CUBA INFINITA UNA ICONOGRAFIA HISTORICA
`Cuba infinita',una iconografía histórica
Por Manuel C. Díaz
Especial/El Nuevo Herald
El periodista cubano José Guerra Alemán acaba de publicar los tomos III y IV de Cuba Infinita, un ambicioso proyecto editorial que recoge la historia de Cuba, en fotografías, desde el período colonial hasta enero de 1959. Todas las fotos aparecen acompañadas de textos que aclaran los sucesos recogidos en las instantáneas. Comienza con la primera fotografía que se tomó en exteriores de la ciudad de La Habana, las Puertas de Monserrate, circa 1855, y termina con la última foto de Batista en Cuba, en los momentos en que se disponía a abordar el avión que lo llevaría al exilio en República Dominicana.
Cuba Infinita es una obra enciclopédica; tanto por sus 6,500 fotografías, como por su elaborada edición de lujo. Es el compendio periodístico de una nación en imágenes. Es también, por la impecable redacción de sus textos, un homenaje al periodismo cubano de la época republicana. No en balde José Guerra Alemán, en el prólogo, rinde tributo a algunos de nuestros más prestigiosos periodistas: Justo de Lara, Ramón Vasconcelos, José Ignacio Rivero, Jorge Mañach, Francisco Ichaso y Gastón Baquero, por sólo citar a algunos.
( José Guerra Alemán )
Pero no son solamente los hechos históricos los que están recogidos en esta extensa iconografía, sino todos los aspectos de la vida ciudadana: artes, educación, deportes, eventos sociales, negocios y hasta hechos de sangre. Aquí aparecen desde grandes compositores sinfónicos como Amadeo Roldán y Caturla, hasta el ''Chori'', popular timbalero de la playa de Marianao, inmortalizado por Cabrera Infante en su novela Tres tristes tigres. Aquí están los artistas que visitaron la isla: Carmen Miranda, Edith Piaf, Nat King Cole, César Romero, Los Chavales de España, Lucho Gatica, Libertad Lamarque, Pedro Infante, María Félix, Sarita Montiel, y muchos más. La lista, como sabemos, es interminable.
Aquí están también las fotos de los grandes centros docentes de la nación, desde la Universidad de La Habana hasta la escuela de los Hermanos Maristas. Aquí están los campeones de boxeo, Chocolate y Gavilán, los lanzadores de grandes ligas Sandalio Consuegra y Conrado Marrero y el maestro Capablanca. Aquí están los clubes sociales, desde los aristocráticos hasta los de la clase obrera. Aquí están las grandes fábricas, desde las plantas eléctricas hasta las cervecerías. Y aquí están, en dramáticas instantáneas, crímenes que conmovieron a la ciudadanía, desde el descuartizamiento de Celia Margarita Mena, hasta el tiroteo del Reparto Orfila. Es como la película la Cuba de Ayer, sólo que en imágenes fijas.
Cuba Infinita comenzó, según su propio autor, como un simple libro de imágenes. Ese modesto proyecto editorial creció hasta convertirse en una monumental iconografía que pudiera llegar a ser un libro de consulta obligada para los estudiosos de la historia cubana. Durante muchos años, José Guerra Alemán estuvo localizando materiales de archivo en distintos lugares, entre ellos la Biblioteca del Congreso y la Universidad Internacional de la Florida. Cuando ese proceso investigativo concluyó, debió entonces seleccionar entre decenas de miles de fotos las que finalmente aparecerían en el libro y ordenarlas de una manera cronológica. Después, claro, tuvo que redactar los textos. Lo hizo con un riguroso sentido crítico y con su proverbial imparcialidad periodística. Sin agendas políticas ocultas. La historiografía cubana, amplia y meritoria, no está exenta de trabajos que en algunos casos, como en un juego de espejos múltiples, repiten los hechos históricos sin aportar nuevos datos. Pero este no es el caso. Guerra Alemán utiliza toda la información a su alcance, pero le adiciona elementos anecdóticos para aligerar su origen ensayístico. Y lo hace como testigo de excepción pues, como periodista y cineasta, estuvo en el centro de la acción de grandes acontecimientos
históricos.
Cuba Infinita es un libro nacido del amor por la patria perdida. En sus páginas renacen, como testimonios de épocas pasada, viejos daguerrotipos en sepia. Es el esperado rescate gráfico de la República que se nos fue. Un hermoso legado a las futuras generaciones. José Guerra Alemán nos deja, después de una vida dedicada al periodismo, una obra imperecedera
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