EL PALO DURÍSIMO
Nota del Blogguista
Este artículo es de un blog de Norberto Fuentes llamado Mi Leña al Fuego, ubicado en la versión digital del diario español El Mundo.
En este artículo se observa el orgullo y la satisfacción de Norberto Fuentes de haber sido una persona que estuvo en determinadas ocasiones al lado de Fidel y Raúl; también se siente la alegría que le proporciona la recuperación de su Comandante y su burlona ironía hacía muchos cubanos de Miami.
En dicho blog aparece el siguiente comentario.
¨EL AUTOR
Amigo íntimo del dictador durante años, vistió de verde junto al Comandante en numerosas ocasiones. Llegó a ser delegado del Gobierno antes de que su relación con Tony de la Guardia y Arnaldo Ochoa -implicados en un caso de narcotráfico- hiciera que Castro le retirase su confianza. Refugiado en Miami Fuentes escribió la 'Autobiografía de Fidel Castro', considerada una obra irrefutable sobre el dictador. ¨
Sobre quién fue realmente Norberto Fuentes en ese círculo ya ha escrito magistral y objetivamente la escritora Elizabeth Burgos, la cual lo ha descrito como un genuflexo cortesano; solamente diré que Pepín Naranjo sí fue amigo íntimo de Fidel Castro. Norberto Fuentes se habrá creido amigo íntimo del tirano, pero dudo que Fidel lo haya considerado así.
Con Raúl seguro Norberto tuvo una cercanía más cercana, dado que Raúl, qué si sabe bailar, es¨aficionado impenitente al vodka, el dominó y el choteo criollo ... ¨, cómo lo describió recientemente su exjefe de Despacho, Alcibiádes Hidalgo. Muy probablemente Norberto Fuentes se ha emborrachado con Raúl, cantando ¨Lagrimas Negras¨ y llorado juntos con el brazo de uno por encima del hombro del otro (siempre que no estuviera presente ¨Rompe Grupo ¨ ), pero de ahí, a ser amigo íntimo hace falta mucho más, y no me refiero a vodka, rones, o Chiva Regal, y más aún, para esos hermanos Castro adictos a leer gruesos expedientes secretos de las personas que le rodean.
Un último comentario;
Todavía dicen que Miami es intolerante !!
http://www.elmundo.es/elmundo/blogs/2006/milenaalfuego/index.html
El palo durísimo
13 de agosto.- Imaginad por un instante al Comandante en su lecho de enfermo. Con el gesto de una mano llama a Joseíto —el coronel José Delgado, jefe de su escolta— para que acerque al oído y solicitarle un parte de la situación. Joseíto informa.
Durante la última semana Raúl ha aparecido dos veces en televisión, ha firmado cinco decretos, ha participado en cuatro asambleas provinciales del Partido y ha hecho imprimir un cartel de él en uniforme y enarbolando un AK-47 cuyo lema reza: ¡Comandante Raúl, Ordene! Lo que ocurra en el segundo siguiente a tal escenario y, sobre todo, lo que ocurra con los huesitos de Raúl alineados sobre la banda elástica anterior a la máquina despalilladora, es algo muy claro para mí.
Estoy bromeando, como pueden suponer, aunque advierto que sólo es una broma de alcance parcial. Porque la gran duda que ha despertado el silencio de Raúl y que ya en Miami comienza a ser explicada como la amarga realidad de que los Castro los han engañado ¡otra vez!, encierra —ante la contundencia del análisis más simple— la verdad de que Fidel no solo está vivo sino que aún entiende que el poder le pertenece.
Yo no sé por qué aquí se ponen bravos si fueron ellos los que inventaron el muerto. Y la situación —me refiero al mutismo de La Habana— revela algo mucho más sustancioso: que Raúl está jugando su propio juego y no el que le imponga nadie. Y que está haciendo lo que siempre ha sabido hacer. Actuar desde las sombras.
¿Que Raúl no aparece? ¿Qué Joseíto no pueda escanciar las gravísimas noticias en los oídos de su jefe? Todo previsto. Todo pensado. Todo lógico. No obstante, y por si alguien se quiere llamar a engaños, el matutino 'Granma' publica el sábado que Fidel se ha levantado, que camina y que él mismo se está identificando como un caiguarán, uno de los árboles maderables más duros de Cuba, palo como dicen los campesinos cubanos. Y —¡atención!— uno de los que alcanza mayor longevidad.
Hoy Fidel cumple 80 años. Chávez debe estar a su lado en este momento. Raúl, de cañón está allí. Y la Doña Dalia y los muchachos. Gabo con toda probabilidad.
Alguien —calculo— debe estar diciendo que no lo obliguen al esfuerzo de apagar de un soplido 80 velitas. En medida que se avanza en la vida, los pulmones se resientes cada vez más. 80 años implican las exigencias de un esfuerzo de soplido monumental. Un cumpleaños suyo como siempre han sido. En la intimidad, con refresquitos y el quei —forma irreducible cubana de llamar a las tortas.
Y de paso se sacude de arriba los fastos que quisieron inventarle en la Fundación Guayasamín y la idea de llenarle la Plaza de la Revolución con todos los premios Nobel del mundo. 80 años de Fidel. En realidad se trata de una bicoca si se le compara con lo que aguanta un caiguarán. A lo mejor eso sirve de consuelo a muchos en este entorno.
No creo estar cometiendo una herejía de exageradas proporciones ni ser políticamente incorrecto si, al menos en un día como hoy, digo que disfruto sus combates aunque sea desde lejos.
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