LA IGLESIA EN CUBA
LA IGLESIA EN CUBA
Intervención del Obispo de Camagüey, Juan García, en la V Conferencia Episcopal de América Latina y del Caribe
Palabra Cubana
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Máximo Tomás
Dept. de Investigaciones
La Nueva Cuba
Junio 8, 2007
La Iglesia de Cristo en Cuba es un débil y pequeño rebaño del Señor Jesús que a pesar de muchas dificultades ha permanecido fiel a su Señor. Hoy este pequeño y débil rebaño crece gracias al Espíritu Santo y a las muchas manos tendidas por la Iglesia del continente americano y por la Iglesia universal.
La Iglesia de Cristo en Cuba representada aquí por el Cardenal Jaime Ortega, arzobispo de La Habana, Mons. Emilio Aranguren, obispo de Holguín, el P. René Ruiz, presbítero diocesano de La Habana, la Hermana Gloria Pérez Pupo, religiosa de las Misioneras de la Inmaculada Concepción, la Srta Rita Maria Petrirena, colaboradora en el Secretariado de la Conferencia Episcopal Cubana y un servidor, Juan García, arzobispo de Camaguey y presidente de la Conferencia Episcopal de Cuba, está presente aquí con grandes sueños e ilusiones.
Estamos ansiosos por ver y escuchar el testimonio de tantas iglesias fieles al seguimiento de Jesucristo hasta el martirio. Queremos constatar la vivencia de tantos laicos en estas iglesias capaces de hacer presente a Cristo en medio de la sociedad en que viven. Deseamos saber de tantos matrimonios fieles que han constituido una bella y numerosa familia. Añoramos imitar la actividad misionera de tantos y tantas en lugares muy difíciles aun a riesgo de perder la vida.
Nuestra Iglesia necesita de la oración, el auxilio y la compañía de Ustedes en la puesta en marcha de su Plan Global de Pastoral 2006-2010.
El primer reto de nuestro Plan Global es la espiritualidad cristiana. Intentamos promover una espiritualidad centrada en el encuentro con Jesucristo que ilumine la vida en todas sus dimensiones y posibilite un estilo de vida comprometido, generador de esperanza y coherente con nuestra identidad cristiana.
Toda la Iglesia de Cristo en Cuba quiere ser discípula de su Maestro y aprender a orar como Él, vivir la voluntad de el Padre como Él, sufrir como Él, establecer el Reino como Él. Esta V Conferencia será una escuela para nosotros.
También estamos empeñados en promover, principalmente desde la juventud y la familia, un laicado consciente de su vocación y de su misión en la vida de la Iglesia y en el mundo, para que participe en la edificación de la realidad eclesial y social.
Esperamos formar laicos preparados en los campos de la filosofía, la antropología, la política, la economía, la cultura y la teología de acuerdo a sensibilidades y vocaciones específicas.
En Aparecida encontraremos caminos para llevar a feliz término nuestros intentos de que los discípulos ofrezcan la vida abundante de Jesucristo a nuestras ciudades y pueblos.
( Mons. Juan García, obispo de Camagüey y presidente de la Conferencia Episcopal Cubana.)
Los jóvenes nos preocupan, nos hacen sufrir, nos alientan y nos animan, a ellos los amamos. Nuestro Plan Global quiere, ofrecerles una formación que les ayude a ser protagonistas de su propia historia, responsables, comprometidos con Jesucristo y su evangelio y con una clara identidad como laicos católicos. Como los jóvenes son el futuro de nuestra Iglesia y del mundo, gran parte de nuestro tiempo estará consagrado a pensar y encontrar nueva vida para ellos.
Nuestra pastoral se esfuerza por acompañar a las familias cubanas a descubrir su rol como célula fundamental de la sociedad, generadora de vida y transformadora de las realidades temporales.
La familia está herida por el divorcio, el aborto, la ausencia de amor fiel, sacrificado, entregado, las relaciones sexuales prematrimoniales, condiciones materiales precarias, falta de espacios propios para los esposos. Esperamos encontrar aquí salvación y sanación para nuestros matrimonios.
También nuestra Iglesia quiere fortalecer el espíritu misionero en personas y comunidades para anunciar a Jesucristo y comprometerse en la edificación de su Reino con renovado ardor, creatividad y audacia.
Una hermosa experiencia misionera y un maravilloso logro han sido las Casas de Misión. En mucho lugares donde el templo está lejos o donde no los hay, los católicos se encuentran en la casa de alguien que la brinda y allí leen la Palabra de Dios, celebran la misa, dan catequesis, hacen obras de caridad, acompañan a los enfermos, presos, afligidos, se preparan para ser enviados a anunciar el evangelio a otros barrios o pueblos, y forman una verdadera iglesia.
Aparecida se presenta como una gran expectativa para nuestra Iglesia misionera que quiere serlo todavía mas.
En Cuba estudian miles de estudiantes latinoamericanos. Muchos de ellos se dicen católicos. Nosotros pudiéramos brindar una ayuda mayor a estos jóvenes. En la medida en que podamos los contactamos, alentamos y apoyamos su fe. Deseamos y tratamos de esforzarnos para que sobre todo aquellos que estudian medicina respeten la vida que late en el seno materno y no la eliminen mediante el aborto. Para todo esto necesitamos la presencia, el interés y el apoyo de los pastores latinoamericanos de estos jóvenes. Las puertas están abiertas para ayudarnos y apoyarnos mutuamente en orden a formar cristianamente a estos futuros profesionales.
La Virgen a la Caridad del Cobre, es la primera misionera de Jesucristo en nuestra tierra desde hace casi 400 años. Ella está ya en las casas y corazones de los cubanos. Ella, primera discípula y primera misionera ruegue por esta Conferencia para que podamos imitarla en el seguimiento de Cristo y en anunciarlo con obras, silencio y palabras. Su presencia y sus ruegos nos acompañen todos los días.
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