lunes, enero 23, 2006

LUZ VERDE AL EQUIPO CUBANO PARA EL CLASICO DEL BEISBOL

Nota del bloggista
Este bloggista le sugiere que lea su artículo YA CUBA ANTES DE IR, PERDIO que fue publicado hace dos días y donde se abordan las aristas humanas, políticas y deportivas con respecto a esta decisión y se hacen pronósticos para el equipo de la Isla.
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Luz verde al equipo cubano para el Clásico del Béisbol


WILFREDO CANCIO ISLA
El Nuevo Herald
Al límite de una controversia que enfrentó tensiones políticas y postulados olímpicos, el gobierno de Estados Unidos anunció ayer que permitirá la asistencia de un equipo de Cuba al primer Clásico Mundial de Béisbol (WBC) bajo la condición de impedir que el régimen de Fidel Castro obtenga beneficios financieros del certamen.
No obstante, el anuncio provocó airadas reacciones en la comunidad cubana, encabezadas por los congresistas del sur de la Florida, y renovó el debate en los medios de comunicación sobre los dividendos políticos para Washington y La Habana.
Mientras, en Cuba la respuesta oficial fue el silencio. Ni siquiera Castro mencionó el tema anoche en un discurso de tres horas por la televisión nacional.
Un mes después de negar la licencia a Cuba para participar en la cita del orbe, la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro reconsideró su decisión y abrió las puertas a los peloteros cubanos, que podrán disputarse un puesto en la élite beisbolera a partir del próximo 3 de marzo.
''Trabajando en coordinación con los promotores del WBC y el Departamento de Estado, hemos alcanzado un acuerdo para conceder el permiso [a Cuba] respetando el ámbito legal y el espíritu de las sanciones comerciales'', dijo ayer Molly Millerwise, vocera de OFAC.
La negativa oficial del pasado 14 de diciembre se sustentó en que Cuba podría obtener ciertos beneficios financieros del torneo, lo que entraba en contradicción con las leyes del embargo estadounidense.
La funcionaria aseguró que ''este acuerdo asegura que de ningún modo el dinero vaya a parar a manos del régimen castrista'' y dijo sentirse satisfecha con el hecho de que ``Cuba podrá mostrar su talento deportivo junto a otros equipos en la arena internacional''.
Cuba había aceptado la invitación oficial de las Grandes Ligas para asistir al WBC y tras la prohibición inicial de Washington, Castro ofreció donar todo el dinero que le corresponda a las víctimas estadounidenses del huracán Katrina.
Las Grandes Ligas y la Asociación de Peloteros volvieron entonces a presentar la solicitud, y discutieron estrechamente con las autoridades estadounidenses las condiciones de la participación de Cuba.
''Siempre confiamos en que Cuba iba a recibir el permiso de participar bajo los términos negociados'', comentó Bob DuPuy, director de operaciones de Grandes Ligas. ``Para todos es crucial que Cuba participe: es el campeón olímpico y debe estar en el Clásico''.
Unos 80 congresistas y el Comité Olímpico de Estados Unidos habían exhortado a la administración de George W. Bush a que permitiera la asistencia del equipo cubano, al calor de fuertes amenazas de la Federación Internacional de Béisbol (FIB) y de Puerto Rico, que planeaba incluso cancelar su intervención.
El histórico acontecimiento permitirá por primera vez que los jugadores de Grandes Ligas enfrenten en un torneo a peloteros no profesionales. El equipo cubano --que ostenta los títulos de campeón mundial y olímpico-- jugará la fase eliminatoria en Puerto Rico, junto a escuadras de Panamá, Holanda y el conjunto anfitrión.
La Casa Blanca manifestó ayer satisfacción por haber resuelto el conflicto en favor de ''buenos partidos de béisbol en Puerto Rico'' y reafirmó que el presidente Bush trató siempre de garantizar una ''solución positiva'', con la garantía de que el dinero no terminaría en poder de Castro y que la visita no será mezclada con acciones de espionaje.
''Todos los aspectos y preocupaciones de la participación de Cuba han sido considerados y solucionados'', declaró ayer Scott McClellan.
Con todo, la medida provocó airada oposición en sectores de la comunidad exiliada de Miami.
''La lamentable y desafortunada decisión de la administración Bush permitirá que el régimen totalitario cubano utilice un torneo deportivo para sus propósitos propagandísticos, mientras los agentes de seguridad de Castro vigilan a los peloteros cubanos para evitar que puedan escapar hacia la libertad'', dijo el legislador republicano Lincoln Díaz-Balart, quien promovió la iniciativa de organizar un equipo de Cuba con peloteros exiliados.
Una fuente en Washington dijo ayer a El Nuevo Herald que la administración accedió a otorgar el permiso a Cuba bajo ''ciertos compromisos'' de que no viajará en la delegación ningún alto representante del régimen castrista, y que el grupo estará estrictamente limitado a atletas y entrenadores para evitar la inclusión de funcionarios y agentes de vigilancia policial.
Díaz-Balart agregó que él estará listo para ``ayudar a cualquier pelotero cubano que intente obtener la libertad en EEUU''.
El senador Mel Martínez calificó la medida de ``una revocación decepcionante''.
Martínez se quejó de que la decisión deja al gobierno de Castro presentar un equipo que no representará a Cuba completamente, pues no será permitido que jugadores cubanos integrantes de las Grandes Ligas puedan participar defendiendo los colores de su país.
''Si esto es sobre la pelota y no sobre la política, como dijeron las Grandes Ligas, entonces saquen la política de la pelota y dejen a jugadores nacidos en Cuba competir para Cuba'', afirmó el senador en alusión a numerosos peloteros desertores como los lanzadores Liván y Orlando ''El Duque'' Hernández, y José Ariel Contreras. ``Ellos son cubanos; ellos tienen el derecho de representar a Cuba si desean hacerlo y ese derecho debe ser respetado''.
Para el veterano comentarista deportivo Felo Ramírez, miembro del Salón de la Fama del Béisbol, ``no hay una razón lógica para este permiso, pues fue ese mismo gobierno el que expulsó el béisbol profesional y lo tildó de dañino''.
''Pero es una decisión hecha y ahora debemos situarnos en lo que va a ocurrir en el terreno de juego'', dijo Ramírez. ``En béisbol es difícil pronosticar, pero no creo que el equipo cubano tenga muchas posibilidades de triunfar, aún con la ventaja de la fecha del torneo''.
El WBC se desarrollará del 3 al 20 de marzo, justamente cuando los jugadores cubanos están en plena serie nacional, al tope de su capacidad competitiva, a diferencia de los peloteros de Grandes Ligas, quienes apenas empiezan a reclutarse para el entrenamiento primaveral.
El tema inundó desde el mediodía las emisoras radiales y noticieros televisivos en Miami. En el legendario Parque del Dominó de la Calle Ocho, la discusión se tornó al rojo vivo.
''Estoy en contra de que los peloteros cubanos jueguen aquí después de todo lo que ha despotricado Castro contra el deporte profesional'', expresó Antonio Bautista, un mecánico retirado. ``Como siempre, la política ha vuelto a ganarle a la decencia''.
Raúl Janes no estuvo de acuerdo: ''Que vengan; así se demostrará que el béisbol profesional es el mejor del mundo y que la pelota de Cuba es muy inferior técnicamente a la de Grandes Ligas'', aseveró. ``Lo que sí hay que asegurarse de darles visas sólo al grupo de jugadores, no a espías''.
El WCB reunirá a 16 equipos, que jugarán series eliminatorias en Japón, Puerto Rico y Estados Unidos. El campeonato se decidirá en San Diego