lunes, abril 09, 2007

CUBA ES UN MISTERIO PARA LOS ESPÍAS DE EEUU

Nota del Blogguista
Y lo que no es misterio no lo van a estar pregonando a los cuatro vientos para¨ quemar¨ sus valiosas fuentes de información.
A ese misterio ha contribuido mucho la suspensión de las labores de los agentes de inteligencia en Cuba que decretó, desde casi el inicio de su primer mandato , William Clinton. La labor de inteligencia se tuvo que limitar a recoger información de aquellos cubanos que visitaban la Oficina de Interes de EEUU en La Habana para obtener visas temporales o definitivas.
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Tomado de El Nuevo Herald.com

Cuba es un misterio para los espías de EEUU

P.BACHELET / The Miami Herald
Mientras que Fidel Castro parece estar más activo y los reportes de Washington de que el gobernante cubano tiene cáncer cada vez parecen más imprecisos, quienes siguen la situación en Cuba se cuestionan cuánto conocen los espías de Estados Unidos sobre lo que pasa en la isla.

(CASTRO TRASPASO el poder en julio del 2006. )

Algunos analistas consideran que la comunidad de inteligencia de EEUU --a pesar de poseer satélites y barcos espías-- quedó demasiado golpeada con pasados retrocesos en el caso de Cuba y la debacle de las ''armas de destrucción masiva'' en Irak para poder espiar intensamente a la isla.

Como resultado de ello, Washington desconoce en buena medida lo que ocurre en los altos círculos de La Habana, mientras que allí ocurre una transferencia de poder de Fidel Castro a su hermano Raúl, según varias personas familiarizadas con el trabajo de inteligencia de EEUU en ese país.

La opinión general en los círculos de inteligencia de EEUU es que Castro está más enfermo de lo que admite su gobierno, y que no hay probabilidades de cambio en Cuba en un futuro cercano, aunque hay posibilidades de una pugna por el poder más adelante.

Pero casi una docena de fuentes que están al tanto del trabajo de inteligencia de EEUU hacia Cuba entrevistadas para este artículo --los cuales hablaron bajo condición de anonimato al discutir asuntos secretos--, presentaron un cuadro mixto de la capacidad de espionaje de Washington en Cuba.

Un funcionario de inteligencia en retiro afirmó que los satélites y barcos espías de EEUU pueden vigilar cosas tales como movimientos de tropas y algunas conversaciones telefónicas, mayormente de civiles, en Cuba. Algunos desertores pueden suministrar ciertos datos sobre el funcionamiento interior del país.

Los espías de Washington también tienen buenas relaciones con países amigos que operan en Cuba. Un ex funcionario norteamericano aseguró que las agencias de inteligencia de España han obtenido buena información sobre Cuba, especialmente bajo el mandato del jefe de gobierno conservador José María Aznar, quien dejó su cargo en el 2004. Se considera que los canadienses también tienen capacidad de espionaje en la isla.

Una persona con acceso a material de inteligencia estadounidense sobre Cuba declaró que Washington tiene ''bastante'' conocimiento del sentimiento público en Cuba gracias a las entrevistas con los inmigrantes cubanos que llegan y los contactos con grupos no gubernamentales en la isla.

Pero la misma fuente agregó que existe poca información creíble sobre asuntos a altos niveles del gobierno.

La estricta vigilancia de la contrainteligencia cubana sobre los diplomáticos de EEUU en La Habana dificulta que éstos puedan reunirse privadamente con altos funcionarios cubanos. La política del gobierno de George W. Bush es de mantener los contactos con el gobierno de Cuba al mínimo, lo que aísla aún más a los diplomáticos estadounidenses en el archipiélago.

''Están excluidos'', comentó Phil Peters, un estudioso de los asuntos cubanos del conservador Lexington Institute de Virginia.

Es imposible conocer la magnitud de la inteligencia de EEUU en Cuba. Incluso altos funcionarios de Washington pueden no tener acceso a detalles tales como si hay espías estadounidenses operando en La Habana o si Washington intercepta las llamadas telefónicas de Castro.

Pero algunas valoraciones anteriores sobre Cuba aparentemente han estado erradas.

Después de que Castro se sometió a una cirugía en julio por un problema intestinal hasta ahora oficialmente secreto, algunos funcionarios de inteligencia norteamericanos observaron su drástica pérdida de peso y concluyeron que tenía cáncer. Pero en diciembre, un médico español que vio al gobernante cubano negó rotundamente que tuviera el mal.

En el 2002, un alto funcionario del Departamento de Estado declaró que Cuba ''tiene al menos un programa limitado de estudios y desarrollo de guerra biológica''. Pero el año pasado, un informe del Departamento de Estado admitió que los analistas difieren al respecto.

No existe evidencia que contradiga un cálculo de la CIA del 2005 --basado en gran medida en dificultades de Castro a la hora de hablar, además de una aparente rigidez y falta de equilibrio-- de que padece del mal de Parkinson. Ni Castro ni el gobierno cubano han negado el informe.

Desde que Castro se enfermó, el sector de inteligencia de EEUU ha estado tratando de reforzar su capacidad de espionaje sobre Cuba.

El año pasado, el presidente Bush instruyó a la Oficina del Director de Inteligencia Nacional que nombrara un nuevo ''administrador de misión'' para Cuba y Venezuela, para supervisar todos los esfuerzos de inteligencia de EEUU en ambos países. Norman Bailey, un ex funcionario del gobierno de Reagan, fue nombrado al cargo pero después despedido. Un sustituto no ha sido designado.

''No hay rigor, no hay impulso. No hay motivación para recoger inteligencia'', comentó Roger Noriega, ex secretario de Estado adjunto para Asuntos Hemisféricos con la administración Bush.

John Sullivan, quien estuvo 31 años en la CIA haciendo pruebas de detector de mentiras, incluyendo a muchos cubanos que supuestamente estaban espiando para EEUU, considera a la agencia principal de espionaje de Cuba, el Directorio de Inteligencia (DIA) como el peor enemigo de EEUU después de antigua Stasi de Alemania Oriental.

Por ejemplo, explicó, el servicio de inteligencia de Cuba les permite a sus agentes dobles brindar información a Washington ''que en realidad perjudica'' a La Habana para reforzar la credibilidad de los espías.

El espionaje EEUU en Cuba sufrió un serio revés en 1987, cuando Florentino Aspillaga, un alto funcionario de inteligencia de Cuba, desertó en Europa y reveló los nombres de cientos de agentes cubanos en todo el mundo. Castro respondió exhibiendo videos de agentes de la CIA comunicándose con unos 20 ''agentes de EEUU'' en Cuba, quienes eran en realidad agentes dobles trabajando para La Habana.

La CIA decidió disminuir el espionaje usando agentes en Cuba después del incidente, y desde entonces se ha basado más en información suministrada por desertores, comentó un ex funcionario de inteligencia de EEUU.

Pero eso también es problemático.

''Castro ha enviado a muchos desertores falsos'', aseveró Otto Reich, ex enviado especial del gobierno de Bush a Latinoamérica que cree que Washington debe intensificar su labor de inteligencia contra Cuba.

En el caso de los cinco espías cubanos de la llamada ''Red Avispa'' detenidos en Miami en 1998, los funcionarios de Cuba han asegurado que el espionaje era solamente defensivo, para prevenir cualquier ataque a la isla por parte de exiliados cubanos en EEUU.

Pero el peor golpe a la inteligencia de EEUU en Cuba fue el caso de Ana Belén Montes, ex analista de asuntos cubanos en la Agencia de Defensa de Inteligencia (DIA), quien fue convicta en el 2001 por espiar para La Habana.

El gobierno de EEUU cree que durante su carrera de 17 años en la DIA, Montes reveló las identidades de varios agentes de EEUU en Cuba, tuvo acceso a miles de documentos secretos y le dio a La Habana información sumamente valiosa sobre la capacidad de EEUU de interceptar comunicaciones internas en la isla.

Scott W. Carmichael, un agente de contraespionaje que ayudó a atrapar a Montes y escribió un libro sobre el caso, declaró que ella utilizó su posición para producir informes que le restaban importancia al peligro que Cuba representa para EEUU, e intimidó a analistas de rango inferior que no coincidían con sus conclusiones.

Cuando se le preguntó hasta qué punto el espionaje de Montes pudo haber influido en el pensamiento de la inteligencia de EEUU sobre la situación cubana, Carmichael se refirió a la ''evaluación de daños'' que se llevó a cabo después del arresto de Montes.

''Tuvimos que ir atrás'', explicó, ``y reevaluar todos y cada uno de los esfuerzos de recogida de inteligencia sobre Cuba''.