EL SECRETO DEL QUINTO PLENO DEL COMITE CENTRAL
EL SECRETO DEL QUINTO PLENO DEL COMITE CENTRAL
Aleaga Pesant
La Habana
Cubanet
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José F. Sánchez
Jefe de Buró
Cuba
Dept. de Investigaciones
La Nueva Cuba
Julio 16, 2006
El cosmos sectario, secreto y conspirativo de las estructuras comunistas cubanas, se ha expresado nuevamente con la celebración de su Quinto Pleno del Comité Central, el pasado primero de julio.
El colmo de la discreción radica en que del más importante evento de la organización comunista, después del congreso, la opinión publica nacional e internacional no haya conocido previamente ni el más ligero de sus datos. Además, se demoraron en informar sobre el evento más de tres días.
La tradición indica que el cubano nunca conoció con antelación sobre la realización de este tipo de reuniones, y mucho menos sobre las agendas de discusión; pero en las especiales circunstancias en que se celebró el Quinto Pleno, lo clandestino de la reunión encierra más enigmas que respuestas. Sobre todo, ante los retos que enfrenta la nación y el mismo Partido Comunista, de cara a la construcción democrática que está en el horizonte visible.
La ausencia de un congreso que defina estratégicamente políticas para el futuro de la isla, los cambios de varios ministros y primeros secretarios del partido en provincia, la reincorporación y aumento del aparato burocrático de la organización, la ausencia de nombramiento de dos ministros, la expulsión y encarcelamiento de uno de los miembros del Buró Político en los últimos días, los constantes enfrentamientos verbales ante los medios de prensa entre los hermanos Castro, relativos a quién será el sucesor, son sólo algunos puntos de vista sobre la importancia del cónclave, del cual la prensa sólo presentó una muy breve reseña oficial.
El resumen estaba dedicado a subrayar dos puntos del discurso del ministro de las Fuerzas Armadas el 14 de junio pasado durante una ceremonia militar.
Raúl Castro y sus seguidores, reza el primer punto, conformados por los altos mandos militares que comandan tropas y el grupo de generales y coroneles que desde hace varios años asumen la dirección de importantes empresas y ministerios, en unión de la burocracia del partido dirigida por los conservadores que preside Machado Ventura, son los que deben instalarse en la dirección del gobierno cuando el Comandante "se haya ido del parque".
El segundo punto recuerda que se mantendrán la represión contra los demócratas, liberales y otras fuerzas del cambio en todos los estratos de la sociedad. El fin es el de mantener el diseño de sucesión, sin transición, que todavía aparece inexacto a los analistas, investigadores y al sencillo ciudadano. Ante todo, por el grupo de fuerzas que de manera clandestina se mueven a la sombra del poder en el escenario político nacional.
Sin embargo, más allá de esa lectura lineal y coloreada en tonos pastel que describe la nota oficial, se esconden interrogantes definitorias, donde el reabierto secretariado del Comité Central, liderado por dos duros como Machado Ventura y Esteban Lazo, está arropado por una generación de políticos más jóvenes (todos mayores de cuarenta y cinco años) que provienen del más rancio abolengo burocrático.
Lazo Hernández es el cuarto hombre en la estructura jerárquica del secretariado, miembro, además, del Buró Político. En los últimos tiempos está ocupado en su nuevo papel de canciller del partido y no asistió al pleno por encontrarse de gira por varios países asiáticos.
Con la salvedad de Lazo Hernández, los cubanos negros están en franca desventaja en el "buró", luego que Juan Carlos Robinson Agramonte fuera expulsado de todas las instancias comunistas, sometido a juicio sumario y condenado a doce años de privación de libertad, sin que se diera a conocer ni antes ni después el delito en el que incurrió ni quiénes participaron en el denominado "tráfico de influencias".
En el tipo de fechoría del que se acusó a Robinson Agramonte participa por lo general más de un individuo, y es improbable que la culpa caiga en una sola persona, por lo que la solución que se le dio al conflicto legal fue ideal, sobre todo porque no se quiere llegar ni a la verdad ni a la justicia.
Partiendo de ese criterio, no es desechable la idea de que Machado Ventura sacrificó uno de sus peones con tal de obtener un silencioso control del secretariado, que como reza el Granma, será el encargado de organizar y asegurar la ejecución y cumplimiento de sus acuerdos; pero además, y esto es lo más importante, será el encargado de aplicar la política de cuadros (renovación de lideres) tanto en el partido como en la sociedad.
Esto último se puede entender como el control de las promociones y rechazos de los dirigentes dentro del partido y del gobierno. A todas luces una plaza muy codiciada en las organizaciones totalitarias.
Con este dominio sobre el aparato burocrático del segmento conservador del Partido Comunista es probable que se rompa el equilibrio que impedía el nombramiento de los suplentes de los ministros muertos el año pasado, y permita otros reajustes de fuerza dentro de la élite del gobierno.
La contienda es tan profunda y el poder de los conservadores es tan sólido que los militares se quedaron sin participar en el reparto del secretariado , organización donde habían estado antes. Y además, en una clara concesión a Raúl Castro, le fue perdonada la vida política al ex ministro de la Industria Básica Marcos Portal , al que se le permitió mantenerse como miembro del Comité Central y como diputado.
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