jueves, julio 27, 2006

HOSTIGAN A FAMILIARES DE PRISIONERO DE CONCIENCIA DESPUES DE VISITA

HOSTIGAN A FAMILIARES DE PRISIONERO DE CONCIENCIA DESPUES DE VISITA

Oscar Sánchez Madan
Matanzas
Cubanet
Distribuye:
Paul Echániz
La Nueva Cuba
Julio 26, 2006


Familiares del prisionero de conciencia Ariel Sigler Amaya, presidente del Movimiento Independiente Opción Alternativa, sancionado a 20 años de cárcel durante la primavera de 2003, fueron hostigados por decenas de militares castristas cuando se disponían a abandonar la prisión villaclarena de Guamajal, luego de concluida la visita reglamentaria el pasado 17 de julio.

Gloria Amaya González, madre del confinado, dijo que los gendarmes la sometieron por la fuerza a un minucioso registro corporal a pesar de sus 78 años de edad, con el objetivo de hallar una pequeña cámara fotográfica que ellos utilizaron durante el encuentro familiar en el que se tomaron fotos junto al encarcelado.

"Yo me encontraba sentada en mi silla de ruedas, porque soy una mujer inválida y no puedo caminar, cuando tres mujeres uniformadas, de forma violenta, introdujeron sus manos por debajo de mis ropas, y buscaron hasta en las partes más íntimas de mi cuerpo. Eso es un abuso y una indecencia", aseguró la fuente.

La anciana subrayó que a su hijo Juan Francisco Sigler, de 55 años de edad, y a su nieto Gulliver, de 32, los despojaron de todas sus ropas, incluyendo zapatos y calcetines. "Para ello fueron movilizados una treintena de esbirros de la policía nacional y del departamento de la Seguridad del Estado, quienes dirigidos por un coronel que se identificó como el jefe del ministerio del interior en la provincia, nos trasladaban de una oficina a otra gritándonos, empujándonos y amenazándonos con golpearnos", enfatizó.

Asimismo indicó Gloria Amaya que sus familiares exigieron con determinación que se les respetara el derecho a tomarse fotos con el prisionero, derecho que, según dijo, ejercen libremente cinco espías castristas que guardan prisión en los Estados Unidos.

La señora Amaya, finalmente aseveró que luego de dos horas de fuerte discusión el mencionado coronel reconoció que es un derecho de los familiares tomarse fotos con los prisioneros, y ordenó devolverle la cámara fotográfica que había sido por ellos ocupada.