martes, junio 20, 2006

UNA PESADILLA EN LA HABANA || A NIGHTMARE IN HAVANA

Nota del Blogguista


La traducción se ha llevado a cabo automáticamente y en el texto original algunas palabras presentan caracteres alterados al trasladar el texto de una página Web al correo electónico.



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Carta Abierta de Paquito D´Rivera


Chicago, June 19-06

Mr. George Wein
President Festival Productions Inc.
P.O Box 1169 New York, NY 10023
Estimado George
Como goer regoular a tu festival del jazz de JVC por más de 25 añs (99 del tiempo apenas como parte de las audiencias), fui a ver a Juan Holland’s dieciocho años de la noche documental del “A en el  de Havanaâ€, sobre la visita mareada de Gillespie’s en segundo lugar (cuál estaba a la izquierda) la ciudad capital una vez hermosa de mi país empobrecido. Bien, debo decirte que mi segunda visita a la película algo mediocre fuera aún más engañosa que la primera. Principalmente porque este vez stoically permanecía hasta que el extremo, aguantando todas las singularidades, la hipocresía, el snobbishness e igualo tener que tolerar la presencia repugnante del más viejo dictador en este planeta, mezclada absurdo con ciertamente un representante enfermo-advised†del “†“del dearest†“†“con todo de una forma de arte que personifica el mismo concepto de la libertad artística y personal. It’s digno comentar que mientras que es mareado se presentaba orgulloso con Castro en su oficina lujosa, el gobierno cubano negó a mi hijo y a el suyo madre sus visas de la salida por el octavo año en una fila. (Me pregunto si el  del embargo†del “Yankee o los wingers ultra derechos de Miami es también culpar por esa violación flagrante de nuestros derechos humanos más básicos.) doloroso bastante, mareado, mi mentor y gran partidario de mi carrera del jazz, era bonito mucho enterado de las injusticias contra mi familia por el tiempo más largo. Algunas palabras de su boca al oído del tyrant habrían puesto probablemente a mi familia en el aeropuerto de JFK en una cuestión de días. Pero desafortunadamente, esas palabras mágicas nunca eran pronunciadas. Perdí mi unión. El resto es historia. Musicalmente el discurso, con todo el respecto debido, de esa película no es ningún reparto grande tampoco; y comentarios comparativos de Gillespie’s sobre un país que él didn’t conoce en todos, que era asombroso inexacto y superficial. Mi pregunta está tan: ¿el tener en la cantidad de la mano tanto de los funcionamientos masterful de Dizzy’s, cuáles es el punto en retratarlo en un ambiente tan embarazoso? el †“†“mareado en Cuba era comercialmente mismo rentable†“†“era la respuesta del cineasta Holanda. Que mi dinero, es injusto se aproveche de terror de la gente del cubano y de la carencia absoluta de la libertad del discurso. La comercialización nuestra miseria, es altamente cruel, el insultar, racista e irrespetuosa. Aunque a través de los años, los nombres (también) de muchos grandes artistas se han asociado a los dictadores y los delincuentes de diversos estilos, vemos raramente las imágenes de Herberto von Karajan, de Frank Sinatra, o de AgustÃn Lara al lado de los gustos de Hitler, Meyer Lansky o Francisco Franco. ¡No hay diferencia en el caso de Gillespie y Castro, puesto que no es ningún secreto que el comandante ganó a el suyo bien merece la reputación como gángster juvenil en sus días muy tempranos de la universidad! Por otra parte, mirando a los músicos cubanos en la cinta, el you’ll descubre fácilmente que una gran cantidad ahora están viviendo en diversos países alrededor del mundo, lejano del  del island†del “paradise que Sr. Gillespie describe en cámara fotográfica. Entre ellos Arturo Sandoval, que defección espectacular de ese viaje europeo, fue orquestrado por el empresario Charlie Fishman, sostenido por mareado sí mismo de Washingtonian, usando sus contactos en la casa blanca. ¡Está esto un conflicto de la credibilidad aquí, o qué?! Tomando todo el esto en consideración, está muy claro que insistir en distribuir esta película anticuada, es engañoso para nuestras audiencias del jazz; y el uso de una figura carismática y prestigiosa como Gillespie mareado de promover a una sociedad tan asquerosa es irresponsable, inmoral y venenoso para nuestros jóvenes. Puesto que el recorrido del can’t de los cubanos libremente por los 47 años largos pasados de la dictadura, muy pocos ventiladores del jazz de la isla podía atender a cualesquiera de tus acontecimientos de la música alrededor del mundo. Pero saben que todo este vez, tú no ha estado presentando nada sino el  de la crème de la crème†del  del †en esos acontecimientos, mi estimado George. ¿Apostamos tan que tienes opciones mejores que esa película crappy, don’t tú?
Sinceramente:
Paquito D´Rivera


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Chicago, June 19-06
Mr. George Wein
President Festival Productions Inc.
P.O Box 1169
New York, NY 10023

As a regular attendant to the JVC Jazz Festival for more than 25 years, I went to see John Holland’s documentary “A Night in Havana”, about Dizzy Gillespie’s second visit to the once beautiful capital city of my impoverished country in 1988.
Well, I must tell you that my second visit to the rather mediocre flick was even more deceptive than the first. Mainly because this time I stoically stayed till the end, enduring all the oddities, the hypocrisy, the snobbishness and even having to put up with the repugnant presence of the oldest dictator on this planet, absurdly mixed with a certainly dearest —yet ill-advised— representative of an art form that epitomizes the very concept of artistic and personal freedom.
It’s worth-remarking that while Dizzy was proudly posing with Castro at his luxurious office, the Cuban government denied my son and his mother their exit visas for the eighth year in a row. Painfully enough, Dizzy, my mentor and great supporter of my Jazz career, was pretty much aware of the injustices against my family for the longest time. A few words from his mouth to the ear of the tyrant would probably have put my family in the JFK airport in a matter of days. But unfortunately, those magical words were never pronounced. I lost my marriage. The rest is history.
Musically speaking, that movie is no big deal either; and Gillespie’s comparative commentaries about a country he didn’t know at all, were inaccurate and superficial. So, having on hand so much footage of Dizzy’s masterful performances, why portraying him in such an embarrassing environment? "Dizzy in Cuba was commercially very profitable," answered filmmaker Holland. For my money, marketing our misery is cruel, racist and disrespectful.
On the other hand, a great number of the Cuban musicians on tape are now living far away from the “paradise island” that Mr. Gillespie describes on camera. Among them Arturo Sandoval, whose spectacular defection from that European tour, was backed up by Dizzy himself, using his contacts at the Reagan’s White House.
In my opinion, to insist in distributing this outdated film is misleading, and the use of a charismatic and prestigious figure like Dizzy Gillespie to promote such a foul society is irresponsible, immoral and poisonous for our youngsters.
From 1960, the George Wein Jazz organization have been presenting nothing but ”la crème de la crème” on their events. So I bet they have better choices than that crappy flick, don’t they?

Sinceramente

Paquito D'Rivera


* NEA Jazz Master, awarded the 2006 National Medal of the Arts / June 21, 2006