domingo, mayo 21, 2006

LA LUCHA DEL PUEBLO CUBANO POR LA IMPLANTACIÓN DE UN GOBIERNO CIVIL

LA LUCHA DEL PUEBLO CUBANO POR LA IMPLANTACIÓN DE UN GOBIERNO CIVIL



Por Wilfredo Denie Valdés*
Revista Vitral
Revista Vitral No. 48
Año VIII
Marzo-Abril 2002
Pinar del Río
Cuba
Colaboración:
Paul Echaniz
E.U.
La Nueva Cuba
Mayo 20, 2002

Para referirnos a este acontecimiento, es necesario hacer un breve recuento para recordar a los primeros hombres que lucharon, llenos de fervor patriótico, para forjar una Nación libre e independiente, que en este año conmemoramos su Centenario, henchidos de fe y esperanza por un futuro mejor, como lo soñara nuestro Apóstol José Martí: "Con todos y para el bien de todos".

<-- El blogguista con el autor del artículo Lic. Wilfredo Denie Valdés durante la celebración del X Aniversario de la revista Vitral.

A principio de la tercera década del siglo XIX comenzaron a vislumbrarse en la Isla sentimientos de nacionalidad que sirvieron para poner de manifiesto los progresos que en el orden de las ideas y aspiraciones políticas había alcanzado el cubano. La precisión de notables pensadores como Félix Varela - el que nos enseñó primero a pensar -, de Gaspar Betancourt Cisneros, José Antonio Saco y José de la Luz y Caballero, ya como maestros, ya como discípulos aventajados comenzaron a regar la simiente regeneradora, concurriendo al fin común de que había sed de justicia y ansias de redención.

El pueblo cubano, tomando conciencia del cuadro de horror de la dominación española en la Isla, ofreció de buena voluntad en aras de su deber patriótico la vida de sus mejores hijos, comenzaron los preparativos para conquistar al precio que fuera necesario la libertad política y la justicia social, antes de resignarse a la ruina y a la muerte del martirio. Cuba había despertado.

Con el fracaso de las reformas de 1867 se reafirmó el régimen absolutista, produciéndose gran indignación en la Isla, dando paso a la Revolución iniciada por Carlos Manuel de Céspedes en La Demajagua, el 10 de Octubre de 1868.

Después del levantamiento del 10 de Octubre de 1868, se eligió entre los patriotas mambises una Asamblea Constituyente para dotar a la República en Armas de una Carta Magna. Esta fue la primera Constitución proclamada en Cuba y que tuvo vigencia y efecto legal en el territorio liberado y entre los insurrectos. Había nacido el orden Constitucional en Cuba.

El 10 de Abril de 1869, se reúne la Convención Constituyente en Camagüey, en el poblado de Guáimaro, en sesión secreta con el fin de redactar y aprobar la Constitución de la República Cubana en Armas. Esta Constitución constaba de 29 artículos. Creaba una República Parlamentaria con amplios poderes, incluso más que el Presidente. Se aceptó la bandera de Narciso López y se acordó que la de Carlos Manuel de Céspedes ondeara para siempre en el Parlamento cubano. Creó la Cámara de Representantes que sesionó en la manigua y eligió Presidente de la República de Cuba a Carlos Manuel de Céspedes.

Después de cruentas luchas en la manigua en 1877 diversas causas quebrantaron mucho a la Revolución, hallándose en decadencia. Céspedes, Agramonte, Mármol y Aguilera y otros jefes militares habían caído en la contienda. El Coronel Calixto García y el Presidente Tomás Estrada Palma habían sido prisioneros; el General Gómez no tenía mando militar, después que lo habían hecho renunciar al mando de Las Villas y el Brigadier Antonio Maceo se encontraba gravemente herido. Por otra parte, los cubanos en el extranjero estaban desalentados y empobrecidos.

Toda esta situación dio motivo a que el 28 de Marzo de 1878 el Gobierno aceptara el Pacto del Zanjón, poniendo fin a la Guerra de los Diez Años. En realidad, la firma del Convenio era una tregua que prepararía a los cubanos a una nueva etapa de lucha. Miles de Cubanos y españoles habían caído en la lucha. La riqueza de más de la mitad de la Isla había sido destruida.

El pueblo cubano estaba consciente que el único camino para dar solución a los graves problemas de la Cuba colonial era la lucha armada por la independencia. No obstante, no haber podido alcanzar la independencia al finalizar la Guerra grande, siempre estuvo presente en la mente de los

revolucionarios cubanos reiniciar la gesta libertadora.

Nuestro José Martí dedicó todos sus esfuerzos a la organización del movimiento independentista que estallaría en 1895. La fecha indicada de ese mismo año sería el 24 de Febrero. Una vez en Cuba los tres grandes de la guerra: José Martí, Máximo Gómez y Antonio Maceo, se reunieron el cinco de Mayo de 1895 en La Mejorana.

En la entrevista, aunque no hay documentos que puedan dar fe de lo tratado, se considera que allí se discutieron dos cuestiones básicas: la organización del gobierno independentista y la preparación lo antes posible de la Invasión a Occidente y otros asuntos como la proposición de Martí de crear un gobierno de carácter democrático, aunque no se llegó a un acuerdo en cuanto a la forma de gobierno a adoptar.

Después de la muerte de Martí el 19 de Mayo de 1895, siguió la lucha por la independencia. En correspondencia con los ideales martianos expresados en sus discursos políticos escritos y en la entrevista de La Mejorana, con el deseo de plasmar en una Constitución el espíritu y la legalidad de la República que soñó el Apóstol , se reúnen en una Convención Constituyente el día 16 de Septiembre de 1895 en los históricos campos de Jimaguayú.

Esta Constitución constaba de 24 artículos y establecía la organización general del Estado conferida a un Consejo de Gobierno formado por un Presidente, un Vice-Presidente y cuatro Secretarios de Estado: para la Guerra, Exterior, Interior y Hacienda. Se crea y organiza un Poder Judicial independiente. El establecimiento de un poder civil propugnado por Martí al principio, fue votada por 15 votos a favor y cinco en contra.

Ante la Revolución, extendida por la Invasión a toda la Isla, España envió cientos, de miles de soldados y a sus más famosos generales. En la encarnizada lucha, Martí y Maceo, dos de los tres conductores de la Guerra, como otros muchos viejos revolucionarios, murieron en el primero y segundo años de la Guerra, pero ésta continuó dirigida siempre por el Generalísimo Máximo Gómez.

El General Weyler, extremó sus medidas de guerra, dictó el bando de reconcentración de los campesinos a las poblaciones, muriendo de enfermedades y de hambre más de cien mil personas, entre ellos ancianos, mujeres y niños. Fue u verdadero genocidio que se difundió principalmente por toda la América. En medio de esta terrible situación surge por mandato de la anterior Constitución que establecía un plazo de dos años, si la guerra no terminaba antes, para redactar una nueva Carta Fundamental. Se firmó en La Yaya el 29 de Octubre de 1897. Fue la más completa y la última del período colonial. Constaba de 48 artículos y 5 Títulos que eran: Territorio y Ciudadanía, Derechos Individuales y políticos, Régimen y Gobierno de la República, Asamblea de Representantes o Parlamento y Disposiciones Generales.

Como podemos observar, las tres Constituciones adoptadas en la Isla en medio de las sangrientas guerras contra el colonialismo español, tuvieron el mismo corte de un Gobierno Civil, al decir de Martí: "Los sables cortan".

La Guerra Hispanoamericana

Al estallar la Guerra de Independencia en 1895, tanto los cubanos como los españoles ansiosos de saber qué actitud adoptarían los Estados Unidos. El presidente de la vecina república Grover Cleveland, se limitó a manifestar desde el principio que el gobierno norteamericano permanecería apartado del conflicto. Sin embargo, el pueblo y los periódicos, influidos por los emigrados cubanos, comenzaron a manifestar vivas simpatías por los revolucionarios a medida que la guerra se prolongaba. Por tal motivo y teniendo en cuenta los daños que sufrían las propiedades y el comercio norteamericano en la isla, en Abril de 1896, el presidente Cleveland ofreció su mediación a España para terminar el conflicto, la cual fue rechazada por el gobierno español.

En Marzo de 1897 a Cleveland le sucedió en la presidencia William Mac Kinley y la actitud de los Estados Unidos cambió muy pronto al conocer las noticias que publicaba la prensa, acerca de la crueldad con que el general Weyler dirigía la guerra, y de la mortandad horrible de ancianos, mujeres y niños a causa del bando de reconcentración. El Congreso norteamericano, arrastrado por la opinión popular, se inclinaba cada vez más a adoptar medidas favorables a la intervención de los Estados Unidos en la lucha para asegurar la independencia de la Isla.

En Enero de 1898, por los disturbios que se originaron en La Habana al asaltar los grupos armados los talleres de algunos periódicos que combatían a Weyler con dureza, fueron causa de que el gobierno de los Estados Unidos enviase a La Habana el barco de guerra "Maine". Esto se consideró por parte de la opinión como una amenaza que irritó a los españoles y alentó a los cubanos partidarios de la independencia.

La exitación del pueblo norteamericano, que ya era muy grande, aumentó enormemente al conocer el 15 de Febrero de 1898 la explosión del crucero "Maine", donde casi todos sus tripulantes murieron y otros quedaron heridos.

La situación llegó a ser extrema, cuando el 11 de Abril el presidente Mc Kinley se dirigió al Congreso, indicándole la necesidad de imponer por la fuerza la pacificación de Cuba. El 19 de Abril, se aprobó una resolución de las dos ramas del Congreso en la cual declaraba: " que el pueblo de cuba es, y de derecho debe ser libre e independiente", que España debía renunciar inmediatamente a su soberanía en la Isla, que el Presidente podía usar las fuerzas de los Estados Unidos para llevar a efecto dicha resolución, y " que los Estados Unidos no tenían intención ni deseo de ejercitar en Cuba soberanía, jurisdicción o dominio para la pacificación de la Isla", y afirmaba su determinación, cuando ésta se hubiera conseguido, de "dejar el Gobierno y dominio de Cuba a su propio pueblo". El presidente firmó esa resolución, y al siguiente día se consideraban en guerra con España.

El 22 de Abril los barcos de guerra de los Estados Unidos aparecieron frente a La Habana y quedó establecido el bloqueo de la Isla, mientras el ejército norteamericano se preparaba para desembarcar en Oriente y atacar a Santiago de Cuba.

El Gobierno norteamericano se puso en comunicación con el General Calixto García, Jefe del Departamento de Oriente para que los cubanos auxiliasen a los norteamericanos en sus operaciones contra los españoles. El General Calixto García, cumpliendo instrucciones del gobierno de la Revolución se puso al frente de 5,000 soldados cubanos para ayudar a los norteamericanos que desembarcaron con 15,000 hombres el 21 de Junio, con el propósito de avanzar sobre Santiago.

Después de rudos combates, Santiago de Cuba se rindió el 16 de Julio y cinco días después el gobierno español pidió paz. El 12 de Agosto se firmaron los preliminares de ésta y al día siguiente se suspendieron las hostilidades. España se vio obligada a cesar la lucha, a renunciar a su soberanía en la Isla y a evacuarla totalmente para el 1º de Enero de 1899. Este acuerdo comenzó a cumplirse inmediatamente , y las tropas españolas fueron abandonando los pueblos, los cuales iban siendo ocupados en su mayoría por las tropas cubanas en medio del regocijo popular.

El 1º de Enero, a las 12 del día, según lo convenido, el general español Adolfo Jiménez Castellano hizo entrega del mando de la Isla al general norteamericano John Brooke. La dominación de España había durado en Cuba trescientos ochenta y ocho años.

El General Brooke se ocupó inmediatamente en organizar el gobierno militar y civil de la Isla. Se nombraron gobernadores civiles para las provincias y en el mes de Abril se creó el Tribunal Supremo. El país había salido de la guerra totalmente arrasado. En los campos no había una sola casa en pie. La miseria era general y el estado sanitario verdaderamente horrible.

Los campesinos se dedicaron a levantar sus hogares destruidos y a cultivar la tierra. Comenzaron a distribuirse medicinas y alimentos en todo el país.

A pesar de lo enconado de la guerra, la paz y la concordia entre cubanos comenzó a establecerse rápidamente, contribuyendo mucho a ello el General Máximo Gómez con una proclama, y los principales jefes de la Revolución con su ejemplo.

A los pocos meses, la paz y la seguridad se habían establecido con firmeza en las ciudades y los campos. El pueblo cubano se aplicaba con toda su energía a reconstruír el país, sin odios ni rencores y sólo ansiaba el momento de ver la Patria enteramente libre.

El General Brooke fue sustituido en el gobierno de Cuba por el General Leonardo Wood, quien tomó posesión el 20 de Diciembre de 1899. En medio de los grandes adelantos que realizaba el país, los cubanos estaban ansiosos, en espera del momento en que se estableciese la República y la Isla quedase independiente. El 25 de Julio de 1900, se firmó un decreto convocando a elecciones para elegir delegados a una Convención Constituyente, encargada de redactar una Constitución para la República.

Las celebraciones se efectuaron y la Convención se abrió el 5 de Noviembre de 1900, designándose Presidente de la misma al Doctor Domingo Méndez Capote. El 21 de Febrero de 1901 quedó redactada la Constitución, firmándose los dos ejemplares de la misma.

La Convención inició el estudio de las relaciones que debían existir entre Cuba y los Estados Unidos, recibiéndose entonces una indicación del gobierno norteamericano, sobre cuáles debían ser - a su juicio - las relaciones citadas. La Convención discutió y vaciló antes de aceptar las condiciones del gobierno de Norteamérica, que, en opinión de algunos de los delegados restringían la soberanía del pueblo cubano en contra de lo acordado en la resolución conjunta del congreso de los Estados Unidos el 19 de Abril de 1898.

Se enviaron comisiones a Washington y cuando los convencionales se convencieron de que la aceptación de las condiciones indicadas eran indispensables para el establecimiento, la aceptaron por mayoría de 16 votos contra 11, el 12 de Junio de 1901, agregándose a la Constitución en forma de apéndice, dichas indicaciones.

Después de aprobada la Constitución y aceptado el apéndice, se redactó también una ley electoral. Con arreglo a la misma, se efectuaron nuevas elecciones municipales y el 31 de Diciembre de 1901, las de Representantes, Senadores, Gobernadores Provinciales, y Presidente y Vicepresidente de la república.

La candidatura del General Tomás estrada Palma fue apoyada por el General Máximo Gómez, llevando de Vicepresidente a Luis Estévez Romero.

El regocijo popular era extraordinario. El día 16 se obsequió con un banquete de despedida al Ejército norteamericano en el Teatro Nacional.

Muy poco faltaba ya para que los cubanos viesen realizadas sus aspiraciones para que Cuba fuera una República soberana e independiente, para que ondeara triunfante en el Morro la bandera de la estrella solitaria, pues ya se había fijado el 20 de Mayo para el cambio de poderes. Llegado este día, que señala el triunfo definitivo de los cubanos, la alegría era desbordante. Fue el momento más emocionante de nuestra historia.

Las fuerzas americanas y cubanas se situaron desde temprano frente al Palacio de la Plaza de Armas, con sus respectivas bandas de música. Poco después de las once llegó a Palacio el Presidente electo, acompañado de los Secretarios de su Gabinete . Siendo cortesmente recibido por el General Wood y sus Secretarios de Despacho. En sencillo acto se realizó la ceremonia del cambio de poderes. Se reunieron el General Wood con su Estado Mayor y Secretarios, el Presidente y el Vicepresidente con el Gabinete, el Cuerpo Consular, Senadores y Representantes, el Tribunal Supremo y las más altas personalidades de todos los sectores del país. Faltando cinco minutos para las doce se dio comienzo a la ceremonia con la lectura de sendos discursos por el General Wood y el Presidente Tomás Estrada Palma, en relación con el trascendente acontecimiento en el que ambos desempeñaron papel principal, concluyendo con el juramento del Presidente y Vicepresidente y Secretarios ante el Presidente del Tribunal Supremo.

Estrada Palma, en su corta exposición dirigida a Wood, por la cual se dio por enterado oficialmente que Isla de Pinos, como acababa de manifestar el Gobernador, quedaba bajo la jurisdicción de Cuba.

El cambio de bandera se efectuó en el momento en que se producía en Palacio la ceremonia. Minutos después el Presidente de la República requerido por el del Tribunal Supremo de Justicia, prometió por su honor desempeñar fielmente su cargo, cumpliendo y haciendo cumplir la Constitución y las leyes del país. Estos actos, en los que no podía faltar una honda emoción, estuvieron acompañados del entusiasmo delirante de las muchedumbres que en los distintos lugares de la capital de la Isla participaban de la alegría de un hecho glorioso. Las mujeres y los hombres que participaron en el izamiento de la bandera tricolor con la estrella solitaria aplaudieron y lloraron: sus vítores y lágrimas resumían los anhelos y sacrificios de varios generaciones de patriotas, que habían perecido en la demanda heroica y otros eran actores y testigos del grande acontecimiento que a todos conmovía.

El hecho de que en los edificios públicos ondease la bandera de mil batallas, mucho más que una trasmisión de poderes: simbolizaba el advenimiento de Cuba a la soberanía internacional. Cuba iniciaba su vida independiente, conquistada a costa de mucha sangre y muchas lágrimas, llena de grandes, alentadoras y risueñas esperanzas.

Al quedar constituida la República, el país se reponía con rapidez de los quebrantos de la guerra, mayoreaba el orden y la paz , y comenzaba a desarrollarse la agricultura, la industria y el comercio.

El Congreso estaba formado por Senadores y Representantes bien reputados. La Nación había nacido con los tres poderes del Estado: el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial que funcionaban con autonomía propia. Se respetaba la libertad de imprenta y la libre expresión de pensamiento, única forma de exigir a los gobernantes el cumplimiento pleno de la ley, implícito en la Constitución de 1901.

El 20 de Mayo de 1902 constituye la fecha más significativa en la historia de nuestro país, por ser escogido este día para ser izada nuestra enseña nacional bajo el grito de ¡VIVA CUBA LIBRE!

El 20 de Mayo fue declarado día de fiesta nacional por ley del Congreso, sancionada por el Presidente de la República el 18 de Marzo de 1903. La Constitución de l940 establece en su artículo 67 a tenor de lo cual se dictó el Decreto Nº 3530 de 21 de Noviembre de 1940 por el cual se le reconoce a este día el carácter de fiesta nacional. Esta gloriosa fecha estuvo vigente hasta el año 1959.

Bibliografía:
1.-Guerra Sánchez, Ramiro. Historia de Cuba. Printed by S.A. la Habana.1922.
2.-S. Santovenia, Emeterio. Un día como hoy. Editorial Trópico. La Habana. 1946.
3.-Sánchez González, Aurelio y Lebredo Jorge, Gerardo. Conmemoraciones Escolares. La Habana. 1947.



*Wilfredo Denie Valdés. San Luis, Pinar del Río. Cuba.
Licenciado en Historia. Fue historiador de la ciudad de Pinar del Río durante muchos años.