OPCIONES Y RESTRICCIONES
http://www.lanuevacuba.com/archivo/sanguinetti-64.htm RAUL CASTRO:
Por Jorge A. Sanguinetty *
Diario Las Américas
Miami
Florida
E.U.
La Nueva Cuba
Septiembre 2, 2006
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Cuando Fidel Castro estaba en el pleno uso de sus facultades, aún cuando acumuló una gran cantidad de poder y su conjunto de opciones era el mayor entre todos los cubanos, estaba sujeto a restricciones de todo tipo, principalmente la base económica del país y su tamaño. Otra restricción importante que limitaba y todavía limita su esfera de acción es el embargo de Estados Unidos. La desaparición de los subsidios soviéticos representó en su momento una severa contracción de sus restricciones, lo cual se reflejó en una reducción drástica de su conjunto de opciones. Mientras tanto, la restricción representada por el embargo se hizo sentir con más fuerza. En efecto, el poder del comandante se vio súbita y críticamente disminuido por la reducción de sus opciones, problema que lo obligó a tomar medidas económicas dirigidas a restaurar las opciones perdidas.
Ahora que Raúl Castro hereda la posición de máximo líder, ¿será posible afirmar que tendrá el mismo conjunto de opciones, o sea, el mismo poder que tenía su hermano hasta antes de caer enfermo? ¿A qué opciones y a qué restricciones se enfrenta Raúl Castro? ¿Por cuáles opciones se decidirá? Yo respondería a la primera pregunta negativamente; no, Raúl Castro no tendrá el mismo poder. Aunque la respuesta parece obvia, no lo es. Lo veremos tratando de responder las otras dos preguntas.
Las opciones de política a las que se enfrenta Raúl Castro están más limitadas que las de su hermano por varios factores. Posiblemente la principal restricción es una menor capacidad, ascendencia, carisma o liderazgo sobre los antiguos seguidores del hermano que de inmediato no tienen más remedio que aceptar al heredero. Una segunda restricción es el grado de obediencia que la nomenclatura le rinda. La autoridad de Fidel Castro sobre sus seguidores era indiscutible, la de Raúl está por verse. Es razonable esperar que las órdenes del nuevo líder no tengan el mismo poder de movilización o de represión que las que hasta ahora han tenido las de Fidel Castro. Una tercera restricción es la política futura de Estados Unidos y el grado de severidad con que se maneje el embargo de aquí en adelante.
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Yo creo que sería ridículo esperar que el nuevo jefe de gobierno cubano sea el paladín de un cambio democrático en Cuba, pero puede que algunos inocentes lo esperen. Existe el peligro de que al adoptar medidas internas que alivien las condiciones de vida de los cubanos (¿modelo chino?), aun cuando al mismo tiempo aumente la represión interna, muchos crean que Raúl Castro merece algún apoyo y propongan aliviar las restricciones existentes, en especial el embargo de Estados Unidos. En tales condiciones, Raúl Castro trataría de endulzar la píldora prometiendo alguna liberalización interna conjuntamente con el mejoramiento de condiciones económicas que de acuerdo a muchas fuentes él ha estado proponiendo a contrapelo de los deseos de su hermano. Muchos en Washington se verían tentados a levantar el embargo y Raúl ganaría un tiempo crítico para consolidar su poder y, de hecho, consolidar la sucesión evitando la transición hacia la democracia. Hay muchos en Washington que estarían dispuestos a vender la libertad de Cuba a cambio de la estabilidad en la isla, estabilidad que la historia ha demostrado muchas veces que no es más que una efímera ilusión. Para que esto no suceda y los intereses de Cuba no sean nuevamente traicionados, los cubanos de aquí y de allá tienen que "ponerse las pilas".
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* Jorge A. Sanguinetty, Economista, especialista en asuntos cubanos y presidente de la firma consultora DevTech Systems.
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