viernes, diciembre 01, 2006

DOS DE TANIA DÍAZ CASTRO: LOS BÚFALOS CUBANOS Y LIMOSNA CON ESCPETA

Los búfalos cubanos


No es broma:

• En Cuba se construyó el matadero de reses “más grande de Latinoamérica” que nunca se ha utilizado y la leche se distribuiría “por cañerías”. Si lo duda revise los discursos del megalómano en jefe.
Por si no lo sabía;
• También se importaron…camellos
• Las “importaciones” de especies acuícolas darían para varios artículos, si lo dudan adivinen las consecuencias de la introducción de la Tilapia en el ecosistema cubano…camarón que se duerme, se lo come la tilapia.

La Habana, 30 de noviembre de 2006/ Tania Díaz Castro/ Cubanet / Dicen que en los viejos tiempos el trust de la carne producía millones en Cuba, que la libra en pie costaba un centavo en 1931, que los ganaderos ganaban un millón de pesos mensuales y que el gobierno de Ramón Grau San Martín no sólo propició el monopolio de la carne, sino que además arruinó la industria del tasajo.

A pesar de esa triste realidad el cubano trabajador de a pie se comía su pedazo de carne dos y tres veces por semana. En los años cincuenta, durante la dictadura batistiana, un bistec costaba cinco centavos y la libra de carne de primera 45.

Hoy, el panorama que puede verse en la Isla no es el mejor. No hay trust ganadero ni ganaderos millonarios, pero tampoco hay carne para los cubanos. ¿Será esta una de las razones por lo que nuestra población es cada vez menos resistente a las enfermedades infecciosas?

Desde los últimos veinte años aproximadamente la alimentación del cubano viene sufriendo de graves deficiencias. La mesa del trabajador de hoy no es ni el reflejo de la de otros tiempos. ¿Será por eso que numerosas enfermedades como el dengue en sus cuatro fases, la leptospirosis, la hepatitis viral B y muchas otras han ocasionado grandes problemas al régimen en los últimos años?

Guiándonos por esa vieja máxima "El hombre es lo que come", podemos afirmar que nuestra población tiende a estar cada vez más enferma y frágil por la mala calidad de su alimentación, sobre todo si nos
referimos a la carne de res. Considerada entre los primeros alimentos nutritivos, su ausencia en Cuba no deja de representar un peligro para la salud de la población.

Según informó en 2003 el Instituto de Ciencia Animal (ICA), fundado hace 42 años para desarrollar los pastos y la alimentación con recursos locales, cuando sobrevino el período especial la ganadería vacuna se quedó de pronto sin piensos, ya que sus materias primas eran enviadas por la difunta URSS. La producción de leche se redujo a una tercera parte y la venta de carne de res desapareció.

A lo largo de 47 años de régimen castrista la ganadería cubana ha pasado por diversos animales de pedigree: Cebú con Holstein, las razas Siboney y Mambí y en la actualidad el búfalo asiático que recibe el nombre de Bubalus bubalis. El científico André Voisin aportó sus conocimientos sobre ganadería, pero ni aún así este sector pudo sobrevivir a la catástrofe económica que ha sufrido por décadas el país.

Algunos dicen que una gran parte del ganado vacuno es utilizada en las labores del campo con el fin de disminuir el uso de combustible. O sea, que la tracción animal sustituye el empleo de unos 250 tractores en los sectores estatales y cooperativas campesinas. El propósito, según la prensa nacional, es llegar a las 4,900 parejas de bueyes para atender los diferentes cultivos y la transportación de viandas, hortalizas, frutas, etc.

En Pinar del Río, la provincia más occidental de Cuba, se está llevando a cabo la cría y el fomento de búfalos. Los especialistas cubanos lo consideran el futuro de la ganadería puesto que estos animales son resistentes al clima y a las enfermedades, comen lo que encuentran y su índice de mortalidad es inferior al vacuno.

Quienes dirigen este proyecto desde el 26 de julio de 1987, cuando llegaron al país los primeros 26 ejemplares, lo llaman "la hora del búfalo" y aseguran que constituyen el futuro de la ganadería. No importa que hasta la fecha los cubanos de a pie no hayan podido probar su carne en casi veinte años y que los campesinos que viven al sur de la provincia pinaren, desde Los Palacios hasta la carretera que conduce a La Coloma, contemplen con horror cómo los miles de búfalos que corren de noche en manadas salvajes rompen cercas, destruyen cultivos y devoran todos los sembrados que encuentran a su paso.

El resultado de la cría de estos imponentes animales es bien conocido: las empresas ganaderas pinareñas no cesan de afrontar serios litigios con los campesinos e indemnizan cada día a los que son perjudicados por los búfalos, su carne no le conocemos todavía su sabor y a pesar de que su leche es excelente para obtener queso y mantequilla, estos productos, después de 20 años de fomentar la cría, no han llegado aún a las manos del pueblo a través de su cartilla de racionamiento.

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Limosna con escopeta

Por Tania Díaz Castro
Cubanet / Noticuba Internacional

La Habana, 1 de diciembre de 2006


Por primera vez me solidarizo con los dirigentes políticos intermedios de mi país que no les da la gana de parar ante un tumulto de personas, aún cuando están obligados a subir a su auto a cuantos quepan en él, sin derecho alguno a su privacidad.

Se trata de un invento del régimen castrista, impotente ante el problema del transporte de los cubanos de a pie. El invento consiste en situar inspectores populares del transporte en determinadas puntos, cuya función es detener los vehículos con chapa estatal, obligando a dirigentes y choferes a transportar gratis a los primeros de la cola, la que siempre se compone de decenas de personas que esperan por esta gestión durante horas, bajo el sol, para ir al trabajo, a la escuela, etc.

Según la prensa nacional, esta medida, que se aplica desde hace algunos años en todo el país, no resuelve la crisis del transporte. Muchos de los que manejan vehículos estatales, llamados negados e insensibles, hacen caso omiso a la orden de los inspectores y componen el 12,5 por ciento de los que no paran para recoger personal.

Para tener una idea de lo absurdo del invento, según datos ofrecidos por el periódico de los jóvenes comunistas, baste saber que hasta el pasado mes de octubre, solamente en la capital, en más de medio millón de ocasiones dirigentes o choferes de estos vehículos desobedecieron la señal de pare.

Dice además la prensa que de ese más de medio millón de insensibles, solamente 247 choferes fueron analizados en sus respectivos centros laborales. Se ignora por qué el resto de los notificados quedaron impunes. En este punto cualquiera se pregunta: ¿Qué ocurre con el llamado ¨hombre nuevo¨? ¿Es que acaso un chofer dirigente que no para ante la orden de un inspector es causa de impunidad?

Las sanciones impuestas a aquellos que no obedecieron la orden de pare están desde la separación definitiva o temporal del centro de trabajo, hasta amonestaciones públicas y privadas. Lo que sí no se dice es cuáles organismos hicieron cumplir la reglamentación gubernamental y quienes fueron los choferes estatales que sufrieron la peor suerte.

La realidad es que la desobediencia ocurre en todo el país y que el Estado no sabe qué inventar con el fin de evitar una explosión social ante la grave crisis del transporte.

Sin embargo, como dije al principio, por primera vez debo ponerme de parte de aquellos que son obligados a viajar con personas desconocidas y en ocasiones de aspecto desagradable. Nada que se impone a la fuerza da resultado. La situación que afrontan estos dirigentes y choferes estatales es bien difícil. Basta ponerse en su lugar para comprender cuán pesado sería viajar con personas que al hablar escandalizan o lo que es peor, emanan pésimos olores.

Me pregunto si existe alguna sanción para un alto dirigente político que no detiene su auto ante una cola de cubanos de a pie, por ejemplo, esas caravanas presidenciales compuestas de negros Mercedes que transitan a millón. Es cuando veo el panorama mucho más oscuro que como lo ve la prensa oficialista.

Así andan las cosas bajo el sol de Cuba. Nadie puede saber de qué forma puede resolverse el problema del transporte puesto que el panorama es bien oscuro: el ¨ hombre nuevo ¨ brilla por su ausencia igual que los ómnibus urbanos. Y el cubano de a pie, que anda mal vestido y peor alimentado, camina todo lo que
puede o se pone en una cola kilométrica en espera de que algún dirigente que pase en su auto se compadezca y pare en seco para montarlo gratis.

La prensa oficialista lo dice por lo claro: ¨ La impunidad de que gozan los citados desobedientes oscurece aún más el panorama. Alrededor de un millón de personas dejaron de transportarse en Ciudad Habana en lo que va de año, debido al desacato de esos conductores. ¨

Ciertamente que el hombre es el hombre y no debemos de idealizarlo.


Fonte: NotiCubaInternacional
http:www.noticubainternacional.com