LA TIRANÍA CUBANA ABRE NUEVA OFICINA DE RECAUDACIÓN EN ESPAÑA
Cuba abre nueva oficina de recaudación en España
Por Noticiero Cuba
NC.- El consulado general de Cuba en Galicia estrena hoy una nueva sede en Santiago. Al acto de inauguración asisten Alberto Velázco San José, embajador en España de Cuba y la cónsul general de Cuba para Galicia, Asturias y Cantabria, María Sánchez.
Las dependencias consulares de Cuba en el exterior son auténticas oficinas de expoliación de los emigrantes cubanos. Sean estos políticos o económicos, debido a las leyes de los propios países que los acogen, les son requeridas una serie de documentos de origen consular cubano, lo que es aprovechado por dichas autoridades, representantes de la dictadura cubana, para cobrar tarifas abusivas por todos los “servicios” que ofrecen.
En España, los pasaportes cubanos han de ser actualizados cada dos años y cobran unos 90 euros, y le llaman prórroga. El pasaporte, que vence a los seis años, ha de ser renovado a un precio de 180 euros, 10 veces superior a lo que le cuesta a un español el suyo, al que no tiene que hacerle “prórrogas” y caduca a los 10 años.
Si por casualidad, un cubano decide invitar a un familiar, la recaudación comienza desde la carta notarial que hace la invitación, donde las autoridades consulares cubanas exigen que hayan sido legalizadas en sus oficinas para que tenga validez, a un precio de 175 euros, independientemente de que ya esté hecho, legalizado y pagado por una notaría española. Luego en Cuba ya se encargan las instituciones de la dictadura de cobrar otras tarifas abusivas, que ningún cubano que cobra el salario promedio (unos 10 euros) puede permitirse.
Cualquier documento consular que solicite la autoridad española al residente cubano le resulta excesivamente costoso. Una simple legalización empieza a costar desde los 100 euros, o un Poder 175 €.
Los cubanos que se encuentran en el exterior, invitados por un familiar, han de pagarle al consulado 40 euros mensuales, bajo la amenaza de impedirle el regreso a Cuba, su país natal.
Los isleños para poder salir de Cuba, sea de forma definitiva o de visita, necesitan tener un permiso de salida del Ministerio del Interior cubano, a lo que le llaman “tarjeta blanca” o “carta blanca” a un costo de unos 150 dólares. Si la salida es definitiva le son requisadas todas las propiedades, si las tuviere, sean éstas viviendas, automóviles, neveras, o un simple equipo de música que esté a nombre del futuro emigrante. Para evitar que el potencial viajero venda o regale sus propiedades, con suficiente antelación se le hace un inventario en su propia casa, para lo que ayudan los órganos represivos que cuenta el régimen en cada calle y que se conocen como CDR (Comités de Defensa de la Revolución).
Las nuevas oficinas están situadas en un edificio de la calle Santa Isabel, en el número 19, frente a Monte Pío, donde está la residencia del presidente de la Xunta. A la inauguración también asistirá el alcalde socialista José Antonio Sánchez Bugallo.
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NC.- En la Fundación Hispano Cubana se presentó el libro de cuentos titulado La confesión del comandante y otras historias de José Miguel González Llorente. El autor nació en La Habana, Cuba, en 1939. En 1961 se radicó en Caracas, Venezuela, donde obtuvo la licenciatura de comunicación. La velada estuvo acompañada con la moderación y siempre grata presencia de Carlos A. Montaner, periodista, escritor e incombustible luchador por el establecimiento de la democracia en Cuba.
Del autor del libro, William Navarrete -escritor y poeta radicado en Francia - ha dicho: «El profundo humanismo de González-Llorente, la elegancia de su lenguaje, lo articulado de la historia, la pausada indiferencia ante la gloria efímera y casi siempre cegadora que convierte a los buenos escritores en pálidos reflejos de lo que pudieran ser, resultan constantes en los cuentos de este autor».
Montaner hizo la presentación contando una anécdota muy interesante sobre el origen del inicio de la independencia de Colombia en la que está implicado directamente un pariente de González Llorente. Según el periodista cubano, el cuento debe ser como un tigre, y que así lo definía un buen cuentista dominicano, Juan Bosh:
«…el cuento era el tigre de los géneros literarios, porque tenía que saltar sobre el lector rápidamente, no podía tener grasa, tenía que ser todo músculo, todo sigilo, todo astucia, para llegar inmediatamente a lo que se quiere decir, a lo que se quiere contar. Y todas estas virtudes están en estos cuentos» expresó Carlos Alberto refiriéndose al libro La confesión del comandante.
El autor González-Llorente leyó a los asistentes dos cuentos. El primer cuento: “El tiranicidio es una idea” provocó una interesante reflexión entre el público y el autor sobre si podría ser ético el tiranicidio. José Miguel investigó sobre lo que podrían decir los moralistas y la iglesia sobre esta cuestión, y descubrió que en 1599 un jesuita, el padre Juan de Mariana, decía que «el tirano es una bestia feroz, y está justificado acabar con su vida, porque sino el acaba con el pueblo». El otro cuento titulado “Su último libro” se leyó a petición del propio Montaner y a lo que accedieron gustosamente los allí presentes. No faltaron los agradecimientos del autor a Fabio Murrieta, editor de Aduana Vieja, a quien consideró el partero del libro.
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