio de 500 bolívares. Las lluvias crearon más zozobra al colapsar parte del pavimento a la altura del kilómetro 35. Encima, el paso Los Caracoles, que comunica a Yumare con San Felipe, está destruido por completo y los vehículos deben transitar por el lecho de una quebrada. )
Los cierres durante semanas de la Panamericana, Caracas-Valencia, Caracas-Guatire, vía a oriente, puente de Clarines, autopista de Cumaná y la eventual caída del puente La Cabrera, atestiguan por sí mismos la mayor calamidad vial de todos los tiempos en Venezuela y ponen en entredicho el desplazamiento de los ciudadanos por los predios de la república.

Miguel Méndez Rodulfo

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Editorial de El Impulso Digital: http://www.elimpulso.com

Menos luces y más moral

Definitivamente la solemnidad y sobriedad de los actos oficiales en Venezuela pasaron a ser parte de la historia de la IV República.
En esta nueva era inventada por la Revolución Bonita, las convocatorias para asistir a este tipo de eventos sólo se hacen a los partidarios del gobierno y previas instrucciones de cuándo deben aplaudir, cuándo reír chistes de mal gusto, cuándo escuchar embelesados canciones de dudosa calidad artística y cuándo ponerse de pie para aclamar los llamados revolucionarios. Todo un circo de pueblo.
Este tema lo traemos a colación porque en días pasados veíamos por televisión el acto de Apertura del Año Judicial, donde el presidente de la Sala Penal del TSJ arremetía contra los medios de comunicación social, al acusarlos de manipular a la población con el propósito de cambiar la verdadera justicia.
Entre tanto, los jueces congregados en el auditorio del Tribunal Supremo se erguían para vitorear al orador de Orden… ¿o será de desorden? Seguidamente tomó la palabra el propio presidente del TSJ y afirmó textualmente: "Es preferible jueces con menos luces y más moral". Es decir, menos instruidos y capaces pero moralmente más comprometidos con el gobierno, a lo que respondieron los centenares de jueces allí presentes con un clamoroso aplauso, y sólo faltó que expresaran ardorosamente su incondicionalidad al régimen con las consignas de rigor. Aunque creímos oír, en medio del bullicio aprobatorio de las palabras del Dr. Mora, unos ¡Uh, ah, Chávez no se va!
¿Qué mayor muestra de esa "incondicionalidad" que la premura conque recientemente un juez dictó una medida, a menos de 24 horas de haber recibido la solicitud del Fiscal general, contra algunos medios de comunicación social, sólo porque el jefe del Ministerio Público, quizá siguiendo instrucciones del jefe mayor, le giró las directrices en tal sentido?
Hizo énfasis el presidente del TSJ en la autonomía e independencia del Poder Judicial, mientras proclamaba la necesidad de llevar a cabo una justicia "barrio adentro". ¿Será pura casualidad que designara con el nombre de una de las misiones del gobierno a su plan de llevar la justicia a los sectores populares? Creemos que atender judicialmente a todas las clases sociales no puede ser a través de una especie de operativo. Es un deber permanente del Estado administrar justicia sin preferencias y con prontitud a todos los venezolanos, sin distingos de carácter económico ni ideológico.Es muy probable que a ese Tribunal Superior llegue pronto un recurso de amparo de los medios de comunicación sobre las limitaciones que ha producido a la libertad de expresión e información la resolución antes mencionada, tomada por un juez de control. Esperaremos para ver si la justicia venezolana es ciega o si obedece las instrucciones del lazarillo oficial.