miércoles, enero 10, 2007

¿ ADIOS A LAS UNIVERSIDADES ? // POLÉMICA ENTRE ROBERTO FONTANILLAS-ROIG Y DR. JORGE IGNACIO DOMÍNGUEZ

¿ ADIOS A LAS UNIVERSIDADES ?


Por Pedro Pablo Arencibia Cardoso
Disculpen, pero si no tomo el artículo de José Ignacio Domínguez a ¨jodedera ¨, no visito una Universidad más nunca en mi ¨repuñetera ¨ vida por temor a contagiarme, ¿ La idiotez será el culmen de la sabiduría ?.
- Nerón es más que un personaje de la historia, un mito. Debemos honrar a Nerón.
- Fidel Castro rompió el record mundial de velocidad en Alegría de Pío al correr y dejar abandonados a sus compañeros naúfragos del Granma; el record anterior lo había establecido el propio Fidel Castro en las afueras del Cuartel Moncada dejando también muy atrás a sus compañeros de equipo.
- Las fotos de Fidel Castro son tan conocidas como la de Adolfo Hitler y la de Stalin.
- Su ascendencia lineal más que Quijotesca, es la del Tartufo de Moliere
- En Playa Girón Castro estuvo bien lejos de los escenarios bélicos y por muy breve tiempo. Posteriormente llegó cuando ya la fiesta se había acabado, pero siempre hizo su alarde para no perder la costumbre. El ¨Gallego¨ Fernández y la falta de coherencia, tiene otro nombre que no voy a escribir, de John F. Kennedy lo salvaron de la derrota. En esos días de abril de 1961, Augusto Pinochet aprendió que los stadiums servían no sólo para jugar fútbol o baseball; posteriormente repitiría la experiencia cubana en los stadiums chilenos.
- Acabó con la nación cubana y ¨desperdigó¨ a todo un pueblo por todos los confines del mundo. Por su irresponsabilidad y enfermizo protagonismo puso al pueblo cubano al borde del exterminio atómico en una Crisis donde las dos grandes pötencias ¨lo tiraron a mondongo ¨.
- Fidel Castro modernizó a la sociedad cubana a los niveles económicos y sociales de Haiti y Bangla Desh.
- La soberanía cubana, defendida por la inmensa mayoría de nuestro políticos de la anterior República, incluyendo a Don Tomás Estrada Palma antes de la Guerrita de Agosto, se convirtió en un ¨apéndice ¨del ego y el voluntarismo del Comandante en jefe. José Martí dijo: ¨Y no quiero a mi patria ¡no! víctima de capataces. La prefiero esclava de los demás a verla esclava de sus hijos.¨ ¿ estaría hablando del hijo loco del colono Ángel Castro ?
- Gracias a Fidel Castro, Cuba perdió a la mitad de todos los médicos cubanos y luego los incrementó hasta tener Cuba la posición privilegiada en medicina que siempre tuvo entre las repúblicas latinoamericanas en cuanto a médicos por habitantes y camas hospitalarias por habitantes. Siempre hemos sido hipocondriacos: Cuba en 1958 tenía casi el doble de médicos por habitante que Estados Unidos; el índice de camas por cada 100 000 habitantes que Cuba tenía en 1958, sigue siendo mejor que el que tiene Latinoamerica en estos días. Las enfermedades psicosociales y el suicidio entre los cubanos han aumentado gracias a la participación activa y constante de Fidel Castro, a veces conocido por el nombre de: Armando Guerra Solo.
-La Educación cubana, fruto de la mejor tradición cubana y española y las mejores experiencias norteamericanas de las universidades de Princenton y Yale, ha sido tan buena que pese al ¨promocionismo¨sugerido e impuesto por Fidel Castro a principios de los años 70s y del adoctrinamiento ideológico, que favorecen un proceso de instrucción escolásticamente repetitivo y no modernamente creativo, todavía goza de prestigio internacional pese a los disparates cometidos.
-Fidel Castro, el machista por excelencia, nos enseñó que antes de 1959 viviamos en una realidad virtual, vaya, una Matrix, cuando todos los niños cubanos del aquel entonces teníamos acceso libre a la educación y a la salud pública. Fidel nos ayudó a comprender que Juan Gualberto Gómez, Martín Morúa Delgado, Jesús Menendez, etc, eran verdaderamente blancos pintados de negro. En la Constitución de 1901 solamente por un voto no se aprobó el voto de la mujer. Si hubiera estado Fidel en esa reunión, se hubiera aprobado 33 años antes dicho voto. En 1934 el voto femenino cubano antecedió al de muchos países europeos del primer mundo de hoy y de casi todos los países latinoamericanos. Con Fidel en esa reunión de 1901 hubiéramos sido los primeros en el mundo.
- Gracias a Fidel Castro nos metimos en luchas de facciones africanas e impedimos que Sudafrica eliminara los campamentos de la SWAPO que habían en Angola, cuyos integrantes incursionaban bélicamente en Namibia. Gracias a las tropas cubanas en Angola se instauró un régimen corrupto y nepotista como el de Dos Santos que aspira a gobernar vitaliciamente como lo ha hecho su Gran Mercenario Blanco.
- En resumen: respetemos a Fidel, a Hiler, a Stalin, a Lenin,a Mao,a Kim Il Sung,a Polt Pot, a Ieng Sari, a Osama Bin Laden, a Sadam Hussein, etc. pues han sido verdaderamente las únicas personas en la historia de esos países con trascendencia mundial. Ámensele, u ódiensele, merecen respeto.
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POLÉMICA
Roberto Fontanillas-Poig vs Jorge Domínguez, sobre Fidel Castro

Al Dr. Jorge Domínguez, al fin y al cabo...
Por Roberto Fontanillas-Roig
Yo respetaba mucho más a Jorge Domínguez que a Fidel Castro. Y estaba convencido de que Domínguez- quien pertenece a ese importante grupo de académicos cubanos afincados en los Estados Unidos- podría formar parte de un equipo multidisciplinario integrado por profesionales y dirigentes sociales cubanos de la emigración, a que contribuyese con la reconstrucción del país, una vez superada una civilizada etapa de negociación política y de la esperable apertura democrática.
Yo se que el Dr.Domínguez conoce a profundidad cada cifra estadística de nuestro pais de origen, cada número que refleje un determinado nivel o situación en las comparativas que nos puedan demostrar que es Cuba hoy, que fué Cuba ayer y como podría ser Cuba mañana.
Pero no conocía la inmensa buena fe de este destacado cubano, deslastrado de todo parcialismo político, desvestido del trauma de la forzosa emigración en sus años tempranos, capáz de mirar la propia historia (ese pequeño papel protagónico que viaja en el baúl de la patria perdida, que todo cubano conserva junto a sus demás pertenencias alcanzadas en el largo viaje del destierro) sin la mas mínima inquietud que el análisis sobre el drama propio, podría acarrearle al ciudadano, por encima del investigador y analista.
Generoso ser humano, que raya la ingenuidad al presentarle sus adolorios respetos a quien empinándose por encima de favorecedoras y realísticas estadísticas, hundió a Cuba en el estiercolero ideológico, retrogrado y antipopular en que se ha convertido ese inventario nacional de penurias, dificultades y azotes permanentes infligidos sobre las espaldas del pueblo cubano, durante casi cincuenta años consecutivos y bajo un mismo mando y una misma voz, denominado Revolución Cubana.
El mito logrado. Para quienes desde lejos, han observado románticamente, la tormenta que no se desea en la casa propia.
No Dr.Domínguez, no me solicite respeto al tirano; no me pida que me pare a su lado para contemplar con el corazón en paz, como desciende a su sepulcro el responsable de todas las noches, de todos los muertos y de toda el hambre cubana.
No me solicite que le reconozca meritos a Castro, por unas cuantas medallas ganadas en los deportes; o por unas cuartillas de saludo al Ché y a Fidel, declamadas de aberrante memoria por unos menores que no pueden ni leer ni escribir lo que se les viniera en ganas.
Por cada logro presunto que Usted le anota a Fidel Castro, se han desbordado varias veces en 50 anos la prisiones políticas de Cuba, o saltaron por los aires los fragmentos de ladrillos, pieles, cerebros y cuerpos despedazados, por descargas de fusiles en los paredones de Cuba. O murieron en el mar miles de aquellos cubanos desconocidos, que flotando como pudieran escapaban del paraíso feliz que ha sido el socialismo cubano.
Que decir del éxodo, exilio, emigracion o estampida? Acaso el mayor desplazamiento forzoso de habitantes que haya sufrido pueblo alguno en América latina?
Aquellas madres, abuelos, parientes, hijos y relacionados, que quedaron atrás; o los otros que llegaron lejos en la estampida. Que ejemplo de fragmentación familiar y ciudadana?, gran logro estadístico de Fidel! Acaso no conoce Usted ningún consanguíneo que se haya ido lejos para mas nunca, o que se haya perdido entre la selva de frustraciones que es la Cuba socialista? Y Usted, de cual "town" americano resulto en respetable académico de Harvard? o de cual poblado, barrio o municipio de la Isla mártir salto desde Cuba a los Estados Unidos?
El investigador y analista, llega fríamente a conclusiones numéricas. Las cifras le presentan escenarios sociales debidamente dibujados en sus hojas de cálculo. Entonces podrá decirnos Usted cuantas sabanas, inyectadoras y otros insumos faltan en su análisis sobre los hospitales de la salud cubana? o cuantos millones de calorías han dejado de ser generadas en 45 anos por alimentos no suministrados en las libretas de racionamiento al pueblo cubano ? o cuantas urnas de soldados cubanos fueron trasladadas desde Africa hacia Cuba, cuando - según Usted - se libraba la "heroica" guerra de Angola.
Díganos la cifra de las profesionales cubanas, que cada noche, realizan sus caminatas jineteras entre aquellos turistas que visitan a Cuba. en peregrina solidaridad ideológica o en busca de originales posturas sexuales?
Con hacer silencio y pensar en el futuro del país, será suficiente cuando muera Castro. He leído sobre cubanos inmensos, que le han dado a Cuba mas honores y mas glorias que la tiranía protagonizada por Fidel Castro: el mejor jugador de ajedréz, el médico que descubrió al inquietante mosquito de la fiebre amarilla, los músicos y artistas más creativos e insignes, los peloteros, boxeadores y deportistas de todos los tiempos, los combatientes independentistas del siglo IX, el Presbítero que diseño los primeros trazos de la nacionalidad, el Apóstol que se echó al hombro aquel proyecto de República, para todos y para el bien de todos; los médicos, los hombres de empresa, los maestros humildes y los catedráticos mas brillantes. Los poetas, los escritores y hasta los académicos e historiadores tan enterados como Usted.
Disculpe Usted la bravura, dispense el calor de las palabras. Pero no provoque las rabias impotentes, en las almas de quienes hemos sudado todos los odios y hemos abierto los brazos a toda la nación y a todos sus nacionales, incluyendo aquellos que han compartido el gran Horror, y en procura de una nueva visión de paz, de reencuentro y convivencia democrática, y de lógico deseo de progreso y bienestar popular.
Una sociedad moderna, no se transporta en camiones ni en carretas, no se viste con camisetas de sobaco al aire, no cocina con madera de muebles viejos, ni se alumbra precariamente con el solo bombillo colgante en medio de una casa humilde.
Una sociedad moderna, no navega en balsas, ni solicita visas para el regreso de sus nacionales a su patria, ni esconde antenas caseras en sus techos para ver una televisión en blanco y negro, ni necesita informarse a través de una emisora de radio distante desde otro país. Una sociedad moderna no envía a sus profesionales a "bisnear" por sus calles, ni a sus médicos a que ganen 8 dollares mensuales, o a sus ingenieros a convertirse en choferes de taxis turísticos.
Una sociedad moderna no despoja la propiedad, ni incauta fábricas y unidades de producción, ni mutila a sus operadores económicos, la red comercial de un país, la estructura de servicios, la prestación de atención técnica, o de oficios comunes, ni la mano de obra artesanal, ni al creativo que escriba, cante o dibuje o pinte sus obras libres. Ni arrasa con sus ciudadanos pensantes, generadores de oportunidades, ni desgarra a los educadores, ni les cierra sus colegios y universidades, ni expulsa a sus sacerdotes.
No celebrare la muerte de Fidel Castro. No saldré a las calles sonoras, en conga funeral. Tampoco honrare su figura. En cambio, les explicare a los míos, en la reserva del hogar, el bochorno que significara este maligno personaje para la historia de Cuba y cual es su grado de responsabilidad y las lecciones que deben anotarse para el país que espera, de todo este tiempo transcurrido. Luego, discretamente, me retirare y en privado, no podré contener la sonrisa de la esperanza.
Roberto Fontanillas-Roig
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El comienzo de un fin
Por Jorge I. Domínguez

De Foreign Affairs En Español, Octubre-Diciembre 2006
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Resumen: A pocos días de cumplir 80 años comenzó el ocaso de la vida del presidente del Consejo de Estado de la República de Cuba, Fidel Castro Ruz. Tras una hemorragia intestinal delega sus poderes políticos y militares. Así, resulta factible considerar que Raúl Castro pueda llegar a ser presidente, no por encargo de su hermano sino por sus propias capacidades. Al promover la transición económica, aumentará las probabilidades de una eventual apertura política.
Jorge I. Domínguez es profesor de la cátedra Antonio Madero Professor of Mexican Politics and Economics, y vicerrector para los asuntos internacionales, en Harvard University. Ha sido presidente de Latin American Studies Association (LASA). Entre otras publicaciones, es autor de Cuba: Order and Revolution y To Make a World Safe for Revolution, ambos editados por Harvard University Press.
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Pocos días después de la celebración pública del 53 aniversario de su entrada en el panteón histórico de Cuba, mediante el ataque que encabezó contra el cuartel Moncada el 26 de julio de 1953, y a pocos días de cumplir 80 años, comenzó el ocaso de la vida del presidente del Consejo de Estado de la República de Cuba, Fidel Castro Ruz. Tras una hemorragia intestinal delega sus poderes políticos y militares.
En el momento en que escribo, no sé cuál es su estado de salud. Según los partes oficiales, se recupera. Su educación en colegio de jesuitas quizás le permita pensar en su resurrección una y otra vez: después del Moncada, después del naufragio del barco Granma (que inició por accidente la guerra revolucionaria), después de la victoria asombrosa en Playa Girón, después de la crisis de octubre de 1962, después de...
Fidel Castro hace rato dejó de ser meramente parte de la historia, y se convirtió en un mito mundialmente compartido de la segunda mitad del siglo XX. ¿Quién no reconoce su foto? ¿Quién no le reconoce como un descendiente lineal de Don Quijote que se enfrenta a gigantes? ¿Y, quién, aún, en su Buró Político, en su Consejo de Ministros, en su equipo personal, no sabe que esos gigantes fueron a veces imaginarios, a veces molinos de viento?
Honrar honra: frase noble de José Martí que ingresó al vocabulario cultural cubano hace más de un siglo. Honremos, pues, a Fidel Castro mientras observamos el sol poniente de su vida, no sólo quienes lo apoyaron, sino también quien, como yo, no lo hicimos. Él fue el transformador de un pueblo en una nación; quien modernizó decisivamente esa sociedad; quien mejor entendió que los cubanos querían "ser gente," no sólo apéndices de Estados Unidos. Fue él quien comprendió que ese pueblo hipocondríaco requería más médicos y enfermeros por centímetro cuadrado que cualquier otro en la faz de la tierra. Fue él el arquitecto de una política de inversión en capital humano, que convierte a los niños cubanos en los campeones olímpicos de la educación latinoamericana y que, por tanto, permite vislumbrar un mejor futuro para Cuba. Fue el diseñador de una política que permite a los cubanos de todas las características raciales tener acceso a la salud pública, a la educación, a la dignidad que le corresponde a todo ser humano, al derecho a pensar que yo, mis hijos, y mis nietos, cualquiera que sea el color de la tez, merecemos el respeto y las mismas oportunidades que los demás. No fue él quien inventó que las mujeres tenían derechos igualitarios en la sociedad, pero sí un promotor de la igualdad de género en el desempeño ciudadano.
Fue el responsable de un gesto que la humanidad agradece: poner en riesgo la sangre de sus soldados por la causa noble de contribuir poderosamente a impedir que el régimen racista del apartheid sudafricano se expandiera sobre Angola. Fue él, igualmente, quien se merece el reconocimiento por contribuir al fin del apartheid en Sudáfrica, a la independencia de Namibia y a defender la independencia de Angola. El día que Fidel muera, las banderas de esos países africanos deberán reflejar duelo nacional.
¿Fue cruel? Sí. ¿Fue dictador? Sí. ¿Atropelló el poder público? Sí. ¿Cometió crímenes en nombre de la revolución, la patria, la soberanía nacional y el socialismo? Sí. ¿Fue un obstáculo para la prosperidad de los cubanos, el ejercicio de los derechos humanos de ese pueblo, y la realización de una democracia plena? Sí. Y, la historia, ¿lo absolverá, como dijo en 1953 que así sería? No. Pero no entremos en más detalles. Honrar honra, y es preciso que en este artículo más renglones se dediquen a honrar a la figura más importante de la historia de Cuba, a la única persona en la historia de ese país con trascendencia mundial. Ámesele, u ódiesele, merece respeto.
¿Qué pasó, entonces, el 31 de julio de 2006 cuando, por primera vez, se comprendió que, en algún momento, habrá una Cuba sin Fidel? El gobierno de Estados Unidos confesó públicamente su desconocimiento de lo que estaba ocurriendo en Cuba. Jorge Más Santos, figura clave de la Fundación Nacional Cubano Americana, una de las más políticas y económicamente poderosas organizaciones de la diáspora cubana, instó a la población en Cuba a sublevarse con las armas en la mano. Raúl Castro fracasó en su primera prueba de fuego como el sucesor de su hermano. En vez de comparecer en televisión, escoltado por la bandera nacional, una palma real y la foto de su hermano, para garantizar a sus conciudadanos que la patria se salvaría, brilló por su ausencia. Hubo un solo héroe en ese interludio del verano de 2006: un pueblo que ponderaba su futuro, honraba, inclusive quienes no lo querían, a su presidente, y demostraba su preferencia por la paz y una Cuba para los cubanos, no para Miami ni Washington.
Con Fidel en el hospital, los sucesos no permiten atisbar la realidad futura de Cuba sino uno de sus futuros posibles. Fidel designa a quien quiere que gobierne Cuba: no es George W. Bush, ni tampoco algún cubano que no viva en Cuba; es su hermano, pero no sólo su hermano, quien ya tiene 75 años, sino una dirección colegiada que incluye a dos grupos de personas. En el primero, con responsabilidad ejecutiva, se encuentran los siguientes miembros del Buró Político del Partido Comunista de Cuba (PCC): José Ramón Balaguer, Carlos Lage, Esteban Lazo y José Ramón Machado. En el segundo grupo, con responsabilidades financieras, encontramos de nuevo a Lage y a Francisco Soberón, y a Felipe Pérez Roque. Con la excepción de Soberón, presidente del Banco Central, quien asume responsabilidades financieras importantes en este escenario de sucesión, todos los demás son designados por sus características políticas, no por sus destrezas profesionales. Si bien es cierto que se transfiere a Balaguer, actual ministro de Salud Pública, la responsabilidad principal sobre ese tema, no es menos cierto que Balaguer ha sido principalmente un político y que su especialidad es la ortodoxia ideológica y el entorno internacional de Cuba. Machado y Lazo puede que sepan de educación, pero son especialistas, respectivamente, en la organización interna del partido y el gobierno de las provincias. Lage, médico por entrenamiento al igual que Balaguer y Machado, es responsable de los asuntos económicos desde hace 15 años y ahora se encarga de los temas energéticos. Pérez Roque, líder juvenil del partido en su juventud, ha sido el canciller. Es decir, a todos, menos a Soberón, se les ha seleccionado por razones políticas, no por su conocimiento profesional del asunto que ahora se les asigna.
Ese gobierno colegiado, sin embargo, lo encabeza Raúl Castro. ¿Quién es este hombre poco conocido? En cualquier otro país del mundo, si no hubiera vivido bajo la sombra de su hermano mayor, reconoceríamos que es una figura de grandes logros profesionales. Es Raúl Castro el arquitecto de la institución más eficaz en la historia de Cuba, es decir, las Fuerzas Armadas Revolucionarios (FAR). Fue Raúl Castro quien transformó a un puñado de semianalfabetos en una fuerza profesional, disciplinada, muy bien entrenada, fiel y eficaz, capaz de lograr tres veces en África lo que Estados Unidos no logró en Vietnam, lo que la Unión Soviética no logró en Afganistán: las FAR de Raúl Castro ganaron las tres guerras que pelearon en el continente africano. No hubo ningún otro ejército de país comunista, durante la Guerra Fría, que lograra desplegarse, con éxito, a miles de kilómetros de su patria.
Sin embargo, Raúl Castro no ha sido un mero "militarote". Fue Raúl, y no Fidel, quien se dedicó a la cuidadosa y pertinente construcción, núcleo por núcleo, del PCC, institución civil hermana de las FAR, cuyo buen funcionamiento se requerirá para gobernar Cuba. Fue Raúl, y no Fidel, quien intentó con esmero mejorar el mediocre funcionamiento de los ministerios del gobierno. Fue Raúl, en medio de la grave y desesperante crisis de 1994, quien rompió públicamente con Fidel y abogó por la liberalización de los mercados agrícolas porque, como claramente indicó en aquel momento en su calidad de ministro de las FAR, la principal amenaza a la seguridad nacional de Cuba era la incapacidad en aquella coyuntura de alimentar al pueblo.
Raúl Castro conoce, por lo tanto, personalmente y de cara a cara, a toda la plana mayor de las fuerzas armadas, del Comité Central del partido y de la burocracia gubernamental; es decir, las mil personas, más o menos, que son miembros de la élite cubana con poder de influir en esta primera transferencia de mando después de Fidel. Es la suma de sus logros profesionales, su capacidad de trazar y ejecutar una estrategia, su reputación de ser alguien que logra lo que se propone y su participación en las redes de poder en Cuba, lo que constituye las bases políticas para encabezar esta sucesión presidencial.
Raúl Castro también ha sido innovador. A principios de la década de 1990 supo hacer frente a la crisis que golpeó a la Cuba comunista por el derrumbe de la Unión Soviética: redujo el personal de las fuerzas armadas, reorganizó su forma de actuar y redujo su presupuesto. La reducción del peso de las fuerzas armadas sobre la economía y la sociedad cubana no es un tema importante de la agenda del futuro, es ya un logro de Raúl Castro. En ese tiempo, también desarrolló las empresas militares para lograr que las fuerzas armadas fueran económica y productivamente autosuficientes. Y desarrolló empresas para promover y servir al turismo que emplean a los jubilados de las fuerzas armadas y generan fondos para su dueño, es decir, el Estado cubano.
Raúl Castro es, sin embargo, un pésimo político en la palestra pública. No sabe siquiera cómo leer un discurso. Su estilo es aburrido o chillón, pero nunca convincente. Reconoce no ser una figura pública, sino el engendro de un régimen. Quizás por eso evitó comparecer en público durante tanto tiempo después de recibir la delegación de poderes de su hermano el 31 de julio pasado.
¿Cómo gobernar a una Cuba que no le conoce, a una Cuba que nunca le otorgará el galardón de líder carismático? Prosperidad. Cuando Raúl Castro ha visitado China, ha dedicado gran tiempo a intentar comprender cómo se explica y se produce el auge de esa economía. Crecimiento, crecimiento y crecimiento de la economía, son sus tres principales conclusiones para diseñar la estrategia para su posible futura presidencia, por derecho propio y, por supuesto, para retener, como en China y Vietnam, un sistema unipartidista bajo la égida de un partido comunista. En esta hipótesis, un Raúl Castro presidente cambiará los elementos fundamentales de la política macroeconómica en Cuba, rumbo a una rápida aproximación a una economía de mercado, pero retendrá las estructuras políticas que impidan un tránsito del régimen político a una democracia pluralista y representativa en que se respeten los derechos humanos.
Sus "aliados" incluirán aquellos en la diáspora cubana quienes, al exigir la lucha armada, alentarán a la gran mayoría cubana a rechazar una opción sangrienta. Un gobierno estadounidense, tan torpe como el actual, será también su aliado. Señalemos algunos ejemplos de esa torpeza. En el informe de gobierno de Estados Unidos publicado, precisamente, en julio de 2006, días antes de la delegación de mando de Fidel a Raúl, que prevé la asistencia que el gobierno brindaría a Cuba en el futuro, se menciona una asistencia para impedir las enfermedades infecciosas, sin darse cuenta de que el sistema de salud cubano puede brindar mejor tales lecciones al estadounidense. Más asombroso es que Estados Unidos propone asistir a Cuba para hacer frente a los desastres naturales, sin tener en cuenta que Cuba es el país más eficaz del Caribe y del Golfo de México para enfrentarse con las depredaciones de los huracanes -- a diferencia del comportamiento de la administración Bush cuando el huracán Katrina destruyó Nueva Orleáns en 2005 -- . La diáspora cubana y el gobierno de Estados Unidos podrán desempeñar, en un futuro democrático de Cuba, un papel útil e importante, pero por el momento, entre el extremismo y la torpeza, contribuyen a postergar el momento de esa transición, generando más miedo de Estados Unidos que esperanza en la población cubana.
Así pues, resulta factible considerar que Raúl Castro puede llegar a ser presidente, no por encargo de su hermano sino por sus propias capacidades. Será una presidencia que evite la transición política pero, al promover la transición económica, aumentará las probabilidades de una eventual apertura política.
Fonte: PeñaCubana
http://www.penhacubana.com

1 Comments:

At 8:10 p. m., Anonymous Anónimo said...

Jorge Ignacio,
Voy a tratar de enviar estos articulos sobre Castro a mi hermano Lao. El es medico en Cuba y ha vivido "la realidad cubana" dentro de ella. Creo la perspectiva de el seria de interes.
Conchy Diaz Morgan

 

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