sábado, agosto 05, 2006

EL MIEDO Y LA TENSIÓN SE APODERAN DE CUBA

El miedo y la tensión se apoderan de Cuba



Por Joaquim Utset
El Nuevo Herald


A Raúl Rodríguez le quedaban apenas cuatro días de sus dos semanas de estancia en la localidad cubana de Jagüey Grande, en Matanzas, cuando el mundo a su alrededor cambió.

Fidel Castro cedió el poder a su hermano Raúl, y el país pasó a vivir una atmósfera de ''tensión'' y ''miedo'', narró Rodríguez ayer a su llegada al Aeropuerto Internacional de Miami (MIA) en el vuelo charter de Gulfstream procedente de La Habana que llegó a las 4:30 p.m. con 85 pasajeros que vivieron junto a sus compatriotas en la isla los primeros tres días sin Fidel Castro en el poder.

''Hay un miedo total'', relató Rodríguez, de 44 años, quien reside en Miami y se encontraba en Cuba de visita familiar. ''Han dicho que el primero que se mueva, le caen encima, así que todo el mundo se calla y sólo habla con mucho cuidado'', agregó.

Rodríguez notó un cambio completo en el ambiente cuando el lunes se empezó a enterar por el anuncio en la televisión cubana de que Castro cedía provisionalmente el poder a su hermano Raúl debido a una delicada intervención quirúrgica.

''De golpe se notó una tensión total y se empezaron a desatar los rumores'', explicó. ''La gente no sabe exactamente lo que ha sucedido y tiene que leer entre líneas'', agregó.

Angel Alcalá aguardaba impaciente, en la sala de espera de la salida de internacionales del pasillo F, a un grupo de familiares que el domingo llegaron a La Habana y, tras el anuncio de Castro, se pasaron los dos días siguientes buscando la manera de adelantar su regreso.

''Ya les advertí que tenía un mal presentimiento de que algo iba a suceder'', agregó.

Cuando el grupo finalmente apareció, los que les esperaban se fundieron en un abrazo con ellos. Los que regresaban se limitaron a decir que todo estaba normal en Cuba, pero un familiar de 65 años que venía con ellos de visita accedió a comentar con la condición de que se le preservara su identidad porque debe volver a Cuba.

''Ahora sí que metimos a un loco de verdad'', dijo. ''Tiene a media Cuba movilizada, sin darles de comer, para vigilar a la otra mitad. Algunos dicen que todo es simplemente un truco para ver cómo actúa el pueblo'', agregó.

Tanto Rodríguez como otros dos viajeros coincidieron en que se notó una mayor, aunque discreta, presencia policial en las calles, a lo que se ha sumado los actos de ''reafirmación revolucionaria'' y las exhortaciones en los medios oficiales a estar alerta ante la supuesta amenaza estadounidense.

''La gente tiene miedo de hablar, nadie se va a tirar a la calle'', observó Julio César, de 32 años, quien llegó para quedarse en Miami con unos parientes. A pesar de ello, no quiso ofrecer su apellido, por tener dos hijos en la isla.

Otros viajeros aseguraron que se respira ''tranquilidad'' a la espera de saber cuál es la evolución de Castro.

''Dicen que de aquí a tres o cuatro semanas dirán algo, que luego él va a regresar'', narró Lilia Tápanes, de 82 años, quien estuvo visitando a su hermana en Matanzas.

Una buena parte de los interpelados declinaron comentar u optaron por una escueta declaración.
''Todo está tranquilo'', se limitó a decir Yolaise García, quien llegó para reunirse con su esposo, Roberto, y empezar una vida juntos en el sur de la Florida. ''No tengas miedo'', le dijo Roberto, quien lleva ya un mes en Miami. ''Aquí ya se puede hablar'', agregó.