viernes, septiembre 01, 2006

EL CUARTO MINISTERIO

Nota del Blogguista.


El fin de semana anterior a este y por unos de los canales de la televisión española, exhibieron un documental de un anglosajón que va tras la huella de Ernest Hemigway por varios países. Uno de esos países es Cuba y uno de los pueblos que visita en Cuba es Cojimar.

En Cojímar ve a la persona de Cuba más vinculada con Hemingway: Al centenario, pero aún fuerte y lúcido, Gregorio Fuentes, capitán del yate El Pilar, el cual le desmintió fuertemente al anglosajón, ¿ de apellido Green ? , la costumbre narrada por Norberto Fuentes en su libro ¨Hemingway en Cuba ¨ de que Hemingway navegaba y pescaba en el Pilar sin calzoncillos y que con el ¨short ¨ roto se le veía el ¨fondillo¨. Si mal no recuerdo, pues el libro se lo regalé a una prima de mi esposa cuando vine para el exilio, Norberto Fuentes ponía en boca del propio Gregorio la información sobre esta supuesta costumbre de el autor de ¨El Viejo y el Mar¨, aunque han pasado como 10 años que me lo leí y esto último no puedo asegurarlo.

Ramiro Valdés Menéndez ( que fue en dos ocasiones Ministro del Interior; con Sergio del Valle entre una y otra ocasión ), es una persona que pese a todo el tiempo transcurrido después de su relativo ¨último truene ¨, tiene cierta ascendencia entre algunos ex y otros activos miembros del Ministerio del Interior y de algunos cuerpos privilegiados como es la Guardia Personal de Fidel Castro. Recordemos que Ramiro en el Cotorro, cuando el desmayo de Fidel, subió a la tribuna y se acercó al desmayado como solo ¨Joseito ¨, el jefe de la escolta, era capaz de hacerlo. Ramiro conoce muchos secretos de Estado y otros que no lo son, pero que son tan importantes como los primeros. Ramiro no es bobo, aunque pareciera un tanto alocado por su público actuar desordenado cuando tenía unos años menos, pero no lo es para nada. Estoy seguro que tomó medidas para su seguridad y bienestar como buen zorro que es, al que además le acompaña el valor personal.

Para Raúl y para Fidel era y es mejor tenerlo cerca, controlado y satifsecho con sus privilegios que tenerlo en su contra


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Tomado de El Mundo.es

El cuarto ministerio

Por Norberto Fuentes


31 de agosto.- Ramiro Valdés es más sabio de lo que muchos calcularon. El ex ministro del Interior (MININT) regresa al gabinete justo ahora que al frente de régimen está Raúl Castro, más de dos décadas después que Valdés fuese removido del cargo como resultado de una de las tantas pugnas que Fidel y Raúl han sostenido en todos estos años, y que en ese caso ganó el ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.


Norberto Fuentes y Arnaldo Ochoa

Recuerdo que en 1986, un año después de la salida de Ramiro del MININT, yo estaba con Carlos Aldana —entonces el secretario ideológico del Partido Comunista— y hacíamos un poco de ejercicios en el Gimnasio de Tropas Especiales, cuando Aldana reparó en Ramiro, cerca de nosotros, que estaba añadiendo unos pesados discos de hierro a su pesa. En perfecto estado físico, y aplicándose con maestría en todos los aparatos del complejo, parecía un atleta de alto rendimiento. Fue en ese momento que Aldana me dijo: "Este cabrón está preparándose para sobrevivir. Se lo tengo que decir a Raúl. Quiere sobrevivirnos a todos". Y la verdad es que su vuelta al gobierno demuestra que él ya ha sobrevivido a muchos, incluido al propio Aldana, destituido de sus cargos a comienzos de los 90.

Ramiro recibió la noticia de que ya no era el tercer hombre del régimen a mediados de 1985 durante una reunión del Buró Político. En la sala donde se reúne esa instancia, los primeros puestos en importancia cuentan con micrófonos para grabar las declaraciones cuando corresponda y que se desactivan desde el mismo lugar cuando los temas tratados no son para los oídos del resto de los cubanos. Pues bien, cuando, Ramiro fue removido del cargo, Fidel hizo salir a todos los presentes de la sala y se quedó a solas con él, tratando de darle algún consuelo.

Fidel se encargó de apagar los micrófonos, pero no sabía, y quizá recién ahora, si alguien le da a leer el presente texto, que desde el piso inferior, en la salita donde se registran las grabaciones —y cuyo funcionamiento está a cargo de la oficina política de Raúl—, también se pueden activar los micrófonos sin que se enteren arriba y que toda la conversación había sido grabada.

Raúl se hizo presente en la sala de grabación en cuanto supo que Fidel había terminado de pasarle la mano a Ramiro, y le pidió al operador, uno de sus hombres —me abstengo de citarlo por su nombre, para evitarle la eventualidad de algún problema—, que le entregara el cassette con la grabación, algo que éste hizo sin titubear. Raúl se guardó el cassette en su bolsillo, le dijo al operador que de eso nadie debía enterarse, dio media vuelta y se fue. Dijo así, textualmente: "De esto, a nadie". El ministro de la FAR quería tener controlada hasta el más mínimo detalle de la salida de Ramiro, y, más que eso, lo que le había dicho Fidel. Valdés.

Después le quitaría una casa con que contaba en Varadero y hace pocos meses un yate y una lancha que tenía fondeados en un embarcadero al fondo de su residencia de Jaimanitas, al este de La Habana, que da a la costa. Todo mandado por Raúl. El argumento para despojarlo de la casa, era la necesidad de incorporar del inmueble a un complejo turístico que las FAR desarrollaban en la zona. La historia para pedirle las llaves del yate y la lancha sonaba más perentoria. Había "la señal" de que la CIA pudiera intentar hacerse con las embarcaciones para emplear en alguna operación comando de sabotaje en el litoral.

Más de 21 años después de su defenestre, Ramiro está de vuelta. De todas formas ya no serán los tiempos en que recorría las calles habaneras en su comitiva de dos autos Tatra T603 negros, el mismo auto que Fidel tenía (aunque blanco) y que nunca usó.

De un primer vistazo, no es lo mismo el Ministerio del Interior o la Seguridad del Estado que el despacho de ministro de Informática y las Comunicaciones. Aunque todos sabemos que en las actuales circunstancias lo que importa no es el ministerio y sus probables rimbombancias, sino del alto valor de la jugada política implícita en su nombramiento. Alto no, altísimo. Se trata del cuarto ministerio que ocupa. Además del MININT, Ramiro fue jefe (con rango superior al de ministro) del sector de la construcción y tuvo a su cargo últimamente el desarrollo de la electrónica y especialmente de crear una sólida base informática y de producción de computadoras cubanas y sus programas.

Pero no me pierdan la perspectiva con lo dicho anteriormente, puesto que todo eso es borrasca del pasado. Su actual nombramiento es un gesto de unidad de Raúl Castro, donde muestra su capacidad para superar sus diferencias personales y superar las asperezas que lo separaron de Ramiro. Es una muestra de que quiere arreglar las cosas, en primer lugar, en casa. De que quiere comenzar en buena forma y sin divisiones su gestión al frente del gobierno cubano. Y yo diría que es un buen comienzo de Raúl, porque habla de capacidad de maniobra, de inteligencia y de que ningún problema personal va a pesar en él más que las necesidades del momento.

Falta saber si todo esto fue idea de Raúl o de Fidel, sobre todo porque Ramiro tiene la misma edad que ellos, pero está en mejores condiciones físicas y, de cierto modo, siempre ha sido el tercer hombre de la Revolución.