miércoles, marzo 15, 2006

¡ SOMOS LA POLICIA !

Tomado del sitio de la FNCA: http://www.canf.org



"¡Somos la policía!"

Desde Cuba or Shelyn Rojas

LA HABANA, Cuba - Martes 14 de Marzo (CUBANET) -

Las pocas cosas agradables que existen en Cuba se pagan en moneda libremente convertible CUC. No todos los cubanos tienen acceso a las cosas agradables.

A Damayanti Álvarez y su esposo Ricardo Escamparte, enfermos del VIH-SIDA, les gustaría disfrutar de las cosas agradables. Quisieran hacerlo a pesar de la amenaza que pende sobre ellos.

Damayanti y Richard, en busca de disfrute, fueron el sábado para el Malecón habanero para escuchar desde allí la música que escapa de una discoteca cerca del lugar.

A las tres y treinta a.m. del domingo termina la discoteca. Se acaba la magia.

Por el camino, en conversaciones de pareja, Ricardo expresó su criterio sobre el gobernante de la isla y los presidentes Bush y Chávez.

Un policía que se encontraba cerca se dirigió a ellos y les pidió identificación. Acto seguido, los cacheó y esposó sin ninguna explicación. El policía pidió por el walkie talkie que enviaran un carro patrullero para conducir a dos ciudadanos que se estaban expresando mal de la primera figura del país.

Ricardo, previendo peores consecuencias, le comunicó que eran enfermos de SIDA. A los pocos minutos en el carro patrullero No. 855 fueron conducidos hacia la unidad policial ubicada en Cuba y Chacón en una forma despótica y agresiva.

Ricardo se quejó del dolor que sentía por las esposas. El policía respondió con palabras obscenas. Damayanti, al ver lo que sucedía con su marido, le gritó nazi. La instructora de Criminalística que se hace llamar Mabel apareció en el lugar, disgustada porque le habían interrumpido el sueño.

Le molestaban los gritos de Damayanti, no los golpes que recibía Ricardo. Mabel se acercó a Damayanti y le preguntó a gritos si ella era guapa. Damayanti mide 1.63 metros y su peso corporal no pasa de las 94 libras. A pesar de estar esposada, fue víctima de una golpiza que le propinaron la instructora criminal(ística) y dos guardias más.

La golpiza le produjo un ataque convulsivo por hipoglicemia y una fractura en el dedo meñique de la mano izquierda.

Ricardo, al ver a su esposa convulsionando en el piso, les gritó: "¡ASESINOS, si se muere no responderé de mí, elevaré esto a donde yo sea escuchado!" La respuesta de Mabel fue: "Si se muere, se murió, ¡nosotros somos la policía!"

El político de la unidad, para salvar responsabilidades, los envió a otra unidad policíaca ubicada en la calle Prado, con la excusa de que serían puestos en libertad al momento.

En la unidad policíaca de Prado, un agente con chapa No. 26151 les dijo que si acusaban, ellos lo harían de igual modo y como es obvio, ganarían.

Por las condiciones en que se encontraba Damayanti como resultado de la golpiza, el agente con chapa No. 022754 la llevó al Hospital Calixto García con el solo propósito de que fuera atendida por hipoglucemia.

La doctora de guardia en la consulta No. 3 del Calixto García era una estudiante venezolana que recetó a Damayanti un vaso de agua con azúcar para evitar un suero de dextrosa. Todo esto sin pruebas ni análisis para detectar cómo estaba el azúcar.

Damayanti y el oficial, al salir de la consulta de cuerpo de guardia, pasaron por la consulta de ortopedia. Damayanti le pidió al policía que le permitiera ser atendida. El dedo se tornaba de un color violáceo y se hinchaba. Ante esta petición, el guardia le gritó que no, que si volvía a hablarle le iba a formar otra parecida a la de la unidad de Cuba y Chacón. Que ella sólo había ido allá para ser atendida por el azúcar.

De regreso a la unidad de la calle Prado, a su marido Ricardo ya le habían quitado las esposas y entonces fue cuando se las quitaron a ella. Ricardo fue multado con 30 cuotas de a peso. Damayanti no fue multada, pero sí amenazada para que no denunciara los sucesos.

Damayanti y Ricardo pasaron a través de esta ordalía desde las tres de la madrugada hasta las doce del mediodía. Enfermos, adoloridos y apaleados.

1 Comments:

At 4:19 p. m., Anonymous Anónimo said...

Que suerte tengo de ser española y vivir en españa, la verdad esque me deprime leer cosas como estas....
Simplemente espero que algun dia el mundo sea igual para todos.

 

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