CONMOCIÓN EN LA COMUNIDAD POR DESPIDOS DE PERIODISTAS || CONFLICTO DE INTERESES EN PAGOS A PERIODISTAS LOCALES
Conmoción en la comunidad por despidos de periodistas
Por Rui Ferreira
Este articulo lo van a leer en unas horas en el periódico impreso. Sé que se han estado preguntando si tengo algo que decir sobre todo este asunto. Este articulo, creo, habla por si solo.
RUI FERREIRA/El Nuevo Herald
El despido de dos reporteros y una colaboradora de El Nuevo Herald el jueves provocó una conmoción ayer en la comunidad exiliada --desde suscriptores hasta congresistas-- que inundó la redacción de El Nuevo Herald con llamadas telefónicas y mensajes electrónicos que tenían un elevado tono de crítica hacia la decisión de cesantear a los tres periodistas.
"Es cierto que no es sano que quien se ocupe de divulgar el acontecer de una sociedad, ente, institución, organización, reciba recursos de ésta o de su contrincante, adversario o enemigo. Pero ¿debe ser eso así en el caso de la lucha contra el gobierno cubano? No lo sé'', escribió el lector José Hernández en un mensaje electrónico.
En su opinión, "de acuerdo con esta visión del problema, ningún cubano o venezolano o colombiano que ejerciera como periodista acá debería escribir sobre lo que acontece en sus lugares de origen, ya que todos están en la edad ideal de recibir subsidios de esta sociedad. Colegios gratuitos para sus hijos, bibliotecas públicas, protección de sus derechos humanos y los beneficios que vienen de vivir en un país desarrollado".
"Periodistas agudos, profesionales e inteligentes, que ejercen su profesión dentro de un compromiso personal apegado a la moral cristiana y que, además, han dado nombre, imagen y realce a un medio, no se merecen un trato público tan deplorable. Eso pudiera ser cobarde'', concluyó Hernández.
La aplastante mayoría de los lectores que contactaron el periódico revelaron que contemplaban la posibilidad de suspender la suscripción de El Nuevo Herald al considerar que el despido de los tres periodistas de alguna manera favorece al gobierno cubano.
"Creo que esta muestra de complicidad con el gobierno comunista de Cuba les causará la pérdida de muchos lectores, entre los que me incluyo'', opinó en un fax el doctor José I. Acosta.
Los despidos también tuvieron resonancia en el Capitolio de la nación. "Es un asunto muy serio. Primero, porque los periodistas despedidos son muy respetados. Segundo, porque alegar que hay falta de profesionalismo y objetividad en Radio y TV Martí es incierto e injusto. Y tercero, porque existe la duda sobre si esto fue una petición del régimen cubano a la nueva empresa matriz del Herald", dijo a El Nuevo Herald el congresista republicano Lincoln Díaz-Balart.
El jueves, la gerencia de El Nuevo Herald, tras ser informada que el columnista Pablo Alfonso, el reportero Wilfredo Cancio y la colaboradora Olga Connor integraban una lista de pagos efectuados por la Oficina de Transmisiones Hacia Cuba --que controla a Radio y TV Martí--, decidió despedir a los dos primeros y poner término a la relación contractual con la tercera.
Según el director ejecutivo de The Miami Herald, Tom Fiedler, la gerencia de El Nuevo Herald fue informada de que los tres constaban en esa lista "tan pronto nos dimos cuenta".
La información le fue comunicada al director de El Nuevo Herald, Humberto Castelló, y a los tres involucrados se les pidió sólo un comentario sobre los pagos de la entidad del gobierno federal.
"El jueves, a las 2:15 p.m., recibí en mi oficina al editor de noticias locales de The Miami Herald, Manny García, quién me informó que, tras una investigación de dos años en Radio Martí, recibieron informaciones de que dos periodistas nuestros, Alfonso y Cancio, tenían programas en la emisora y recibían contribuciones del gobierno federal. Para mí fue primera noticia que ambos tuvieran una relación contractual con la emisora gubernamental, ya que ninguno de ellos me lo había informado", explicó Castelló.
Ante la noticia y la evidencia que "me fue mostrada, papel en mano, mi reacción fue de desconcierto. Le pedí a García un tiempo razonable para conversar con mis reporteros y darles mi opinión [a García y The Miami Herald] que me estaban cuestionando sobre el asunto. Antes de hablar con ellos [los reporteros], conversé con el editor general y presidente de The Miami Herald y El Nuevo Herald, Jesús Díaz, y la vicepresidenta de Recursos Humanos, Elissa Vanaver, para expresarles mi consternación y decirles que ambos [los reporteros] habían violado el código de ética de nuestro periódico. Nuestra decisión fue separarles inmediatamente de la empresa'', añadió Castelló.
Preguntado sobre cómo se sintió, en el fuero personal, con la decisión que hubo de tomar, teniendo en cuenta la estima que profesa hacia los dos reporteros, el director de El Nuevo Herald dijo que fue dolorosa.
"Sentí un gran dolor al tener que despedir a dos excelentes periodistas, honrados y probados, y que admitieron desconocer, ingenuamente, que hubiera un conflicto de interés al recibir un pago por sus contribuciones a Radio y TV Martí, con el interés principal de informar a los cubanos. Sin embargo, su desconocimiento de nuestra política interna, por olvido o ignorancia, en su afán de ayudar a la información de los cubanos, no los exime de haber violado nuestros códigos de ética", dijo.
Según Fiedler, la investigación del periódico a su cargo comenzó hace tiempo. "Hace dos años pedimos que nos dejaran tener acceso a toda esta documentación. Cuando llegó, sobre el 15 de agosto, tuvimos que confrontar datos de por lo menos los últimos cinco años. Las indicaciones en las hojas de papel no venían juntas, sino que aparecían en una hoja, después en otra, y hubo que cruzar todos esos datos. Cuando se descubrió los nombres de gente de El Nuevo Herald, se le comunicó de inmediato", explicó Fiedler.
Según el director ejecutivo de The Miami Herald, el reportaje de ayer firmado por el reportero Oscar Corral es parte "de una más amplia investigación sobre cómo se gastan fondos federales en programa dirigidos a Cuba", incluyendo los entregados a entidades del exilio cubano.
Cuestionado sobre si hubo una intención premeditada para perjudicar a El Nuevo Herald con la publicación del reportaje en cuestión, como han sugerido cartas, mensajes de lectores y comentarios recogidos en emisoras radiales, Fiedler dijo: "No entiendo la pregunta. Si en ese listado apareciera alguien de nuestra redacción, hubiéramos publicado eso. La cuestión es que nuestro código de ética [de The Miami Herald Media Company] establece claramente que no se puede recibir ninguna remuneración de alguien o algo sobre lo cual se escribe", declaró.
Pero para Phil Peters, el vicepresidente y director del programa sobre Cuba del Lexington Institute, un centro de análisis en Arlington, Virginia, hay que considerar otras aristas. "Por el artículo en cuestión me he quedado sin saber qué es lo que exactamente ellos hicieron [en Radio y TV Martí], no se explica bien eso. Pero yo no veo nada malo en que Radio Martí le pague a alguien por su tiempo, digamos una vez a la semana, para que vaya a la emisora a dar sus opiniones", dijo Peters, quien en el pasado ha criticado a la emisora gubernamental estadounidense.
En general, Peters lamentó los despidos. "Es penoso porque son dos tremendos periodistas, de los mejores que hay cubriendo el tema de Cuba. Pero también entiendo que los editores del periódico puedan tener problemas con eso", añadió.
A los nombres de los tres periodistas de El Nuevo Herald, el reportaje de The Miami Herald añadió otros siete. Entre ellos el de Omar Claro, un reportero de deportes de Univision-Canal 23. Ayer, al informar sobre este asunto en el noticiero de las 6 p.m., el presentador Guillermo Benítez dijo, escuetamente, que "en lo que a nuestra estación respecta, la gerencia está analizando la situación para tomar la decisión correspondiente".
El reportero Joaquim Utset contribuyó a esta información.
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Por Oscar Corral
The Miami Herald
Al menos 10 influyentes periodistas del sur de la Florida, entre ellos tres de El Nuevo Herald, recibieron con regularidad pagos del gobierno federal por comparecer en programas de radio y televisión en Radio y TV Martí, dos medios cuyo fin es socavar el gobierno comunista de Fidel Castro. Los pagos totalizaron miles de dólares durante varios años.
Los dos que más pagos recibieron fueron reporteros veteranos y una colaboradora de El Nuevo Herald, publicado por la matriz corporativa de The Miami Herald.
Pablo Alfonso, quien reporta sobre Cuba y escribe una columna de opinión, recibió casi $175,000 desde el 2001 por conducir programas en Radio y TV Martí.
La reportera independiente de El Nuevo Olga Connor recibió unos $71,000, y el reportero Wilfredo Cancio Isla, quien cubre temas relacionados con la comunidad exiliada y políticos, recibió casi $15,000 en los últimos cinco años.
Alfonso y Cancio fueron despedidos inmediatamente después de que The Miami Herald cuestionó a los editores del diario en español sobre esos pagos.
La relación de Connor con el rotativo como reportera fue terminada también.
Alfonso y Cancio no quisieron hacer comentarios.
No se pudo contactar a Connor para escuchar los suyos.
Jesús Díaz Jr., presidente y editor de The Miami Herald Media Co., que también supervisa las operaciones de El Nuevo Herald, se manifestó decepcionado y declaró que esos pagos recibidos violaron ''la sagrada confianza'' entre los periodistas y el público.
''Ni siquiera la apariencia de que la objetividad o integridad de alguien pueda haberse visto comprometida se puede tolerar en nuestro trabajo'', comentó Díaz. ``Personalmente, no creo que podamos garantizar la objetividad ni integridad si alguno de nuestros reporteros o reporteras reciben compensación monetaria de cualquier entidad que hayan cubierto, pero especialmente si se trata de una agencia de gobierno''.
Otros reporteros que recibieron pagos de la Oficina de Transmisiones hacia Cuba, que opera Radio y TV Martí son: Helen Aguirre Ferré, editora de la página de opiniones del Diario Las Américas; el columnista y reportero Ariel Remos; Miguel Cossío, director de noticias del Canal 41; y el columnista sindicado Carlos Alberto Montaner, cuyas opiniones se publican en El Nuevo Herald y en The Miami Herald.
Radio y TV Martí son programas del gobierno de EEUU y creados para promover la democracia y libertad en Cuba.
Su programación no puede transmitirse dentro de EEUU debido a leyes contra la propagandísticas.
Este año, Radio y TV Martí han recibido $37 millones.
Los pagos fueron descubiertos en documentos obtenidos recientemente por The Miami Herald tras una solicitud, el 15 de agosto, amparada en la Ley de Libertad de Información.
Pedro Roig, director de la Oficina de Transmisiones hacia Cuba desde el 2003, declaró que ha tratado de mejorar la calidad de las noticias, entre otras cosas, contratando a más periodistas exiliados cubanos.
Según Roig, es la responsabilidad de cada uno adherirse a su propia ética y sus normas.
''Los consideramos buenos periodistas, y los que se formaron dentro de ese sistema y salieron de Cuba, se adaptaron y les fue bien'', señaló Roig. ``En realidad, me siento muy satisfecho''.
Expertos en ética periodística consideraron que los pagos mencionados son un conflicto fundamental de intereses.
Esas violaciones horadan la credibilidad de los reporteros para cubrir objetivamente cuestiones claves que afectan la política de EEUU hacia Cuba, consideraron.
Iván Román, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Periodistas Hispanos, declaró que los pagos de TV y Radio Martí plantean un claro conflicto de intereses para los periodistas.
''Definitivamente, esa línea no la deben cruzar los periodistas'', subrayó Román, ex periodista de El Nuevo Herald. ``Es obvio que el medio tiene una agenda específica. Si ellos cubren asuntos cubanos, se puede percibir un conflicto''.
Humberto Castelló, director ejecutivo de El Nuevo Herald, declaró que no estaba al tanto de que el gobierno federal les estuviera pagando a los tres periodistas.
''Lamento mucho que ellos no me hayan informado'', aseguró Castelló. ``Discutimos la situación con ellos y fueron cesanteados de inmediato''.
Los periodistas mencionados se cuentan entre los más populares del sur de la Florida, y muchos reportaban para sus organizaciones respectivas sobre asuntos relacionados con Radio y TV Martí.
Juan Manuel Cao, un reportero del Canal 41 que recibió $11,400 de TV Martí este año, fue noticia en julio cuando confrontó a Fidel Castro en Argentina, presionando al gobernante cubano para que explicara por qué su gobierno no le ha permitido a la conocida médico y disidente Hilda Molina que salga de la isla para visitar a su hijo en Argentina.
Durante la discusión, Castro le preguntó abiertamente a Cao si alguien le estaba pagando para que hiciera esa pregunta.
El gobierno cubano ha repetido por mucho tiempo que algunos periodistas de medios en español del sur de la Florida reciben pagos del gobierno federal de EEUU.
''No hay nada sospechoso en esto'', aseguró Cao. ``Yo lo haría de gratis. Pero las regulaciones no lo permiten. Cobro simbólicamente, por debajo de los precios de mercado''.
Ferré, editora de la página de opiniones del Diario Las Américas, recibió $4,325 entre el 2001 y el 2005. Subrayó que esos pagos no comprometieron su integridad periodística. Le pagaron por comparecer en programas de TV Martí, y amplió que nunca limitaron su punto de vista.
''A los invitados se les paga por el tiempo que emplean para salir en el programa'', explicó.
Expertos en ética indicaron que es común la compensación a periodistas por parte de otros organismos de información, pero no por el gobierno, basado en los principios de la Primera Enmienda, que respaldan una prensa independiente.
''Este es un caso obvio, para libros de texto'', declaró Jon Roosenraad, profesor de Periodismo de la Universidad de la Florida.
'Es exactamente como si un reportero de negocios trabajara también a tiempo parcial como agente [de relaciones públicas] para una compañía local en sus horas extra, y que regresara a su periódico al día siguiente y escribiera sobre `su' compañía'', agregó.
Los pagos totales desde el 2001 abarcan desde $1,550 a Ninoska Pérez-Castellón, locutora de Radio Mambí, hasta $174,753 a Alfonso, de El Nuevo Herald.
Esos pagos, que fluctúan entre $75 y $100 por comparecencia, fueron para actuar como presentadores o simplemente invitados en programas producidos por el gobierno.
En la revisión por parte de The Miami Herald de docenas de artículos de periodistas de El Nuevo Herald, incluyendo varios sobre TV o Radio Martí, no se encontraron casos en los que reporteros o columnistas hubieran revelado que recibieron pagos.
Dos expertos en ética comparan esto con el caso de Armstrong Williams en el 2005, cuando se reveló que el gobierno de Bush le había pagado al prominente analista por promover su ley de reformas de educación en su programa de televisión transmitido de costa a costa.
Los redactores Jasmine Kripalani, Luisa Yanez, Casey Woods y Alfonso Chardy contribuyeron a este reportaje.
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