sábado, mayo 27, 2006

LA INTOLERANCIA Y SUS AMIGOS

La intolerancia y sus amigos



Por Sebastián Casas Zúñiga y Manuel Echeverría E., San José *

El 8 de mayo suele ser un día en que los medios de comunicación alientan el imaginario costarricense y admiramos con "humildad" todas las cualidades de pueblo democrático, tolerante y pacifista como se supone que nos caracterizan.

Por desgracia, ese mismo día comprobaríamos —en la presentación del libro La libertad y sus enemigos, de Carlos Alberto Montaner, en la Librería Internacional de barrio Dent— que nos falta un largo camino para alcanzar esas virtudes, que muchos casi parecen afirmar como parte de la muy evolucionada genética política tica.

<--- Carlos Alberto Montaner

Esa tarde la Librería Internacional se convirtió en un mitin de intolerancia, falta de respeto y mensajes mesiánicos, gracias a la presencia pintoresca y siempre "opor- tuna" de algunos manifestantes. En medio de la charla y para mala suerte de los que estábamos interesados en oírla, estos hombres nuevos se dedicaron a utilizar su dialéctica revolucionaria para llamar al autor "terrorista, asesino, agente de la CIA, cobarde", para molestia de los presentes.

Injurias y calumnias. Cuando algunos miembros del público los cuestionamos y les solicitamos respeto, se escudaron en la libertad que tenían de vociferar su opinión. Hasta donde entendemos, de este lado de Venezuela la libertad individual termina donde empieza la de los demás y no se incluye en el paquete las injurias y calumnias.

También se nos informó que "en Cuba no existen disidentes" (aciertan, el régimen los ha dispersado por el mundo), y olvidaron agregar que esa nación es una dictadura y, desgraciadamente, la que se lleva el honor de ser la más extensa de la historia de Iberoamérica.
Para dicha de ellos esto es Costa Rica, y hasta los disidentes de la democracia tienen voz, ya que la mayoría de los ciudadanos creemos que la diversidad y tolerancia son pilares de la convivencia en sociedad. El costo es aguantar los abusos de unos pocos que no aprecian lo que tienen.

Necesidad de "informarnos". Una de las afirmaciones de estos señores y que quizás más duele fue el reto casi suicida a don Carlos a realizar esta actividad en la UCR. La misma institución donde un grupo de alumnos no dejó entrar a un candidato presidencial el año pasado, en la que el "no al TLC" es una consigna y donde se han ido perdiendo los espacios para discernir de lo que otros decidieron por uno sin consultar.

Como estudiantes de la Universidad, creemos que su nombre no se debería ensuciar para "adoctrinar", pero esa tarde quedó claro que en la mente de estos manifestantes eso es la enseñanza. Quizás, como ellos dicen, "necesitamos informarnos más"; se equivocan: con tan buenos "maestros" se aprende en solo una lección.

* Estudiantes universitarios, para La Nación.com (San José) / Mayo 27, 2006