NOTICIAS ADVERSAS. Alcibiades Hidalgo
Noticias adversas
Por Alcibiades Hidalgo
Nadie podría imaginar que Raúl Castro no sepa guardar secretos. Medio siglo de poder compartido --la sombra de su hermano mayor, es cierto; pero también de indudable poder-- lo llevaron a la mesa de negociaciones con Nikita Jruschov para instalar ojivas nucleares a vuelo de pájaro de la Florida, propiciaron la lectura de incómodos informes sobre los pingües ingresos de Juan Almeida por los derechos de autor de sus guarachas en la radio oficial o los muy oscuros expedientes del caso Ochoa-La Guardia, por sólo citar ejemplos evidentes. Raúl Castro es, por antonomasia, dueño de múltiples secretos de la Cuba que ahora intenta gobernar. Por ello, su indiscreción a viva voz sobre cómo se planeó minuciosamente el derribo de dos avionetas civiles el 24 de febrero de 1996, hecha pública esta semana, resulta más reveladora.
Quienes se interrogan sobre las diferencias entre los dos hermanos empeñados en la sucesión dinástica del comunismo cubano, tienen en este episodio un buen ejercicio comparativo. El anterior comandante en jefe evadió con astucia infinitos interrogatorios inquisitoriales, provocativos o cómplices --que de todo ha habido en medio siglo-- y jamás reveló intimidades más allá de lo conveniente. Como encantador de serpientes o peleando a la riposta, según fuera al caso frente a Herbert Mathews, Barbara Walters o Ignacio Ramonet, Fidel Castro hizo de su capacidad de mentir ante la prensa, impúdica y hasta convincentemente, una de sus artes políticas.
Tampoco es cosa de culpar a Raúl Castro de bajar la guardia en sus días de estreno en las botas de máximo líder. La grabación de marras anduvo a buen recaudo durante diez años y ha salido al aire en mal momento para el indiscreto general. Sin desmentido posible por las circunstancias de la infidencia y el tono y estilo inconfundibles del ''ministro'', la detallada explicación de cómo se preparó la muerte de cuatro personas, con claros propósitos políticos, es más importante como reveladora de una personalidad que como tardía evidencia de culpa.
La responsabilidad de ambos hermanos Castro en el derribo intencional y premeditado de las dos naves civiles de Hermanos al Rescate sobre aguas internacionales es obvia desde los sucesos del 24 de febrero de 1996. Fue entonces una jugada arriesgada, pero de múltiples beneficios: escarmiento para quienes se arriesgaron a semejante desafío, nueva vuelta de tuerca a la oposición interna que intentaba organizar un frente común y un portazo en las narices a la administración Clinton, proclive a acercamientos incompatibles con el poder de Fidel Castro.
El tenaz silencio que se ha apoderado de Cuba bajo Raúl Castro ha sido roto por un relato que demuestra desprecio por la vida e indudable capacidad para organizar la represión. En esta ocasión el segundo Castro se equivocó por partida doble: al ordenar un crimen y al comentarlo sin sonrojo. Mala noticia para el lecho de convaleciente donde su hermano mayor afirma que todavía espera por noticias adversas.
Ex jefe de despacho de Raúl Castro y ex diplomático de Cuba en la ONU
4 Comments:
Bien botadas las avionetas si solo llevaban mierda mercenaria adentro
Adelante Raúl con la Revolución y el Socialismo en Cuba!!!!
Hola, Si hay alguna manera de tener contacto con Alcibiades me encantaría que me lo dijeran. Yo soy cubano y llevo 12 años fuera. Mi mamá trabajada con él por muchos años, ya murió mientras yo estaba fuera de Cuba.
http://ernestourra.com/
info@ernestourra.com
Gracias
Alcibiades hipócrita,tú te aprovechaste de los 12 o más años que fuiste jefe al servicio de Castro,ahora vomitas que no,que ellos eran los malos y tu un santo.Eras la misma mierda hipócrita como otros que ahora quieren salvarse de ajustes de cuentas ...cobarde.
De acuerdo, por eso está escondido el muy cobarde.
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