sábado, mayo 27, 2006

" BALSEROS DEL PUENTE " CONTINÚAN ENCALLADOS EN CUBA

'Balseros del puente' continúan encallados en Cuba

Viernes 26 de Mayo, 2006 4:49 GMT


Por Esteban Israel

LA HABANA (Reuters) - Catorce balseros cubanos repatriados hace casi cinco meses de Miami, en una decisión revocada luego por la justicia de Estados Unidos, continúan encallados en un limbo burocrático.

Los balseros se entrevistaron el viernes, por tercera vez, con funcionarios de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana.

"Dijeron que nos llamarían por teléfono cuanto tuvieran alguna novedad," dijo a Reuters Ernesto Hernández, el portavoz del grupo.

Estados Unidos prometió en marzo darles visas humanitarias, una vez que el gobierno de Cuba les entregue los permisos de salida.

Los balseros dicen que solicitaron el permiso de salida o "carta blanca" hace casi 60 días, el doble del plazo máximo requerido.

"Es como estar en el limbo. Dicen que todo está bien y no hay problemas, pero la verdad es que nadie nos da respuestas," comentó Hernández.

El grupo de cubanos de entre dos y 48 años desembarcó el 4 de enero en el Seven Mile Bridge, un puente abandonado de los cayos del sur de Florida.

Cinco días después, la Guardia Costera los envió de regreso a Cuba porque, según la ley, los balseros sólo pueden quedarse en Estados Unidos si pisaron tierra firme.

Pero un juez federal de Miami decretó en febrero que habían sido repatriados ilegalmente y debían ser readmitidos en Estados Unidos por razones humanitarias.

"Tenemos los pies en Cuba y la cabeza en Miami. Contamos los días, estamos desesperados," dijo Rasselín Casanova, de 27 años, esposa de un balsero que intentó 18 veces cruzar los 150 kilómetros del Estrecho de Florida.

La Sección de Intereses de Estados Unidos les entregó el 24 de marzo una carta donde prometía readmitirlos, siempre y cuando Cuba los dejara salir.

El gobierno cubano les emitió en marzo los pasaportes, pero, dicen, continúa sin entregarles los permisos de salida.

Desde que regresaron hace casi cinco meses, perdieron sus empleos o renunciaron a ellos con la esperanza de acelerar los trámites. Viven, dicen, de la solidaridad de sus familiares en Cuba y Estados Unidos.

"Yo no dejé de trabajar porque quise, sino porque me lo pidieron oficialmente. Ahora me está manteniendo una sobrina," dijo Hernández.

Los 14 residentes de Matanzas, 100 kilómetros al este de La Habana, protagonizan el último capítulo del drama de la emigración ilegal cubana a Estados Unidos, que llegó a un máximo de 30.000 balseros en 1994.

Su odisea se convirtió en una cruzada política para los exiliados cubanos de Miami, que movilizaron abogados y hasta realizaron huelgas de hambre para que los readmitan.

"Esto no debe ser visto como una victoria para Estados Unidos ni para Cuba. Nosotros simplemente queremos reunirnos con nuestras familias. Nada más," dijo Hernández.

Estados Unidos ofrece un trato preferencial a los inmigrantes cubanos, a quienes considera víctimas de represión en la isla.

Cuba, por su parte, acusa a Washington de estimular la emigración ilegal y alentarlos a arriesgar sus vidas en el Estrecho de la Florida.

El presidente Fidel Castro ha acusado a George W. Bush de querer romper un acuerdo migratorio de mediados de la década de 1990, según el cual Cuba se comprometió a frenar la inmigración y Estados Unidos ofreció a cambio 20.000 visas anuales.

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